Narradora:
Un nuevo día se asomo por su ventana, dándole por toda la cara, chasqueando la lengua con fastidió al sentir los rayos de maldito sol por todo su bello rostro tallado por los mismos ángeles.
Se sentó perezosamente en su cama matrimonial, irónicamente porque no está casado, estirando sus extremidades lentamente, escuchando como sus huesos crujían. Su mirada se detuvo en su escritorio qué tenía al frente, mirándolo como si ahí estuviese el mejor juego del año.
Sanemi: Puta madre... no debí irme a beber con el cara de rata y la viborita enana... me dio una resaca horrible... aagh
Pensó en voz alta el omega, rascándose lentamente su cabello, bajando la mirada a sus mano libre, tratando de enfocar mejor su vista, ya que veía un poco borroso.
Con mucha flojera se arrastró por su piltra, para poder alcanzar su celular lentamente. Abrió y cerró fuertemente sus ojos para enfocar la hora que marcaba su teléfono.
Y casi se le salía el corazón al ver la hora.
Sanemi: ¡¿LAS SIETE CON QUINCE?! ¡LA MADRE QUE ME PARIO, DEBO DE CORRER!
Saltó de la cama, apresurado, abriendo su armario en par en par buscando su camisa, corbata y pantalón para cambiarse a la velocidad de la luz.
Sanemi: ¡MALDICIÓN! ¡YA no tomo más en mi vida un día antes de comenzar la semana! ¡UUGHH!
Pensó con su cara desfigurada en furia total ante su irresponsabilidad, ¡¿Cómo carajos aceptó ir a tomar con esos dos?! Es en serio, ¡¿Por qué?! Seguro ese par tenia algo entre manos como para hacerlo tomar hasta que se quedara inconsciente. Tampoco es que tenga memoria de como llegó a su casa, pero seguro que fueron esos dos que lo trajeron sano y salvo.
Lo agradecía y todo, pero ¡POR SU PINCHE CULPA LLEGARÁ TARDE!
Se apresuró a cambiarse y cepillarse, se acomodó mejor su corbata y cinturón, para salir disparado de su habitación y correr por las escaleras. Agradecía a su yo del pasado dejar todo impecable sus cosas a un lado de la puerta. Ni loco iba a sentarse a desayunar y que le diera un dolor de cabeza más fuerte que la puta resaca que tiene encima ahora mismo.
Se las arreglaría para comer al llegar a la academia.
Agarró las llaves de su coche mientras agarraba su maleta y billetera para salir cerrando a la vez la puerta con seguro rápidamente. Ni se acuerda si se baño o algo; aunque en realidad no olía a alcohol entonces supone que sí se baño, pero igual siempre dejaba una colonia y un espejo en su automóvil por cualquier cosa.
Entró a su vehículo y dejó a lado suyo su maleta bruscamente, tirando también su celular encima de esta; y la encendió por accidente, para meter apresuradamente las llaves en la cerradura y arrancar el auto.
Salió rápidamente a la autopista, sin querer perder el tiempo, acelerando a fondo para llegar a tiempo, a la vez que miraba su dispositivo a su lado por un momento, visualizando la hora un poco.
Sanemi: ¡¿Ya son siete con treinta y cinco?! Mierda, mierda, mierda-, la entrada es a las siete con cincuenta y el maldito de Tomioka no me dejara entrar si llego tarde, UGHHH, PUTA MADREEEE, Y TARDO COMO VEINTE MINUTOS EN LLEGAR AL ISNTITUTOO
Empezó a bocinar, intranquilo, a los autos que tenia en frente suyo, que eran víctimas de la furia acumulada del omega. Pronto se vio obligado a pasar un semáforo en rojo, de milagro no causó ningún accidente.
Aún.
Pero siguió apretando el pedal con fuerza. Se creía Toretto en ese momento, "La familia era primero" pensaba, como quería que Dios le ayude a llegar sano y salvo sin destruir, o matar, a alguien mientras se dirigía a su trabajo.
Cruzó un segundo semáforo en rojo, pero no le dio importancia. Aunque no se dio cuenta que había una patrulla justamente en esa área.
[...]
Un auto paso velozmente a un lado de su patrulla, que estaba bien escondida, desconcertando a ambos alfas dentro de esta. Se miraron, algo sorprendidos, a la vez que el que se encontraba de chófer encendía la bestia.
Hace mucho un loco no se atrevía a pasarse un semáforo en rojo en su guardia.
Policía: Vaya, como que la gente no quiere respetar las reglas de tránsito, ¿no, Gen-chan?
Habló burlón, a la vez que salía tranquilamente de su escondite. El mencionado asintió, agarrando su bolígrafo y notebook en una sola mano.
