Gustavo y Anabel de vuelta.
Gustavo y Anabel habían vuelto al acabar con sus estudios, algunos años de distancia les hizo recordar que debían salir como antes y por eso aquella tarde habían organizado una salida de amigos como los viejos tiempos.
El reloj marcaba la hora del encuentro y Anabel ya estaba lista para partir junto a su hermano. Se había demorado un poco por asuntos pendientes cosa que la ponian muy nerviosa, pues no tuvo tiempo suficiente para arreglarse como deseaba.
Ángel estaba ya cerca del lugar acordado, iban pasando por la Cinta costera, recordando el día que le confesó su amor a Anabel y a la vez una sonrisa se empezaba a dibujar en su rostro, pues justo cumplían tres años de noviazgo.
—¿Recuerdas cuando le confesaste tu amor? —dijo Maria que iba de copiloto viendo el lugar de los hechos. La sonrisa de su hermano lo decía todo.
—Fue lo mejor que pude haber hecho... —respondió sin dejar a lado el atractivo que marcaba su sonrisa.
Ya casi llegaban a casco viejo y esperaba que Anabel llegara a tiempo. Pero por su mente pasó la triste historia de Suhel, borrando su sonrisa para darle paso a una bufido.
—Creo que ha sufrido durante estos años en el extranjero, pretendía no hacerlo pero lo conozco bien...
—¿Podemos ayudarlo? —preguntó Maria pensando en algo. Sabía a la perfección de quién hablaba.
—El problema no es él, el problema es ella... y en ese caso no sabría decirte. Quizás tú como chica sepas como hacerlo.
—Mmm, quizás... Se nos puede ocurrir algo más adelante. Lástima que Suhel no corra la misma suerte que tu, hermano —finalizó la conversación Maria para bajar del auto, ya habían llegado.
Los dos empezaron la marcha ya que Suhel y sus hermanas los esperaban unos pasos más adelante.
Maria se acercó más a prisa dejando a Ángel atrás, pues Suhana tenía algo que contarle y no podía esperar. Las dos chicas se alejaron con una sonrisa cómplice dibujada en el rostro.
—¿Qué hay hermano, todo bien? —preguntó Ángel dándole una palmada en la espalda a Suhel—, Hola Suhela —saludó al estar frente a ellos, Suhela sólo mostró su tímida sonrisa como siempre.
—Bien bro, Ariel dice que demora un poco, igual el prometido de mi hermana.
—Me alegra saber que sea él tu prometido, así nuestro grupo de amigos no se va a dispersar. Se refirió a Suhela.
—Sii... espero que Suhel logre su cometido —respondió ella un tanto preocupada por el asunto.
Suhel estaba serio aquella tarde y muchas ideas pasaban por su cabeza. Parecia que ese tipo de comentarios le molestaban porque unas arrugas se formaron en su frente.
—Increíble, ya pasaron tantos años y aun la sigo amando como siempre... —cambió de tema Ángel al notar el ambiente tenso—, recuerdo el día de la confesión como si fuera ayer —confesó.
—Uyy, y Ariel con su locura... Los carteles estaban divertidos. —agregó Suhela alegre.
—¿Hablan de mi? —interrumpió una voz a pocos pasos de ellos.
—No, hablamos de un tal Ariel que le gustan las bromas... por cierto, ¿Dónde está Anabel? —habló Ángel al verlo llegar.
—Mi hermana ha sufrido un accidente... —rió con burla y continuó antes de que se malinterpreten las cosas— Su blusa se a mojado y va a esperar a que se seque mientras termina con una llamada urgente.
—Oh que tonterías, ¿Dónde está tu auto? —preguntó Ángel listo para partir. No podía esperar más.
—Cerca del parque, donde está el árbol con luces... —respondió viendo como su amigo marchaba a toda prisa. —Baiiaa... amigos locos por amor es lo que tengo yo... —finalizó haciendo una mueca graciosa con la boca, cosa que hizo reír a Suhela.
—¿Y que hay de ti amigo, no sufres por amor? —habló después de mucho Suhel. Pues una sonrisa disimulaba le había logrado sacar Ariel con aquel acto.
—¿Yo?, pues no... la verdad es que mis estudios me tienen muy ocupado. Aunque he visto a Suhana muy extraña estos días.
—¿Algo de lo que debamos preocuparnos? —se adelantó Suhela.
—No lo creo, es solo que la veo mucho rato en la cafetería. Nada grave por ahora, y casi siempre está acompañada de Maria.
—Assalamu-aleikum princesa... —interrumpió el prometido de Suhela —Assalamu-aleikum Suhel, que tal Ariel.
—Wa aleikum salam —respondieron los tres seguido, Ariel y los demás solían responder de la misma forma.
