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Propuesta.


—¿Pasa algo?, ¿Porqué todos están raros? —preguntó Aisha alcanzando a Suhana.

—¿No sabes?, Suhela se está preparando porque vienen a verla, papá no sabe, es un secreto.

Aisha levantó las cejas en señal de sorpresa. ¿Cómo que Omar no sabia? Todo estaba fuera de control y le daba pánico ver la reacción de Omar.

Suhana al verla en estado de shock la movió un poco y le dedicó una sonrisa en señal de que todo estaba bajo control.
—Ya pronto lo sabrán todos. Mi padre cree que es una visita formal.

—Ah, ya veo...

Suhela tenía puesto un vestido simple, apenas se pintó los ojos y se puso un poco de labial color rosa. Al verla se emocionó y corrió a saludarle. Suhana salió luego de encontrar lo que buscaba.

—¿Cómo me veo? —preguntó dando una vuelta sobre sus talones.

—Bien supongo, pero estás muy simple —respondió.

—De eso se trata, parecer como si nada.

—Ok, creo que me estoy volviendo locaaa. Mi hermano va a ir con mis padres a conocer a una chica y tú dices que te vienen a ver pero es... ¿Un secreto?

—¡¡Aighh, no te dijo?? —habló de forma dramática.

—¿Quién? —esperaba una respuesta pero la puerta de la habitación se volvió a abrir interrumpiendo.

—Ya llegaron, bajemos... —dijo Suhana sonriendo. Miró con atención a su hermana y le señaló su rostro—. Suhela quítate un poco de labial. Se te nota.

—¿Asi? —preguntó al cabo de unos segundos.

—Sip, perfecto. Aisha vamos, debemos estar en la cocina antes de que entren a casa. Papá salió a recibirlos —dijo con prisa para ir saliendo junto a Suhela. Aisha quedó atrás, pero les siguió el paso al reaccionar.

—¡Esperen! —dijo bajando las escaleras, pero se detuvo cuando por la puerta entró Yusuf con una cajita de regalo y detrás de él venían sus padres.

—¡Aisha, estás aquí hija! —habló su padre al verla.

—Si papá, ¿Mamá no te dijo?

—Oh cariño, de tantos nervios se me olvidó decirte —agregó su madre que parecía incómoda.

—No pasa nada —finalizó su padre.

Omar estuvo observándolos y para relajar el ambiente los invitó a la sala de estar.
—Pasen, Aisha toma asiento tú también...

Conversaron un rato de temas comunes, pero al cabo de unos minutos la sala quedó en silencio. Yusuf estaba nervioso y Aisha lo miraba de reojo. ¿Cómo no se le había ocurrido antes?, ¿Porqué permitió que aquello pasara?... Estaban todos algo incómodos, en especial su padre que buscaba la forma de salir cuanto antes.

—Señor Abdullah, me alegra su visita, dígame, en que le puedo ayudar, lo veo nervioso —preguntó Omar para acabar con la tensión entre ellos.

—Resulta que mi hijo... bueno, es una tontería. No creo que sea conveniente hablar de eso. Ya en casa le hago entender algunas cosas... —se dijo así mismo confundiendo más a Omar.

—No se preocupe, dígame usted cual es el problema —insistió.

—En realidad le dije a mis padres que quería casarme —habló Yusuf tomando valor.

—Es una buena noticia, ¿Y quién es la afortunada señor Abdullah?, ¿Tus padres saben quién es, Yusuf?

—Los traje para conocerla, sé que es un atrevimiento de mi parte pero no pude evitarlo —volvió a hablar Yusuf ya que su padre no podía articular palabras.

—Comprendo, hablas de Suhela ¿Cierto? —agregó Omar poniéndose serio.

Suhela de los nervios envió a su madre con refrescos para interrumpir, ya que el ambiente estaba tenso y Omar se notaba serio, muy serio. Fátima saludó a todos y tomó lugar al lado de su esposo.

—¿Qué sucede? —preguntó después de repartir.

—Yusuf desea pedir la mano de Suhela, me, me ha tomado por sorpresa... —dijo Omar muy pensativo.

—Omar, descuida. No tienes porque tomarlo enserio, la verdad es que de haberlo sabido no hubiera llegado hasta aquí —habló Abdullah para evitar problemas.

—Padre, es por eso que no te dije antes, yo... —habló Yusuf mirando a Omar en especial.

—Yusuf, hermano, debes callar —agregó Aisha nerviosa.

—Dejalo hablar, quiero oír lo que tiene que decir —insistió Omar levantando la vista para mirar a Yusuf. Lo analizaba, quizás.

—《Es ahora o nunca, vamos Yusuf, tú puedes》se dijo para darse ánimos.

—Señor, por el respeto que le tengo a usted y a su familia me he tomado el atrevimiento de pedirle la mano de su hija para desposarla. Comprendo la diferencia de estatus social pero le prometo que si ella acepta ser mi esposa trabajaré duro para proporcionarle todo el bien económico que ella desee, y le digo que tendrá mi apoyo y amor incondicional que es lo más importante —dijo dejando atrás los nervios.

