9- Anthony (de "U.S Génesis crimes")
Las cuatro de la tarde. Me encuentro en el bar con algo de modorra. Hoy he comido tarde y empiezo a sentir el efecto de eso que los argentinos llaman siesta.
Un hombre de rostro joven entra por la puerta, se tropieza con sillas, mesas y con las personas del bar.
—Hola, ¿está por aquí un tal Hayden? ¡Busco un Hayden! ¡Hayden! —grita.
—¡Pero baja la voz, animalito! Los ingleses no gritan ni aunque se pillen la picha con la puerta. —Respiro hondo—. Anda, ven aquí. Yo soy Hayden.
Él debe ser Anthony. Lentamente se sienta y empieza a replicar.
—Primero: no soy inglés, soy español, y si un español se pilla la picha con la puerta grita como un hombre. Y segundo, no soy un animalito. Oye, tú invitas a las cervezas, ¿no?
—Qué cervezas ni qué cervezas. Aquí se toma té, que para eso es la hora adecuada. Instantáneamente elevo la vista, alardeando de dominación, marcando territorio—. Y yo no invito a nada. Da gracias a que he accedido a la entrevista. Tss.
Harry se acerca para saber qué vamos a tomar.
—Yo tomaré una cerveza, no un té, que eso es de viejos, y Hayden tomará una cerveza y... me invitará. —Anthony me tapa la boca antes de que pueda replicar.
Harry apunta y se marcha. Me giro hacia Anthony con indignación.
—Tu puta madre en bragas. Encima aquí las pintas cuestan cuatro libras, lo que en tu ruidoso país tercermundista equivale a cinco pavos.
Tomo una hoja limpia de cuaderno con brusquedad y luego, intento serenarme.
—España... ¿país tercermundista? No sé cómo es en este libro, pero de dónde yo vengo, España es el país más importante del mundo... Inglaterra explotó en pedazos después de la tercera guerra mundial.
—¿Explotar qué...? —contengo el aire para no reírme.
—Bueno, a lo que iba. Antes de empezar con la entrevista, tengo que explicarte una cosa muy, pero que muy importante.
—¿Qué te pica? —le miro con curiosidad.
—Tú, igual que yo, no existimos. Solo somos personajes de libros. Mi autor en un chaval muy vago.
De repente le llaman al móvil. Yo espero pacientemente, escuchándole.
—¿Diga?... Em... Ok... —Corta la llamada—. Mi novia me ha dejado, otra vez. ¡¿Ves?! ¡Siempre que digo algo malo del autor me pasa esto, joder! —Suspira—. Bueno, pues eso, que no eres real, solo eres un personaje de un libro.
Me quedo inmóvil, mirándole sin variar de expresión.
—Genial. Españoles flipando. Pues ya lo que me faltaba. —Cojo el boli—. No, ahora en serio, vamos a empezar con la entrevista porque no tengo tiempo de gilipolleces.
—Gilipolleces dice. Tú eres mu' tonto. ¡Es verdad! Ayer me encontraba en la nave U.S Génesis volando por el espacio, y hoy me despierto en un dormitorio desconocido en Inglaterra. Si no te lo quieres creer da igual, no te lo creas...
—Cálmate —me río—. A mí también me pasa. A veces salgo de fiesta con todo dando vueltas a mi alrededor y me despierto en dormitorios desconocidos de Inglaterra. Es hermoso. Te acostumbrarás. —Me quedo pensativo—. Bueno. Calla y dime tu nombre completo.
—Me llamó Anthony y mis apellidos son secretos, lo siento.
—¿Por qué son secretos? Quiero decir, ¿a quién le importan?
—Pues... Me has pillado, solo me quería hacer el interesante. Pero aun así no sabrás cuales son. Así tendré que obligar a tu autor a leer el libro donde yo salgo, mínimo hasta el capítulo... —se queda pensando un buen rato—, el capítulo veintidós —dice con una amplia sonrisa.
—¿Pero qué autor? ¿Te refieres a Leona Walker? Dios mío, deja de hablarme en clave que estoy más perdido que un lunar en el culo de una negra. —Bufo—. Si has escrito un libro, dime de una vez que te lo compre y ya, joder. Mientras no sea una biblia de bolsillo todo ok.
