Omar a vuelto...
Pasaron los minutos y se reintegraron para poder volver a casa, pero antes, Suhela le hizo prometer a Aisha que no le diría nada de lo sucedido a nadie. Aisha dudó por un momento pero ante la insistencia aceptó.
Suhela le marcó a su hermano para que las recogiera y llevara a Aisha a su casa, no era adecuado que ella regresara caminando sola porque había oscurecido.
Cuando Suhel llegó las notó diferente. Desvio la mirada de Aisha porque aun sentía vacío y dolor en el corazón, la tenia cerca pero sabía que no le pertenecía. Él no tenia derecho a mirarla de esa manera, no podía ni siquieras tocarla o tenerla cerca.
Recorrieron el camino en silencio, cosa que Suhela agradeció mentalmente. El ambiente en el auto era tenso y Aisha se encontraba sumergida en sus pensamientos. Luego sacó una libreta y apuntó algo. Guardó todo y dejó el papel en su mano.
Permaneció viendo a través del retrovisor y cuando llegó a su casa esperó a que él la mirara.
Tardó un poco pero sus miradas se encontraron a través del espejo. Ella le mostró el papel y lo dejó caer cuidando de que Suhela no la mirara. Después se despidió de su amiga y entro a su casa.
Él quedó inquieto ante tal acto, no había entendido lo que ella trataba de decir. Espero un rato para que entrara a su casa y para su sorpresa un hombre la alcanzó, Aisha y aquel extraño caminaban juntos. A Suhel le pareció raro y hacía tiempo no hablaba con el señor Abdullah. Por unos segundos pasó por su mente la idea de que podría ser el prometido o novio de Aisha ya que entraron converzando. Arrancó y siguió su camino.
Suhela seguía sumergida en sus pensamientos y no se había percatado de que habían llegado a casa.
-¿Pasa algo? -preguntó Suhel examinando su reacción.
-Hmmm... no pasa nada, ¿Porqué lo preguntas? -dijo un tanto nerviosa.
-Porque ya llegamos, apagué el motor del auto y estoy esperando a que bajes, pero tú estás muy pensativa y noto tus ojos llorosos.
-No es nada -se apresuró en responder y bajar rápidamente para entrar y subir a su habitación.
-Ami no me engañas. ¡Maldito Samir!, ¿Será que descubrió que el cabrón es un mujeriego? -pensó en voz alta pegandole con fuerza al volante. Se sentía impotente, culpable de alguna manera por no estar el día que empezó la desgracia en su familia. Quizás si no se hubiera ido a la playa y si se hubiera quedado en casa hubiera reconocido a Samir y le hubiera ahorrado tanto sufrimiento a su hermana.
《 Debe estar enamorada... ¿Cómo les digo que Samir es un mujeriego y el peor hombre que pueda existir en la tierra... ? 》 reflexionaba con el rostro sobre el volante. Permaneció un rato más en el auto.
《 ¿Dios!, acaso no es suficiente mi sufrimiento como para que mi hermana sufra igual que yo?...
Tú sabes muy bien que ella es débil, su corazón es como el cristal que se puede romper en cualquier momento, guíame y dame la sabiduría para enfrentar este problema... Mi amor por Aisha fue incorrecto, estoy tratando de remediar mis errores, Ayúdame, muestrame el camino.》
Se deslizó una lágrima dejando mostrar su dolor ante el sufrimiento de su hermana y el propio.
《 Aisha, espero que encuentres a alguien mejor que yo, que seas feliz... 》
Llegaron a su mente los recuerdos vividos junto a ella, la caminata por la playa, la discusión en el auto, el roce de sus labios y la expresión de su mirada.
De repente Suhel recordó el papel que había dejado caer su amor perdido. Se apresuró en buscarlo y lo leyó encontrándose el número de alguien. Dudó por un momento agregarlo a contactos ya que tenia el de Aisha y no podría ser ella, así que llamó para salir de dudas.
Marcó el numero y dejó sonar varias veces pero nadie contestaba, volvió a marcar y después de varios tonos contestó un hombre...
-¡Assalamu-aleikum! -dijo alguien desde el otro lado de la línea, no era el señor Abdullah ya que Suhel lo reconocía, esa voz era diferente. Y ante la insistencia del hombre decidió colgar.
《Era el tipo ese... ¿Quien puede ser y porqué ella me dejó su número? ¡¡Acaso me quiere ver sufrir!!》.
