Cuando dieron las ocho de la noche yo ya me encontraba listo, esperando a que llegue el taxi para así dirigirme a aquel restobar "Valhalla" en donde me encontraría con Jungkook y Seokjin, habíamos ido a ese sitio una sola vez cuando fui de visita a la ciudad, en las vacaciones de verano. Y a partir de ese momento se volvió nuestro lugar favorito, era un ambiente muy bueno, pasaban buena música, tenía mesas en la terraza, luces de colores, muy buena cerveza y podíamos pasar horas allí hablando simplemente de nuestro día a día. 

Al llegar le pagué al taxista y me bajé del auto, caminé hacia el interior donde Jungkook y Seokjin me estaban esperando, levante la mano a lo lejos en forma de saludo y a su vez haciéndoles saber que había llegado. Cuando me encaminé hacia el lugar donde estaban sentados, noté una tercera persona en nuestra mesa.

¿Qué hacía él ahí?

—Me lleva el jodido diablo.

Se escapó de mis labios la frustración que me estaba consumiendo, llevaba todo el día maquinando mi cabeza con cierto rubio, que por cierto, estaba sentado entre Seokjin y Jungkook.

Y me frustré, los dos sabían perfectamente lo que me pasaba con Yoongi, quizá Seokjin no tanto. Pero Jungkook... Él era mi confidente y tener a Yoongi en la que se supone que sería nuestra noche para divertirnos, complicaba las cosas, complicaba mi humor.

—Miren nada más, quien cayó del cielo—Dijo Jungkook con una sonrisa en sus labios, lo saludé con una sonrisa y un abrazo palmeando su espalda, a Seokjin de la misma forma.

Y a Yoongi simplemente le estreché la mano con un "¿Que tal Yoongi?". Quisiera poder decir que no sentí una corriente eléctrica en mi cuerpo cuando las yemas de mis dedos hicieron contacto con su piel, pero estaría mintiendo descaradamente. En ese momento, me sentía un imbécil. Me sentía frustrado y enojado por la presencia de alguien que no me había hecho daño. Pero a su vez, me derretía el corazón el sentir su cálida mano haciendo contacto con la mía.

O quizá yo solo estaba dolido.

—Vaya, que reencuentro más inesperado. —Seokjin siempre tan inoportuno.

—Jimin no avisó que vendría, ni siquiera a mi—Oh, hablaban de mi reencuentro con ellos. No con Yoongi.

—Siempre tan reservado el doctor Park —Seokjin rió y pude ver como Yoongi le hacía una seña al mesero para que nos tome la orden, yo tomé asiento al lado de Jungkook.

—No he tenido tiempo para nada, mi vida se adapta al cambio —intenté relajarme, pero la presencia de Yoongi en frente mío no me ayudaba en lo absoluto. —¿Que cuentan ustedes?

El mesero llegó y todos pedimos cervezas, las cervezas del Valhalla eran las mejores de la ciudad. Y nosotros éramos unos borrachos empedernidos. No tardó mucho en traernos cuatro chopps bien cargados.

—Yo estoy muy estresado con la universidad —Jungkook se peinó su melena hacia atrás, tenia el cabello más largo que la última vez que lo vi.

—Lo que daría por estar en la flor de mi juventud, disfruta la universidad—Seokjin lo señaló con el dedo y Jungkook se encogió de hombros.

Y Yoongi no hablaba, estaba incómodo al igual que yo.

—¿Y tú, Yoongi? —Le pregunté para luego llevarme el chopp a la boca y darle un sorbo a mi cerveza, arrepintiendome de haber abierto la boca. Odiando ser tan impulsivo.

—No hay mucho que decir —Su mirada se plantó en la mía y me sentí cohibido.

—Tiene que haber algo —Jungkook pasó su brazo por el hombro del rubio para apretarlo contra si incomodamente y este hizo un gesto de disgusto, detestaba el contacto físico. Y yo recordaba esos detalles.

—Bueno, soy un padre soltero ¿qué puede haber de interesante en eso? Preparo desayunos con formas de dinosaurio de una forma casi perfecta. —Bebió un trago de su cerveza y esos ojos filosos me volvieron a mirar.

—Ah, venga hombre —Seokjin le palmeó la espalda —Ya vendrá la indicada. Y le encantarán los sandwiches en forma de dinosaurio.

