Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 4

MARINETTE DUPAIN CHENG

Preparar las maletas para viajar a Inglaterra fue duro, más que todo porque Luis no dejaba de rogarme que nos quedemos con su padre, como a toda madre - O al menos la mayoría - me duele ver a mi hijo triste pero la decisión ya estaba tomada y no me tiraría para atrás.

Alya a conseguido que un medico particular en Inglaterra revise a mi madre y lo antes posible continué con su tratamiento, mamá se a recuperado bastante, los últimos días que estuvimos en París no abandonó mi lado ni el de su nieto, se molestó bastante por lo que hice, diciendo que los hijos no le debemos nada a las madres, porque su deber es cuidar de nosotros, sus hijos.

- Alya, ya lo hablamos. Luis, mamá y yo viviremos en otro departamento, sólo estaremos aquí unos días - le recuerdo de manera calmada, mientras coloco las últimas prendas de mi hijo en su cómoda.
- No hace falta Marinette, somos como hermanas y... 
- Y necesitas tu privacidad con Nino. Creo que ya los hemos molestado bastante - comento un avergonzada.
- Te lo dije antes y te lo repito ahora - dice bajando la maleta de la cama y acomodándola debajo de el armario - Para Nino y para mí no es ninguna molestia que vivan con nosotros, sabes que él adora a Luis - asegura buscando que me quede. 
- Lo sé amiga, pero mi madre no se sentirá del todo bien estando en otra casa - por un momento creo que seguirá insistiendo pero no lo hace. 
- Esta bien Mari, sólo promete que nos visitarán y que se mudaran no tan lejos de aquí. Por el bebé, aunque Sabine este contigo me preocupo por los tres - añade con una sonrisa. 
- Tranquilízate Alya, no es como si fuera hacer tanto esfuerzo - suelto riéndome, pero a ella no le causa gracia. 
- Vas a estar trabajando Marinette y eso implica estrés, cosa que no te hace bien, ni a ti, ni al bebé - regaña levantando la voz. 
- No crees que te estas adelantando un poco. Alya apenas llevo un mes, ya pasé por esto no te preocupes lo haré bien - enuncio caminando al cuarto de baño. 
- Sé muy bien, que eres capaz de cuidar a tus hijos. Sin embargo no puedes pedirme que no me preocupe - asiento asomándome por la puerta. 
- Si llaman de la compañía en la que voy a trabajar, puedes por favor avisarme - solicito desde el baño. 
- Por supuesto. Necesitarás ayuda con eso - cuestiona señalando la bañera. 
- Puedo con él, es mi hijo... 
- Como quieras, Nino y yo prepararemos algo para cenar - manifiesta para luego salir e irse. 
- De acuerdo - murmuro en respuesta. 

.          .          . 

Luego de ayudar a mi hija a ducharse, pase un rato con él, jugando a Luis le hacia falta pasar un bueno tiempo conmigo a solas tranquilos ambos como madre e hijo que somos, la ausencia de su padre es cada vez más notoria para él pero sé que se acostumbrará, sólo es cuestión de tiempo y a mí me hacia falta dejar de pensar en lo que puede pasar mañana y centrarme en el presente. La cena como siempre desde que vivimos con Alya fue muy amena, aunque si mi hijo esta contento eso me hace feliz no puedo ignorar lo que pasa y que tengo cosas por resolver. 

- No cambias Marinette - la voz de mi madre logra sacarme de mi trance temporal - ¿Aún tienes la maña de romperte la cabeza con tus preocupaciones? - cuestiona con las manos cruzadas detrás de su espalda. 
- Lo siento, mamá - sonrió en disculpa - Te instalaste - me atrevo asegurar y ella lo confirma - ¿Estás cómoda? Sólo serán unos días y...
- Marinette, soy tú madre no hace falta que te muestres fuerte conmigo - comenta de la nada - Soy mamá mi vida, creciste pero sigues necesitándome y estoy contigo - dice sentándose en el sofá a mi lado. 
- Mamá... - susurro, las lagrimas llenan mis ojos - Estoy bien, no debes preocuparte. Descansa - recomiendo. 
- Cuéntame que te agobia hija mía - enuncia sin hacerme caso. 
- No te rendirás, ¿Cierto? - una pequeña risa satisfactoria se me escapa, mamá sacude la cabeza negandolo. 
- Eres madre, como es que piensas que me iré y te dejaré así - ambas reimos, pero luego nos quedamos en silencio. 
- Mamá, si estas molesta conmigo esta bien. Cometí un error y lo reconozco - admito dejando caer mi cabeza sobre uno de sus hombros. 
- No estoy enfadada cariño. Ciertamente debiste pensar mejor las cosas, pero... ¿Quién es perfecto en esta vida? 
- Nadie - respondo por lo bajo. 
- Exacto - manifiesta pasando su izquierdo por encima de mis hombros. 
- Debí hacerte caso madre, tal vez ahora no estaríamos en estas situaciones, no estaría embarazada y Luis nunca... 
- Ni se te ocurra decirlo, tú hijo siempre mereció conocer a su padre aunque él no sea el mejor de los hombres - el tono que usa para las últimas palabras me deja claro que aún no le agrada del todo Adrien. 
- Lo sé, pero... - nuevamente me interrumpe. 
- No hay pero hija, no puedes cambiar nada y mucho menos quiero volver a escuchar que te arrepientes de tu estado. Ese bebé no tiene la culpa, solo tiene unos padres idiotas - dice tocando mi vientre el cual casi no es visible. 
- Si... Espera ¡Mamá! ¿Me has dicho idiota? - pregunto ofendida. 
- Claro, algo que decir al respecto o tengo que recordarte que te lo advertí varias veces... - niego con la cabeza.
- No, mamá, yo creí que él realmente...
- Lo sé, cariño, te comprendo. Siempre has tenido sentimientos demasiados fuertes y te dejas guiar por ellos - expone sonriente.
- Ya, de todas maneras eso tiene que cambiar, me esforzaré - demando cerrando mis manos con fuerza. 
- Marinette, déjame hacerte acuerdo de que estas embarazada, ahora ese pequeño ser que se forma en tí también es importante - me explica sobando mi brazo derecho.
- Tengo muchas más obligaciones, que solo este bebé mamá - me calla y habla ella. 
- Estas equivocada y creo que estas haciendo responsable a ese pequeñito por tus actos - opina muy, muy seria - no es ese bebé, es tu bebé, tu hijo o hija. Merece que lo quieras y cuides al igual que Luis. 
- Sabes que tú opinión es muy valiosa para mí mamá pero, en primer lugar tengo un hijo de cuatro años que requiere de mi atención. Aparte de eso tengo que encargarme del divorcio. Por último te recuerdo que el padre de este hijo ni siquiera lo sabe - declaro alterandome. 
- Eso no esto, pero créeme hija. Será aun más difícil cuando comiences a sentir tú embarazo. Alya y yo estamos aquí. Cuidaremos de los tres, me oyes de los tres - afirma abrazándome - Ni ella, ni yo te dejaremos sola. Puedes con esto. 
- Puedo con esto mamá. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro