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34. PROHIBIDO ENAMORARSE

Santa Biblia Reina Valera 1960 - 2 Timoteo 2
22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.

Deimond se tuvo que ir rápidamente, no tuvo tiempo de darme explicaciones, se ofreció a llevarme con él, pero me negué rotundamente a ir, porque yo quería estar en el culto.

Hacia diez años que no venía a un lugar así, y quería disfrutarlo al máximo.

Me quedé mirando hasta perder de vista el carro de Deimond, entonces volví mi mirada al ujier, el cual me acompaño hasta una silla.

La sensación que siento al estar aquí, no es comparado con nada, es simplemente único, se siente una presencia exquisita.

Incluso tengo deseos de llorar, de levantar las manos y no se precisamente porque.

Me dejó llevar por el momento, cierro los ojos y levantó las manos mientras comienzo a hablar con Dios y escucho aquella hermosa canción que entonan.

🎹Torre fuerte es el nombre del Señor
Torre fuerte es el nombre del Señor🎹
🎤A Él correrá el justo
Y levantado será🎤
🎶A Él correrá el justo
Y levantado será🎶

Narra Deimond:

Llegó al aeropuerto y rápidamente desciendo del coche.

Gracias a Dios el avión apenas acaba de aterrizar, dónde hubiese llegado más tarde, no me imagino como se hubiera puesto J1.

Este ya descendió del avión y se está saludando animadamente con el resto de los J5.

—¡Ey Deimond! —me saluda Jak, (J1)—¿Que te tomo tanto tiempo para venir a mi encuentro?.

Me acerco a él y chocamos puños, ya que es nuestro típico saludo.

—lo siento brother —me disculpo —ya sabes cómo son mis padres el día domingo.

—¿Tus padres, o es que te has conseguido un juguetito?.

Supongo que ya los demás lo pusieron al tanto de todo.

Suspiro con pesadez.

Si hay algo para lo que Jak es bueno, es para sacarlo de quicio a uno, aún así no le voy a dar el gusto y pienso dejarle las cosas claras.

No voy a permitir que pordebajee a Linda.

—no es un juguetito —le aclaro.

El mira a los demás y todos se dan esa mirada de complicidad cuando nos ponemos de acuerdo contra uno de nosotros mismos.

—¿Entonces que es? —pregunta avanzando hacia la limusina de los J5.

Es una limusina que tiene el nombre del grupo, generalmente la solemos usar cuando andamos todos.

—ella es especial. —respondo.

Jak comienza a reír y lo hace con ganas, es como si le hubiera contado un chiste bastante bueno.

—¿Que estupideces dices? —pregunta riendo —¿Es que acaso te olvidaste de que los J5 tienen prohibido enamorarse?.

Entramos a la limusina.

Está limusina es bastante amplia, de tal modo que los puestos están en círculo.

Me siento frente a él y lo miro seriamente.

Él también lo hace con esa mirada que hace arrodillar a todo el mundo, pero yo no me pienso dejar intimidar por él.

Si ha hecho y deshecho con los otros miembros del grupo, conmigo no.

—que tu hallas decidido hacer eso, no significa que nosotros también tengamos que hacerlo. —le respondo fríamente.

Puedo ver el disgusto en la mirada de Jak, disimuladamente empuña la mano, pero luego la abre disimulando muy bien que mi respuesta no le ha afectado en nada, pero si algo hay que él aborrece, es que le lleven la contraria.

—¿Alguno de ustedes apoya lo que ha dicho Deimond?. —pregunta mirando a todos los chicos.

Ellos se quedan callados.

Ya era de esperarse.

El mismísimo Jak se ha encargado de que ninguno de ellos crea en el amor.

—¿Sabes que Deimond? —se inclina hacia mi de manera amenazante, mientras que la limusina comienza a andar —de ello hablaremos más tarde, ya te veré cambiando de mujeres más que de camisas, cuando tú adorable modelito te deje tirado.

«Eso jamás».

Quise pararme y tomarlo del cuello de su camisa para dejarle las cosas claras.

«Yo sé que Linda jamás me abandonaría».

«Y yo nunca pienso volverme un degenerado como el y el resto, exceptuando a Erick (J4)».

Hice el intento por ponerme de pie, Jak ya lo veía venir porque estaba preparado, pero justo en ese momento, Erick que estaba a mi lado me detuvo.

—dejalo —me dice —no le hagas caso, el solamente está un poco estresado por el viaje.

Ojalá pudiera creer las palabras de Erick, pero al ver la mirada de Jak, se que está tramando algo, y no ha dicho lo que ha dicho por estrés.

