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Capítulo 05.

Seokjin se disculpó con Jimin ya que no iba poder trabajar toda el mes, eso fue algo verdaderamente preocupante para el menor, ya que no deseaba tener que estar en su casa, menos con el imbécil de su esposo, sin embargo; Namjoon fue su salvador.

—¿Hoy tampoco vas a ir a trabajar? —preguntó su prometido terminando de vestirse.

—No, quiero quedarme —le dijo con aburrimiento.

—Somos una pareja, vamos a casarnos en dos semanas y-

—De hecho, quería hablar contigo de eso, creo que debemos casarnos el próximo año.

—¿Cómo?

—Si, podemos retrasarlo un año y nos casamos en abril del año entrante.

—No Jin, yo no quiero retrasar nada, quiero saber que tienes, porque de repente no sales de casa, no vas al trabajo, te encierras todo el día, duermes todo el día.

—Es cosa mía Namjoon, no te metas.

Seokjin estaba a la defensiva, no le había dicho nada de su embarazo, al contrario, lo había estado alejando una y otra vez, tenía tanto miedo de que, al tocarlo, sintiera algo o ya lo viera gordo.

—No es cosa tuya, estás conmigo.

—Vete Namjoon, solo vete a trabajar y no me molestes —se acobijó entre las sábanas.

—No te molestaré más —lo vio con frialdad—. ¿Sabes algo? Me largo, no puedo contigo, así que haz lo que desees, mandaré a alguien para que recoja mis cosas y tendrás mi presencia.

—Haz... Haz lo que quieras —intentó no llorar, pero se contuvo.

—Hoy tengo que viajar a Incheon, así que cuando me necesites, búscame, adiós.

Namjoon se fue de la casa que compartía con el otro, dejándolo triste, claro que necesitaba a su prometido, pero ellos habían prometido no tener hijos hasta después de 3 años de casados, pero tampoco quería perder a su bebé.

Tenía miedo, nadie podía culparlo, ¿o sí?

Llamó a su migo de más confianza, Jungkook, quien no dudó en visitarlo de inmediato cuando escuchó la voz desesperada del pecoso.

—Jinnie, ¿qué pasó? —se acercó a él con rapidez.

—Namjoon se irá de la casa y... se irá de viaje, él va a terminar conmigo.

—No claro que no, él te ama demasiado, solo está dolido porque tú lo alejas más y más.

—Es mi culpa, lo sé, pero tengo miedo de decirle de mi embarazo y que me deje.

—Pero él siempre ha querido ser padre, no se va a enojar, mucho menos te va a dejar.

—Voy a engordar, estaré todo flácido... no, no.

—Hablas como si lo conocieras —lo abrazó por los hombros—. Namjoon te adora, eres todo para él, claro que no te va a dejar.

Sin premeditarlo, comenzó a llorar con desesperación en el hombro de Jungkook, quien solo lo abrazaba y acariciaba su espalda para calmarlo un poco.

Jin era muy inseguro por su físico, nunca pensó que alguien se fijaría en él, hasta que conoció a Namjoon, un abogado que fue a darle una charla a la universidad y desde el momento en que sus ojos se conectaron supo que ese hombre iba a ser suyo.

No había día o momento en el que Namjoon no le diera regalos o le demostrara que no lo amaba, pero a pesar de todo ese amor, la inseguridad seguía ahí.

—Soy tan mal novio, mal jefe y mal amigo, soy un pésimo abogado.

—Jinnie no digas eso por favor.

—Jimin me necesita y lo estoy abandonando.

Jungkook hizo una mueca, pues últimamente había sentido celos al ver a Jimin tan cerca de Namjoon, siempre sonriéndole y hablando en secreto con él. ¿Alguien podía culparlo?

✧✦✧

Los gritos en la casa de Park Seonghwa aumentaron, pero nuevamente nadie iba en su auxilio. El mayor había estado forzando a Jimin a tener intimidad, pese a que él se negaba varias veces, pero ese día en la mañana, el menor accedió, no fue por gusto, sino porque en medio de ese forzoso acto, Jimin cometió el terrible error de llamarlo "Nam".

—¿Cómo me llamaste? —golpeó su mejilla por quinta vez.

—Basta Seonghwa, me duele —suplicó con lágrimas cayendo por sus mejillas.

—Estás enamorado de otro. ¿No es así?

Otro golpe sonó por la habitación.

—No... te juro que no.

