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CAPÍTULO 1: "Olor a lirios"

"TONTA, IDIOTA ¿NO VEZ QUE TE AMO, ESTANDO ASI DE LOCA?"

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CAPÍTULO 1:

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¿Que eran esos ojos que me miraban? Unos de diferentes colores que me observaban desde lejos mientras yo permanecía sentada este hermoso jardín lleno de flores con un precioso atardecer eterno. En sus pupilas azul y violeta se reflejaba el cielo anaranjado y su largo cabello azul celeste se movía por el viento. Una sonrisa burlona sobresalía de sus labios color de fresa y sentí como mi corazón quería estallar.

Sus ojos dejaron de dibujar el paisaje y me vi reflejados en ellos. Me quedé inmóvil ¿Cuánto tiempo llevaba observándolo? Sus labios se abrieron como si fuera a decirme algo y luego todo se oscureció.

"SAKURA"

El sonido de las máquinas de un hospital midiendo mi respiración y latidos llegó a mis oídos confundiéndome ¿Dónde estaba? Abrí mis ojos y una enorme luz segó mi vista casi al instante.

¡Ash ardía!

Gruñí por las molestias y poco a poco levante mi mano para tapar aquella luz, viendo en mis venas la aguja del suero. Pestañaba lentamente para recuperarme y apoyándome en mis dos manos logré sentarme encontrándome con personas que no veía hace mucho;

Mi madre y mi padre.

Estaban dormidos a mis lados, sentados una silla cada uno con la cabeza sobre mi cama. Mi vista fue volviendo y sentí la puerta de aquella habitación abrirse entrando Siu con su miraba en el teléfono, cual llevaba en una mano y la otra ocupada por un café. Parecía preocupado hasta que levantó su mirada y sus ojos se toparon con los míos, haciendo que el café en sus manos cayera y se derramara en el suelo.

— ¡Señorita! —Sus pasos se aceleraron hacia mi recostándome de nuevo con lágrimas en los ojos, casi llorando — ¡Bendita sea, ha despertado, ya estábamos muy asustados, recuéstese llamaré a un doctor!

—Siu, no grites... me duele la cabeza... además los vas a despertar...

—Señorita Sakura, es que...

— ¿Siu, por qué gritas? —La voz de mi madre me hizo girar a verla alzando su cabeza. Al verme pestañeo varias veces y sus ojos se llenaron de lágrimas — ¿Sakura?

— ¿Qué fue lo que me pasó? No griten por favor... —mi padre restregaba los ojos.

— ¡Dios mío mi niña! —grito mi madre y me abrazó con fuerza.

—Mamá, espera... —Sonreí levemente un poco adolorida — ¿Que hacen ustedes acá? ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?

Mi madre no dejaba de llorar y Siu no paraba de sonreír.

—Voy a llamar al doctor, ya vengo —Salió corriendo y yo ya me empecé a asustar.

— ¿Mamá?

—Has estado en coma una semana por culpa del golpe que te diste en la cabeza.

— ¿Una qué? —Gruñí y me quise volver a sentar pero ella me acostó.

—No te esfuerces, Sakura... nos asustaste mucho... —Mi padre me miraba con cariño.

—Dios mío... ¿Pero ustedes que hacen acá? Deberían estar en los Estados Unidos.

— ¿Cómo qué, qué hacemos? Eres nuestra hija ¿Crees que cuando nos enteramos no íbamos a salir en el primer vuelo? —Mi madre sonaba insultada.

—Ma pero era innecesario...

— ¡Innecesario una mierda!

— ¡Rebeca! —Mi padre miró a mi madre con los ojos abiertos y ella rápidamente se tapó la boca.

Mi padre negaba cruzado de brazos y yo solo podía reír a carcajadas. La puerta de la habitación se abrió y Siu entro junto a una doctora y un enfermero. Ella era muy hermosa y lucia muy elegante con un vestido rosa bajo su bata blanca. Siu se paró a mi lado y la doctora quito de su cuello el estetoscopio, mientras el enfermero preparaba la aguja para sacarme muestras de sangre.

