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75. ¿MI NOVIA?.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - 1 Samuel 16
6 Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido.



Me paro de la silla y me acerco a la ventana fingiendo toda la calma del mundo, porque la verdad es que no tengo paz.

No me explico como diablos Linda fue a quedar embarazada de ese viejo, se suponía que habían extraído el espermatozoide del útero y ahora dicen que no saben cómo se gestó ese bebé.

La doctora me mira con miedo y es natural, ya que ella y muchos más, saben que yo amenace con volar este hospital.

Además tengo todo el personal advertido, ninguno puede decir nada, ni mucho menos denunciar.

Un doctor aprendis se le ocurrió la gran idea de llamar a la policía, la cual vino inmediatamente, luego se fueron porque todo había sido un "malentendido".

Tristemente el joven aprendiz de medicina ya no está, esa misma noche desapareció.

No me pregunte si fui yo.

—hablare con Linda —le respondo a la doctora.

Salgo del consultorio y camino a la habitación en donde reposa mi amada hermana.

Me acerco a la puerta y la miró desde ahí a través de la ventana.

Me duele mucho verla así, triste y con una mirada vacía.

Está acostada en una cama con un pijama blanco, su cabello que siempre ha lucido lacido, ahora luce todo un desastre, ya que no ha querido que las doctoras la peinen, dice que quiere ser fea e incluso a querido arruinar su hermoso rostro.

Esa mal**ta bruja tuvo que desgraciar la vida de mi hermana, sé que después de esto ella ya no será igual.

Pensé que sería grave, pero a sido peor de lo que yo había imaginado, mi hermana quedó con un trauma muy tremendo, tanto que no tolera ver un hombre.

He venido a verla infinitas de veces y en todas me rechaza, me mira como una amenaza, no confía en mí.

Esa es la razón por la que muchas veces la visito desde esta ventana.

Pero hoy me es necesario hablar con ella.

Tengo que decirle que está en embarazo, ella tiene derecho a saberlo y a decidir sobre esa pequeña criatura que crece en su vientre.

Abro lentamente la puerta, su mirada va hacia mi e inmediatamente se llena de terror y comienza a gritar.

Me comienzo a acercar y la situación es peor.

A pesar de que tiene una cirugía en su vientre, eso no le impide para patalear y gritar.

—¡Auxilio, auxilio! —grita desesperada.

Sus gritos son tan fuertes que hacen doler mis oídos y más cuando he tenido que pagar costosos tratamientos para mantener la escucha.

Debido a ello, todas las armas que uso yo y mis hombres son con silenciador.

Es una pena que mis enemigos no tengan mis mismos gustos.

—¡No me hagas más daño, noooo! —sigue gritando.

«Me duele tanto verla así».

—¡Eso duele! —sigue diciendo —¡Por favor detente!, ¡Noooo!, ¡Nooo! —grita cuando llegó hasta ella.

Me comienza a patear para que no me atreva a acercarme más, para que según ella no le haga daño.

Puedo deducir que ella no me mira a mi, ella mira al violador.

Me canso de sus gritos y golpes, de manera rápida bloqueo sus piernas y brazos.

—¡Noooo! —dice llorando —¡Mas no!.

—¡Linda! —la llamó fuerte.

Ella sigue gritando y trata de liberarse de mi agarre, veo como su pijama en el vientre se comienza a poner roja, debido a la fuerza que hace, su herida sangra.

Los doctores dicen que en el estado que está, no tiene uso de razón.

—¡Linda soy yo! —le digo —¡Tu hermano Mibsan!.

Ella cierra con fuerza sus ojos y niega con la cabeza mientras no deja de llorar.

—¡Matame! —me ruega —¡Matame ya!, pero no me hagas más daño.

La atraigo hacia mi y la abrazo con mucha fuerza.

—ya pasó manita, ya pasó —digo sobando su espalda.

Ella sigue llorando con un sentimiento que me parte el alma, si es que tengo una.

Muchas de mis víctimas me han tratado de desalmado.

Ella poco a poco se va calmando.

Dejó de abrazarla y la miró fijamente a los ojos.

—Linda —ella me mira —estas embarazada.

Ella instintivamente manda sus manos al vientre.

—¿Yo? —pregunta horrorizada.

—si. —le respondo. —necesito saber si quieres tenerlo o abortarlo.

Ella niega con la cabeza mientras mira su vientre que aún sigue plano.

—esto no me puede estar pasando a mi —se lamenta. —yo no puedo estar embarazada.

—¿Quieres tenerlo? —le pregunto.

Ella se abraza a su almohada, se acuesta y me da la espalda.

