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No había podido hacer absolutamente nada.

El profesor Choi daba vueltas por todo el salón, atento, mirándolo fijamente para cerciorarse de que no estuviera copiando o usando la calculadora de su teléfono.

Resolvió apenas unos cuantos ejercicios, y es que los nervios no lo dejaban concentrarse, porque toda tu atención estaba puesta en aquel que seguía caminando por el salón, luciendo su elegante traje, su mirada seria puesta en su pupitre.

Unos treinta minutos después, mientras Taehyun trataba de resolver las últimas preguntas, el profesor le retiró el examen bruscamente, dejándolo algo aturdido.

—Se ha acabado su tiempo, joven Kang.

Sacó un bolígrafo del cajón de su escritorio, comenzando a revisar cada respuesta con ojo de águila. Taehyun ya estaba imaginando las excusas que debería darle para justificar su mal desarrollo en el examen.

Pero no era tan fácil, porque tampoco podía decirle; "estuve pensando todo el rato en usted, quiero que me folle y me haga gritar como la perra que soy". ¡Pues no! ¡Quedaría como un imbécil!

Cuando lo vio trazar alguna que otra "X" fue que se puso en alerta, y tomando en cuenta de que no había podido terminar el exa5men, bueno, estaba realmente jodido.

Luego de unos segundos alzó su mirada de la hoja, se veía molesto, frustrado, pero aun así había una pequeña chispa de compasión en sus ojos.

—Bien, sé que usted probablemente se esforzó por estudiar el resto del día, y debo admitir que se nota su dedicación, pero sigue siendo deprimente. Me temo que su única salvación será un examen oral, y por eso, le suplico que se esfuerce.

¿Examen oral?

—Pero... estamos en matemáticas, ¿cómo voy a resolver los ejercicios sin lápiz ni papel?

—No me cuestione, Kang. Además, usted solito se lo buscó.

Taehyun asintió, resignado, esperando una lluvia de preguntas que seguramente no entendería.

En esos momentos estaba profundamente arrepentido por no haber prestado atención durante el año, porque si lo hubiera hecho, no se encontraría en esta situación; pasando vergüenza y quedando como un estúpido ante el hombre de sus sueños húmedos.

Pero, de repente, el profesor se puso más cómodo en su silla, abrió sus deliciosos muslos y desató los botones de su pantalón de vestir, dejando ver que su ropa interior ocultaba un gran bulto. También se quitó la corbata y la arrojó lejos, para luego abrir los primeros botones de su camisa blanca.

—¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para salvar el semestre, Kang?

Taehyun sintió, entonces, que el tono que usó su profesor fue distinto, más grave, ronco, y que en su mirada había una mezcla de deseo y lujuria. No era la típica seriedad con la que siempre solía mirar a los demás estudiantes.

—Y-yo... emm...

—Al suelo, y de rodillas, Kang —ordenó.

Taehyun le miró anonadado, sorprendido, porque nunca se le pasó por la mente que una de sus tantas fantasías pudiera hacerse realidad. Choi Soobin estaba lejos de ser tipo de hombre que se deja doblegar por los encantos juveniles de un alumno, más bien era el tipo de persona que se apega mucho a las reglas y a la moral, por lo que involucrarse con un menor de edad debería estar totalmente alejado de sus pensamientos.

Pero no, él realmente estaba allí, pidiéndole que se arrodillara con el objetivo de... bueno, era bastante obvio.

—¿Qué está esperando? ¿Quiere aprobar el examen o no?

Taehyun no pudo hacer más que obedecer.

Se levantó de su pupitre con sus piernas temblorosas, y se puso de rodillas entre los muslos del mayor, con nada más que su miembro erecto frente a él.

—El examen oral inició. Tiene el objetivo de hacer que me corra con su pecaminosa boca, Kang.

Él asintió, sumiso, acercando su boca a la entrepierna de su profesor.

Demonios, por supuesto que no se negaría a tal oportunidad. Siquiera se detuvo a pensar en la moral, en lo que era ético o en lo que pensarían los demás al enterarse de esto, solo sacó su lengua, pasándola sobre la ropa interior del mayor, que era de un color negro, y delineaba de forma excelente el miembro de Choi.

Tomó entre sus dientes el borde de la prenda, sacándola fuera del camino y dejando libre el exuberante miembro de su profesor. Estaba semierecto, y aun así, ya demostraba un buen tamaño.

