▶11. Amigos.
Una semana había bastado para que tanto la pelinegra como pelimorado compartiesen tiempo juntos, a veces eran acompañados por Himuro(obligados) y otras veces se encontraban en locales de comida, cosa curiosa para ambos jovenes deportistas.
◆ Lunes.
Himuro había decidido practicar con Nova un poco de defensa ante el aro, claro esta que esta no debía esforzar las manos o empuñarlas, pero eso no significaba detenimiento alguno para ella.
—La rapidez es el elemento sorpresa, junto a la resistencia. No puedes estar dependiendo de un solo brazo, sino los demás se te adelantaran, querido Ice.
Aquellas palabras habían sido un fiel consejo que fue repitiendo en cada entrenamiento, no había situación en la se demostrara que estaba equivocada. Aunque la situación se volvía sorpresiva cada vez que cierto rubio compañero de Basket de tanto Himuro como Murasakibara, aparecía abrazando a la castaña.
—Hey, ¿no que estabas de reposo, pequeña fiera? —dijo Kensuke Fukui, aquel rubio parecido a la edad de Tatsuya, pero este era pequeño en altura unos 176cm aproximadamente, rubio. Y por su tono de voz sincero y bromista.
Nova suspira y tan solo hace una mueca ante tal comentario, sin embargo, lo usa de almohada, por un momento.
—¿No te cansas de ser metiche? —dice entredientes la pelinegra.
—Jajajaja tranquila, solo he coincidido, Buenas tardes Himuro y Murasakibara, es curioso verlos juntos. —saluda un poco serio pero acariciando la cabeza de la ojiceleste.
Mientras que por alguna razon, Murasakibara sintió molestias y ganas de golpear a su compañero por la cercanía hacia Nova.
—Hey Kensuke, estás muy cerca de ella, aléjate o tendrás problemas —añade con un tono pasivo y fuerte Tatsuya Himuro.
—Tranquilo, somos amigos, no le haría daño, adem-... —empezó a decir pero una mano había cubierto o agarrado su cabeza por completo.
—La estas molestando. Sueltala, no me gusta vuestra escena. —dice serio Murasakibara, separando a ambos.
Nova al ver aquello solo se sale de su agarre, y murmura algo inintedible y poco escuchable.
—Yesli ty budesh' revnovat', idiot.
Sin embargo, el rostro de la castaña se encontraba ruborizado, pero se podría malinterpretar por el calor, o bien por los nervios, por lo que esto no pasó desapercibido por Tatsuya, quien frunció el ceño.
—Esta bien, Esta bien. Veo que ahora tienes amigos Nova, es agradable, tan solo espero que ninguno te descontrole como la otra vez. Nos vemos pronto —dice con sinceridad, acercandose a la castaña y besarle la frente para molestar a Atsushi.
Justo saliendo en el momento que el pelimorado iba a agarrarlo o parecía matarlo con la mirada, haciendo que esbose una sonrisa.
Aunque en medio del beso, Kensuke le dijo una palabra que la congeló por completo.
—L'Amor... ~
Esta vez, Nova era la que estaba apunto de reaccionar para pegarle pero este corrió despidiéndose de ese lugar.
—Maldito idiota.
—¿Desde cuando eres amiga de Kensuke, Nova? —pregunta con cierta curiosidad Tatsuya.
—A lo mejor es un molesto acosador, cuando lo vea.... —empieza a decir Atsushi, pero el callado con comida.
—Callaos hombres celosos. Dios, sabía que Ice lo sería. ¿pero de ti? No soy la indicada para que nadie me sele, ni ser novia de alguien, no me lo merezco, así que no se preocupen. Me voy a descansar, practiquen mas vosotros, pero yo necesito una buena cena. —cortó el rollo, Nova con suma frialdad y fastidio
Al verla partir, ambos se quedan estáticos, pero luego Tatsuya levanta la ceja en dirección a Murasakibara.
—¿Acaso te has enamorado de Nova, Murasakibara? —pregunta cruzándose de brazos.
—No se que es eso. Pero si sentí enojo, pero no creo que sea eso. vayamos a comer dulces Murocchin —dice mientras se estira desinteresado, aunque un rubor leve se notaba en el pelimorado.