Miro hacia un punto fijo tratando de calmarme, mientras en la limusina reina el silencio, pero hay una tensión súper palpable en el ambiente.

Poco a poco las cosas se comienzan a tranquilizar, hasta que cierta persona rompe el silencio.

—Jason — habla Fabricio (J3), es el más inmaduro del grupo, también es el menor.

Pero Jason (J5) no le contesta porque está súper concentrado en el juego del momento.

Free fire.

—Jason —vuelve a insistir Fabricio.

Este sigue sin contestar.

—¡Jason! —habla Fabricio más fuerte.

Lo miro y puedo ver la piquiña reflejada en él.

—¡¿Que rayos quieres?! —pregunta Jason pausando el juego.

Ojalá pudieran ver su cara de enfado.

—¿Sabes que le dijo un rábano a una Zanahoria?. —le pregunta Fabricio.

Estoy a punto de reírme.

«¿Le hizo pausar el juego, solo para decirle semejante bobada?».

Jason sabe que el lo hace para fastidiar, y se le ve que tiene unas ganas de darle, pero al ver a Jak, se le pasa.

Fabricio es el favorito de J1, no consiente que le toquen un pelo.

—¿Que le dijo? —pregunto Jason usando de todo su autocontrol para no darle un golpe.

—nada —le responde Fabricio —no ves que los vegetales no pueden hablar.

No pude más, solté la carcajada.

Estaba súper enfadado, pero con Fabricio cerca, es muy difícil estarlo.

Jason en vez de golpear a Fabricio por semejante ocurrencia, levanto la mano contra mi que me estaba riendo.

—¡¿Que?! —lo miro serio.

Tuve que tragarme la risa.

Jason se tranquilizo y volvió a su juego.

Estaba a punto de ganar la partida cuando...

—Jason —vuelve hablar Fabricio.

—callate que ya casi gano. —le responde Jason sin dejar de ver la pantalla.

—¡Jason! —le grita y lo sacude haciendo que vote el teléfono.

Jason levanta la mano decidido a darle, pero entonces es interrumpido por su oponente en free fire.

—¡Gane! —grita Jak.

Creo que todo estaba fríamente calculado.

Jak siempre tiende a querer ser el primero en todo, no hay nada en el que él salga perdedor y no le importa si para lograrlo tiene que jugar sucio.

Fin de la narración.

—Dios los bendiga a todos —dice el pastor finalizando el servicio —pueden saludarse en el amor del Señor.

Todos se comenzaron a saludar amablemente unos a otros.

Me sentí muy bien, como en familia, ellos fueron muy gentiles conmigo, a pesar de que yo no soy cristiana no me tuvieron en poco.

Fue algo lindo.

Me dirigí a la salida con una sonrisa inmensa en los labios.

Me sentía plena, completa.

Incluso estuve a punto de pasar adelante cuando el pastor hizo el llamado al arrepentimiento, pero algo me detuvo.

Siento que para tomar está decisión, debo de hablar primeramente con mi familia.

También debo de estar dispuesta a renunciar a muchas cosas.

Voy a salir, pero me detengo de golpe al ver lo duro que está lloviendo afuera.

Me quedo mirando las gotas caer, acompañada de otras personas, unas de ellas salen con paraguas y otras simplemente van al parqueadero y salen en sus coches.

Jugueteo con el teléfono, pensando en llamar un taxi, pero decido no hacerlo.

Es mediodía, todavía tengo tiempo para irme a distraer un rato.

De repente alguien llega a mi lado y me empuja con su cuerpo.

Por poco y me voy de cabeza a la carretera, pero la misma persona que me empujó, me sostuvo.

—disculpa, perdón, lo siento —habla una voz femenina apenada.

Volteo a ver y me encuentro con una mujer muy hermosa, la cual lleva un vestido bastante costoso, y ni hablar del reloj que lleva puesto, tiene diamantes incrustados, su cabellera es larga, y por su porte, a leguas se nota que es multimillonaria, pero aún así es muy sencilla.

—no es nada —le contesto luego de haberla examinado.

Ella suspira y mete sus manos en los bolsillos del costoso abrigo que lleva puesto.

—¿Es tu primera vez? —me pregunta mirando la lluvia caer.

—¿Mi primera vez? —la miró confundida.

—si, —responde —¿Es la primera vez que vienes a un lugar así?.

Yo asiento.

—aunque en realidad cuando estaba pequeña, mis padres solían traerme —le respondo.

Ella se me queda mirando detenidamente.

Fue tanto lo que me miró que me sentí un poco incomoda.

