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Miedo.

Suhela bajó a despedirse de su madre ya que iba saliendo a la oficina, Fátima y Omar tenían que atender algunos asuntos. Ella había quedado sola en casa, no tenia nada que hacer así que se dispuso a enviarle mensajes a su amiga, nesesitaba de alguien en ese momento, se sentía abatida, sin saber que hacer.

Chat por watsapp:

Suhela

—Assalamu-aleikum!

—¿Que haces, como te fue con la reconciliación?
(12:45)

Aisha

—Ws

—Su vuelo se había tardado un poco y apenas llegamos a casa, está muy diferente, lo siento muy distante.
(12:55)

Suhela.

—😮😮

—descuida, ya luego te da tiempo.
(12:56)

Aisha

—¿cómo te fue con tu amor?

—sabes que soy muy buena confidente.

—😉😉
(12:56)

Suhela

—me gustaría hablarlo cuando estés conmigo, ahora estoy sola en casa, no me quiero deprimir.

—además, tienes cosas que hacer. —😊
(12:57)

Aisha

—que tal si vienes a mi casa y me ayudas un poco y así te puedo ayudar!!!
(12:58)

Suhela

—no te preocupes, mejor mañana en la universidad

Aisha

—está bien, ya me tengo que ir, voy a servir el almuerzo.

—😙😙

—nos encontramos mañana!

Suhela dejó el móvil a un lado y
Sin poder evitarlo unas lágrimas rebeldes decidieron salir sin control. Ya con los ojos llorosos empezó a sollozar. Por su cabeza pasaban tantas ideas locas, y de entre ellas la posibilidad de un matrimonio infeliz.

—¡Suhela! —gritó su hermano buscándola.

—Aquí estoy —dijo mientras se secaba las lágrimas rápidamente.

—¿Estabas llorando?, tienes...

—No, no es nada —se apresuró en responder.

Suhel se acercó a su hermana y le sujetó las manos para luego hablarle.
—Puedes confiar en mí, nunca permitiría que algo te hiciera daño.

—Son tonterías, cosas de mujeres que no te puedo contar.

—Ok... ¿Sabes de casualidad dónde dejaron las llaves del auto de papá?

—No, y si lo hubiera sabido no te lo diría. Ya sabes cómo se pone cuando lo usan sin permiso.

—Es para algo urgente...

—¡NO! —gritó.

Suhel sonrió y dejó de insistir, luego se dio media vuelta para entrar a la cocina y se sentó a tomar un vaso de agua. Suhela le siguió los pasos sin entender lo que había sucedido minutos antes.

—¿Y?...

—¿Qué?, solo deseaba que volviera la Suhela de antes, quería que me dijeras algo, reaccionaras y me gritaras para sacar lo que llevas dentro.

—Pero ya no soy como antes.

—Exacto.

—¿Entonces?

—Nada, tengo que buscar otro método.

—Bien. Entonces voy a estar atenta. Por cierto, el estúpido de mi...

—¿De tu prometido?, sabes, ya se de dónde lo conozco, ayer lo encontré en la oficina de papá y al verlo de frente lo noté nervioso por mi visita.

—Sabes si el es...

—¡Noo!, digo, no estoy seguro, mis recuerdos están borrosos, pero en cuanto descubra algo te avizo.

—Uff, eso mismo quería pedirte. ¿Puedo confiar en ti?

—Por supuesto. ¡Temí ofenderte con mis dones de super espía!

—Es que siento que algo anda mal. Ayer cuando lo llamé creí escuchar algo al fondo. Me preocupa...

Los dos continuaron conversando unos minutos más. Suhel se retiró a recoger a Suhana y volvió para el almuerzo.

Omar y Fátima habían regresado, la familia completa terminó de almorzar para volver a la rutina.

Los días pasaban y Suhela evitaba salir a solas con su prometido, no quería sentirlo cerca. Después de aquel sueño su presencia le molestaba.

El fin de semana iba a encontrarse con su amiga para tener la charla de chicas que había dejado pendiente, en la universidad no había tenido tiempo para eso y querían más privacidad. Prefirieron encontrarse en un parque ya que los temas que iban a tocar eran delicados.

Aisha habló sobre la llegada de su hermano, la posibilidad de reconciliación y algunos problemas económicos. Suhela se ofreció en ayudar pero Aisha le hizo prometer que no dijera nada.

Suhela le relató todo lo sucedido con Samir y luego le contó el sueño extraño que tuvo.

—¿Y le dijiste todo a tu hermano? —preguntó abriendo más los ojos.

—¡No!, no sería tan tonta como para decirle esas cosas a Suhel, además si él o mi padre se enteran de que Samir intentó tocarme son capaces de cualquier cosa —dijo exaltada.

—Tranquila, no le diré a nadie, pero debes tener cuidado con él.
No quiero meterme en tu relación pero me preocupas, además Suhel debe saber sobre este tema.