Tatsuya solo suspira resignado.
—Esta bien, ha de necesitar espacio, solo espero que no se meta en problemas —contesta mientras agarra su balon, y mete la chamarra en su mochila.
Ambos dirigiendose a alguna cafetería a cenar algo económico.
[…]
*Martes.
Al día siguiente, Nova había despertado con cierta inquietud empezando a jugar sola en algun patio de basquet de la zona, para su suerte estaba con Kensuke, este había faltado a clases para acompañarla, o bien para evitar que se dañara.
Aunque hace media hora atras, en la mañana habían tenido un versus bastante interesante. Logrando que Kensuke se estremeciera con la veracidad que esta jugaba, era bestial, pero sabía que algo la detenía, porque no estaba ni siquiera jadeando como él, de cansancio.
—Diablos, eres una fiera enjaulada pero voraz en un solo juego. ¿Pero porque te retienes? —pregunta entre jadeos.
—No quiero ser un monstruo sin compasión, nadie se merece serlo. —empieza a decir pero su celular suena. Contesta extrañada. —¿quien es?
Kensuke la nota tensarse, por lo que se acerca un poco para saber la situación, mientras se seca con la toalla el sudor, y toma un poco de agua de la botella.
—¿Cuando regresaste, Nunchi? Oha asa, dice que los sagitarianos hoy traerán sorpresas pero riesgos en lo que pasa del día. Tu objeto de la suerte es algo amarillo. Te recomiendo que te cuides. —dice la voz tras la llamada, muy serio.
—Tks... ¿Porqué ahora me llamas? Ya ha pasado casi una semana desde que estuve en ese encuentro. —pregunta mientras agarra la botella que le ofrece Kensuke, cayendo en cuenta en lo rubio que era.
«No podré librarme de este, tks... »piensa frustrada.
—Pronto se acerca el encuentro con un compañero mío de la Generación Milagrosa, se que Kagami Taiga te interesa. Aomine Daiki lo destrozará, no creo que quieras perdértelo —comenta la voz tranquilamente.
La pelinegra de ojos celestes abre los ojos con sorpresa. Pero sonríe divertida ante la alerta de ese mensaje.
—¿Realmente es fuerte ese mocoso? Hmp... Veré si llego, si lo machaca no sería una novedad. Así que gracias por la invitación Midorima —contesta mordaz y esbosando una sonrisa maliciosa.
—Tks... Nanodayo, solo te avisaba, aunque si vienes debemos hablar de mucho —contraataca el tsundere.
—No hay de otra. Ah, dile a Takao que si se vuelve a involucrar en un tema que respecta a mi, lo parto en pedazos. —toma un trago de agua, escuchando la risa enseguida de Kensuke, negando perceptiblemente—Nos veremos pronto, no te impacientes. Adiós —contesta mientras cuelga la llamada.
**Del otro lado de la llamada.
—Creo que se dio cuenta que estaba aquí contigo, jajajaa es agradable Nova-chan. Aunque no se porque tiene tan mal humor, tal vez le haz contagiado Shin-chan—sonríe incomodo.
Sin embargo, el peliverde tan solo se ajusta las gafas, y se aleja de Takao Kazunari, para luego suspirar ante la inquietante llamada.
—No siempre ha sido así, algo a ocurrido, pero no soy quien para contartelo, nanodayo. —se empieza a poner en marcha para agarrar un balon y encestar sin problema alguno.
Algo realmente malo había ocurrido con ella, lo sentía, la Nova Potrov que él conoció no era tan seria como la que había presenciado. ¿que había ocurrido? ¿porque tal cambio? ¿Tanto se podía cambiar en tan solo 4 años de contacto perdido?
[…]
*Miércoles.
El martes ninguno de los chicos del equipo de Akita, habían coincidido con Nova, sabían que estaba bien por el chisme y bromas de Kensuke. Si bien, no entendían bien como Nova seguía soportandolo, era insufrible. Y era cierto, los celos cada vez los carcomian, uno por celoa sobreprotector de hermano menor (Tatsuya),por el otro, era de algun sentimiento encontrado. Ya que no entendía bien el repentino interes que tenía en aquella chica de humor cambiante y seco.