Sintiéndose lo suficientemente decidido, tomó en su boca lo más que pudo, aprovechando su garganta profunda y usando toda la experiencia que había cosechado con el tiempo.

Soobin pareció perderse casi al instante en el placer que le provocó, porque comenzó a mover sus caderas hacia arriba de forma desigual, tomando bruscamente a Taehyun de su nuca, obligándolo a tomar su pene en su boca, sorprendiéndolo.

Acarició su cabello, mirándolo con lujuria notable.

Taehyun sólo siguió en lo suyo, escuchando al mayor jadear mientras él subía y bajaba su cabeza sobre el dotado miembro, arrastrando sus dientes con cuidado por la longitud y mordiendo con suavidad el glande hinchado para luego succionar con fuerza.

Los largos dedos de Soobin se enredaron en su sedoso cabello, moviendo levemente sus caderas, embistiendo la boca de Taehyun.

Sacó la longitud de su boca, yendo a por los testículos del mayor. Llenó su boca con uno de ellos, masajeando con su lengua y cerrando su boca alrededor, succionando con fuerza, sacando más y más gemidos del mayor.

Abrió su boca lo más que pudo, recibiendo el otro testículo en su boca, devorándolos como alguien que no ha comido en meses, felizmente pasando la lengua por el falo de aquel hombre. Sentía su propio miembro palpitar en su pantalón, buscando algo de atención, pero debía mantener sus manos fuera de la ecuación por orden del otro.

Todo parecía estar ocurriendo en sus sueños húmedos, de esos que tenía antes de irse a dormir y cada mañana al despertar. Y es que joder, Choi Soobin estaba en todas y cada una de sus fantasías, por lo que estar en esta situación con él se veía bastante irreal. Pero no, realmente estaba ocurriendo, realmente su profesor lo estaba dominando de la manera que siempre imaginó, y vaya que le encantaba.

Soobin le obligó a dejar sus bolas, tomándolo de su nuca para separarlo. Él hizo un puchero con sus labios rojos e hinchados, recibiendo una sonrisa lasciva de Soobin, quien lo inspeccionó de arriba a abajo.

Taehyun tenía su miembro erecto, sobresaliendo en el pantalón de su uniforme, su espalda arqueada, sus pezones erectos y notables en la blanca camisa de vestir, y su cara se veía jodidamente erótica, con un sonrojo cubriendo sus mejillas.

Soobin soltó una risita burlona y rasposa.

—Debe terminar el examen de manera correcta. Le dije que quería correrme, así que procure concentrarse en mi placer y no en el suyo, pues veo que le ha gustado tener una polla en la boca. ¿Tan necesitada estabas, putita?

Taehyun se mordió el labio, observando a su profesor con ojos falsamente inocentes.

—Lo siento, señor Choi. Es solo que, ahg, es deliciosa... —se acercó lo suficiente para volver a engullir, casi con hambre, la longitud.

Arriba, abajo, arriba, abajo, una y otra vez, mirando al otro a los ojos mientras llegaba a la base y apretaba su garganta alrededor para, otra vez, sacarlo hasta la punta, dejando lamidas y besos ahí.

Volvió a engullirlo, sacándolo para luego rodear la coronilla del glande con su lengua. Presionó la abertura de donde salía presemen, y Soobin no podía con todas esas sensaciones. Debía admitir que esta podría ser una de las mejores mamadas que le han hecho en sus treinta y cinco años de vida, y tomando en cuenta que Taehyun solo tenía dieciocho años, era bastante experto en el tema.

Sintió espasmos incontrolables, y ya sabía lo que venía.

—Kang, v-voy a... me voy a... —y sin alcanzar a terminar su frase, se corrió en la boca de Taehyun.

Este dejó su miembro libre una vez que sintió la primera pizca de semen en su paladar, y se deleitó al sentirlo caer en su cara. Era mucho, blanquecino y viscoso, y justo con el sabor agrio que le gustaba debido a uno de sus muchos fetiches.

—¿Estoy aprobado? —preguntó Taehyun, lamiendo el semen alrededor de su boca y los restos de sus dedos.

—Lo está, Kang. Y se esforzó tanto que le daré un premio extra —dijo y palmeó sus muslos, sonriente.

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