Genya: Si, y hay que hacerlos pagar sus respectivas multas, Masachika-san
Decía a la vez que encendía la luz policíaca, para empezar a perseguir al auto que va a ciento veinte kilómetros por hora, y si iba a esa velocidad en un tercer semáforo, podría causar un accidente masivo.
Y no sería muy lindo que digamos.
Masachika: ¡Pues vamos!
Dijo, a la vez que aceleraba gradualmente, teniendo paso gracias a algunos autos que vieron a ese lunático rebasarlos como si fueran obstáculos.
[...]
No le importaba nada, ni un carajo si se medio moría con tal de llegar a su trabajo, ¡debía de ser puntual! De lo tan concentrado que estaba no se dio cuenta que una patrulla lo venía siguiendo desde hace rato, hasta que escucho como lo llamaban por medio de un megáfono.
>> ¡Orille su auto a un costado, por favor! ¡Queremos evitar accidentes no deseados! <<
Apretó el volante que andaba manipulando, saltando le una vena en su frente por su imprudencia y con ganas de suicidarse ahí mismo.
Sanemi: ¡MALDICIÓN!
Bajó gradualmente la velocidad. Se orilló como pudo y pegó su frente contra el volante. Se agarró agresivamente de sus cabellos, casi arrancando sus pobres pelos desde la raíz. Pero igual, trató de calmarse, agarró su colonia y se la echó un poco por el cuello.
No quería oler mal, entiéndalo.
Uno de los oficiales se bajó, siendo observado por el omega, quien se sonrojó suavemente al ver la altura del hombre. Aunque no veía bien su rostro, se veía bastante alto y con un cuerpo bien trabajado. Cuando el policía estuvo lo suficientemente cerca, empezó a hablarle. Y él solo mantenía la mirada al asiento de a lado.
Policía: Usted sabe por qué lo detuve, ¿no, señor?
La voz gruesa y grave del oficial lo hizo estremecer, volteando a ver directamente su rostro al hombre que se encontraba fuera de su auto. Las feromonas sabor sandia invadieron sus fosas nasales, oh, que rico aroma. Miró hacia arriba sacando la cabeza ligeramente para verlo mejor, encontrándose con un pelinegro con una cicatriz en su cara, que cruzaba su cachete hasta parte de su nariz en el lado derecho y ojos violetas muy similares a los suyos, serios y dominantes. Y ni que hablar de su altura, parecía una jodida bestia, un hermoso alfa.
El de apellido Shinazugawa sacó a la luz una sonrisa pícara, cosa que provocó una ceja alzada en el policía.
Sanemi: Ooh, claro que si, señor oficial...
Eso saco de sus estribos al policía, ¿Qué pretendía ese omega? ¿Coquetearle para evitar la multa? Pues él era una persona honesta, nunca se dejaría seducir por un omega o alfa, aunque se ponga nervioso y traten de chantajearlo, él es más fuerte.
Aunque... no podía negar la belleza inigualable del omega, además de su rico olor a frutos rojos.
Que deliciosa fragancia. ¿Qué marca de colonia será? Le resultaba familiar.
Policía: Bueno, de igual manera tendrá que pagar una multa por su imprudencia.
Empezó a escribir en su notebook los datos necesarios para entregárselo al omega, pero este solo se fijaba en como esa camisa color azul oscuro qué hacía resaltar de alguna manera su trabajada figura.
Sanemi: ¿Y su número está en el recibo de la multa, alfa?~ Así le puedo invitar un trago cuando este fuera de servicio, oficial~...
Le giñó un ojo con descaro, haciendo sonrojar furiosamente al policía, cosa que lo hizo reír de ternura, hinoptizando al alfa por su risa angelical.
Policía: D-disculpe, esta siendo muy a-atrevido...
Lo miró ahora con un diminuto sonrojó en sus cachetes al omega, tratando de no dejarse llevar por los halagos. No lo iba a negar, se veía atractivo y hermoso, no podía meter en su cabeza la tan tentadora idea de que el omega lo empezará a coquetear. Nunca lo habían coqueteado por su comportamiento "agresivo" hacia la gente que lo molesta en sobremanera y su "aterradora" cara.
Sanemi: No se preocupe, bombón... que solo seré así con usted, ¿si?~...
Contesto manteniendo esa sonrisa, a la vez que llevaba una de sus manos al trabajado brazo del alfa, apretando suavemente la longitud, queriendo memorizar sus músculos por medio del tacto. El rapado no negó el contacto, ni tampoco lo apartó bruscamente. Solo para que el omega pagará y lo dejara de coquetear.
Policía: E-eso no es lo importante aquí... debe de pa-pagar la multa.
Tartamudeo, cosa que encantó al profesor de Matemáticas. Se notaba que era tímido y amable, logrando hacerlo sonreír de ternura, con un puchero al final por no tener alguien tierno que lo quiera por su comportamiento agresivo.
Sanemi: Sin problemas, ¿oficial...?