Justamente habían salido por rumbos diferentes, uno porque Murasakibara tenía hambre y Tatsuya tenía que hablar con alguien, era importante.
Por lo que practicamente al entrar en busca de papitas fritas justo al agarrar una en especifica coincide con un suspiro de fastidio momentáneo.
—¿Por qué siempre nos tiene que suceder esto? —pregunta la voz contraria, con cansancio y queja de por medio.
—Porque... Tenemos igual de gustos en cuanto a comida, supongo. —contesta mientras intenta zafarse del agarre de la mano de la pelinegra de la papas fritas con sabor a Bacon.
—He estado buscandolo por semanas justo ese sabor. No me lo puedes privatizar... —hace un pucherito la pelinegra.
Logrando que inconscientemente el pelimorado trague saliva ante el cosquilleo de ternura que recorre su cuerpo, estirandolo y alejando del alcance de la pelinegra.
—Hmp... No me interesa.
Contestó dándose la vuelta y agarrando una bebida para luego dirigirse a la caja, aunque sintió un escalofrío cuando la pelinegra pasó por su lado, con una bolsa llena de helados y una botella de agua natural.
«¿Ahora que bicho le picó?» fue su reacción extrañado.
Sin embargo, ambos al pagar la cuenta, se volvieron a separar pero la vida los quería juntos, y ambos se volvieron a encontrar en un parque.
Ella estaba allí, sentada con las piernas cruzadas, comiendo un helado mientras miraba como los niños iban jugando con sus madres y padres. Parecía perdida y solitaria, por algun motivo sintió una tristeza, mas aun viendola morder el helado sin compasion.
—Deberías ser mas suave.
Comenzó a decir, una vez cerca de ella, sentándose a su lado.
La espalda de la pelinegra se mantuvo encorvada, y tan solo su rostro se había volteado para verlo, con una ceja alzada.
—¿Uh?
—Con la comida, se come suave, no con rudeza, sino no disfrutas del sabor. —explica ante la mirada confusa que este le dejaba a ver.
Por lo que con solo esas palabras la ojiceleste se le quedó observando unos minutos para luego volver a morder el helado y terminarselo con solo un movimiento.
—Supongo que debería hacerlo.
Respondió volviendo la mirada hacia los niños, pero esta vez tan solo un esbozo de sonrisa se dibuja en el rostro, el pelimorado observa por donde ella iba mirando, dejando ver como una castaña casi color marron, con ojos celestes cuidaba a dos niños, haciéndoles reír, mas aun al ver como estos se divertian.
Parecía ser la madre, aunque no estaba seguro.
—Es interesante ver lo que es la inocencia de un niño. Tiene lo básico para seguir vivo, padres, amor y comida. Cuando la realidad llega, te encuentras sin darte cuenta mas muerto que vivo —comentó mientras tomaba un poco del agua.
Aquel comentario le había sabido extraño, por lo que no se atrevió a preguntar, presentía que era un tema delicado.
—Sabes? No me molesta tu presencia, pero si me molesta que te hayas quedado con las papitas... —añade diciendo de la nada, mientras su estomago parecía gruñir.
Por lo que el pelimorado con cierta lentitud que iba comiendo la misma papa frita, le acercó un poco el Pack para invitarle, un acto muy raro en él.
—Es extraño, que no me siento incómodo con tu presencia. Tampoco me molestas, solo que pareces demasiado glotona que me dan ganas de quitarte las papitas para verte frustrada —contesta mientras sigue comiendo, sinverguenza, las papitas fritas.
Haciendo que aquella respuesta, hiciera que la pelinegra abriera la boca con indignación.
—Eres...
—Un dulce, porque te invito para que te calles. —añade mientras la silencia con una papita en la boca.
Potrov Nova por primera vez en la vida, estaba siendo callada con la comida, y sus mejillas estaban muy encendidas, no se sabía si era por vergüenza o por enojo.
Por lo que solo se dedicó a mirarla de reojo, mientras que ella quedaba silenciosa. Hasta que la escuchó sacar de su bolsa de helados, dos de sabor uva.
