19. VÍCTIMA DE MI IMAGINACIÓN
Santa Biblia Reina Valera 1960 - 1 Samuel 21
15 ¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de entrar éste en mi casa?
Días después.
Me encuentro acostada en un mueble blanco súper cómodo, pero con el corazón echo pedazos y los ojos hinchados de llorar.
Lo único que hago es mirar hacia el techo que por cierto no tiene nada de interesante y ni hablar de las paredes, que también son totalmente blancas.
Aparte de este cómodo mueble, está el escritorio de ese sujeto de bata blanca, que lo único que hace es hablar cosas sin sentido y hacerme creer algo que no es.
¿Ya se imaginaron en donde estoy?.
Pues estoy en el consultorio de un siquiatra.
Así como lo oyen, me han traído a un siquiatra.
Tirsa se los recomendó, porque según ella, estoy al borde de la locura y necesito ayuda profesional urgentemente.
—digame —dice el siquiatra parando de teclear en su computadora y mirándome —¿Como es ese chico imaginario que usted vio?.
Suspiro con impaciencia y me siento en el mueble, mirando fijamente al doctor, para responder algo que ya he dicho varias veces.
—ya le dije que no fue imaginario —le respondí —es 100% real, lo ví con mis propios ojos, no son imaginaciones de mi cabeza.
Él me dió una sonrisa de boca cerrada y una mirada cansada.
—pues lamento informarle que su mamá no vio a nadie y el vigilante del parqueadero menos, tampoco está registrado en las cámaras de vigilancia, —contesta —lo que da a entender perfectamente que usted lo que vió fue producto de su imaginación y nervios.
Lo miro frustrada.
No sé cómo expresarme para hacerle entender de que es verdad.
Me remuevo incómoda en el mueble, miro por unos segundos el piso blanco, luego se me ocurre algo y levantó la mirada.
—ya sé —digo —en un descuido del vigilante, este chico se entró al parqueadero, y además manipuló los vídeos de seguridad y por esa razón no aparece.
El niega con la cabeza.
—Sabe que eso no tiene lógica, señorita —me dice volviendo su vista a la computadora mientras teclaa algo —¿Por qué no más bien, reconoce que fue una mala pasada de su imaginación e iniciamos con el tratamiento para que no vuelva a tener esa clase de alucinaciones?.
Me mandó las manos a la cabeza con desesperación.
—pero es que yo lo ví —vuelvo a insistir.
Él me dedica una mirada noble.
—creame, la mente es experta en hacernos ver cosas que no son —vuelve a hablar —cuando tenemos enfermedades mentales, muchas veces con solo pensar en las personas, ya las estamos viendo.
En eso sí tiene razón, yo pensé en aquel chico y cuando mire, él estaba ahí, como por obra de magia.
Pero se veía tan real, que me cuesta creer que solo fue algo imaginario.
—por ejemplo —continua —muchas veces han venido aquí personas que dicen ver a sus seres queridos muertos, ¿Usted cree que ellos pueden salir de sus tumbas y venir a verlos? —me pregunta.
Yo niego con la cabeza.
—obviamente están siendo víctimas de su propia imaginación, de lo que creen que es, pero que en verdad no es —dice —es lo mismo que te pasa a ti, ahora bien, si quieres seguir insistiendo en ello, entonces tendrás que seguir viniendo, hasta que finalmente te recuperes y puedas ver la verdadera realidad
Me quedé en silencio ante sus palabras.
El tiene toda la razón, quizás yo lo imaginé todo, porque aquel chico no pudo haber pasado tan desapercibido.
Es algo simplemente imposible.
Pero el solo hecho de pensar que fue parte de mi imaginación, me hace sentir mucho miedo.
«Que tal siga imaginando cosas similares».
Narra Fares:
Un mes después.
Su parecido es sin igual, verla sonreír, es como ver a la mismísima Alice.
Verla reír libremente, sin tener miedo a nada.
Es una satisfacción que nadie más puede darme.
He estado observando a Linda en secreto.
En lo oculto.
En las sombras, mientras que ella está en la luz, a los ojos de muchas personas.
Quise hablar con ella, pero me faltó el valor.
No quiero terminar en malos términos, como terminé con los otros mellizos.
Además a ella le borraron todos sus recuerdos, así que será mucho más difícil.
Tampoco quiero que recuerde esa vida tan miserable que tuvo que llevar en aquel horrible orfanato.
