26 de septiembre de 1984

Eran las 01:00 AM cuando la puerta de la alacena fue abierta por una niña de 7 años, lo curioso es que lo había hecho desde adentro. Una vez afuera, tomo la mano del pequeño Harry de 4 años y lo llevo a la cocina. Allí, le preparo un sándwich de mantequilla de maní y mermelada para que comiera alimentos verdaderos (y no solo un pedazo de pan viejo o fruta podrida)

- Harry, escucha - susurro la niña para no despertar a nadie mientras el pequeño comía tranquilamente - Iré por algunas cosas arriba y vuelvo, ¿si? No te muevas, regreso enseguida.

El pequeño asintió mientras la pequeña subía las escaleras hacia el cuarto de los adultos, necesitaba ropa de verdad y en el armario de Petunia había mucha, no le molestaría que la tomara "prestada". Se decidió por un vestido blanco con flores rosa pálido y cinturón lila y unos zapatos de charol, ambos fueron encogidos para que le quedaran. También tomo la billetera de Vernon y todo el dinero que había en ella.

Miro con odio a la pareja que dormía plácidamente y salió del cuarto, pasando luego por el cuarto del niño consentido de la casa. Allí, tomo algo ropa y también las encogió para que le quedaran a Harry. Estaba a punto de salir cuando algo la atrajo al niño, como si el regordete tuviera algo de especial. Paso su mano por su pecho y una pequeña chispa salió de ella, sobresaltándola de momento.

- Eres como yo - susurro la niña sorprendida.

Dudley en realidad era un mago como ella, solo que él había logrado reprimir por completo su magia y por eso no se manifestó como mago. La pequeña se asusto al descubrirlo, significaba que el niño que tenia en frente estaba gestando un Obscurus y que moriría antes de los 10 años si no empezaba a usar su magia.

Por un lado, quería dejar que lo llevaran a un orfanato y olvidarse por completo de su existencia. Pero por otro, no podía permitir que el niño sufriera aunque sea un poco por lo mismo que ella. Tan solo imaginar lo cruel que podían ser con él la hizo decidirse por lo segundo pero... ¿cómo criar a un niño que fue educado para lastimarla?

"Haz que olvide todo" dijo una voz misteriosa en su cabeza. "No necesita saber de donde viene, no necesita ese dolor". Haciéndole caso a la voz, la niña borro todo recuerdo del niño sobre sus padres y falsifico los de ella y Harry para que él pudiera confiar en ellos. Una vez hecho eso (y recuperado el aliento), comenzó a despertar al pequeño.

- Mmm - Dudley se removió en su cama hasta que despertó, la presencia a su lado lo tenia confundido - ¿Qué pasa?

- Nos vamos, Dudley - dijo la niña empleando un tono dulce que no creyó usar en el niño alguna vez - Empaca tus cosas, Harry nos espera abajo.

Dudley no entendía nada de lo que estaba pasando (gracias a los recuerdos alterados) pero le hizo caso, vació su mochila de la escuela y metió algunas ropas dentro. Un hechizo imperceptible hizo que todo cupiera dentro y luego de que Dudley se cambiara (y de que ella hiciera un golem del niño con algunas modificaciones), ambos bajaron por la escalera. Una vez que llegaron a la cocina, la niña tomo una conservadora y puso toda la comida que pudo dentro.

- Dudley, ve con Harry y trae el carrito rojo de la cochera - ordeno la niña, ella observo como se iban y luego susurro para si misma - Yo tengo que hacer una ultima cosa.

La niña regreso a la alacena y empaco lo poco que consideraba valioso, incluyendo una cámara que conservaba muy bien escondida. Desde hace un año, la pequeña ha estado sacando fotos de todas las heridas que ella y Harry han sufrido (durante y después de las agresiones) para mostrárselas a la policía. Con la política de "los niños no se tocan" que tienen la mayoría de los presos, esos dos la iban a pasar muy mal.

Antes de entregar la memoria, faltaba una ultima cosa que fotografiar: sus "cuerpos". La niña no solo uso magia para crear una copia casi exacta de ella ("casi" porque parecía que su cuerpo estaba en descomposición desde hace tiempo) y Harry (ambos con moretones y cortadas) sino que recreo perfectamente el olor a carne podrida para que la policía supiera donde estaban los "cadáveres". Con la escena montada, las fotos en la mano y los niños con el carrito, ya podía irse.

- ¿A donde vamos? - pregunto Harry curioso mientras la niña ponía la conservadora en el carrito.

- A nuestra nueva casa, solo para los tres - dijo la pequeña emocionada.

Los pequeños no la cuestionaron y, tomando cada lado del cinturón de su vestido (ya que ella llevaba el carrito con la conservadora a la que le había puesto un hechizo peso pluma), los tres salieron de la casa en silencio. Caminaron por el vecindario hasta salir del mismo y llegar a un complejo departamental, los tres fueron a la recepcionista del lugar.

- Díganme, ¿en que los puedo ayudar? - pregunto la joven muy amable.

- Queremos una habitación para nosotros tres, por favor - dijo la niña extendiendo el dinero y usando su magia para que la chica no empezara a cuestionar nada.

Afortunadamente, la recepcionista le dio la llave de una de las habitaciones y los dejo irse sin hacer preguntas. Los niños subieron las escaleras hasta el tercer piso y buscaron el numero de su departamento: 42A. Cuando lo encontraron, la niña introdujo la llave y abrió la puerta. Los tres entraron y cerraron la puertas detrás de si.