—vete por favor —me pide.

—pero Linda —digo tocando levemente su hombro —¿Quieres tenerlo o no?, digo, el bebé no tiene la culpa de nada, pero si tú decides no tenerlo es tu decisión y yo la res...

—¡Eh dicho que te vayas! —me gritó.

Apreté mis labios con fuerza, tratando de controlarme, he sido muy pasivo con ella, pero por ratos siento que me saca la paciencia.

—¡Como quieras! —le digo —pero más tarde quiero tu respuesta.

Salgo de la habitación con la peor cara de enfado que halla existido, lo digo no porque me esté viendo en un espejo, sino por la cara de la doctora que está afuera, que apenas me vio, palideció.

—¿Tienes algún problema conmigo? —le pregunto al ver que no deja de mirarme y tampoco se mueve.

—n...no...no señor —se apresuró a irse.

Por ratos se siente bastante bien causar miedo en los demás.

Una sonrisa aparece en mis labios viendo cómo la doctora huye de mi presencia como un ratón asustado.

Jamás imaginé que a la edad de 16 años sería sensación.

Mi sonrisa se borra al ver quién llegó.

Fares, la persona más desagradable del mundo.

La persona que cuando necesite su amparo, no me lo dio, y ahora que ya soy un hombre, viene como un héroe queriendo salvar el día, cuando yo no necesito nada de él.

Él fue el que se encarga de fingir la muerte de Linda a la perfección, consiguió el cadáver, o mejor aún, mató a una chica de la misma edad y la hizo pasar por Linda, incluso le hizo creer a los "padres" de Linda que tenía el ADN de ellos, cuando eso es imposible.

¿Como lo hizo?.

Pues....

El dinero tiene sus ventajas.

Después de que a Linda le pasará lo que le paso, a estado rondando por aquí, con la intención de verla, pero no se lo he querido permitir, Él no merece estar cerca de ella, ya que por su culpa paso lo que pasó, él no la supo proteger lo suficiente.

—¿Que quieres? —le pregunto con molestia.

Él se acerca más y sin mediar palabra me da un puñetazo en la cara.

Gracias a mis reflejos no fue duro porque lo pude esquivar un poco, solo un poco.

—¡Pero que! —le gritó lleno de rabia.

Me dio tanta irá que intente sacar mi arma y descargarsela.

Tras de que nunca a hecho nada por mi y se cree con derecho a pegarme.

Esto me hace recordar cuando comencé a hacerme fuerte.

En esos días debido al maltrato que sufrí en el orfanato, me enfermé.

Él aprovecho esa situación para llegar hasta mi, recuerdo tanto la paliza que me dio, queriendo obligarme a que lo reconociera como padre y me sujetará a él.

Esa paliza hizo que mi recuperación tardará aún más, pero nunca logró volver mi corazón a él, porque para mí él ya no es un papá.

No sé merece ese título.

Mi respiración sube y baja mientras lo miro con todo el odio del mundo.

El también me mira con molestia, pero no entiendo porque.

—¿Como pudiste ocultarme que Linda estaba embarazada? —pregunta.

«Ah, era eso».

En mis labios se forma una sonrisa siniestra.

Eh logrado sacar a Fares de sus casillas, como siempre.

—pense que me golpeabas por otra cosa —le dije restándole importancia —pero más te vale que no lo vuelvas a hacer, porque te costera muy caro —empuño mis manos.

No tomo venganza en estos momentos, porque a mí me gusta hacerlo en grande y eso sería llamar la atención de la bruja Xian, así que tendré que esperar.

—siempre serás mi hijo —dice bajo —por tanto tengo el derecho.

Comencé a carcajearme.

—¿Mi hijo? —repito riendo —no seas patético, la palabra "padre" nunca te ha quedado, ni te quedará.

Mi teléfono comienza a timbrar.

Trato de controlar la risa, aunque creo que no es una risa de risa, sino más bien una risa de rabia.

«Miserable desgraciado, ¿Como se atreve a decir que soy su hijo?, ¿Con qué derecho?».

—¿Que paso? —contesto.

—ya llegó la mercancía —me informa uno de mis hombres —y también le llegó visita a su casa.

—¿Visita?. —pregunto.

Generalmente nadie llega a mi casa, primero porque no tengo amigos, ni mucho menos vesinos que vayan a molestar.

Segundo, porque nadie sabe el lugar de mi residencia.

—si —responde él —lo más curioso es que es una chica de su edad aproximadamente y dice ser su novia.

—¿Mi novia? —repito aún más sorprendido.