—Ten. Estaba... Rica la papita, gracias —tartamudea un poco, pero el rubor en las mejillas y una suave sonrisa, lo había alegrado, aceptando con gusto el helado de la contraria.
—Gracias, ¿porque siempre el sabor uva? —pregunta curioso.
—Porque me recuerda a ti. Soy extraña lo sé. —añade sin mirarlo pero las mejillas se le coloreaban—...ademas es mi sabor favorito.
Murasakibara aquél día descubrió un poco mas de ella, por lo que algo en el se sentía bastante cómodo con la situación.
Al llegar el atardecer, este le acompañó al departamento donde se quedaba la pelinegra que no quedaba muy lejos de su hogar, ambos estaban llenos y agotados por lo que al ver que la noche había caído, Nova lo invitó a quedarse por seguridad.
—Tranquila me se cuidar.
—No me interesa, te quedas y mañana te acerco a tu hogar. No quiero que por mi culpa te expongas al peligro —sentenció, para luego estirar su mano.
Aunque cuando sintió una pequeña descarga eléctrica al entrelazar los dedos con su contrario se sintió como en casa. Por lo que no pudo quejarse mas cuando esta lo invitó a una habitacion de huesped, justo a lado de su habitación, que estaba pintada de un color morado.
Sintiendo que la chica realmente estaba muy obsesionada por ese color, por lo que solo se dedicó a observar, aunque una vez ella le informó de que había comida de sobra que podía comerlo, se sintió a gusto. Por lo que una vez solo, escuchó como la regadera de la ducha sonó, y tragó saliva para luego acostarse en la cama.
Cada día ella se portaba mejor con él, y viceversa. ¿que era lo que ocurría entre ellos dos? ¿que había sido aquella descarga? ¿A caso estaban muy al contacto con cosas electronicas que eso lo había ocasionado? Posiblemente.
[…]
*Jueves.
Las clases estaban apunto de comenzar, y con ayuda de Nova había podido llegar sin ningun percanse, pudo conocer a un chico rubio platinado algo emo, que los llevaba al lugar que siempre era callado, y estaba metido en artefactos electronicos o jugando videojuegos por lo que supo, o pudo comprender de toso lo que dijo o bien poco hablado de la chica, que este era su mejor amigo y chofer que siempre la acompañaba, por lo que si necesitaba ayuda, a él podía acudir, que no tendría problema.
Aunque la gente había empezado a chusmear cuando los vieron salir del auto, por lo que cuando Nova vio a Tatsuya le entregó una caja extraña.
Para luego esta despedirse de ambos, y marcharse a saber donde. Por lo que al entrar en la clase, tan solo se dedicó a prestar un poco de atención, estaba intrigado de que podría haberle regalado a Murocchin.
Tiempo despues, el receso llegó y ambos al dirigirse para entrenar el pelinegro se había dignado a abrir la caja, encontrándose con fotos tiernas de ambos en estos dias, junto a fotos con él y Tatsuya. Se veían buenas. Sin duda alguna eran divertidas de observar por lo que el frio y serio Himuro no estaba solo el tonto que sonreía al verla feliz.
—Ojala siempre la veamos así.
—Ojala que si, Murocchin.
—Ah, cierto, ¿a que se debe que vinieron juntos en el auto? —pregunta extrañado.
—Tu amiga es muy protectora como tu, Murocchin, no me dejó marchar ayer en la noche por lo peligroso que sería caminar hasta casa por los peligros de la calle —hace una mueca, fingiendo fastidio.
Haciendo que Tatsuya Himuro riera de diversión. Así que la Nova que conocía seguía allí. ¿pero porque cuidaba, correccion, porqué los cuidaba tanto?
—Es una buena chica, dulce y protectora. Hay que tenerle paciencia nomas.
—¿De que nacionalidad predomina mas? —pregunta recordando esta mañana en la que había hablado algun idipma raro, al murmurar un buenos días.
—Rusia, pero un tiempo se quedó por Paraguay, supongo que allí fue su segundo hogar. Aunque ha ido a muchos paises en lo que llevo conociéndola —añade pensativo—¿porque la pregunta?
