▶ 20. Noiz cuénta tres pepitas
Luego de la cena, todos satisfechos habían quedado tranquilos, por el lado de Nova sentía el ambiente algo tenso, no era tonta sabía que a Murasakibara Atsushi le molestaba aun el hecho que conviviera con la persona que se había peleado la última vez, por lo que sentía que al menos debía explicarle como conoció a su rubio platinado antes de que se vuelva el terreno al de uno minado.
—Noiz, vete a cambiar y duchar. Hueles fatal, asentaremos la comida al estomago y nos reunimos de nuevo en la sala.
—Bien. Pero debería hacer lo mismo tu.
Noiz muchas veces carecía de reacción ante las situaciones o bien no demostraba muchas cosas que parecían molestar, solo hasta tal punto que se sentía demasiado inquieto lo demostraba pero la mayoría del tiempo era taciturno. Una vez que Noiz se perdió entre los pasillos, Nova se dedicó a llevar los planos a la cocina y empezar a lavarlos.
Aunque sorpresivamente Murasakibara le ayudaba secarlos y a levantarlos en colocación hacia la alacena.
—¿Por qué siguen juntos Novachin?
—Porque es familia, y otros motivos más.
Ambas contestaciones habían sido dichas muy cercanamente, mientras que Murasakibara bajaba solo un poco su menton hacia ella y ella hacia el mismo movimiento hacia la dirección de arriba, conectando miradas.
—No permitiré que te dañe Novachín, no me gusta como te observa, si es por el motivo de no tener donde ir,...—empezó a decir Murasakibara.
—Es mi protector de seguridad y otros terrenos que no puedo decirte, porque no deseo exponerte a peligros...
—Pero me se cuidar, Novachin—rezonga con el ceño fruncido levemente mientras lleva su gran mano a deslizar entre la mejilla y el cuello de la chica.
Nova al sentir la amplia calidez, acunada en la mano reposa su rostro cerrando sus ojos cansados en esa tímida cercanía.
—Los problemas en el que estoy metida no son de niños, no son nada comparado a lo que conoces. Y realmente no voy a permitir que te dañen por mi culpa—admitió a medias entre lineas que lo quería.
—También quiero cuidar a Novachin. No me gusta que me dejes fuera. Yo... no entiendo—susurra algo enojado, mientras la veía bastante cansada— no soporto la gente que se esfuerza demasiado...
—Lo hago para sobrevivir, no para tener una vida llevadera, un futuro prodigioso o la felicidad eterna como vosotros con el basquet. Lo hago para no hacerles llegar las noticias de mal augurio...—dice Nova despegando sus parpados para mirarlo fijamente— Noiz es familia por que lo adopte como uno luego de ver como se acercaba a protegerme.
—¿Cómo?
Nova terminó con el ultimo plato y Murasakibara ante el escrutinio y rebeldía en la mirada al escuchar tales palabras ni siquiera sintieron cuando Noiz llegó tosiendo levemente para hacer notar su presencia. Logrando que Nova deslizara suavemente la mano del pelivioleta de su mejilla, aunque al sentir el roce de sus manos, una delgada y pequeña contra una grande y calida.
—Tch...
—Te contaré mi historia que no es mucha, no hace falta que la mires con profundidad y cercanía. —dice Noiz con el rostro desinteresado pero sus ojos brillaban en diversión.
—Genial, entonces vayamos al sofá. Muero por acostarme en mi sillón favorito —exclama Nova escapandose escurridiza de la cercanía de ambos hacia la sala, cruzando el portal hacia esa dirección.
—Si la vuelves a tocar, te cortaré las manos. No permitiré que corra mas riesgos, espero haya escuchado Murasakibara Atsushi—dice sin expresión alguna pero la mirada bastante afilada.
—Quien no se mire a sí mismo, no tiene el derecho a decirme nada. Es mí novachin, y no la dañaré. —dice el pelivioleta pasando por su lado pero agarra la cabeza del rubio ceniza— generas ganas de aplastarte la cabeza. Pero no lo haré por ella.
