Se sentía muy cómodo; un calor y aroma familiar inundaron sus sentidos. Lentamente abrió los ojos y se encontró en los brazos del pelirrojo. Su corazón dio un vuelco al ver esas finas facciones tan de cerca. Se removió un poco y el pelirrojo lo estrujó un poco más.

—Kōki...

Miró a su acompañante y se percató de que seguía dormido.

¿Cómo habían terminado durmiendo juntos?

Cuando se logró calmar por los recuerdos de Fukuda, su madre le dio un té para tranquilizarlo y hacerlo dormir. Pero no quiso soltarse de Seijūrō Akashi... Su prometido.

Saber que era su prometido surgieron muchas preguntas ¿Cómo se hicieron novios? ¿Cuánto tiempo llevaban juntos? ¿Qué habían vivido? ¿Cómo se habían comprometido? Su familia, sus amigos y Seijūrō estaban sufriendo por qué él no los recordaba. Quería respuestas pero tenía que recordar por sí mismo.

Aunque haya recordado levente diciendo a Fukuda que eran novios y luego prometidos, no podía decirle al pelirrojo. Quería recordar todo, o por lo menos gran parte de su relación. Sabía que eso le haría daño a Seijūrō pero quería por lo menos recordar un poco más.

Abrió los ojos y se encontró con la mirada chocolate —Buen día— no quería soltarlo, pero tendría que hacerlo —¿Cómo te sientes?

—Buen día. Mejor.

—¿No más pesadillas?

Negó —¿Qué sucedió con él?

—...— dudó unos segundos pero era mejor que lo supiera —Cuando llegué evite que te violara y nos fuimos a los golpes. Hikaru llegó, y al ver la situación se metió y entre los dos lo sometimos; llamamos a la patrulla y una ambulancia para tí. Al final, te había drogado y dado un paralizante. Te mantenía consciente pero sin mover tu cuerpo.

—Qué horror...

—A Fukuda le dieron unos meses en prisión. Pero pagó la fianza y salió. Desde entonces hemos evitado que se acerque a ti.

—¿Y sí viene?

—Lo detendré. Confía en mí, soy tu...

—¿Eres mí?— miró al pelirrojo.

—Tú confía en mí. Ahora levántate. Iremos al médico.

Se sentó y observó mejor la habitación. En una esquina había un librero con bastantes libros; un escritorio y sobre él otros objetos. Se levantó y comenzó a buscar en el closet —Es muy lindo.

Seijūrō se asomó lo que Kōki veía y sonrió —Póntelo. Te quedara muy bien.

—¿Me lo puedo poner?

—Todo es tuyo.

—¿Con qué otra cosa se pone?

—Déjame ver— busco lo mismo que el castaño había vestido una vez —Al final te ayudo con lo que falta. El baño está a la tercer puerta a la derecha.

Tomo las prendas que el pelirrojo le entrego, busco ropa interior y luego se dirigió al baño. Al entrar un sinfín de recuerdos golpearon su mente, incluso unos que lo hicieron avergonzar —Oh Dios— murmuro sosteniéndose del marco de la puerta y completamente sonrojado ¿Habían hecho eso en el baño? No podría creerlo. Cuando recordara todo tendría que hablar claramente con Seijūrō.

—Cariño ¿Estas bien? — Aimi había salido de su habitación y se encontró con su hijo. Se veía pálido pero sus mejillas rojas —¿Tienes fiebre? Tú cara está muy roja.

—Estoy bien. Recordé a ... Hikaru. Él, ambos estábamos jugando en la bañera y papá se unió.

Aimi lloró emocionada y se abrazó a su hijo —Recordaras. Te lo aseguro.

Asintió y se encerró en el baño. Se desnudo y metió bajo el agua tibia; olfateó los shampoo hasta que le gustó un de orquídeas. Abrió la puerta y se encontró con que Seijūrō esperaba afuera —¿Se va a bañar?

—Sí. Ya me trajeron una muda. Volteate. Te ayudaré— mentirá. Mantenía algunas de sus ropas en el guardarropa de Kōki y ahora tu trasladarlas a la habitación de invitados.

Se giró y esperó; sintió las manos tomar la prenda y recorrer su cintura y cadera. Su corazón latía rápidamente.

—Levanta los brazos— el castaño obedeció y él pudo girar la cinta del obi. La ajustó con el moño preferido del castaño —Listo.

Entro al baño y se miró en el espejo. Era un kimono de corte moderno diseñado para Donceles. El suyo era uno color negro con sakura en color azul; los bordes y la cinta eran del mismo color. Acompañado por un pantalón ajustado negro.

—Te queda bien, pero bajaste de peso— lo tomo de la cintura como de costumbre y la recorrió con sus manos.

