Murasakibara después de un escape perfecto de Himuro como de los entrenamiento al haber fingido dolor de estomago por alguna intoxicación de alimentos al fin había podido llegar a la dirección de la mujer que le causaba curiosidad.

Al tocar el timbre algo adormilado por el largo camino terminó por fruncir el ceño al ver que la pelinegra no era quién lo recibía sino que el rubio que siempre había observado de lejos, el que había hecho llorar de impotencia a su Novachin.

—Ohayo.—saluda Noiz con expresión taciturna.

—Uhm...Ohayo—saluda al ingresar al departamento.

La incomodidad se sentía palpitando en el ambiente. La estaturas de por si marcaban diferencias pero no podía dejar de fruncir el ceño irritado al notar que nisiquiera lo intimidaba, era interesante pero tambien fastidioso.

—¿Y novachin?

—Esta de camino, supongo.

Noiz con suma tranquilidad se vuelve a sentar frente a la computadora empezando a teclear cosas, a pesar de ser un rubio de tez extraña ni siquiera podía compararlo con el chillón de Kise, sin embargo, la carencia de expresión en el chico lo inquietaba, por lo que con cierta impaciencia agarra el celular una vez que se sienta en un sofa, para empezar a escribir un mensaje:

He llegado novacchin y tengo mucha hambre, ¿donde estas?
✅✅21:20pm

De: Novacchin
Hora: 21:28pm
De camino, me demoré mas
de lo que creía con el asunto
que debía resolver. Tranquilo
que voy con los ingredientes
de la cena. Mientras puedes
ver en la alacena, hay
muchas botanas.

✅✅

Esta bien. No te tardes novachin.
✅✅21:29pm

De: Novacchin
Hora: 21:30pm

Antes de que se desate la guerra, llegaré a casa. No te impacientes, mi delicioso sabor uva.

✅✅

Al levantarse ni siquiera logró que el otro le prestara atención, parecía concentrado en la laptop por ende solo se deja llevar. Al llegar a la alacena se le hace agua en la boca al encontrar papitas de distintos sabores. Pero a un lado nota también una cantidad de envases de lata de gaseosas fanta uva como capucchino doble moca en distintas variedades de sabor.

Lo de las latas de uva no le era sorpresa debido a la afirmacion en sus primeros encuentros casuales pero lo del chocolate era novedad. No se podía imaginar como era tan ordenada y diversa en gustos, cada vez le interesaba mas saber de ella.

Tomó las papitas llamadas lays con picante, y tambien las que parecían tener menta puesta. Era un buen contraste pero no sabría decir si serían ricas o no.

—Bien, ahora que vas mas tranquilo me presento, Soy Noiz.

—Lo sé, haz molestado varias veces a mi novacchin.

Contesta con desinteres mientras abre el picante con agua en la boca al quedar encantado por el aroma que desprende. Sin embargo, al empezar a comer empieza a comprender porque eran distintos a los ya acostumbrados, debido a que estos tenía un sabor peculiar y mas ardiente que lo estaba haciendo sudar.

—Tengo entendido que no son nada, sin embargo, le pediría que no se involucrara en una relación con Nova en estos momentos.—lo irrumpe Noiz con suma seriedad.

Ya que había dejado de escuchar los tecleos en la laptop, pudo comprender que aquello iba mas que una cuestión de respeto.

—Gracias por el consejo.

Tan solo eso respondió mirando cosas en el celular mientras comía las papitas. De reojo ve el ceño fruncido del rubio palido quien lo mira con cierta molestia al ser ignorado.

Pero cuando ve indices de que dirá algo más, la puerta se abre, dejando ver a una Nova llega de sudor pero con las bolsas que deja en la encimera cerca de la puerta mientras suspira cansada.

—Ya no se maten, que la comida va en camino.

Sonríe con cierta diversión en los ojos al verlo, como si lo estuviera leyendo por completo para luego ver como se enfoca en Noiz quien se levanta agarrando sus cosas para llevarlas a no se donde.

—Bienvenida Nova, Avísadme si necesitas algo.

Nova asiente y en cuanto nos quedamos solos ella se acerca quedando frente a mi.

—¿Quieres leche? Parece que las papitas te estan asando Murasakibara-kun —su tono burlon hace que despegue la mirada de mi escaneo completo para luego gruñir por lo bajo.

—La leche no bastará.

—¿Uh?—frunce el ceño—¿por..q-...?—su voz queda desfazado en el aire.