—Estás enamorado del imbécil que te dejó la otra vez, del prometido de tu jefe.

—¡No es así! —gritó desesperado.

—No vas a salir a trabajar nunca más, maldito infeliz —un golpe más.

Seonghwa salió tirando un portazo, no se despidió de su madre ni nada, porque Jimin era suyo, solo suyo y de nadie más.

Pero esta vez Jimin no iba a quedarse de brazos cruzados, esperó unos segundos acostado, sintiendo como sus mejillas estaban calientes. Sabía que su suegra no lo iba a ayudar, sabía que su esposo se iría a algún burdel y no volvería hasta la noche.

Se vistió rápidamente como pudo salió de su casa, tomó un taxi y fue a "BANG FIRM", pero justo cuando bajó del taxi, aún llorando vio a Namjoon saliendo de la empresa, se dio media vuelta para volver a subir al taxi, más este ya se había ido.

—¿Jimin? —preguntó con el ceño fruncido.

—Mmm... hola —se rió con suavidad—. Debo ir a trabajar.

—Espera —tomó su brazo cuando vio cómo se cubría el rostro—. ¿Qué te pasó en el rostro?

—Seonghwa... me golpeó otra vez —suspiró.

—Maldito infeliz.

—Al menos se fue a tomar a algún burdel y no me molestará el resto del día.

—Minnie —tomó sus manos—. Hoy al medio día voy a viajar a Incheon, acompáñame, no me voy a quedar tranquilo si te dejo con ese hombre.

—Pero-

—¿Aceptas? —le sonrió.

El menor no pudo caer ante los encantos de Namjoon y aceptó, porque había algo que era cierto, sentía una fuerte atracción por él, aunque fuese el prometido de su jefe, la culpa se lo comía vivo, pero no estaba haciendo nada malo.

Un gusto era un gusto, solo eso, un simple gusto.

¿O se estaba enamorando?

—Supongo que no has desayunado.

—No, pero no importa, en el almuerzo lo compenso.

—Nada de eso, te invito a tomar un café, vamos.

Nuevamente asintió y comenzaron a caminar hacia la cafetería que estaba cerca de la empresa, siendo seguidos por la mirada dolida de Jungkook, pero claro, no había tenido ninguna interacción con el menor, ya que ni siquiera se había atrevido a hablarle.

Solo debía decir un simple "Hola", pero cada vez que estaba cerca del menor, unos nervios le ganaban, lo hacían tartamudear.

—Al menos no desayunaré solo —bromeó sin gracia.

—¿Te puedo preguntar por qué estás con esa cara?

—¿Así cómo? ¿Con cara de querer cortarme las venas?

Jimin se rió.

—No, con cara de querer suicidarte con una sobredosis de café.

—Estoy molesto conmigo, por ser tan idiota, quizá porque me enojo por cosas sin sentido.

—Quizá lo que sientes no es algo sin sentido —comió de su pastelillo—. Sé como yo, piensa en las cosas buenas que te pasan, no en las malas.

—Pero sería como si estuviera en las nubes.

—Eso me hace ser feliz —le sonrió.

—Quizá Seokjin tenga razón y soy muy aprensivo con él y con nuestra relación.

—No Nam, claro que no, conozco del tema y tú no eres así.

—Gracias por subirme la moral.

Namjoon bromeó en tono juguetón, tomando de su taza de café, viéndolo a los ojos y sonrió ante lo tierno que se veía el menor.

—Yo me divierto mucho contigo, eres muy lindo, cariñoso, a veces siento que te conozco de toda la vida y siento que puedo contarte cualquier cosa.

—Tal vez en otra vida fuimos grandes amigos.

—En esta vida no podemos ser tan cercanos, a Seokjin no le gustaría.

—No lo creo —pensó un poco—. Aunque ambos somos celosos, muy celosos, sé que él confía en mi y yo en él, somos seguros pero celosos, es raro, claro que no somos celosos al punto de hacer un drama, como Seonghwa.

—Por Dios, no lo invoques.

Hizo un gesto de desgrado, que hizo reír al mayor, porque Jimin solía ser muy expresivo con sus gestos, al punto de hacer reír a cualquier persona que estuviera cerca.

—Jimin, si sigues con la persona equivocada, tal vez nunca encuentres a la persona que te pueda hacer feliz toda la vida, eres lindo, bueno eres precioso, todos están detrás de ti, cualquiera se enamoraría de ti.

—¿Tú también?

—Yo también me podría enamorar de ti, Jimin.

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