—Sei— murmuró sonrojado.

—Lo siento— se apartó rápido —Será mejor que vayas con Aimi-san.

—Sí.

Observó salir del baño al castaño y se cubrió el rostro —Será imposible para mí el controlarme teniéndolo tan cerca. Kōki... recuérdame.

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—Buen día— saludo nervioso al entrar a la cocina.

—Buen día. Qué hermoso te ves— dijo Aime besándole la mejilla.

—Buen día hijo— saludo Kano.

—Buen día.. papá— kano lloró y luego se limpio las lágrimas.

—Nada más baje Seijūrō-kun iremos al hospital. Desayunaremos después, Midorima-sensei dijo que tienes que ir en ayunas.

Asintió y fue a recorrer la casa.

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—Entraremos por el elevador del personal— indicó Seijūrō.

Temblaba de pies a cabeza su corazón latía rápidamente, y se había aferrado a la mano de su madre.

Seijūrō al ver al castaño temblar, sonrió y estaba por hablar cuando su celular —Aomine-san... entiendo, eso estuvo bien... le informaré a la familia. En estos momentos estamos llegando al hospital... gracias.

—¿Qué sucede?— cuestionó Kano mirando al pelirrojo.

—Ya dieron aviso de que Kōki apareció. Qué está siendo evaluado por el médico. Qué esta bien, que fue encontrado en un hospital al norte de Akita. Omitió su falta de recuerdos, ordenó que será mejor que le digamos todo y que le enseñemos fografias de sus amigos y conocidos para que siga pasando desaparecido su pérdida de memoria.

—¿Eso no será peligroso?

—Sí. Consultaremos con sensei.

—¡Quiero hacerlo!— Kōki intervino —Es lo mejor. No quiero que él se enteré.

Seijūrō miró a Aimi-san y ella negó ¿Qué iban hacer? La preguntas de la prensa iban a presionar a Kōki ¿Qué iban hacer cuando hicieran preguntas sobre el compromiso y la boda?

—No creo que sea lo mejor— comenzó Aimi al ver la mirada de Seijūrō.

—Por favor. Posiblemente me ayudé a recordar.

—...

—Vamos.

Bajaron de la camioneta y abordaron el elevador del personal. Llegaron al último piso y bajaron en la dirección. El pelirrojo se aproximó la secretaria.

—Pueden pasar— dijo nerviosa después de haber colgado el teléfono.

Entraron los cuatro y vieron a un hombre pelo verde detrás del escritorio —Tomen asiento. Dejenme firmar estos documentos y ya los atiendo.

Kōki observó al peli verde. Era muy parecido al que estaba ayer en su casa. Sólo que éste no usaba lentes y tenía los ojos negros.

La secretaria entro y se llevó los documento —Lo siento. Veamos— miró castaño —Estas delgado y ese corte de cabello no te favorece, Furihata-kun.

Kōki miró a sus padres y al pelirrojo.

—Kōki, él es Midorima Shinsuke. Es el médico que te platiqué. Ya lo conocías.

—Mucho gusto, sensei.

—Sube a la camilla— ordenó mientras sacaba algunos instrumentos.

Kōki obedeció y esperó.

El peli verde comenzó a chequearlo —Su respiración es normal. La percepción de luz también. Ordenaré los exámenes y la tomografía— llamó al secretaria y ordenó que enviarán a una enfermera de confianza.

El castaño fue acompañado por su madre a todo. Por supuesto, en el camino notaron que se le quedaban mirando al castaño.

Una hora después, Kōki y su madre regresaron al piso de dirección dónde esperaban Seijūrō y Kano.

—Se nos quedaban viendo— contó Aimi tomando la mano de su esposo.

—Es normal. Todo el país fue inundado con su fotografía— dijo Seijūrō viendo que el castaño miraba con curiosidad el esqueleto que había en la esquina.

—¿Qué dijeron de los resultados?

—En una hora.

— Midorima dijo que nos informará cuando llegué el resultado.

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—Tiene un poco de anemia. Recetare algo de hierro y eso lo compensará.

Asintieron.

—Ya veo...

—¿Qué sucede?— cuestionaron viendo que revisaba la tomografía.

—Tiene una pequeña hinchazón. Eso es lo que hizo que no recuerde. Le daré medicamentos para bajar la hinchazón. Por lo que me dijeron, cuando ve o escucha algo, los recuerdos regresan— asintieron — Eso es positivo. Recomiendo que lo lleven a lugares familiares y le muestren fotografías pero no traten de presionarlo. Lo primordial es que lo lleven al lugar de donde desapareció, tal vez lo haga recordar todo.

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Al salir del hospital, pasaron a una cafetería y desayunaron. Luego se dirigieron al lugar donde desapareció.