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C A T O R C E .

[...]

La escuela estaba acostumbrada a que la clase 3-A fuera tema de conversación siempre.

O eran las discusiones interminables, las peleas sin sentido, daños a las instalaciones o escuchar al pobre de Aizawa gritar una y otra vez el nombre de Midoriya o Bakugo porque estos ya estaban matándose... siempre era algo relacionado a ellos, a decir verdad.

Ya era normal para las otras clases escuchar gritos en busca de pelea, casi siempre del rubio ceniza hacía sus compañeros y amigos, pero... bueno, en primer lugar ver a Todoroki hablando por cuenta propia ya era cuestión de sorpresa, porque normalmente andaba con su grupo sin hacer ruido alguno; así que verlo gritando por los pasillos, usando un escalofriante tono de voz grave y rasposo, probablemente por no estar acostumbrado a esforzar su garganta, estremecía a más de una... y uno, pero no lo admitirian tan fácil.

-¡Denki!, ¿¡dónde carajos estas?!

Caminaba apresurado por la sala de estar del dormitorio, llevaba toda el día buscándolo. Desde que le pidió que le escuchara esa mañana él simplemente había desaparecido de su vista. No había podido encontrarlo en el desayuno y tan pronto como la campana había sonado el rubio había salido del aula como si su vida dependiera de ello.

-Denki, ¿qué hiciste?- pregunta Eijiro, tratando de no mostrar lo nervioso que se encontraba por tener al chico escondido detrás de él.

-Ser inteligente, eso hice. Debí fingir demencia o algo...

-¿De qué hablas?

-Bakugo tiene la culpa, pero como está demasiado ocupado teniendo sueño por quién sabe qué no se hará responsable...

Su líder le responde con un bostezo, largo y contagioso que incluso le provoca unas pequeñas lágrimas. Por eso es que siempre dormía temprano, si no dormía sus horas completas el sueño no le abandonaba en todo el día, y sentirse perezoso era lo que más detestaba en el mundo.

-Tengo sueño...- se queja.-Eiji, dame café...

-¿Estas loco?, el café te daría más sueño. - trata de contener una risa, pues Bakugo no parece notar el apodo que ha dicho.

Katsuki adormilado solía ser... ¿más dulce?, no sabe como explicarlo sin que sonara como carta suicida.

-Cierto... a eso baje a la cocina...- explica, sin siquiera abrir los ojos. - Pero el pendejo de Todoroki estaba ahí y empezó a hablarme como su fuéramos amigos de años...

-Han sido amigos casi tres años...

-Asco tus suposiciones...

-Oye, Kacchan...- Denki sale de su escondite al ver que el de la cicatriz subía las escaleras, probablemente a buscarlo en su habitación. -¿De verdad te cae mal, Roki?

Hace una mueca, más parecida a un puchero al no reconocer el apodo al instante, tiene que pensarlo un momento.

-¿El bastardo mitad-mitad?

Asiente, sentándose en el sofá. Ambos le imitan.

-¿No crees que es... no lo se... algo muy guapo?

Kirishima casi cae al suelo, aunque no tiene sentido pues estaba sentado perfectamente. Bakugo abre los ojos ante el ruido... El que el corazón roto de su mejor mejor hace, por supuesto.

-¿Cómo?

-Ya sabes, Todoroki es guapo, alto, atlético, carismático, tierno, adorable, un gran partido ¿no crees?

- Vaya... se me ocurren tantos comentarios dolientes al respecto que es una lástima que seas mi mejor amigo y no pueda decirlos....- habla, y aunque su mirada está fija en Kaminari el pelirrojo entiende perfectamente que el comentario era para él.

-¿Dolientes?, ¿soy tu mejor amigo?, ¿de qué hablas?

-¡Denki!- siente que cada vello de su cuerpo se eriza ante el grito. Quiere levantarse y huir, pero una mano en su hombro le detiene. -Aquí estas...

-Todoroki... que casualidad, no te vi llegar...

-Eso es obvio, de haberlo hecho hubieras huido.

-No, no, no, ¿yo?, ¿huir de ti y de tus vergonzosos discursos románticos?, para nada.

-Perfecto, entonces comenzaré...- se sienta, sin permiso. -Número uno; sus ojos soñadores...

-No, detente...- cubre su rostro, sonrojado.

-Número dos; su sonrisa encantadora...

-Todoroki... déjame en paz, por favor. - lloriquea.

-Número tres; su rostro adormilado...

Denki decide rendirse, asi que se levanta y toma a Kirishima de la mano.

-¡Suficiente, si sigo escuchándote terminaré enamorándome también de él así que gracias, pero no gracias!- comienza a caminar. -¡Entraste al Bakusquad para intimidar, así que haz que Bakugo te entrene y aléjate de mi!- pide.

Despues huye... valientemente, obvio.

-¿Te diviertes molestando a mis chicos?- reprende, volviendo a cerrar los ojos con tranquilidad.

-Un poco, pero no planeo admitirlo.

-¿Aún dices palabras raras que solo tu entiendes?