Debieron de haber visto la cara de Fares al escucharme decir "novia", casi se le salen los ojos.

—¿Que hacemos jefe? —pregunta mi escolta —¿Le decimos que se vaya?, O ¿Simplemente le damos un tiro y nos deshacemos del cuerpo? O ¿La dejamos pasar?.

—haganla pasar —respondo mirando a Fares —y atiendanla como a una reina, puesto que es mi novia y mi novia se merece lo mejor.

Se sintió raro decir "mi novia", jamás he usado esa palabra.

Pero quería divertirme con la expresión de Fares.

—ya me voy —le digo —no es necesario que te quedes, mis hombres cuidarán de ella muy bien.

Me doy vuelta y comienzo a caminar tranquilamente, con mis oídos bien abiertos, ya que no se en que momento Fares saque su arma y me dispare en los talones.

Sus movimientos son tan inesperados, que uno nunca sabe cuándo va a actuar.

—Mibsan —me llama.

—vuelve a pronunciar mi nombre y me veré en la obligación de matar a todos en este hospital, por la protección de mi identidad —le digo dándome vuelta.

—en este camino no podemos enamorarnos —me dice —siempre se encargarán de quitarte lo que más amas.

—lo sé —digo antes de seguir mi camino.

Narra Ross:

¡No lo puedo creer!.

De verdad que no lo puedo creer.

Pensé que sería más difícil invadir la guarida de bestia, pero me fue lo más sencillo.

La demora fue que me hiciera pasar por su novia y de inmediato me abrieron las puertas de su casa.

Ni siquiera se tomaron la molestia de requisarme.

Para los que se preguntan ¿Quien soy?.

Soy la pesadilla de tus sueños.

Soy la persona que menos querrás encontrarte, en especial si eres hombre, porque eso significa que ha llegado tu fin.

En pocas palabras, soy la muerte personificada, solo que más bonita.

Desde la edad de trece años mi amo me compro de un burdel, para que fuera su esclava sexual, me ha tratado a las mil maravillas y me ha estado entrenando para este preciso momento.

Para matar a uno de sus peores enemigos, como lo es la bestia.

Siempre me ha encargado de seducir a sus enemigos, doblegarlos a mis pies con mi hermosura y encanto y luego matarlos sin misericordia alguna.

Todas las misiones que me ha encargado, siempre las he cumplido, y me ha recompensado, sé que está no será la excepción.

Me paseo de un lado a otro en la sala con aburrimiento, ya que bestia no está, pero viene de camino.

Pensé que bestia por ser bestia y tener mucho dinero, tendría una mansión llena de lujos, pero no, a pesar de que si es una mansión, le hace falta mucha decoración, es muy sencilla para mí gusto.

Deduzco que es un hombre tacaño, viejo y amargado.

Nunca he visto su rostro, no sé quién es.

Nadie lo sabe, se dice que solo sus hombres más cercanos, lo conocen.

De resto nadie, a menos que esté fichado para morir, entonces él les concederá el privilegio de ver su rostro antes de morir.

Pero hoy yo tendré el privilegio de ver su rostro y vivir.

Escucho pasos acercarse, miró hacia la entrada y ahí viene él.

Como me lo imaginé, un viejo gordo y barrigón, con un bigote horrible.

«Y pensar que tendré que besarlo».

Lo que más asco me da de mi trabajo, es tener que fingir amor y acostarme con mis víctimas, pero cuando veo mis recompensas a cambio, entonces se me pasa.

—hola guapo —saludo con voz seductora.

Él me mira expectante, a su lado viene un chico de mi edad aproximadamente, el cual ríe ante mis palabras.

Deslizó el largo gabán que traigo puesto y lo dejo caer al suelo dejándole ver todo mi cuerpo, el cual lleva puesto unas medias de mallas, un short que dejar ver mis glúteos y unos brasier transparentes que deja mucho a la imaginación.

El viejo escurre la baba.

—¿Quien eres? —pregunta embobado.

—soy la mujer de tus sueños —le respondo con tono sexy —la que cumple todos tus deseos.

El chico que viene a su lado, de una suelta la carcajada, lo miro molesta dedicándole una mirada fulminante.

—¿Segura que viniste a cumplir todos mis deseos? —pregunta el viejo.

«Soy tan hermosa que ni siquiera se lo cree».

—por supuesto bestia —le respondo. —¿Por qué? —le pregunto inocente.

Ni siquiera sé para que le pusieron ese apodo, no se lo merece, mejor hubiera sido acordeón.

—porque bestia es él, no yo —señala al chico de su lado.

«¿Es enserio?».

«Tiene que ser una broma».

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