¿Propuesta?
Los dos hermanos salieron del lugar y se apresuraron porque debían pasar al mercado, luego al super y de ahí volver a casa para preparar una cena.
El día pasó rápido, ya Aisha habia terminado de preparar el postre y esperaban a la visita, eran unos familiares lejanos que de alguna manera se acordaron de ellos y deseaban hacer una visita.
El señor Abdullah tenía sus sospechas pero no se adelantó a los hechos.
Después de una cena un tanto aburrida los visitantes le propusieron a Aisha un viaje con ellos para conocer a su hijo que no se había presentado en el momento. Cosa que le sorprendió un poco al ser ellos muy directos.
Por fortuna Aisha se negó sin dejar opciónes. Cosa que su padre agradeció mentalmente. Aunque sus visitantes insistieron pero el señor Abdullah apoyó a su hija y confesó que no deseaba casarla a tan temprana edad. Ellos algo disgustados salieron del lugar vociferando estupideces, de entre las cosas que Aisha y su hermano lograron oír fue sobre la casa tan humilde que tenían y la pobreza que los abrazaba. De alguna manera ellos se habían enterado de las deudas del señor Abdullah y pensaban aprovecharse de la situación.
Aquellos egoístas creían que el señor Abdullah por pobre iba a ofrecer a su hija como cambio por dinero para hacer de pantalla con su hijo. Un tipo mujeriego y con malos vicios a quien los padres deseaban cubrir casandolo con cualquiera. De entre su lista se encontraba Aisha.
—Pobre la chica que caiga en su juego, me apiado de su inocencia —dijo ella al verlos partir.
—Mi hermanita es muy sabía entonces. Creo que la ambición puede hacer caer a cualquier mujer —habló Yusuf mirando hacia sus padres quienes permanecían dentro de la casa—. Creo que mejor dejemos esto al olvido.
—Sí, es lo mejor. Suerte que el tipo no vino, porque te aseguro que le hubiera vomitado encima toda la cena —rieron los dos y avanzaron hacia la casa.
Cuando llegó la noche el pobre de Yusuf no podía dormir. No porque tuviera algún malestar sino porque no podía dejar de pensar en Suhela, su comportamiento tan raro y su actitud aquella mañana.
A yusuf le pareció bonita, pero imposible de alcanzar. Aunque sus estudios fuera del país fueron de gran logro aún no tenia donde trabajar. Solo con recordar su casa con lujos y los autos estacionados fuera le dejaban claro que ella era de un nivel social mucho más alto que el de él. Así que borró su sonrisa y trató de dormir. Aunque mas tarde no lo logró. Se levantó a buscar algo de comer y se encontró con su hermana sirviéndose un vaso grande de helado. Ella al oír pasos acercándose se asustó un poco pero tomó valor para confirmar que no fuera un psicópata, secuestrador o ladrón. Al ver a Yusuf divertido con la situación se acercó lo más que pudo para darle varios golpes en el brazo por darle aquel susto y reírse a costa suya.
Ya calmados se sentaron a comer los dos, permanecieron en silencio hasta que Aisha se levantó a servirse una segunda ronda.
—¡Debes estar muy deprimida! —dijo moviendo la cuchara en su vaso para jugar con la parte del helado que se había derretido.
—¿Y tú no? —preguntó.
—Deprimido no, pero estoy preocupado.
—¿Ah sí?, ¿Y como porqué? —tomó asiento con el vaso lleno.
—Porque ya debería trabajar, tener un buen salario, apoyar a nuestros padres y darles una mejor vida. Me siento culpable, creo que parte de sus deudas son por mis estudios.
—Y los míos. Yo también debería hacer algo por ellos, ya es hora de esforzarnos para salir de las deudas y de los problemas económicos. Comer este vaso de helado es un lujo, pero mi padre siempre cuidó que no me faltara nada. Me siento como una malagradecida —dijo dejando a un lado el vaso para sentirse culpable.
Los dos suspiraron mientras reflexionaban. Yusuf miró de reojo como su hermana dejaba de comer, así que habló.
—Serias mala si no acabaras de comértelo y lo dejaras derritiéndose. Come ahora, ya luego tendremos tiempo para recompensar a nuestro padre.
—Tienes razón —volvió a tomar el vaso y empezó a comer pero con más calma.
Yusuf le acompañó hasta que terminara, mientras, revizaba su teléfono móvil.
Yusuf ya era un abogado graduado con todos los honores, pero debía esforzarse mucho para conseguir un buen trabajo y él lo sabía.
Lo que aquella visita había provocado en ellos fue un mal rato, más por sus burlas. Así que después de dejar todo en orden, los dos volvieron a sus lugares. Aisha a su habitación y Yusuf en la sala donde tenía el sofácama acomodado.
Por otro lado, se encontraba Suhela ya acostada, estaba muy pensativa. Ella recordaba haber visto a Yusuf en algún lado, su misma presencia le ponían los nervios de punta y no precisamente por temor o miedo, él le causaba confianza, una confianza que le hacían desconfiar. Dejó de pensar en tonterías al recordar que Yusuf estudió en el extranjero y hacia poco que había vuelto. Era más que imposible haberlo visto antes.