-¿Maldición, se atreve a dejarme el número de su novio? -volvió a gritar arrugando el papel y dejándolo caer.
Entró a casa y se relajó al ver a sus padres y Suhana en la sala de estar. No era momento para darles más problemas, al parecer alguien estaba tratando de distorsionar dentro de la empresa robando y vendiendo información a empresas competentes.
Suspiró cerrando la puerta con llave y se acercó a sus padres para hablar del tema ya que habían quedado a medias.
-Suhela no a bajado a comer, subió sin saludar. ¿Tú sabes que le sucede? -preguntó Fátima angustiada.
-No es nada mamá, estaba con su amiga y de seguro ya comieron. Además tiene que entregar un trabajo en la U -dijo para luego desviar el tema-. Qué vamos a hacer ahora -dirigió su mirada hacia Omar...
Padre e hijo conversaban mientras Suhana realizaba un proyecto pero también les ponia atención en ocasiones.
-Al parecer hay alguien que está robando información, nuestros clientes más recientes, nuestras ventas, contactos y proveedores, toda esa información a sido entregada a otras empresas competentes. No sé como atrapar al traidor -dijo Omar exhausto.
-No te preocupes papá. Sabes que has podido con problemas más graves -habló Suhel acercándose a recoger algunos portafolios-. ¿Sospechas de alguien?
-No lo sé, debe ser alguien nuevo, Andres cree que puede ser -suspiró para luego continuar-... Andres y Gustavo estuvieron hoy conmigo y llegamos a la conclusión de que debemos cuidar a Samir, quizás no sea él, pero algo que tenga que ver con él.
-No lo quería decir antes, pero creo que tienen razón. No nos podemos dejar llevar por el compromiso con Suhela -confesó Suhel.
-Entonces, ¿Qué sugieres? -interrumpió Fátima.
-Nada, investigar y estar atentos. No podemos permitir que información tan valiosa sea robada tan fácilmente -habló Suhel.
-Es cierto, ya di la orden de que se bloqueara el sistema y el acceso sea limitado. De todas formas Ariel se va a presentar mañana con su padre para asegurarse de que el trabajo está bien hecho -dijo Omar.
Suhel confiaba en su amigo, sabía que Ariel haría un buen trabajo porque aparte de estar estudiando medicina, era muy bueno en cuando a manejo de sistemas y cómputos.
Ellos converzaron un poco más y luego se retiraron a descanzar. Suhela se había quedado dormida cuando Suhana llegó a la habitación. De todas formas Fátima se aseguró de que no tuviera fiebre. Con cuidado la cubrió y le pidió a Suhana que se acostara temprano.
Fátima pasaba un tiempo fuera de casa, pero no descuidaba sus deberes. Le preocupaba no poder aportar lo suficiente a sus hijos, el cariño que les daba a veces no era suficiente. Suhela era la que más problemas le daba en cuanto a la comunicación, desde pequeña era tímida y no se expresaba como era debido.
-Siento que algo está mal con mi hija, ella es inexpresiva en cuanto a sus sentimientos, pero su comportamiento es muy extraño. Quizás tenías razón en exagerar el día del compromiso -dijo Fátima entrando a su habitación.
-Mejor descansa, de todas formas no podemos hacer nada por ahora, quiero que estés pendiente de Suhela, yo y Suhel estaremos resolviendo el problema en la empresa, además Gustavo y Andrés van a estar presentes, organizamos una junta de ultima hora.
-No incluyas a Samir y el señor Patel. Sabes que el señor Patel siempre a sido muy ambicioso.
-¡Lo sé amor. De eso me encargo yo... esta vez se han metido con mi hija, me han dado donde más me duele, pero el Omar de antes no a muerto, sólo estaba ausente! -dijo muy seguro de sí mismo.
¡¡Hola, hola!!
¿Qué va a hacer Omar?, ¿Recuerdan al Omar de antes?, bueno, prepárense que viene parte de la acción.
Ami me gustó cuando Omar puso en su lugar al primo de Ali cuando estaba molestando a la pobre Fátima. Fue una escena divertida y muy difícil de narrar para mi. Pero creo que fue la que más me gustó aparte de unas cuentas. (Está en el capítulo titulado "marcando terreno" en la primera parte de esta novela) 😉
¿Y a ustedes, que parte de la novela anterior les gustó más?
¡Dejen sus votos y comentarios, Gracias!
Suhana:
Suleiman:
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