Aún así ella está pasando por procedimientos muy fuertes, debido a que sus "papás" creen que ella tiene trastornos mentales, y lo que realmente pasa es que cuando no toma la medicina, comienza a recordar.
Es entonces cuando me decido a ir por ella.
Ya ha pasado mucho tiempo siendo el reemplazo de alguien más.
Creo que ella merece saber quién es su verdadera familia.
Con esas intenciones llegué al centro comercial donde se encontraba con su "amigo".
Ojalá supiera quién es él realmente.
Pero al verla reír, libre de todo problema y preocupación.
Hizo que todo mi valor se fuera al piso.
Así que decidí tomar la decisión más dolorosa que allá tomado, claro que en estos días he tenido que tomar muchas decisiones dolorosas, pero todo es por una justa causa.
Cobrar venganza.
Decidí dejarla sana de todo, que siga viviendo su vida de princesa, ajena a todo lo que vivió cuando era niña.
Así que solo me límite a subir las escaleras eléctricas.
Pase por su lado mientras subía, lo único era que íbamos en direcciones distintas.
Mientras yo subía ella bajaba.
Sentí un dolor fuerte en mi pecho cuando pase por su lado y comenzamos a alejarnos.
Por un momento deseé que la energía se hubiera ido en ese momento, así habría podido tenerla cerca por más tiempo, al ver que las escaleras se habían detenido.
Pero ya era tarde para desear aquellas cosas.
Decidí no dejarme amedrentar por ello, además esto es lo mejor para ella.
Luego de llegar al tercer piso, comencé a buscar una salida por dónde no me la fuera a encontrar.
Lo único malo es que Mibsan anda loco por quererse acercar a ella.
Pero eso no será problema para mí.
Me haré cargo de él, buscaré su lado débil y atacaré.
Le he dicho por las buenas que la dejé en paz, pero me he dado de cuenta que él no entiende de esa manera.
Fin de la narración.
Estoy en el centro comercial pasando un rato agradable con York, mientras río sin parar ante sus ocurrencias.
Es el único que me puede hacer reír de esta manera.
Eh aceptado el tratamiento y me siento súper bien.
Efectivamente aquello del chico fue una muy mala pasada, simplemente era parte de mi imaginación.
Y con el procedimiento que me han hecho estoy totalmente recuperada.
Aparte de ello he seguido tomándome la medicación al pie de la letra y todo ah marchado súper bien.
Eh decidido volver a empezar de cero y dejar de estar pensando cosas sin sentido.
Iba bajando por las escaleras eléctricas mientras reía sin parar con York, ante la atónita mirada de aquellos que me ven y reconocen que soy la modelo estrella.
Cuando de pronto lo miro.
Él también está en las escaleras eléctricas, la única diferencia es que el sube y nosostros bajamos.
Es un hombre ya grande, el cual estoy muy segura de haber visto antes.
No sé si en la televisión o en algún evento.
Solo sé que ya lo he visto.
Él pasa sin mirarme.
Llegamos abajo y yo volteo a verle.
Este termina de subir las escaleras eléctricas y sigue su camino.
«¿Dónde lo he visto antes?».
Me quedo haciendo memoria y es entonces cuando lo recuerdo, es el mismísimo señor de la internet.
Al que le mataron toda la familia.
Pero...
Un momento.
Ahora que lo veo en persona, se me hace que también lo he visto en sueños, solo que en una versión más joven.
—oyeee —me llama York, tronando sus dedos frente a mi.
—uumm —volteo a verlo.
—¿Estas bien? —me pregunta.
Yo asentí.
—sip, es solo que me dieron deseos de comer helado. —le mentí.
Si le hablo de que a ese hombre yo lo ví en sueños, simplemente me tendrá por loca y tendré que volver dónde el siquiera.
Si es que no me internan al manicomio.
—entonces vamos por helados —me invita tomando mi mano.
Yo me resisto a irme.
—ve tu y yo espero aquí —vuelvo a mentir.
Pero afortunadamente él no lo nota.
—esta bien —contesta antes de irse por los helados.
Me quedo mirandolo hasta perderlo de vista y entonces sin saber porque, corro a las escaleras eléctricas y subo al tercer piso en busca de aquel hombre.
Quiero volver a verlo, para saber si es el mismo hombre de mis sueños y él de la internet.