— ¿Cómo te sientes Sakura?

—Muy confundida —Mire al enfermero que agarraba una venda elástica en mi brazo izquierdo para encontrar la vena perfecta.

—Es normal, por lo menos veo que reconociste a tus padres y tu amigo... —Ella osculto mi pecho y luego paso a ver con su linterna dentro de mis ojos oscuros —Reaccionas a tu nombre y puedes hablar correctamente... eso significa que no hay nada mal con tu cerebro, sin embargo vas a tener que hacer mucho reposo para tu pierna rota.

— ¡Dios mío! ¿Qué? —rápido destape mis piernas y todos rieron.

—Era broma Sakura... aún no sabemos cómo saliste tan ilesa...

Me puse algo seria y negué levemente. El enfermero sacó la muestra de sangre que necesitaba y la doctora dejó de revisarme.

— ¿Me podré ir a casa ya, entonces?

—No tan rápido, te haremos una tomografía para estar completamente seguros de que todo esté bien, pero lo más seguro es que mañana mismo salgas de alta depende de cómo salgan los resultados de los análisis —Yo asentí —Vamos a buscarte una silla de ruedas para llevarte a hacer los últimos detallitos —Ella miro el enfermero —Tu lleva las muestras de sangre a laboratorio y que hagan un análisis completo.

—Si mi señora —Dijo el enfermero y salió.

— ¿Alguien que me acompañe para buscar la silla?

—Yo —Dijo mi padre y fue con ella rápidamente.

Mi madre y Siu se quedaron conmigo cuidándome pues aún no podía creer que había estado una semana en coma, además mi cabeza estaba completamente distraída luego de todo lo que había pasado, pensando en aquella luna roja y los cabellos azules que me salvaron.

Esa sonrisa burlona...

Algo había cambiado en mí, tenía esa sensación, pero al mismo tiempo pensaba que estaba loca ¡Ni que me hubiera convertido en spiderwoman!

En un rato mi padre entró nuevamente con la silla y Siu se ofreció a llevarme. Siu era muy especial para mí, mi mano derecha, mi secretario y la única persona en la que podía confiarle mi vida y mis secretos de ser completamente necesario. En lo que las ruedas de la silla desplazaban por las losas blancas de un limpio y extenso pasillo verde que llevaba hacia el área tomografía, el rabillo de mi ojo logró captar alguien de cabellera larga y azul, quien estaba entrando a una habitación nuevamente con unas luciérnagas que lo perseguían.

— ¡Siu para! —dije rápido haciendo que un frenazo casi me hiciera salir volando de la silla y terminar con la cara en el suelo.

— ¿Que fue, que paso?

—Había un chico ahí, lo vi el día del accidente —Señale al lugar y el miro, pero luego se volteó hacia mi negando.

—Señorita, ahí no hay nada.

—Le juro que si había, estaba ahí... —Volví a mirar hacia Siu.

— ¿Por qué es tan importante ese chico?

—Porque creo que lo vi el día de mi accidente, el me salvó y quiero agradecerle.

— ¿Señorita se encuentra bien? —Sus ojos se ci fundieron mirándome extraño

—Si Siu ¿A qué la pregunta ahora? —Pregunte sin saber por qué me sentía como tonta.

—Señorita nadie la salvo del accidente... usted corrió...

¿Correr?

No, yo no había corrido... ¿Como? Mis pies se habían quedado estancados y aferrados a el concreto de la calle nomás ver las luces, había sido incapaz de mover tan siquiera un solo dedo.

— ¿Quiere que llame un doctor?

—No... Yo... estoy bien... seguro me confundí —Me senté derecha en la silla y miré al frente —Sigamos.

El volvió a mirar al pasillo, pero ya después sentí la silla de ruedas volver a moverse. Como estaba pronosticado me hicieron la tomografía y gracias a todo ser poderoso no tuve nada de lo que preocuparme. Cuando me devolvieron a la habitación me la pasé todo el camino vigilando los pasillos a ver si volvía a ver esa cabellera celeste, pero no, solo había doctores, enfermeros y parientes merodeando por aquellos lugares.