—No me refería a eso—Miró a su hermano mayor y negó —Soy muy feliz teniendo a Hana, no tengo tiempo para otra cosa además de ella y el trabajo.

—¿De qué trabajas? —mi interés era notorio, Jungkook y Seokjin se miraron, sabían que moría por hablar con Yoongi, por saber de él, por saber cómo le había ido en todos estos años y qué había sido de su vida.

—Soy oficial de la marina —Dejó el chopp en la mesa — Y tú eres médico, Hana quedó encantada contigo el otro día.

Podía ver las expresiones de complicidad entre Jungkook y Seokjin.

—Ella es una dulce... —sonreí recordando a la pequeña con sus trencitas y mirada felina como su padre. —¿Como está ella? ¿Funcionó el medicamento?

—Está mucho mejor, no tuvo más síntomas, ahora está comiendo saludable.

Poco a poco, sin darme cuenta, volví a sentirme en casa. Volví a sentir que Yoongi y yo éramos esos mejores amigos de la infancia y que realmente nada de nuestra amistad había cambiado. Pero algo seguía doliendo en mi interior, no físicamente, pero si sentimentalmente. Era punzante, era molesto como una espinilla en el pie. Y ese sentimiento de comodidad no me duró mucho, porque era consciente de que cuando algo cambia, jamás puede volver a su estado anterior.

Jungkook se levantó para ir al baño y yo le dije que lo acompañaba ya que también quería ir. Cuando ambos entramos realmente quería preguntarle si él lo había invitado, pero se me adelantó.

—Yo no tuve nada que ver —Se atajó, sabiendo que iba a preguntar —Fue Seokjin el que le dijo, yo llegué y ellos ya estaban aquí.

—Me siento raro... Hablar con Yoongi después de tantos años, sabiendo lo importante que fue él para mi—Me rasque la nuca y espere a que Jungkook termine de orinar —Es vergonzoso sentirme así ahora.

—¿Así como? —Preguntó subiéndose el cierre del pantalón.

—Incómodo, se supone que yo con veintisiete años ya debería de haber dejado todo atrás. Como él. —Dije y luego me crucé de brazos.

—Jimin, no es vergonzoso que te sientas así.—Se lavó las manos mientras se veía en el espejo —Es que hay ciclos que no has podido cerrar, Yoongi es esa parte inconclusa en tu vida que nunca ha tenido un cierre, pero que tampoco nunca tuvo un clímax. Desde que no hablas con él te has sentido en un limbo e incluso lo sientes ahora, después de tantos años.

—Pero es doloroso—Solté un suspiro y lo miré —Y siento rencor, muchísimo rencor injustificado.

—¿Por qué? —Jungkook se secó las manos y me observó.

—Porque no me esperó —Llevé mi mano a mi frente, frustrado —Es tan infantil este pensamiento pero... Él ni siquiera hizo el intento de luchar por mi, incluso años más tarde cuando ya eramos adultos de veinte años... Se enamoró de alguien más.

—Mira Jimin —Jungkook me tomó por los hombros sin ser brusco —No, tu pensamiento no es infantil. Eres humano y tienes derecho a sentir, tienes derecho a fallar así como Yoongi también lo tiene. Pero esos sentimientos tuyos se pueden disipar... Y nunca es tarde para pedir perdón. Tú y Yoongi necesitan cerrar esa etapa si realmente quieres dejar de torturarte mentalmente con esto.

Me quedé pensando en sus palabras. Y joder, cuanta razón tenía.

Yoongi era esa parte de mi vida que había quedado inconclusa, por eso mismo nunca me tomé la libertad de enamorarme de alguien más. Por eso siempre que conocía a alguien no podía llegar a sentir más que deseo o atracción sexual. Pero jamás amor.

Volví a suspirar, que difícil era tener a Yoongi delante mío y no poder decirle el huracán de sentimientos que me provocaba. Él era y siempre había sido mi talón de Aquiles.
Con Jungkook regresamos a la mesa y luego me decidí a que iba a dejar que todo tome su rumbo natural. Iba a dejar que todo fluya sin precipitaciones, sin impulsividad.

Lo que tenía que ser, sería y si Yoongi no era para mí, el destino me lo haría saber.

Pero de que algo cambiaría, estaba seguro.

... (🦋) ...