Omar estaba en silencio analizando la situación. Todos permanecían en silencio esperando una respuesta.

Yusuf estaba temblando de los nervios pero lo disimulaba, y el señor Abdullah permaneció con la cabeza agachada, se sentía inferior y veía eso como un atrevimiento.

—¡Dígame señor Abdullah —habló Omar, por fin—, ¿Confía usted en su hijo?, ¿Lo apoya en esta desicion?, ¿Está usted de acuerdo?

Él suspiró y pensó en la respuesta que iba a dar. 
—Yo... deseo la felicidad de mi hijo, y estoy seguro de su capacidad y de su empeño en mantener una promesa, pero así mismo comprendo que su hija está acostumbrada a otra forma de vida y me apena que no seamos adecuados para su hija, por eso le pido disculpas...

—Bueno, que no se diga más. Aisha, llama a Suhela, dile que la quiero ver —soltó de golpe haciendo que la joven se asustara un poco.

—Si señor —logró decir para levantarse. Llegó a la cocina a pasos agigantados.

Fátima comprendió la preocupación de Omar, quizás en el momento su actitud daba a entender algo que en realidad no pensaba.

—Con que este era tu secreto eh, ¿No sabes lo nerviosa que estoy? Y ni se diga el estado de Yusuf...

Aisha no pudo controlarse y se sentó sobre una silla para tranquilizarse. Suhela sólo la veía y reía. En cambio Suhana sacó su móvil y le tomó una foto. Sería un buen recuerdo.

—Ese era un reto que le puse, si deseaba casarse conmigo debía enfrentarse a mi padre —respondió Suhela.

—¡Ya, camina y ruega que tu padre esté de buen humor!, cuidado y te sale el tiro por la culata. Este reto les puede costar caro... —advirtió Aisha aún nerviosa. Tomó agua del vaso que Suhana le tendió.

—Ya, ya, no me pongas nerviosa —rió de nuevo antes de salir. Suhana le dio ánimos levantando las manos en señal de fuerza.

Muchas preguntas rondaban por la cabeza de Aisha.

¿Estaba Suhela lista para vivir en una pequeña casa?, ¿Podía ella dejar sus lujos?

Yusuf se atrevió a pedir su mano y Omar lo dudaba un poco.
No por el estado economico del chico, sino por los sentimientos de su hija, por sus traumas pasados y porque no la quería dejar ir aún. La veía muy joven.

—¿Padre, me has llamado? —preguntó Suhela ya en la sala cerca de su madre.

El señor Abdullah la miró con atención, vaya que era hermosa y por algo Yusuf se había tomando el atrevimiento de pedir su mano. Muy en el fondo se sentía feliz por su hijo. Recordó su pasado, cuando él se había casado con una adinerada, pero no veía esa superioridad en Suhela, no veía en Omar un orgullo por sus bienes y comprendió que su hijo no había cometido su propio error; error que le costó caro y destruyó la infancia de su hija Aisha. Prestó atención a la conversación al salir de sus pensamientos.

—Suhela, hija... —dijo serio— Supongo que ya sabes porque te llamo, me preocupa tu bienestar y desearía que nunca te separaras de nosotros, pero sabemos que algún día tendrás que partir y ser parte de otra familia. Dime, ¿Deseas casarte con Yusuf y formar parte de su familia?, ¿Estás lista para tomar esa decisión? —preguntó.

Una sonrisa tímida dio paso para iluminar su rostro. Parecia pensarlo.

—¿Puedo pensarlo esta noche? —dijo al fin, no debía apresurar las cosas—, ¿No quiero apresurar las cosas...

—No te preocupes hija, sea cual sea tu respuesta la vamos a respetar —agregó Fátima.

—Estoy complicida de saber que me han elegido para formar parte de su familia, pero aun así, les pido una noche para reflexionar —dijo al ver tristeza en Yusuf.

Luego pidió permiso para regresar a la cocina. Después de algunos regaños de parte de Aisha tocaron temas triviales. Yusuf envío un mensaje a su hermana para que le llevara el obsequio a su futura esposa, sabía que lo quería hacer sufrir por una noche y comprendió que no podían apresurar las cosas. Fue una respuesta acertada la de Suhela, cosa que él no hubiera pensado.

Suhela estaba lista para casarse con Yusuf, solo era cuestión de ajustarse en su familia y aprender algunos quehaceres, cosa que sabía pero no practicaba. Estaba segura que seria feliz junto a un hombre como él.

¡Holaaa!

que demoro mucho, pero estoy enredada con algunos asuntos...

Disfruten el capítulo y no olviden votar. Pronto, el regreso de nuestro amado protagonista.

Por cierto, saejin15, te exijo que actualices pronto porque quiero saber si Il Woo es inocente o culpable. (Sé que no, pero es que me haces dudar) 😒

¡Ahora si. Nos vemos hasta el próximo capitulo!

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