Hikaru
Después de varias horas llegaron a la casa Furihata; la prensa estaba agrupada a lo largo de la banqueta frente a la casa.
—¿Sí quieres podemos irnos de largo? — cuestiono Seijūrō a Kōki quién se veía nervioso.
Negó —Es mejor enfrentarlos ahora—
Ya habían acordado que decir. Viendo la determinación del castaño, accedieron y entraron a la calle. La presa se aglomero cerca de la camioneta cuando se estaciono. El chofer se detuvo y le abrió la puerta a Aimi que iba de ese lado, mientras que Kano del lado de donde iba su hijo.
Se aferró fuertemente a la mano de Seijūrō, en ningún momento quería soltarlo. En cuanto descendió del auto recibió muchos flash en la cara y varios reporteros comenzaron hacer preguntas.
—Esperen un momento. Denle espació— dijo Seijūrō tratando de alejarlos de Kōki, pues se le estaban amontonando.
¿Cómo se encuentra?
¿Qué estuvo haciendo todo este tiempo?
¿Dónde estaba?
¿Quién lo tenía?
¿La boda sigue en píe?
¿Qué dijo el doctor? Eran algunas de las preguntas que le hacía.
—¡Silenció por favor! — Haber dicho esa línea le envió otro recuerdo, cuando lo cuestionaron al comprometerse —Cómo pueden ver estoy bien. No recuerdo mucho de lo que sucedió aquel día, solo sé que hace unos días desperté de un coma— más preguntas surgieron y los detuvo —Déjenme terminar. En cuanto desperté y hable con la enfermera, los médicos se comunicaron con el comandante Aomine.
—¿Por qué no lo habían reportado sí apareció en las noticias? — cuestiono una reportera.
—El medico que me atendió dijo que ingrese con golpes en la cara y el cuerpo, por lo que no me pudieron reconocer. Y como estaba en coma, no pude decir nada — más preguntas surgieron — Muchas gracias por estar aquí y al pendiente de mi estado. También quiero agradecer todo el apoyo que brindaron los medios de comunicación para encontrarme, gracias a eso, los médicos pudieron contactar con Aomine-san.
Siguieron con la preguntas — ¿La boda sigue en pie? ¿Por qué no porta el anillo, lo perdió?
—No. Aquí esta— jalo la cadena que se ocultaba debajo del kimono que vestía —Ahora me queda un poco grande. En cuanto a la boda...
—Lo primordial, por ahora, es la salud de Koki— interrumpió el pelirrojo al castaño — Eventualmente los planes se reanudarán.
—Sí— sonrió Kōki. Esas palabras fueron únicamente para él, lo sabía, la mirada de Seijūrō se lo decía.
Respondieron un par de preguntas más y luego entraron a la casa.
—Creí que nunca se terminaría— dijo Kōki.
—Muy bien hecho, Kōki— dijo Kano revolviéndole el cabello a su hijo.
—De verdad parecía que recordaba todo.
Giraron a ver al dueño de la voz. Aimi sonrió y corrió abrazar a su hijo mayor —Hikaru.
— ¿Hey, Kōki me recuerdas? Esperaba que no recordaras tú compromiso con ese bastardo.
—¡Hikaru! — exclamaron escandalizados Kano y Aimi.
—Ya quisieras, ONIICHAN— respondió Seijūrō mientras sonreía al pelinegro.
Kōki miró entre el pelirrojo y el pelinegro, y un recuerdo afloro en su mente.
———
—Me niego— gritó el pelinegro levantándose del sillón donde estaba cómodamente sentado.
—Oniichan— susurró Kōki al borde del llanto.
—¡Hikaru!
—¡No dejare que mi hermanito sea devorado por ese bastardo!¡No permitiré que se casen!— señalo al pelirrojo.
—Cállate, señor complejo de hermano— dijo Seijūrō molesto.
—¡Cállate bastardo!
—¿Cuándo dejaras de llamar bastardo a mi hijo, Furihata-kun? Seijūrō deja de molestarlo —advirtió un hombre pelinegro, tez blanca y ojos rojos.
—¡Nunca! — respondieron al unísono y se miraron desafiantes.
—¡Ya cállense los dos!- aimi intervino y estaba muy enfadada —Estamos celebrando el compromiso de tú hermano y te callas, Hikaru. Sí Kōki se quiere casar con Seijūrō-kun se casara. Seijūrō-kun se que mi hijo es muy infantil y sobre protector con mi Kōki, por favor tenle paciencia.
—¡Madre!- exclamo molesto Hikaru.
—Nada de madre. Siéntate y guarda silencio.
———
—Lo recordé. Oniichan no quiere que me case con Sei— hizo un puchero molesto.
Seijūrō le sonrió triunfante al pelinegro y le enseño la lengua.
—Tsk.. bastardo— farfulló molesto.
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