Intentó dormir ya que al día siguiente iba a asistir al médico.
Por insistencia de su madre tenía que acudir al especialista para manejar sus sentimientos y tratar de olvidar lo sucedido. Aunque para empezar a ella le pareció mala idea, al final le empezó a hacer bien.
Pasaron algunas semanas tranquilas, ya Suhela estaba más recuperada y volvía a ser la misma de antes. Suhel y sus amigos tenían algo preparado y era la famosa y secreta declaracion que le iban a hacer a Anabel. Para eso Suhela y Aisha iban a ser las cómplices que la llevarían al lugar, Maria y Suhana ayudarían con la decoración y Ángel y los chicos tenían que estar preparados para recibirlas.
Al fin, había llegado el domingo, el dia que tanto habian esperado.
Ángel estaba un poco nervioso, pero muy seguro de lo que iba a hacer. Marcó a Maria para preguntar sobre las rosas que habia mandado a pedir, eran especiales y los de la floristeria se habian retrasado un poco con el envio asi que Maria las fue a retirar con Suhana. Luego ya más calmado le marcó a Suhela para que le dieran inicio al plan.
Ariel ya habia cumplido con su parte, que era llevar a Anabel y a su madre a casa de Omar y abandonarlas. Por fortuna Ana y Fátima tambien eran complices.
Las dos mujeres se dedicaron a converzar sobre sus temas, aparte de estar al tanto de lo que sucedía hacia mucho que no converzaban.
Anabel, algo aburrida y por ordenes de su madre subió a la habitacion de Suhela a ver si se entretenia y efectivamente fue asi, hablaron un rato mientras veían una película.
Pasaron pocos minutos cuando Suhela recibio una llamada de Aisha para proseguir con el plan.
Suhela le avisó a Anabel que iban a salir a dar una vuelta por la Cinta costera, ella como no tenia nada mejor que hacer aceptó. Total, no se iba a quedar con su madre y tampoco estaba Ariel para que la llevara de vuelta a casa y poder terminar un proyecto.
Pasaban los minutos y Aisha no llegaba, Suhela se estaba arreglando un poco y Anabel insistía en no hacerlo, pero Suhela le convencio para que se maquillara un poco y se hiciera un hermoso peinado. Para la pobre era una estupides pero ya luego se lo agradeceria.
Al fin llegó Aisha, esta vez estaba usando el auto de Suhel.
Suhela se sorprendio un poco por la actitud de Suhel, porque jamás prestaba su auto a cualquiera, era muy cuidadoso.
—¿Suhel te lo a prestado? — preguntó. Anabel sólo oía.
—Porsupuesto que sí, vamos, sube...
—Pero... —recordó el plan y hacer tantas preguntas podrían estropear todo así ya luego tendría tiempo de averiguarlo.
—Sube que te cuento en el camino —dijo Aisha tratando de apresurar a las jovenes.
Las dos subieron y Aisha tomo rumbo a la Cinta costera, pero antes de llegar a Anabel se le había antojado un batido de fresas, cosa que les iba a retrasar pero ellas no se pudieron negar.
Mientras Aisha esperaba en el auto Suhela y Anabel bajaron a hacer el pedido. Aisha aprovechó para informar del retraso.
Ángel estaba impaciente, no podía evitar estar nervioso. Suhel al recibir la llamada de Aisha le explicó a Ángel la causa del retraso, cosa que comprendió. Solo quedaba esperar bajo las miradas de varias chicas asombradas soñando que algo así les ocurriera.
Ya tenían todo listo, Suhana y Maria estaban en sus lugares, los compañeros de la universidad estaban apoyandolo y cada uno estaba preparado para lo que tenia que hacer.
Al fin las chicas regrezaron con sus batidos y llegaron a la Cinta costera donde suhela le envio un mensaje a Suhel haciendole saber el lugar donde estaban.
Desde lejos se podia oir la musica de CNCO, sonaba la cancion de HEY DJ, cosa que le causó risa a Anabel.
—De seguro Maria estaria feliz de poder oir a su grupo favorito.
—Si, de seguro fue idea de ella —mencionó Suhela.
—¿Como qué idea? —preguntó curiosa.
—No, digo, al parecer si les tocara organizar algun evento a Maria se le ocurriría poner a CNCO. Ya sabes que es fanática —respondió, seguido se mordió la lengua para no hacer un comentario fuera de lugar— 《Si supieras lo que te espera, de seguro no estarías caminando tan tranquila》 —pensó.
—Si, Suhela tiene razón —dijo Aisha—, hablando de eventos, parece que despues del reloj hay algo, ya saben, en el mirador.
—¿Ah si?, porque no vamos a ver —porpuso Suhela y Anabel aceptó, total no tenian nada bueno que hacer.
Al fin el plan salía bien, ya era seguro que la confesión se iba a llevar a cabo aquella misma tarde.
En el próximo capitulo veremos que sorpresas le tienen a Anabel. 😊
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