La tomo del mentón con suma agilidad y junto nuestros labios, que realmente estan mucho mas deliciosos que las papitas ademas de tener un fuerte sabor a menta. Los ojos de sorpresa junto a las mejillas sonrojadas de aquella curiosa mujer me dejan intrigado. ¿por qué me gustaba estas reacciones? ¿ porqué sus labios parecían ser mas adictivos que cualquier postre dulce?

Nova al separarse se sienta sobre la mesilla de la sala de estar frente a él, aun con el rubor en sus mejillas pero un brillo distinto emanaba en sus ojos.

—No creí que tuvieras tanta hambre~ pero tranquilo primero cenaremos y luego va el postre —dice mordaz y divertida para luego encargarse de las bolsas y dirigirse a la cocina.

No pierdo momento, la sigo y ayudo a cocinar, aprendiendo nuevas cosas así. Novacchin era algo desordenada a la hora de cocinar pero todo lo hacía con suma precaución, agilidad y con suma paciencia como si no estuviera apurada aunqur sus movimientos eran lo justo en rapidez, terminando por cocinar algo nuevo a mi parecer.

Parecía una sopa común pero había visto carne, legumbres y verduras verdes introducir a fuego lento, mientras con una capacidad curiosa iba moviendose como si estuviera bailando en una melodía silenciosa que no molestaba pero si daba mas hambre. Al pasar los minutos la vio fritando algunas cosas y despues listo.

En un momento largo ya nos encontrabamos recogiendo todo y ordenando mientras se enfriaba un poco la comida aldente. Siendo así como luego llegó la hora de la cena, aunque cuando se incorpó el rubio platino no pude evitar sentir incomodidad. Me gustaba estar mas solito con mi Novacchin que este estuviera con ella.

Aunqur aun había una duda, ¿porqué Novacchin seguía conviviendo con él despues de tantas discusiones?

Sin embargo, le resté importancia por el momento para disfrutar del manjar, Novacchin me aconsejaba con suma precaución soplar antes de comer y que si quería podía traer mas especias pero había rechazado con educación ya que quería probar la sazon de ella sin exposiciones terciarias.

Al partir en la mitad la bolita de carne que nadaba en aquella sopa con burbujas y verduras como tomates, lo soplé y me lo metí a la boca percibiendo un gusto nuevo y distinto un poco de queso muzzarella se encontraba en el centro. La carne no estaba muy salada por ende el queso era su complemento el cual se encontraba derretido y la combinación con los jugos del tomate con la sopa y el resto era sin duda un manjar digno de saborear.

A partir de ahora ella sería quién tomase en segundo puesto de las delicias culinarias y livianas para las cenas. El primer puesto era el de Muro-cchin por ende, estaba seguro que si conseguía probar mas de su sazon, no pasaría tanto tiempo por superar sus expectativas de sabores.

Encantado de conocerla a ella y su delicioso sazon.

Gracias a su sazón todo era mejor y...

—Siempre delicioso, Nova.

La voz del irritante interrumpió mi mundo perfecto. Lo destesto, quiero aplastar su cabeza.

—Gracias, ¿y que te pareció a ti Murasakibara-kun?

La cara el rubio no cambiaba pero sabía que aquello representaba una victoria para mi. El interes de Novacchin estaba en mi, no en él. Por ende, agarré el otro pedacito de carne y se lo ofrecí con cautela para que no se quemara.

Ella aceptó encantada el gesto, aunque algo confundida.

—El tuyo quedó mas delicioso. Tks.. maldito sazón.—se quejó al saborear entre dientes la comida.

Logrando que sintiera cosquillas en mi estomago ante su actitud infantil, escapandose una sonrisa de mis labios para luego decir:

—Superaste mis expectativas, segundo puesto ante Muro-cchin. Le ganaste a Kuroko-cchin.

Aquello al decirlo parecía para mi alago sin embargo el pucherito que vi formularse en los labios de Novacchin me había dejado con la garganta seca por lo que aprovecho para tomarme un poco del jugo de pera.

—Maldito Ice. El desayuno será mejor lo prometo. —dijo con una vena competitiva.

Logrando así que del rubio platino se escuchara una leve risa. Al verla frustrada.

—Parecen niños.

—Cállate Noiz. Mi sazón es mejor de ese témpano.

—Y me lo niegas igual, no noegas ser una niña, querida.

Ambos habían comenzado una pelea mientras que también me fui uniendo, la comida fue comiendose entre risas, gruñidos y comentarios.

Había mucho por conocer, pero mañana sería el momento de preguntar acerca de este molestoso chico a Novacchin. Pero por hoy solo disfrutaría de la sazón y novacchin.