MARINETTE DUPAIN CHENG

¿Creí que una separación sería más sencilla? La respuesta es no. 

¿Pensé que Adrien podría más fáciles las cosas? Sí, por absurdo que suene así es. 

Lo bueno, es que por el momento Luis, mi madre y yo estamos viviendo en tranquilidad, sin casi ninguna preocupación. Para mí esta el nuevo trabajo que tengo, preferí trabajar desde casa, hasta que el periodo de riesgo de mi embarazo pase. Entendí que la vida que llevo dentro no tiene culpa ni de los errores de su padre, ni de los míos.

Hace unas semanas dejamos el apartamento de Alya y aunque ella y Nino quisieran que nos quedáramos ya habíamos sido suficiente molestia. Pero estuvimos de acuerdo en que los fines de semanas ellos pasaran tiempo con mi pequeño Luis, al cual le hace realmente bien la compañía. Sino fuera así estaría atrás de mí todo el tiempo preguntándome por Adrien.

Por más que quisiera sé perfectamente que cuando Adrien Agreste quiere algo lo logra y ciertamente puede que yo ya no pinte nada dentro de su vida, al fin y al cabo conociendo al señor Agreste si se comprueba que el bebé de Lila es un Agreste, se le dará el título de Agreste al pequeño y ella era hasta lo imposible por convertirse en la nueva señora portadora de ese apellido...

Así que yo haré lo mismo por ponerle un final a mi relación con Adrien. Mi abogado ya consiguió que él firmará los documentos para cerrar nuestro contrato. No veo el porque él se negaría a firmar el divorcio, no existe objeto que nos una, si fuera por Luis, podrían verse algunos días...

'Sabes perfectamente que el bebé que llevas en tu vientre, es de él. Así si existe ese algo que los une'  - me recuerda mi subconsciente. 

 «No necesito que nadie me recuerde que estoy esperando un hijo suyo. Gracias»  - reprocho bastante exasperada.

- Ahora que te molesta, Marinette - murmura mi madre, entrando en el comedor. Últimamente paso mucho aquí.
- Nada... Esta bien. Solo estoy pensado mamá - respondo guiando un poco más de cereal a mi boca. 
- En ese caso se puede saber en que pensaba mi hermosa hija - asiento, sonriendo. 
- En Adrien... - mi madre frunce el ceño - Pero me refiero a que no ha firmado los documentos del divorcio, no de otra manera. 
- De acuerdo, sabes lo que pienso sobre eso. También te dije que aunque Adrien no sea el mejor hombre del mundo no merece que le ocultes a su bebé - pongo los ojos en blanco. 
- No pienso decírselo, mamá - aclaro haciendo puchero - No después de todo lo que ha hecho. 
- Marinette... Basta ya, mi nieto no tiene tiene por salir lastimado en un futuro por no conocer a su padre como Luis - lo que dice es razonable, pero quiero que él sienta un poco de lo que yo sentí.

Llamenle como quieran...

Pero no es venganza solo es hacerlo probar un poco de su propia medicina. 

- Vamos mamá, él merece todo, menos tener el amor de este nuevo bebé. Tiene a Lila y al bebé que viene en camino que ellos se lo den - mi madre sonría con gracia. 
- Estas celosa y enojada, por eso hablas así. Pero sabes que tú hijo no es culpable de nada - asiento dándole la razón, pero no del todo. 
- De todas maneras, hablare con mi abogado - me levanto y cuando estoy justo por salir del comedor el teléfono de la casa suena, lo que provoca que de un pequeño saltito. 
- Es un número desconocido - dice mi madre que fue quien tomo el teléfono primero. 
- Bien... Dámelo - le pido a mamá ella me entrega el objeto y se hace a un lado - ¿Hola, con quién hablo? - pregunto apenas descuelgo la llamada.
- Señorita Marinette - mi corazón late con rapidez al escuchar la voz del padre de mi esposo. 
- Señor Agreste, digo Gabriel, ¿cómo esta? - intento no sonar nerviosa, pero mi voz no ayuda. 
- Realmente no lo sabes, Marinette - me obligo a sentarme nuevamente - Mi hijo esta buscándolos... - le interrumpo. 
- Gabriel, si su llamada tiene como fin persuadirme para que regrese con su hijo - hago un breve pausa - Esta perdiendo su tiempo. 
- No, puedes estar tranquila. Solo quería comunicarme contigo porque sigues siendo mi nuera y la madre de mis nieto - entonces pierdo toda la tranquilidad que tenía hace un momento. 
- ¿Disculpe? ¿Qué dice...? - por más que quiero sonar confundida en el fondo sé que mis esfuerzos fueron en vano si Gabriel Agreste ya sabe todo.  
- Sabemos que estas embarazada - con esa afirmación siento que el oxigeno abandona mi sistema. 
- Adrien, él también lo sabe - indago, aunque lo más probable es que ya lo sepa - Gabriel, su hijo ya...
- No, Marinette. Solo mi esposa y yo conocemos a ciencia cierta tú estado, pero no puedo asegurarte que él no lo sepa. Adrien fue quien le sembró la duda a Emilie - explica con voz suave. 
- Dios mío... - susurro aun con el teléfono en el oído - ¿Cómo sabe que este es el número de mi casa? ¿Sabe dónde estamos? - cuestiono fuera de control. 
- Marinette, tranquilizate - la voz de Gabriel ha sido cambiada por la de una mujer. 
- ¿Usted es Emilie? - pregunto aunque no sea lo que más me interesa ahora mismo. 
- Así es y me alegra saber que estas bien, tanto tú como mis nietos - asegura, tratando de no sonar seria, su es más bien cariñoso - Escucha querida, estoy enterada de todo. Incluso fui yo la primero en saber sobre tu embarazo... 
- ¿Cómo...?
- Bueno... Puedo que tú lo veas mal, pero tu obstetra abrió por unos cuantos centavos - aprieto la tela de mi blusa al oírlo - Marinette, amo a mi hijo y él te ama a ti - río para mis adentros.
- Perdóneme Emilie, pero Adrien no... 
- Sé que tú crees eso ahora porque estas dolida con él. Pero yo soy su madre y ambas sabemos que no existe una persona que conozca mejor a un hijo que su madre.
- No voy a discutir sobre eso. Pero no quiero que Adrien sepa acerca de nuestro hijo. No hasta que la prensa lo deje tranquilo - demando ignorando el nudo que se ha formado en mi garganta.
- El bebé también es de Adrien, se perderá el poder cuidarlos durante estos nueve meses - mi pecho se oprime al momento de recordar la etapa del embarazo de Luis. 

«Adrien no se perdería de nada, porque tendrá a Lila y al bebé para cuidarlos» - me recuerdo, mientras sonrío forzadamente.

'Deja de mortificarte con eso, le hace mal a tu hijo, él, Luis y tú madre son lo único que debe serte relevante' 

- No olvido que mi hijo también es de Adrien y tampoco lo estoy haciendo a un lado - trato de ser tan convincente con ella y conmigo misma - Pero le recuerdo que la situación de mi esposo no es la mejor ahora y para mi estado sobre todo en estos primeros meses es recomendable no pasar por momentos fuertes, ni que signifiquen estrés para mí. 
- Lo sé, querida. No obstante necesitas que estemos al pendiente de ti y del bebé - se excusa Emilie. 
- Eso no es problema, mi madre y mi mejor amiga están cuidándome. Ninguna permitirá que algo llegue a suceder -manifiesto con seguridad - Gabriel y usted pueden estar tranquilos. 

CONTINUARÁ...