Al fin habiamos vuelto, no era para menos que Kensuke estuviera bastante interesado en visitarme en los fines de semana, parecía haberse encariñado.

Sin embargo, no podría visitar a Himuro en un buen tiempo mientras Noiz despistaba a mis enemigos, aunque curiosamente Murasakibara me había dado su numero al ultimo momento.

Parecía que nuestra amistad iba por buen camino, aunque no comprendía bien, por qué no deseaban que me encontrara con aquel chico. Si bien, Noiz aportó informaciones acerca del Tal Aomine Daiki.

Haciendo que me extrañara, parecía un prodigio, pero algo en su camino de crecimiento lo hizo pudrirse, alejarse y crecer solo. Por su apariencia de chico alto y rudo, peliazul y moreno, se podía notar una minima fuerza de su resistencia, ¿podría ser otro de los ptodigios como Murasakibara, que fuera un monstruo como lo soy yo?

No estaba segura, pero si de eso era de lo que advertían, eran muy sabios, realmente me tocaba hondo en mi ser, encontrarme gente egoista y prepotentes.

—*•*—

Si bien llegado las 9:30 de la mañana había decidido ejercita un poco los musculos de mis piernas, había ocultado una pelota de basquet desinflada junto al inflador en mi mochila, también quería practicar un poco y no sería detenida por Noiz, al menos deseaba sentir un poco ese alivio que me aportaba el básquet.

Por lo que al pasear por las cuadras del centro de Japon, encontré una tienda que me hizo recordar al pelimorado, y en su honor me había comprado sus papitas fritas favoritas, junto a una bebida.

Al llegar a un parque con cesta de basquet, me senté a un lado, saqué una foto a mi aperitivo para luego enviárselo a Murasakibara-kun gustosa de lo que le produciría esto.

Para: Murasakibara-kun.
Para que sepas que siempre hay alguien disfrutando en tu memoria, Pd: está delicioso ;D

Mensaje enviado. 10:00 am.

Guardo el celular en la mochila, y luego durante un par de minutos consigo tener inflada la pelota de basket, rebota sin problema.

—*•*—

Después de media hora estar acertando desde lejos el balon, me aburro y sin dudar corro hacia la cesta, con un buen saldo limpio lo encesto.

—Aun no pierdo mi toque. Je.

—Eres buena. Juguemos.

Escucho decir a una voz tras mi espalda, bostezo con cierto aburrimiento, volteandome a verlo, quedando un tanto extrañada, pero me encojo de hombros, aceptando.

—Vale.

El chico de cabello azul y moreno se sorprendió un poco, al parecer no tenía este tipo de reacciones.

—Pero si te gano, me debes una hamburguesa, y viceversa. ¿te parece? —apuesto mientras hago rebotar la pelota.

Logrando que con solo esas palabras se le ilumanara el rostro serio e indiferente por unos minutos, sintiendo un aura nueva.

—Trato hecho. Espero seas mas interesante de lo que pareces.

—Hmp, espero tambien me diviertas, comencemos.

Allí se había abierto una brecha escalofriante ante mis ojos, y no sabía si era por el hecho de ansiar jugar o porque este chico podría ser un buen rival.

Tan solo esperaba que no me decepcionara las vistas.

[…]

Mientras tanto en el Instituto de Seirin, las cosas iban tomándose en serio, los integrantes estaban emocionados por el proximo encuentro hasta que Riko deja en claro que el proximo encuentro sería con el equipo Toõ, como tambien al entrar Kagami al gimnasio esta logra regañarlo por notarlo un poco mas cansado de lo habitual, sabiendo que debía descansar.

Despues de haber sido regañado, Kagami revela a Kuroko que había jugado con Aomine Daiki, dejando en claro que este le había dicho que este había sido su anterior luz, por lo que Kuroko Tetsuya empieza a explicarle su pasado con Aomine. Aunque esto diera una pequeña pizca y esperanza al pelirrojo para querer aun mas enfrentarse a Aomine Daiki, y superarlo en el proximo encuentro.

[…]

Aomine Daiki desde que la había notado jugar sola desde un buen tiempo, había logrado analizarla desde el punto de vista de un jugar innato a otro. Sintiendo un pequeño cosquilleo por saber que se sentiría jugar contra ella, a pesar que fuese una mujer.  El basquet lo jugaba con suma precisión y habilidad, por lo que se animó a pedir jugar con ella.