—¡NO!. Debes ser discreta, solo te pido que me ayudes para acabar con esta pesadilla, pero no quiero meter a mi hermano en esto.

—Cálmate cariño, déjame ver como te ayudo, ya sabes que haría cualquier cosa por ti y por tu familia.

—Lo sé y es por eso que me atrevo a contarte todo esto. Lo único que nesesito saber es la razón por la cual este chico trata de manipularme.

—Puede ser por dinero o por algo de tiempos pasados, ya sabes, venganza o algo parecido.

—No lo creo y según tengo entendido ellos son adinerados, están pensando en una boda a lo grande, cosa que no deseo.

—Comprendo.

Las dos chicas permanecían en silencio sin mas que decir. Suhela estaba un poco nerviosa y desvío su mirada para ver el atardecer.
Ella sintió paz por unos minutos hasta que sonó el celular y vio en la pantalla el nombre temido.

—¿Assalamu-aleikum? —contestó ella mientras Aisha le hacía señas para saber quien era.

—Soy yo amor, ¿Dónde estás? —preguntó sin antes responder el saludo.

—Sé que eres tú, reconozco tu voz. ¿Cómo estás?, ¿Cómo sigue el resfriado que tenias?

—Bien, ya estoy mejor —responde. Suhela permanece en silencio porque no tiene ganas de hablar—. Me alegra que te preocupes por mi, ves que si hay amor entre nosotros —continuó.

—Yo tengo algo que decirte —dijo algo nerviosa.

—¿Está todo bien? —sonó preocupado—, dime qué sucede.

—Quiero romper con el compromiso, esta noche le diré a mi padre, quiero que estemos de acuerdo en lo que vamos a decir...

—Amor, si es por lo de aquella noche, disculpame, no quise asustarte, te juro que voy a hacerte feliz.

—Ya tomé la desicion y te pido que terminemos como debe ser.

—Acércate al árbol del fondo, estoy en el mismo lugar, quiero hablar de esto en persona —dijo disgustado.

—¿Me estás persiguiendo? —se levantó para buscarlo con la mirada y Aisha le siguió los pasos ya que ella empezó a andar.

—Estaba de camino con un amigo y de casualidad te vi con tu amiga, así que decidí darte una sorpresa, pero me defraudas —respondió alterado.

Suhela colgó y corrió hacia el árbol que le indicó. Era el más grande del lugar y estaba un tanto apartado. Aisha trató de seguirle los pasos pero cuando llegó encontró a Samir sujetándola fuerte del brazo contra el tronco del árbol.

—¡Escúchame bien estúpida! Tú de mi no te separas, esta relación se acaba cuando yo desee. Y si te atreves a decir algo de esto a alguien más la vas a pagar muy caro—. Aisha observaba con horror la escena sin saber cómo reaccionar.

—Sueltame, me estas haciendo daño —sollozaba Suhela. Al fin Aisha reaccionó y trató de soltarla del agarre de Samir, pero este le dio un empujón dejándola caer.

—Suéltala —gritó ella aún tirada en el suelo, pero Samir no le ponía atención y continuó con su cometido.

—Daño te voy a hacer cuando estés desnuda bajo mi control. A este cuerpo le tengo muchas ganas —le dijo presionandola más contra el tronco.

—Callate asqueroso, déjame ir —lloró desconsoladamente.

Aisha se levantó y lo golpeó con su bolso pero era en vano. Samir dejó libre a Suhela por unos segundos para advertirle a Aisha —Si me vuelves a tocar o haces algo en mi contra entonces tu amiga va a sufrir las consecuencias —luego se giró a ver nuevamente a Suhela—, y tú, no abras la boca, porque puede que te quite tu virtud antes de la noche de bodas, ¿No quieres que eso pase verdad?

Suhela negó con la cabeza mientras Aisha permanecia en su lugar consumida por su propio coraje al ver tan indefensa a Suhela y sin poder ayudarla.

—Sueltame por favor —volvió a repetir con la voz temblorosa.

—Así me gustas más, cuando eres mi sumisa... y ya saben, ninguna de las dos puede abrir la boca porque van a sufrir.

—¡Eres un maldito!, ¿Cómo puedes amenazar de esta manera? —habló Aisha con mucha ira.

Samir rió a carcajadas dejando caer a Suhela sobre el suelo. Con furia se  fue acercando a Aisha. La agarró del cuello y le presionó un poco.
—La pobretona a hablado, pero no tienes idea de lo que soy capaz, aparte de Suhela puedo disfrutar de una más. Quizás las chicas como tu sean más divertidas en la cama —dijo dejándola y se retiró con una sonrisa en el rostro.

Aisha ignoró lo dicho y corrió a abrazarse a Suhela que permanecía en el suelo llorando desconsolada.



¡Hola!

¿Qué pasará más adelante? 

Uff, y es que este Samir ya me cae mal. ¿Porqué se comporta así?, ¿Qué es lo que desea?

Si les gustó dejen sus votos y comentarios. Gracias! 😘

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