Supongo que esto es lo que sienten las personas cuando me les quedó mirando.

—me pareces familiar. —comento. —¿Cómo te llamas?.

—me llamo...

De repente un auto blindado salió del parqueadero captando mi atención cuando se detuvo frente a la entrada del templo.

La puerta se abrió y salió un hombre muy apuesto con una sombrilla en la mano, la cual abrió y corrió hacia nosotras.

No podía quitar la mirada de encima de él, sentía que ya lo había visto antes, además el es...

—Dios te bendiga jovencita —dice al llegar a mi lado.

Abrí mis labios para responder, pero no me salieron palabras, aún no salía de mi asombro.

Él se acerca a la mujer con la que yo estaba hablando.

—vamos amor —dice abrazándola, mientras que con la otra mano sostiene el paraguas.

Es una pareja de ensueño.

—adiós —se despide la mujer —espero volver a verte por aquí.

—hasta luego —dice el caballero.

—adiós —digo con voz casi inaudible.

«Ahora lo recuerdo».

«Es el señor Xian».

Muchos recuerdos me invaden.

Recuerdo aquella vez que el fue al culto con la intención de llevarse a papá, no puedo creer que ahora él esté visitando una iglesia y por su forma de saludarme, deduzco que ya es cristiano.

Eso quiere decir que si él está, también está...

Busque rápidamente con la mirada a mi verdadero padre, pero este no se veía por ningún lado.

«¿Será que ya no trabaja para él?».

Mi corazón se entristeció.

El señor Xian le abrió la puerta del auto a su esposa, luego volvió a correr hacia donde yo estaba.

—señorita —me dice —mi esposa le manda esto —me entrego el paraguas —dice que se lo presta.

Tome el paraguas en mis manos un poco confundida.

Que yo recuerde, jamás se lo pedí prestado.

—pero...—trato de objetar, pero el vuelve a su auto y se van.

«Que extraño».

«Bueno, ahora que tengo paraguas, no tengo que preocuparme por la lluvia».

Comienzo a bajar las gradas, justo en ese momento llegó Deimond en su auto.

—por poco y no llego a tiempo —me dice bajando del auto y abriéndome la puerta para que yo suba.

—no debiste haberte molestado —le digo mientras subo al coche.

Lleva una ropa totalmente diferente a la de esta mañana y tiene esa sonrisa cautivadora de siempre.

—para mi venir a recogerte, no es una molestia, es un privilegio, ya que estoy andando con la mujer más bella.

Sonrió ante sus palabras.

Si me sigue hablando así, creo que me lo voy a terminar creyendo.

—¿Que hay de J1? —le preguntó.

El auto se pone en marcha.

—por ahí se quedó con los otros —responde sin darle importancia.

—¿Se puede saber por qué crearon ese grupo? —le preguntó.

Él se remueve incómodo en su lugar y se rasca la nuca.

—es un poco complicado de explicar...—se queda pensando —veras... nosotros somos amigos desde el hogar, excepto por J5 que se unió después, nos hemos mantenido unidos todo este tiempo, de pronto un día el hn de J1 murió y este tuvo un cambio drástico, fue entonces cuando decidió crear este grupo.

—osea que solo son...

—¡Oh! Mira—exclama él mirando por la ventana del auto —¿Te gustaría ir a comer un helado?.

Yo asiento mirando el letrero de la heladería.

—detengase por favor —le pide al chófer.

Horas después.

Finalmente llegamos a casa sanos y salvos, Deimond me acompaña hasta la entrada.

Llevo una sonrisa de oreja a oreja, ya que pase unas horas inolvidables al lado de Deimond, él es una persona muy excelente.

—gracias por todo —le digo a Deimond despidiéndome.

—gracias a ti —me contesta.

Él se acerca para despedirse de mi con un beso en la mejilla, pero yo me adelantó y le doy la mano a modo de despedida.

El sonríe y la toma.

—supongo que este es el adiós —dice con lastima.

Yo asiento con la cabeza.

—adiós —le digo soltando su mano.

—hasta mañana —me dice y se da vuelta para marcharse.

Me quedo mirandolo hasta que llega a su auto y se queda de pie sin entrar.

De pronto se da vuelta y viene corriendo hacia a mi.

Lo miro confusa y antes de que llegue automáticamente me mandó las manos a la boca.

Generalmente en las películas el chico se devuelve y le da un beso a la chica, pero yo no me siento preparada para ello.

El termina de llegar y se detiene a una distancia prudente.

—¿Puedo venir a recogerte mañana, para ir a estudiar?

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