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Te Salvare........

Era un nuevo día, lo mismo de siempre. Tatsu estaba preparando el almuerzo a su esposa para que se vaya a trabajar mientras ella intentaba ponerle los zapatos para partir a su trabajo.

—Miku—Dijo Tatsu rompiendo El silencio que había desde hace unos minutos llamando la atención de la mencionada—Ya está tu almuerzo—Decía el entregándole el taper con el almuerzo que el le había preparado a esta—.

—Muchas gracias Tacchan—Sonrió ella para luego guardar su almuerzo en su bolso—.

—Ya deberías irte o llegaras tarde a tu trabajo........—Decía el con su tono monotomo de siempre—.

—Bueno ya me voy, pero antes.........—

—Pero antes que-

Fue interrumpido por un beso en los labios por parte de la mujer, en ese momento quedó más quieto que una estatua por la repentina acción de ella, no era muy común que ellos dos se despidieran de ese modo teniendo en cuenta que Miku siempre estaba apurada para llegar a su trabajo. Después de casi unos minutos la mujer se separó lentamente mirando a los ojos con una sonrisa a su marido quien estaba más rojo que un tomate por su repentina acción.

—Jajaja........—Se rio un poco por la expresión de confusión del hombre para luego darle un pequeño beso en la mejilla—Nos vemos luego Tacchan.........—Tomo su bolso para luego colgarselo en el hombro y encaminarse hacia la puerta—Cuando regrese debo decirte algo, adiós, te amo—Dijo para luego dar un portazo al salir del apartamento de ambos—.

—"¿Q-que......acaba de pasar?"—Pensaba confuso mientras tocaba sus labios con algunos de sus dedos y su rostro se tornaba de un rojo muy intenso mientras aún estaba hay, parado sin moverse al tratar de asimilar lo que acababa de ocurrir—.

Estubo haci por casi 10 minutos hasta que su gato tiro por ascidente un florero de la repisa sacandolo del trance.

—¡Gin!—Le grito, tomó rápidamente la escoba y la pala y se dispuso a recojer los pedazos de cerámica espalcidos por doquier—¡Mira nada más lo que has echo!, ¿acaso te parece que a mi me pagan por limpiar o que?—le regaño mientras tiraba las cerámicas rotas en la basura—.

—Miau~..........—fue lo único que salió del hocico del felino—

—Pero ahora que lo pienso............—Recordo las palabras que le había dicho su esposa antes de irse y se preguntó—¿Que es lo que va a decirme Miku?…........?—.

(............)

—Miku-san, ¿cuando piensas decírselo?—.

—Apenas llegue a casa lo hare—

Miku estaba caminando hacia afuera de las oficinas de su empresa junto con su amiga del trabajo, ya habían terminado su jornada laboral y ahora se dirigia cada una a su hogar.

—¿Crees que se lo tome bien?—.

—Conozco bien a Tacchan, se que en cuanto lo sepa comenzara a dar brincos de alegría, jajaja—rio un poco ella—Aunque puede ser que se desmaye.............—.

—¿No pueden ser ambos?—.

—Quizás—Se puso a pensar Miku—"Espero que no le de algo cuando se enteré"—.

—Miku-san ya llego mi trasporte—Decía la mujer mientras se subía al taxi que la llevaría a su casa—Nos vemos luego Miku-san, suerte con la noticia a tu marido!—Decía bajando la ventanilla del auto para que luego el taxista arrancase y se fueran de alli dejando sola a Miku—.

La pelirrojiza emprendió su caminata hasta casa, su amiga anteriormente le había dicho que podía ir con ella en taxi hasta su casa pero ella rechazo amablemente su oferta y decidió regresar a su hogar caminando.

Grave error Miku..........

Mientras la mujer iba caminando dando taconazos a la acera de concreto y iba pensando perdiéndose en sus propios pensamientos.

A la vuelta de la esquina le esperaba una horrible sorpresa..........

—¡Shi!—Chillo de repente sonriendo de la felicidad—ya quiero llegar a casa y darle esta hermosa noticia a Ta-

No logro acabar por completo su frase e su felicidad se acabó ya que al pasar por delante de un callejón dos tipos enmascarados le taparon la boca con una mordaza, le ataron hábilmente las manos y la metieron directamente a un costal, Miku trató de desatarse para poder gritar y pedir ayuda pero no podía lograrlo, los dos hombres arrojaron el costal a la parte trasera de una limosina negra. Al lograr acomodar al costal forcejeador en el asiento, los dos hombres se sentaron a los costados de Miku para luego cerrar las puertas.

—Arranca!—

El chófer le obedeció y arrancó rápido la limusina.

—Desatenla.......—.

Los dos hombres le sacaron el costal a Miku, le desataron las manos y le quitaron la mordaza. Cuando ella ya estaba ""liberada"", miró al frente de ella, en los asientos de delante, y vio a un hombre viejo elegante de traje, sosteniendo una copa de vino mientras le veía sonriendo, era un yakuza.

—Felicidades señora dragon, por traer al heredero/a del "Dragon inmortal" a este mundo........—Decía el aun sonriendo mientras le daba un ligero sorbo a su bebida—Lamento informarle que ahora usted y su bastardo seran una perfecta carnada para atraerlo a "El"—.

Miku estaba en shock por lo dicho por el hombre, tan solo podía temblar sin lograr calmarse.
Nunca imagino o creyó que pudiera acabar en una situación así.
Tocó su vientre esperando que a ambos no les ocurra nada malo.

—Tacchan.........—Ella susurro comenzando a derramar unas cuantas lágrimas mientras se abrazaba así misma estando cabizbaja—Por favor, te lo suplico, salvarnos  por dios, salvarnos.............—.

(............)

—Ya se tardó mucho........—.

Se decía asi mismo Tatsu mirando el reloj de la pared dando las 17 de la tarde, enfrente suyo estaba la cena que había preparado con tanta dedicación para su mujer al regresar de su jornada laboral. La comida a estas alturas ya estaba fría y la preocupación del ex yakuza aumentaba a cada segundo.

Ella aun no regresaba. ¿Y si le pasó algo?, ¿y si la asaltaron?, ¿y si se metió por accidente en problemas?, ¿y si la atropellaron?. Muchos escenarios pasaban por la imaginación de Tatsu temiendo en todos lo peor. El sacudió frenéticamente la cabeza y se dio una bofetada para calmarse. ¿Que estaba pensando?. Su Miku era una mujer fuerte e independiente, nada de lo que imaginaba sería real, ella de seguro estaba haciendo trabajo extra o de seguro ubo una reunión de imprevisto en su oficina, de seguro ella esta bien.

—"¿Oh no?—Pensó este sintiendo un nudo en el estómago teniendo un mal presentimiento—.


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