Aunque se había sorprendido al no verla negarse, ya que previamente en esa misma mañana se enfrentado contra la nueva luz de Tetsuya. Lo cual lo había dejado un tanto decepcionado, pero algo en ella le encendia su interes.

Pero al instante de probarlo, supo que ella no era ninguna novata,  la agilidad con la que se movía y le sacaba el balon lo inquietaba de sobremanera.

Pero a pesar de estar a la par, algo en él se había removido al verla que esta ni siquiera se empezaba a cansar, sino que se permitía sonreír, haciendo que aquello lo enervara y se tomara en serio este simple juego, encendiendo esa llama especial, acelerando sus movimiento pero en un solo extraño reflejo de su contraria supo quitarle el aire al desempatar.

Había sido una mezcla de la paralisis del esperador pero este le había producido un choque electrizante en uno de sus musculos de la pierna, paralizado, mientras que al ella pasar por su lado se sentía el asfixiante ambiente tranquilizador y friolento del cual nunca había sentido, sus ojos parecían haberse tornado una tormenta electrica intensa.

Y solo allí supo verla jadear pero al instante escucharla reír.

Logrando que aquello reavivara una pequeña luz en su oscura realidad de ineptos.

—Hmp... Suerte de principiante.

—¡Por eso, juguemos otra racha! ¿o ya estas cansado? —le contestó entre una sonrisa divertida la pelinegra.

Logrando que Aomine quisiera negarse, si bien Satsuki le había advertido que se cuidase para el campeonato, pero esto lo estaba divirtiendo, a regañadientes se tuvo que negar.

—Por esta vez, debo negarme. Pero la guardo para otra. Venga vamos, que debo invitarte esa hamburguesa. —contesta frustrado Aomine.

Sin embargo, este nota un ligero cambio en la mirada de la chica pelinegra, quedando cerca de él.

—Eres buen rival, para Readhead. Espero sigas así, Aomine Daiki, eso si, sonríe mas a menudo, sino parecerás mas viejo que yo.

Se permite bromearle la pelinegra que al parecer lo conocía, pero el a ella no.

—¿Quien eres y porque me conoces? —pregunta a la defensiva.

—Soy Nova, y me advirtieron de jugar contra ti, pero eres aun un novato en este, si bien, me encantara verte mejor de aquí a un futuro. Soy amiga de Kagami Taiga. Un placer haber jugado, con usted. —dice mientras va a por su mochila y saca dos botellas de agua, ofreciéndole uno al peliazul.

—Aun no explicas el porque me conoces, Nova.

—Hmp, se podría decir que conozco a dos integrantes de tu Generacion Milagrosa, son buenos mocosos, tambien he escuchado rumores de tu genio con las personas. Solo quise comprobar tu rendimiento, y no me decepcionaste, al menos no mucho.

—¿Como que no mucho? ¿Como puedo decepcionar a una metiche y desconocida jugadora como tu? —contraataca incrédulo.

—Eres muy egocentrico y muy confiado, debes permitir dar mas duda que confianza, o ser un monstruo te dejará solitario y amargado. Digamos que el sitio no es un lugar a gusto por el cual vivir, mas aun si ya no tienes ninguna sombra —añade mordazmente la pelinegra de ojos celestes.

—¿Eh? Hablas mucho, pero creo que entiendo tu punto. Aunque no eres diferente a mi.

—Lo se, soy un monstruo del cual todos deben cuidarse. Es mas, vamonos antes de que te coma, que me muero de hambre —cambia el tema, que parecía haberse vuelvo un poco sombrío ante la mirada de la aceptación.

—Esta bien,  esta bien, tranquila fiera, ni que la hamburguesa se escapara...

—No lo hará, pero puede que no quieras cumplir la deuda. —ella se encoge de hombros.

—Hmp... Vamos ya.

Una vez desinflado la pelota y guardado en la mochila, cosa que extrañó al peliazul pero no preguntó, solo se dedicó a llevarla al MagiBurger.

Siendo que de cierta forma verla comer, con cierto desinterés y perdida entre sus pensamientos lo había recordado a Murasakibara Atsushi, aunque podrían ser absurdos pensamientos.

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Uyuyui~ esto cada día esta mejorando, ¿que pasará luego de eso? ¿Como reaccionaran los demas ante esta extraña amistad? ¡Espero les haya gustado el cap!

¡Nos leemos pronto!