-Denki las entiende.

-¿De verdad?, creí que era broma.

-No, de verdad las entiende, así que es lindo poder expresarme con él.

-Pues no es lindo para él.

-Claro que no, Denki cree que solo Kirishima es lindo y ... oh...- se interrumpe. -Creo que no debí haber dicho eso...

-¿Qué?

-¿Qué?

-Estas diciendo... que Denki...

-¡No, no dije nada!

-¡Oh, santa mierda!

-Bakugo, no.

-¡Kirishima!- trata de saltar del sillón.

Era perfecto; le decía a Eijiro que era correspondido para que no siguiera deprimiendose en silencio, dejaba mal a Todoroki por chismoso y probablemente a Denki le daba un infarto por la vergüenza y moría.

¡Todos felices!

Siente que la fría mano de Todoroki le detiene, sosteniendolo del pie. No le da tiempo de reaccionar bien y termina cayendo al suelo. ¿Era eso impedimento?, no, así que sigue avanzando aunque esté arrastrando al bicolor con él.

-No le digas que te dije...- pide, jalandolo con más fuerza

-Tu no me dices que hacer, suéltame. - da una patada, aunque ésta es esquivada fácilmente.

-No, se supone que era un secreto.

-Será un secreto entre los cuatro entonces.

-¡Así no funcionan los secretos!

Comienzan a forcejear en el suelo, ruedan sin cuidado y chocan contra cualquier mueble que está cerca. Tumban decoraciones y fotos; así que Todoroki a parte de estar pellizcando las mejillas de Bakugo y de soportar que le estén tirando de la oreja tiene que prestar especial atención a los trozos de vidrio que hay en el suelo para evitar que el rubio se corte.

Su mano derecha se desliza hacia la boca de otro, para silenciar los gruñidos que comienza a soltar; pues no sabe si el ruido le da ternura o pavor.

Iba ganando, cualquiera que los viera podría afirmarlo, pero pierde toda fuerza cuando siente que la lengua del otro le toca la palma. La sensación le descoloca, y aunque está seguro de que Bakugo lo ha hecho con la intención de asquearlo, le ha provocado de todo menos asco.

Para cuando recupera la compostura es demasiado tarde: tiene a Bakugo sobre él.

Lo ve agitado, respirando pesadamente. Aprecia con más detalle del que quiere como pequeñas gotas de sudor recorren su cuello y bajan hasta su clavícula. ¿Por qué no había notado que usaba una playera de manga corta?, ¿acaso acostumbraba usarlas?, ¿desde cuándo?

Respira profundamente, con la intención de calmarse pero cuando siente que un dulce olor le invade sabe que ha sido el peor error de su vida. ¡Maldición, era sudor!, ¿no se supone que eso era algo asqueroso?, ¿entonces por qué carajo olía de esa manera?, era tan dulce; como caramelo a punto debquemarse... se preguntó por su sabor.

-Suéltame...- susurra, pues siente que se ha quedado sin voz, siente la garganta repentinamentevseca y el retumbar de su corazón en los oídos le impide pensar bien.

-¿Qué?- pregunta, acercándose más a él para escuchar. Su movimiento, por más leve que ha sido, le provoca un escalofrío al otro.

-¡Que te quites, mierda!- grita. La adrenalina del momento le permite empujarlo sin esfuerzo. Se levanta apresurado y sube apresurado las escaleras.

Bakugo le sigue con la mirada, confundido. No entiende que pasa, ni porque Todoroki parecía tan molesto de la nada.

Estaban forcejeando y peleando, claro, pero incluso él consideraba que lo habían hecho más bien por juego y diversión.

Gira su vista, para ver el desastre que han hecho. Se encuentra a Iida, a Uraraka y a Deku mirándolo curiosos.

-¿Qué ven, estorbos?

-¡Joven Bakugo, no debe pelear de esa forma con sus compañeros!

-Ay, cállate anteojos. - se levanta y comienza a sacudirse el polvo.

-Te cuidado, Bakugo, puedes cortarte...- avisa la chica, acercándose con la intención de juntar los vidrios.

Una mano la detiene.

-No toques, cara redonda, puedo recoger esto yo solo. No estorbes.

-Kacchan no quiere que te lastimes...- traduce.

-¿¡A ti quien demonios te dió permiso de hablar, jodido nerd?!

-Oh, ¿por qué peleaban?- le ignora.

-Que te importa.

-¿Golpeaste a Shoto en el rostro?

-No. - frunce el ceño. -No golpee a Shoto en ninguna parte.

-Que raro, estoy seguro de que su rostro estaba enrojecido.

Bakugo le ignora, como él otro hizo recién, comenzando a limpiar. El delegado y la chica piensan en lo infantil de su acción, pero no comentan nada.

Deku, en cambio, comienza a unir puntos. Una idea cruza por su mente, pero no dice nada.

No hasta que haya hablado con Shoto, para confirmarlo.

Ley y lema del Dekusquad; no eran chismosos, eran curiosos.

[...]

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