Una vez dicho, lo suelta, pasando a encontrar a su novachin recostando su cabeza mientras los espera en un sillón de dos piezas por lo que no pierde el tiempo y se sienta a su lado mientras que la pelinegra bosteza.
—Sois unos lentos. Casi me quedo dormida.—murmura.
—Sólo estaba marcando un límite. Siempre son buenos.
—Yah.
[...]
—En el pasado de mi infancia recorrí muchos lugares, mis padres no sabían como tratar a una persona como yo. No percibo dolor, carezco de la sensibilidad en la piel o estímulos, bueno al menos eso dijeron los doctores en ese tiempo. —empezó diciendo Noiz mientras se sentaba en otro sillon frente a ellos— en el pasado nada me generaba interés, ni las personas ni la vida, me volví hacker en las redes por los videojuegos y poco después me reclutaron en una agencia secreta en la guardia de seguridad para el servicio cibernetico, mis padres en ese entonces habían fallecido de tristeza y angustia, estaba solo, no tenía a nadie...—explica Noiz mientras se acaricia suavemente el cabello ceniza.
—Pero eso cambio, en una gala familiar de festejo.
—¿Cómo así?—pregunta confundido Murasakibara.
—Digamos que el señor Potrov me contrató exclusivamente para cuidar las espaldas de su hija, no especificó realmente su gran urgencia en el momento, pero mucho después al ingresar a esa gala lo comprendí.—dijo Noiz mientras notaba como Nova le entrega una bolsita de pepitos con chispas de chocolate. Gustoso de comerse al menos uno.—en esa gala no solo estaba de invitado principal del Dynamo Kurks sino que también un atentado para la familia.
—El equipo de los Huskys, uno no muy reconocido de Basket estaba cegado por el odio y celos del gran equipo de baloncesto al que pertenecía. La tensión se podía cortar con solo la mirada, y más cuando en un abrir y cerrar de ojos se desató el caos... —continuó Nova mientras se mordía su labio inferior.
—¿Qué...?
—El atentado se volvió el caos, habían querido secuestrar a Nova y torturarla por la humillación que hizo y derrocó al equipo de los Huskys, pero la salvé junto a su madre pero el señor... —Noiz mira como la mirada de la pelinegra se torna pérdida, como si lo estuviera recordando nuevamente—, falleció en aquel día. Habían dejado la advertencia dicha, si Nova se volvía a presentar públicamente tanto en el Basket como en la sociedad, acabarían con su vida.
Murasakibara notó perfectamente como la mujer se había quedado pérdida en aquella confesión de pasado, pero al verla pestañear y dirigirle la mirada esta solo suspira antes de hablar.
—Le hice una promesa a mi madre en la última noche con vida, que no iba más a exponerle a tal grado de incordiar mi existencia, por eso ya no juego al Basket, porque estamos buscando a los que asesinaron a mi padre para llevarlos a la justicia y volver con lo que amo.
—¿Hace cuanto tiempo piensan estar así? —pregunta serio el pelivioleta mientras llevaba la mano hacia la chica que le interesaba.
—Han pasado ya seis meses, esperaremos el tiempo que sea necesario —sentenció Noiz.
—¿Dejaras que muera en vida, mi novachin?—pregunta con ganas de aplastarlo—¡no ves que el Basket a ellas le apasiona!
—Tranquilo Murasakibara-kun, tiempo al tiempo, resistiré. —dice Nova dándole la mano, que sin duda el pelivioleta la agarra—nos vamos a dormir, mañana será un largo día.
Noiz quiso decir algo al respecto pero enseguida el chico altote y la mujer ya se iban hablando sobre Himuro, que ya se había dado de la fuga que había hecho el peli morado. Al fin si había contado tres pepitas:
■ Su pasado.
■ La relación que tenía con Nova.
■ Y el problema que tenían encima.
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Al fin he actualizado esta historia, ¿que tal están? Espero tengan muy buen 2021. Saludos y espero que hayan disfrutando del capítulo.
Los quiero, y tengan buen día.
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