—Me has liado a mí también, ¡Joder! Es que mi mentalidad es más lenta que una tortuga paralítica, ¿sabes? Y el libro donde salgo está en una mierdi-aplicación llamada Wattpad. Con esa aplicación los libros son gratis... aunque si el libro fuera de pago te haría un descuento del ocho por ciento. —Vuelve a sonreír y me da un pequeño golpe en el hombro.
—Vaya. Qué afortunado soy. Agradezco tu descuento imaginario. Ojalá el precio de tu pinta también lo fuera —gruño, con sarcasmo mal disimulado—. No, si yo conozco Wattpad. Es ahí donde subo mis entrevistas. Que por cierto, dime tu edad.
—Tengo unos veinte años ¿A que no lo aparento? —pregunta—. ¡Odio mi vida, joder! Parece que tengo treinta.
—Sí lo parece. Lo siento —murmuro, compasivo—. No sé. Aféitate, ponte piercings y pásate el día empalmado. Y ya eres un adolescente.
—¿Te han dicho alguna vez que das buenos consejos?
—Sí, me lo han dicho. Me gusta dar sabios consejos y luego no seguirlos. —Me encojo de hombros y miro la libreta—. ¿De qué parte de España eres?
—De Sevilla, aunque ya se me quitó el acento hace mucho.
—Enhorabuena. No conozco España así que era por preguntarte algo. ¿Profesión?
—Soy policía en la U.S Génesis. Además soy el favorito del comisario. —Y empieza a buscar en sus bolsillos—. ¡No está! ¿Dónde estarán mi placa y mi arma? Menuda bronca que me voy a llevar.
—¿Policía? —Trago saliva, dudoso.
—No te preocupes, no te voy a arrestar ni nada. Además, no creo que tenga permiso en Inglaterra.
—Nada, nada. Déjalo. Si te creo. ¿Qué es el U.S Génesis exactamente?
—Pues es una nave colonial. De tamaño es como si hubieran juntado todos los continentes en uno, algo así como Pangea. Está dividida en segmentos, muy diferentes entre ellos. Hay un total de veintiuno. También hay rumores de que el gobierno tiene escondido el veintidós, dicen que es una isla secreta... O algo así. La humanidad abandonó el planeta y fue dividida en la U.S Génesis y otro par de naves iguales... —Se queda pensativo unos instantes—. No me preguntes qué hace la humanidad vagando por el espacio, porque yo no lo sé... Ni quiero saberlo, la verdad —su rostro sonriente rápidamente pasa a uno triste.
—¿Y ese es el libro en el que estás supuestamente metido? —me río—. Eso de los segmentos escondidos me recuerda a los Juegos del Hambre. Ya me jodería estar en un libro... pero más me jodería estar en un libro copiado —me burlo—. Nah, es broma. La verdad, nada de lo que dices tiene puto sentido, así que ni me esfuerzo.
—Mira quién habla, si tú también estás metido en un libro. —Agarra su móvil y pone Wattpad—. ¡Mira tu libro! Los gatos negros de no sé qué. Ahí sales tú. Incluso tu nombre está en la sinopsis —dice poniendo el móvil a escasos centímetros de mi cara—. ¿Ahora me crees?
Observo el móvil con desgana, leyendo mi nombre en la historia, efectivamente.
—Bah. Ni te rayes, colega. Esto es alguna mojabragas que ha estado conmigo alguna noche y ha decido hacer un fanfic cual abusadora mental. Que se compre una vida —me echo a reír—. Yo no tengo ninguna autora. Mira. —Alzo la vista hacia el techo y exclamo—: ¡Eh! Querida diosa hormonada y pajera, ¿por qué no me puteas un rato para demostrarnos a todos que existes?
Me quedo callado. Nada sucede. Entonces me doy cuenta de algo y murmuro:
—Aunque la verdad es que ya he estado bien puteado toda mi vida, literalmente.
—¿Todavía no te lo crees? ¡Pues mira esto! —vuelve a poner el móvil a escasos centímetros de mí—. Es el libro donde yo estoy, U.S Génesis. Me he leído los capítulos y... es lo mismo que me pasó en la vida real.