No entiendo por qué sueño con alguien que nunca he visto en la realidad como tal.
Llegó arriba y comienzo a buscarlo con la mirada, pero ya no hay rastro de él.
Es como si hubiera desaparecido.
Paso una mano por mi rostro y meto detrás de mi oreja un mechón de cabello rebelde, mientras trago grueso decepcionada de haberlo perdido de vista.
Es entonces cuando caigo en cuenta.
«Tal vez pudo haber sido parte de mi imaginación».
«¿Pero como?».
Yo he seguido la medicación al pie de la letra.
Además se veía muy real.
Aunque pensándolo bien, la imaginación de aquel chico, también fue bastante real.
Decidí volver sobre mis pies, no sin antes volver a mirar a todo mi alrededor, para asegurarme de que no esté.
Aunque pensándolo mejor, sería mucha coincidencia ver a ese hombre, a no ser que halla venido con su je...
—hola —habla alguien a mi lado.
Giro mi rostro para ver y me encuentro con un chico de la edad de York aproximadamente.
Sus ojos se iluminan al ver que tiene mi atención.
—¿Eres la modelo de las revistas, cierto? —pregunta emocionado.
Yo asiento en silencio.
No es la primera vez que alguien me mira así, como algo sublime, como si no fuera al baño como todos los demás.
O como si fuera, solo que hiciera florecitas.
—¿Podría tomarme una foto contigo? —pregunta emocionado.
«Típico de ellos».
«Solo lo hacen para vanidiar con los amigos».
Odio cuando una persona se acerca a mi por mi fama, y no por quien realmente soy.
—no estoy en sección de fotos —le respondo con brusquedad y altivez, mirándolo de arriba abajo.
Él se incómoda, puedo verlo por su cambio de postura, aún así vuelve a sonreír.
—oh vamos tía, solo será una foto —insiste.
«Ahora me salió españolete».
—en primer lugar no soy tu tía, okay —digo levantando las cejas, mirándolo con mi mejor mirada de desprecio —en segundo lugar, ¿Cuánto estás dispuesto a pagar?.
Él se quedó pensando, yo lo mire fijamente, pero entonces mire a alguien más.
Era el hombre, solo que estaba ya bastante lejos.
—pues...—dice indeciso.
No perdí más tiempo con aquel sujeto y lo deje con la palabra en la boca, mientras corría hacia aquel hombre, el cual abrió una puerta y desapareció por ella.
Camine lo más rápido que pude e hice lo mismo.
Entre por aquella puerta, sin esperar la sorpresa tan grande que iba a llevarme.
¡¡¿Queeee?!!
«¿A quien se le ocurre usar las escaleras en pleno siglo XXI?».
No tuve tiempo de meditar en una posible respuesta, porque tenía que correr a alcanzarlo.
Baje rápidamente las escaleras, según mi agilidad me lo permitió, pero ya no veía a nadie.
Mis nervios comenzaron a alterarse al pensar que he sido víctima de mi imaginación nuevamente.
Estoy en el parqueadero, el cual es inmenso, lleno de muchos autos de diferentes modelos.
Me siento un poco nerviosa, porque a pesar de ser este el parqueadero de un centro comercial, está muy vacío para mí gusto.
Me lleno de alivio al ver que aunque no se ve el vigilante, hay muchas cámaras por todos lados.
Decido rendirme en mi búsqueda de alguien que no sé si sea real y comienzo a buscar el auto de York.
—de acuerdo jefe —escucho una voz masculina muy profunda, detrás de un coche a mis espaldas.
Me doy vuelta y rodeó el coche.
Efectivamente ahí está el hombre, de espaldas hacia mi, guardado su teléfono en aquel gaban negro que lleva, el cual lo hace ver cómo alguien misterioso.
También lleva una bufanda negra, y unos guantes negros.
Definitivamente todo su vestuario es negro.
De pronto esté se da vuelta y nuestras miradas se encuentran.
Lo que siento al verlo, es algo inexplicable.
Es como una punzada en mi pecho, como si fuéramos muy cercanos.
Cómo si de alguna manera, hubiésemos compartido en el pasado.
Incluso comienzo a sentir un leve dolor de cabeza.
Lo mismo que sentí al ver a aquel chico en ese callejón sin salida.
—¿Se te perdió algo, niña? —pregunta rompiendo el silencio.
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