—Esta mañana, pronunció, algo como "¿Mareicha reimen? " y no se lo que eso podría haber significado —el pelimorado se encoge de hombros, muy confundido.
—¿No querrias decir: "Mba'eichapa reime?" porque eso es algo asi, como: ¿Como estas? En el idioma natal de guaraní, a veces le suele salir cuando esta adormilada. —explica un poco pensativo Tatsuya.
—Ah, ¿y que le debo contestar cuando me pregunta eso?
—"Iporaitereî, ha nde?" que sería algo asi, cómo: "muy bien, ¿y tú?" —contesta Tatsuya— y bueno guardaré esto en mi mochila y empecemos a practicar.
Otro día mas, y Murasakibara aprendía algo mas acerca de ella. Sin dudas alguna era una caja de sorpresas interesante. Sin embargo, Tatsuya Himuro empezaba a extrañarse y empezar a leer entre lineas con el interes repentino del pelimorado en algo que no fuese comida.
[…]
*Viernes.
Al llegar un día como este al fin se habían sentido mas comodos, aunque esta tarde Nova había estado un poco mas tensa que de costumbre por lo que sin comprender porque, en medio de la lluvia, llegó a casa de Murasakibara, sorprendiendolo, pero al verla tan tensa, no supo que otra cosa mas que solo darle paso a su casa, que por suerte su familia estaba de viaje.
Esta solo, con una chica que extrañamente le empezaba a gustar, quien estaba totalmente empapada, pero solo se abrazaba a si misma.
—¿Que ocurre Novacchin?
—Yo... Discutí con Noiz, no quería verlo en casa, por lo que no... No se porque vine a molestarte, de verdad lo siento —murmura mientras su expresion era la de alguien sufriendo.
Por lo que por un momento le invitó a bañarse, y estar seca, que si se quedaba un poco mas tiempo empapada con las gotas de la lluvia, se sentiría pesimo si se enfermaba.
Por lo que al verla tan perdida entre sus pensamientos, la guió al baño, dejandole algo de su ropa. Para luego ir a cocinar algo para comer, terminando en algo clasico y fácil: ramen.
Una vez que la vio estando con una de sus remeras, sintió de nuevo el cosquilleo recorrerle el cuerpo y algunas extrañas sensaciones en su estomago al verle que le quedaba como vestido su ropa, le quedaba sexy y lindo a la vez.
—Gracias y disculpa por las molestias que te estoy causando.
—No importa, esto es lo que hacen los amigos, despues de todo. Todo el tiempo me la paso tambien en la casa de Murocchin —se encoge de hombros, el pelimorado para luego dejarle sobre la mesa el plato de ramen.
—Wow, se ve delicioso. ¿Estaría mal decir que aun no he probado el ramen en toda mi estadia en Japon? —pregunta mientras intenta agarrar los palillos.
Haciendo que inconscientemente Atsushi sonriera ante el gesto, con diversion en los ojos.
—Supongo que si, pero para todo hay un momento, imitame y vamos a comer que se enfría rapido —contesta, mientras le muestra lentamente como colocar los palillos entre sus dedos para luego coger un fideo y chuparlo para empezar a comerlo.
Para la pelinegra, le costó como 5 intentos para que le saliera tan fácil como parecía haberle mostrado, pero lo bueno es que lo habia logrado, y con esa pequeña convivencia de amigos, Murasakibara había aprendido otra cosa nueva, era terca y optimista, ella no se rendía tan facilmente con cosas en que realmente se tomaban el tiempo de enseñarsele.
Cada día le interesaba un poco mas, por lo que terminar de cenar, como el no disponía de un sofa comodo ni otra cama, no le supuso molestia compartir con ella la cama, pero cuando esta ser había acostado se había tensado un poco ante su cercanía, pero el no dudo el proporcionarle un abrazo al verla temblar.
—Descansa bien, Novacchin.
—Dulces sueños, Atsushi...
[…]
*Sabado.