—Ya regreso —dijo Suhela captando las señas de su prometido, pues frente a ellos una escalera los conducirían hacia una hermosa vista del atardecer.
—Hola guapa —bromeó Ariel al ver como los dos chocaban miradas... pues Yusuf había dejado a la vista a Aisha.
—Oh hola —habló bajando la vista, estaba algo nerviosa.
—Sigan con lo suyo, yo me voy a teletransportar al más allá —rió para girar sobre sus talones y perderse a la vuelta de la esquina.
Los dos al verlo desaparecer chocaron mirada una vez más.
—¿Tu le has dicho algo para que se vaya? —preguntó pensando lo peor—, era de esperarse. Aighh.
— ¿Acaso me has oído hablar desde que llegaste?... hmmm, siempre le buscas la quinta pata al gato.
—Oh claro... siempre yo eh.
— ¿Cuando me vas a hablar de buena manera?, deberías dejar de discutir tonterías.
—¿Hablar?
—Sí, ¿caminamos? —más que una pregunta parecía una orden, ya que le hizo señas para empezar la marcha.
—Bien, caminemos pero procura no dirigirme la palabra —informó.
Ella trataba de apresurar los pasos para perderlo de vista pero Suhel parecía no querer dejarla tranquila. Ya le empezaba a molestar el hecho de que estuvieran solos. Ella no quería perder el control ante los encantos de su amado, le parecía imprudente que estuvieran en esa situación.
Más adelante había un pequeño bar donde empezaba a sonar una canción que le refrescó algunos recuerdos a Suhel. Ella seguía su camino perdida en su pensamiento, ni siquieras sabía a que lugar se dirigía.
Una sonrisa se dibujó en su rostro, pues recordaba perfectamente aquella pequeña discusión, una de las tantas.
《—Déjate de rodeas y dime qué quieres—. Habia dicho ella frustrada aquel dia, recordaba aún la misma canción sonando en el fondo.
—Algo que me pertenece y tienes a tu poder...— Había dicho él.
—Yo no tengo nada tuyo, tu corazón te pertenece, nunca te lo quité. Y por favor, déjame en paz.
Aisha habia girado sobre sus talones para poder buscar otro rincón, pero detrás había gente felicitando a Anabel y Ángel. Pocos segundos había vuelto a girar, quizas pedia el deseo de no tenerlo frente a ella, pero no iba a ser tarea fácil. La notó ruborizada, cosa que en el momento no le importó porque estaba concentrado en verla detenidamente.》 Sonrió, ahora que recordaba los hechos le hubiera gustado saber la razón por la que se había ruborizado su amada.
《—Mis llaves, tienes mis llaves...— Le había dicho sin poder evitar una sonrisa pícara en su rostro.
La notó avergonzada por lo que había dicho. Ella sabía que era impulsiva y no podía controlar su lengua. Había metido la pata.
—Y no quiero que me devuelvas mi corazón, te pertenece y lo sabes. Tengo fe de que el tuyo también será sólo para mí...》
—Dale, un, dos, tres. Ay, ay
Devuélveme mi corazón.
No ves que mi cuerpo no se anda mejor.
Tú nunca supiste tratarlo,
Solo golpearlo amor
Ay, ay
Devuélveme mi corazón
No ves que mi cuerpo no se anda mejor
Tú nunca supiste tratarlo
Solo golpearlo amor... —cantó al son de la música para llamar su atención, cosa que logró hacer sin esfuerzo.
—¿Lo recuerdas? —preguntó él al notarla sería.
—¿Y si te digo que no? —dijo empezando a frustrarse. Pues había entrado a una calle que la llevó a un lugar apartado. Le molestó saber que quizás Suhel hizo lo posible para dirigirla hasta ahí.
—¿Qué pretendes hacer ahora?, sabes que estoy canzada de este jueguito y no lo soporto más —confesó con un nudo en la garganta.
—Escuchame Aisha, todos estos años he tratado de luchar contra los recuerdos, cambiar de idea y lograr olvidarte... estoy conciente de nuestra diferencia social, nuestros caracteres, pero ya no lo soporto —se detuvo para ver su reacción, se empezaba a acercar mucho a ella pero logró detener sus pasos para mantener una distancia prudente. Pues en una esquina se hayaba una pareja contemplando la vista que el lugar les ofrecía.
—He vuelto para pedirte que acabes con esta agonia —finalizó con la esperanza de oír lo que tanto deseaba.
Hola chicas y chicos, estoy de vuelta.
Se que he demorado pero tengo una vida y muchas cosas que hacer, pero terminaré con esta novela seguro.
Espero perdonen las muchas faltas que tengo pero es lo que logré hacer, y debo admitir que me ha llevado mucho tiempo escribirlo ya que tenía falta de inspiración.
Que lo disfruten y dejen sus votos. Animen un poco para que la inspiración vuelva. 😉😉😉
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