Tal vez solo estaba muy cansada y mi mente había confundido las cosas pero eso sé que yo hubiera corrido para salvar mi vida me había dejado muy pensativa ¿Por qué no lo recordaba entonces? Lo mejor sería que descansara, tal vez haber dormido una semana entera no había sido suficiente. La doctora lo había dicho, aunque no tuviera nada podían haber quedado secuelas.

Cuando la noche llegó, desde mi habitación en este lujoso hospital se podían ver las estrellas y la plateada y hermosa luna desde las puertas de cristal que daban a un pequeño balcón. Yo tenía mi tableta en las manos, mientras mi madre dormía ampliamente en un sillón a mi lado y mi padre y Siu habían ido a casa a descansar. La luz de la habitación era tenue, proveniente de una lamparita en una mesita al lado de la cama.

Con mis dedos adornados de mis uñas color violeta desplazaba las noticias en la pantalla de luz azul en mis manos. Buscaba algún indicio del accidente algo que me ayudara a salir de dudas de lo que había pasado pero apenas todas eran fotos de la gran luna roja, hasta que mis ojos captaron las letras rojas y grandes que decían "EXTRAÑO ACCIDENTE BAJO LA LUNA ROJA" sin pensarlo mis dedos apretaron en aquellas letras leyendo una gran cantidad de información viéndose mi nombre y el de la empresa implicados entre la noticia.

Sí, hablaban del choque del auto y como yo había logrado de alguna manera librarme de ser impactada, pero no decían nada de que yo hubiera corrido, nadie me había visto correr ¿Entonces por qué nadie había podido ver lo que yo vi? Todos sabían que yo había logrado librarme del choque, pero nadie sabía cómo.

—Esto es demasiado raro... —Dije en un susurro y seguí desplazando mi dedo en la pantalla.

Las imágenes del accidente eran bastante fuertes, había mucha sangre incluso se veían los dos autos que chocaron completamente destrozados, aunque hubo algo que llamó más mi atención. Entre las fotos de aquel día, en una esquina de una foto se veía una silueta masculina vestido de negro, que sujetaba algo en sus manos y portaba de una cabellera larga color azul celeste.

—Lo sabía...

Un escalofrío recorrió mi espalda y el viento entró de momento por la puerta del balcón que debía haber estado cerrada, enfriando cada pedazo de mi piel descubierta. Sentí una fuerte mirada que me hizo levantar la mía rápidamente y mirar a las puertas a abiertas, pero no había nadie. Las cortinas color grises se movieron por el aire y el sereno de la noche se coló por mis fosas nasales trayendo a mí un bello olor a lirios.

— ¿Cómo es que...?

Mire al suelo del balcón y mis ojos se toparon exactamente con aquella hermosa flor. No sabía porque me había quedado hipnotizada mirándola, pero me di cuenta que solo era una distracción en el momento en el que un soplido en mi oreja me sobresaltó haciendo que me girara, topándome con unos labios rojizos muy cerca de los míos y unos ojos de diferentes colores como en aquel sueño extraño que tuve antes de salir del coma. Antes de poder gritar su mano tapó mi boca y sus su largo cabello celeste se le interpuso en la cara.

¿QUIEN ERA EL?

Mis ojos reflejaban los suyos y los suyos reflejaban los míos sintiendo un tipo de electricidad en mi cuerpo, en mi estómago y en mi corazón...

¿Por qué me sentía así?

¿Cuál era su nombre?

¿Qué hacia él acá?

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:)

nota de la autora: Hola mis angelitos, ahora si a iniciar con esta nueva aventura en lo que Alma sigue creciendo y Arioc se va asomando por la puerta de la esquina ¿Quien sera este precioso chico con heterocromia y cabello celete? Mhm... miceli ya me lo ta reclamando como esposo.

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