Camino a casa.
Omar no sabía bien lo que había sucedido. Corrió hacia donde se encontraba Suhela abrazada a Samir que permanecía sobre el suelo.
Andres había marcado a las autoridades para que acudieran al lugar y grabó el numero de la matrícula del auto del señor Patel.
Omar levantó a su hija alejandola de Samir para abrazarla con fuerzas y examinarla con cuidado. Aparte de algunas manchas de sangre no tenia nada.
Omar se iba a retirar pero Suhela lo detuvo y le explicó que Samir sólo le estaba ayudando. Al ver al pobre hombre casi moribundo en el suelo ordenó a Suhel ayudarlo.
Miró fijamente a Samir y a Suhel que se habia detenido a socorrerlo. Él le ordenó a Suhel ayudarlo a levantarse para llevarlo al auto.
Andres los alcanzó avizandoles que la ambulancia no llegaría al lugar, debían salir a la carretera principal y llevarlo al hospital o centro de salud cercano.
Ellos debían ir camino al hospital que quedaba a treinta minutos del lugar. Por fortuna llevaban dos autos y Omar le pidió a Suhel encargarse de Samir junto a Andres. Él iba a llevar a su hija a casa, al lugar donde debía estar.
Ella exigió ir con Samir pero Omar no se lo permitió, le explicó que no era lo adecuado.
Permanecieron unos minutos más en el lugar mientras algunos policías anotaban los hechos sin gana alguna.
Omar había resumido los hechos como un asalto y que Samir había ido al hospital por ser quien recibió el disparo. No mencionó al señor Patel y tampoco al guardia que era su cómplice.
Era en vano, además parecían ellos al tanto de todo, seguramente las declaraciones iban a ir directo al basurero.
Cuanto antes partió del lugar y emprendió el camino a casa. Suhela intentaba hablar pero él le ordenó callar y relajarse. Ella estaba en estado de shock.
—Padre, prometí ayudarlo, le dije que íbamos a ayudarlo, no lo delates —dijo repetidas veces.
Omar detuvo el auto y la abrazó acariciandole la cabeza con delicadeza.
—Shhh, debes callar... calmate hija —dijo con una voz leve tratando de no alterarla. Luego con una mano le levantó el rostro y la miró fijamente para decirle algo—, hija... Samir estará bien, pero no puedes estar con él. Yo personalmente me encargaré de cumplir tu promesa.
—No le hagan daño —dijo rogándole a su padre.
—No le haría daño a la persona que salvó la vida de mi hija. Además, está Suhel encargándose de su salud y yo debo encargarme de que nada malo te pase cariño... —le besó la frente para luego acomodarla en su asiento. Le puso el cinturón que antes se había olvidado colocar y arrancó el auto nuevamente—, debes descanzar, tu madre te espera en casa y no queremos que sufra viéndote en mal estado —finalizó para reintegrarse a la carretera que conducía hacia la ciudad.
—Pero —insistió.
—¿Confías en mi verdad?, sabes que no haría nada que te afectara —ella movió la cabeza afirmando y cerró los ojos con fuerza para tratar de relajarse.
Todo había pasado tan rápido que no le dio tiempo de nada.
《¿Y si le hubiera hecho caso?, debía permanecer con él, nada malo me iba a pasar y tampoco a él. Es mi culpa todo estoo.》 Pensaba mientras las lágrimas bajaban por su mejilla. Minutos después quedó rendida ante el cansancio y se durmió. Omar le hechaba algunos vistazos y conducía con cuidado ya que sentía los pies pesados, estaba nervioso a pesar de que todo había acabado.
Mientras tanto, en el hospital, llegaron a urgencias, los médicos se apresuraron en atender al herido, aunque las preguntas no faltaron.
Suhel explicó que había sido un asalto y que ya las autoridades competentes estaban al tanto.
Andres llamó a los demás para informar de lo sucedido mientras Suhel esperaba en la sala de espera. ¿Porqué estaba él ahí, ayudando a un desgraciado que le hizo daño a su familia? Pensó. Le envío un mensaje de texto a Aisha para informarle de lo sucedido y preguntó por el estado de su madre. Al parecer Fátima estaba mucho mejor con la compañía de Suleiman. Había comido un poco y estaba impaciente por el regreso de ellos junto a Suhela. Suhel le pidió a Aisha avizarle que estaban de regreso y que Suhel estaba resolviendo algunos asuntos, pidió no dar explicaciones, ya Omar se encargaría de contarlo todo a Fátima.
Omar llegó a casa y con cuidado despertó a Suhela que aún seguía dormida. Ella se levantó un poco aturdida pero al ver el lugar donde se encontraba dejó salir una sonrisa de felicidad.
—Estamos en casa... vamos, que tu madre te espera —dijo Omar abriéndole la puerta para ayudarle a salir.
Ella asintió y tomó la mano de su padre para entrar a casa. Su corazón latía con mucha fuerza, a pesar de todo no había estado mucho tiempo fuera de su hogar pero lo sentía así. Sentía las manos sudando y por primera vez se preocupó por su estado desde que la encontraron, ya que no deseaba hacer sufrir a su madre.
Y antes de que Omar abriera la puerta se podía ver a una Fátima preocupada con las manos sobre el pecho. Duraron algunos segundos para que las dos mujeres se unieran en un fuerte abrazo seguido de sollozos y sonrisas de felicidad.
—¿Estás bien?... —preguntó Fátima repetidas veces—, ya estas aquí, nada malo te va a pasar hija.
—Estoy bien mamá, estoy bien... no me pasó nada —respondió limpiándose las lágrimas que habían empapado sus mejillas. Luego acomodó un poco el pelo mientras caminaba a pasos lentos. Se dirigió al interior de la casa donde la esperaban Aisha, Suhana y un Suleiman muy tranquilo.
Todos la abrazaron en orden y pasaron a la sala de estar. Al fin Suhela estaba a salvo.
¡Hola!
Quería decirles que me dolió un poco que el pobre de Samir esté herido.
Creo que el malo de la novela no es precisamente Samir, sino su padre.
¿Qué pasará con esos dos?, ¿Estará Suhela enamorada de él?
¡Nos vemos en el próximo capitulo. Que tengan un lindo día!
😄😄
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