En la tarde del sábado, Nova tuvo que pedir disculpas y despedirse de él, con un gran abrazo, la confianza entre ellos había subido un poco. Pero para su amargura ella debía viajar a Japon de nuevo, para ver el juego de Seirin contra Toõ, por lo que al pensar que habría posibilidad de que ella se cruzase con Aomine, le causó malestar.
Ambos caracteres chocarian, pero si los veía en un partido, estaba seguro que Aomine no se quedaría de brazos cruzados al verla sobrepasarle, por lo que np quería realmente que nada le pasara, ni que él la tocara.
—No te acerques a Aomine Daiki, no tiene buen carácter. Cuidate por favor, Novacchin —dijo sincero el pelimorado.
Volviendo a quedarse estatica, era la segunda persona que hablaba de ese mocoso.
—Lo intentaré. Pero bien sabes que me se cuidar. —añade mientras caminan en busca de Himuro Tatsuya.
—No esta de mas prevenir.
—Esta bien, ¿aunque si lo golpeo tambien estará mal? —pregunta Nova con una sonrisa inocente.
—Si, porque si te lastima, no prometo quedarme atrás. Inclusive Murocchin. Asi que no seas bruta. —añade mientras pasa sus manos a su nuca, totalmente relajado.
Aquellas palabras realmente la sorprendían, no sabía porque tanto cuidado a ella.
—¿Atsushi?
—¿Uhm, Si, Novacchin?
—¿Te has enamorado alguna vez? —pregunta mientras iba caminando, mientras saluda a Tatsuya a lo lejos.
Quien les sonríe automáticamente, relajado.
—....—al principio aquella pregunta había tomado por sorpresa al pelimorado, que por alguna razón sintió que su corazón se aceleró al responder cortamente—Antes no, ahora si.
—Ah...
—¿Porqué la pregunta, Novacchin? —la mira de reojo.
—Porque somos dos. Ahora tambien lo siento. —contesta dedicándole una sincera sonrisa.
Haciendo que sin dudar alguna aquello lo volviera loco, deseaba acariciarsela pero llegó Himuro y la abrazó cual niño con su madre, alejandolo de su lado.
En estos momentos, odiaba un poco a Murocchin.
—¡Little Cloud! ¿Porque no te quedas mas con nosotros? —pregunta mientras la observa con suplicio.
—¿C-como?
—Noiz, Noiz me avisó. —añade Himuro, haciendo que la pelinegra se tense.
Justamente anoche Murasakibara la había notado muy sensible con ese tema, ahora recordando el porque de la pelea, que segun la misma le había contado, era porque ella debía quedarse en un solo lugar hasta que el peligro pasara, pero eso suponía alejarse de ellos, y por alguna razon, el no quería tenerla lejos de él.
—Tks... Es que me invitaron a ver el partido del Equipo Toõ y me da curiosidad ver si realmente son bueno o solo son chismes. —añade una vez en el suelo.
—No cambiarás de idea, no?
—Nop. ¿te gustó la sorpresa?
—Si, haré un album para proteger y cuidar esas imagenes, me alegra que mis mejores amigos se lleven bien. Aunque en un principio, creí que se matarían. —bromeó un poco Himuro.
Haciendo que los rieran ante el recuerdo por la pelea de las papitas fritas. Que bueno cada vez que se encontraba con el pelimorado esa situacion se volvia a repetir.
[…]
*Domingo.
El domingo por la mañana se marchó, en camino a la central de Japon, prontamente volvería a encontrarse con Midorima Shintaro, cosa que sin duda alguna deseaba experimentar, parecía haber cambiado desde la ultima vez.
Pronto se volvería a ver con su zanahoria tsundere.
●◈●◈●◈●◈
Hola, perdonen la demora, me tardé mucho en este cap, lo se, es que he vuelto a clases y se me dificulta un poco actualizar.
Espero hayan disfrutado del cap.
¿Que parte del cao les gustó mas? Realmente fue una buena semana en Akita, para nuestra querida Nova.
¿Creen que a la proxima que se vean ambos pasen la etapa de amigos? ¿A por la de pareja?
¡Todo esto y mas próximamente!
¡Los quiero! Gracias por su infinita paciencia.
Nos leemos pronto!
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