—Pues yo no me voy a leer ese fanfic de mierda sobre mí. Quiero conservar mi dignidad. A saber lo que piensa Harry Styles de sí mismo después de pasearse diez minutos por la página.
—Bueno. Pero si eso no es suficiente prueba... ¡Observa lo que va a pasar! —empieza a mirar el techo—. ¡Tú, tonto! ¡Eres un vago agilipollao' con la pija del tamaño de un pistacho!
—¡Deja de gritar! —me quejo—. Dios mío, un poco más español y naces paella...
Pero de repente, Harry pasa cerca de la mesa con un café ardiendo, se tropieza y deja caer el café encima de Anthony. Antes de que diga algo, respondo:
—Vale. Eso no se lo tengas en cuenta. Lleva tirando las cosas que lleva entre las manos desde que nació. Por eso su madre....
—¡Hayden! ¡Deja de hacer chistes sobre mi madre! —exclama Harry, indignado—. Mira, ¿sabes qué? Largo de mi bar, por imbécil.
—¿Qué? Aún no me he terminado el té.
—Lárgate si no quieres que yo termine contigo.
—Mi autora no dejará que pase esto —declaro, con sorna.
—Mi autor tampoco dejara que nos echen del bar —dice Anthony.
—A ver —le susurro—, que era broma, no te columpies. Yo no tengo autora.
Pero él no me escucha, sino que mira al techo.
—¡Tú, ayúdanos! ¡Si lo haces retiraré todo lo que dije de ti!
Entonces llaman a Harry desde la barra del bar con urgencia, y él se va corriendo.
—¿Todavía no te lo crees? —sonríe. Luego mira los vasos—. Por cierto, Hayden, no sé si te has dado cuenta, pero... estás tomando cerveza...
Y se empieza a reír a carcajadas. Yo observo mi bebida y bufo.
—Eso. Cerveza—rectifico—. ¿Lo ves? Tu españolidad me está volviendo idiota. Lo que pasa es que no me apetece cerveza a estas horas y por eso no estoy bebiendo. Así que —alzo la mano y vuelco la pinta por "accidente"—, oh. Vaya. Qué pena —digo fríamente.
—Tengo ganas de meterte una hostia de las grandes... —Anthony aprieta los puños e intenta contenerse.
—Ups. No tengo bebida. ¿Sabes qué significa eso? Eso significa que ha acabado la entrevista.
—Era coña. Yo te pago el té —dice nerviosamente, sonriéndome de forma poco convincente—. ¡Harry, tráeme un té! ¡Y de los buenos!
—Estás flipando. Ahora no. No pienso beberme un té después de la cerveza, hijo de mi vida —bufo—. El cosmos me está impulsando a acabar la entrevista. Quizá sea mi autora avisando de que hemos superado las cuatro página de Word —invento, con sorna.
—Bueno... pues nada. Me ha gustado mucho la entrevista, pero no sé qué voy a hacer ahora. Se supone que estaba en la U.S Génesis y me despierto en un país que lleva más de treinta años muerto. Supongo que...
De repente, un portal aparece de la nada y de él sale un chaval de no más de quince años.
—Hala, por aquí vuelves a tu historia. Entra, Anthony.
—Y una mierda que te comes. Mi novia ha cortado conmigo porque te he llamado vago.
—No me toques los cojones y entra.
—Y una mier... —Pero el portal se traga rápidamente a Anthony.
—Que tío más pesado y que poco respeto tiene a su creador. Mañana se despertará en su cama y pensará que todo esto ha sido un sueño. —El chaval se queda mirándome—. Por cierto... me pica la nariz.
Entonces entra en el portal y se cierra, dejándome solo.
—What.
Conclusión:
- Nombre: Anthony (leer hasta el capítulo 22 para saber sus apellidos). *Se cree que yo cago tiempo libre*
- Edad: "UNOS veinte años". (Vamos, que no tiene ni puta idea de cuándo nació).
- Nacionalidad: Sevilla, España.
- Profesión: Policía en la U.S. Génesis. (Po' esto es una nave colonial, así tipo Wall-E, del tamaño de todos los continentes y que está dividido en (distritos) ejem.... segmentos. Lo que todos nos preguntamos es de dónde sacan el combustible).
Y eso. Iba a hacer más preguntas y no sé qué ha pasado. (?
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