El policía se quedó callado, desviando la mirada a su patrulla, pidiendo ayuda de manera visual, tratando de que su hermano mayor lo ayude. Obviamente el otro alfa estaba arreglando otras cosas por eso no le hacía caso.
Sanemi: Vamos, guapo. Dime tu nombre
Insistió, y si quería que el albino parara de coquetearle al menos por un momento, debía de decirle su nombre. O sino estarían un laaargo tiempo ahí.
Policía: Me llamo... Genya Kumeno...
Respondió finalmente, a la vez que sentía que la mano ajena dejaba de apretar su brazo con picardia, pero acariciando por el camino sus dedo suavemente, haciéndolo temblar ligeramente. Había sido quería tratar de provocarlo tocando descaradamente su brazo.
Sanemi: Un gusto, Gen-Gen. Me llamo Sanemi Shinazugawa~
Dijo, apoyando su rostro con su palma, poniendo su codo en la puerta y en la abertura de la ventana del coche.
Genya: A-aún no hemos entrado en... confianza como p-para qué me apodes así...
Susurró, avergonzado, a la vez que le entregaba el recibo con el monto de la multa. El omega solo suspiró, mirando el monto de la multa por exceso de velocidad, pasarse dos semáforos en rojo y de ser imprudente en una autopista pública.
Sanemi: Tranquilo, guapo. Podemos conocernos después de mi trabajo. Laburo como profesor de Matemáticas en la academia Kimetsu, cerca de aquí es, seguro conoces... puedo invitarte unos tragos, no sé. Pero quiero conocerte, alfa~, pareces tan amable...
Hablaba mientras sacaba de su billetera el monto de la multa para entregárselo a Genya. Este solo cerró la boca, no quería darle ciertas esperanzas al omega de que lo iría a visitar en la secundaria, que obviamente conoce, cerca de ahí.
Por ahora.
Genya: Bueno, ya pagó la multa. Puede retirarse en paz, pero queda advertido para la próxima, ¿Quedó claro?
El omega asintió y le tiró un beso mientras se iba, viendo la amplia espalda del alfa, mordiéndose el labio inferior. Uy, Jesús. Pero que bendita vista.
Sanemi: Vaya, vaya... si que es atractivo el maldito... me gusta... aunque me suena el apellido...
Susurró, a la vez que encendía el auto para poder ir tranquilamente, a la vez que mantenía la velocidad permitida por la autopista.
¿Cuál sería su excusa? "Un guapo policía alfa me detuvo por cruzarme dos semáforos rojos, y seguidos"
Era obvio. Seguro Tomioka lo entenderá. O bueno, su pareja.
[...]
El alfa entró en la patrulla acompañado de un suspiro pesado, recibiendo una mirada interrogativa de su compañero de trabajo, ya que hace mucho no escuchaba un suspiro así por parte del chico desde hace semanas.
Masachika: ¿Qué pasó, hermanito? ¿El conductor era agresivo o algo así?
Genya negó con la cabeza, tapándose el rostro con las dos manos de la vergüenza qué tenía. Nunca fue bueno recibiendo cumplidos de otras personas, siempre se avergonzaba por cualquier cosa bonita que le decían.
Y que nunca creía. Solo por parte de su hermano mayor.
Genya: E-es que... el chico que detuvimos... m-me empezó a ha-halagar... y-y... ¡ay, Dios! ¡Fue vergonzoso!
Dijo, empezando a temblar ligeramente. Masachika solo se rio y le dio unas palamaditas en la espalda, a la vez que veía como el auto de la persona que detuvieron se retiraba a una velocidad normal y segura.
Masachika: Jajajaja, esta bien, esta bien. ¿Cómo era? Aunque no sea raro verte hecho tomate por un cumplido, esta vez estás temblando y tartamudeando mucho, eehhh. Cuéntame, cuéntame. Suelta el chisme
El menor solo destapó lentamente su cara, a la vez que sentía como el motor se encendía y se movía el coche, estando algo alejado del auto que detuvieron minutos atrás, para evitar que rompa de nuevo las reglas de tránsito.
Genya: Pues... ehm... era un albino... con pestañas largas... ojos violetas como los... m-mios... también vi que... ti-tiene cicatrices... por su rostro y parte de sus brazos... ehm... y además es... o-omega...
Trató de detallar lo mejor que pudo al conductor imprudente, a la vez que Masachika analizaba las palabras de su hermano menor, ¿Albino de pestañas largas? Mucha casualidad... a no ser que...
Puede que se equivoque, pero puede que no.
Masachika: ¿Por si acaso se llama Sanemi?
Genya: Si-, espera... ¡¿Lo conoces?!
El rostro del más alto se desfiguro en total sorpresa, bajándole los colores en sus mejillas de paso.
Masachika: Pues si, es uno de los amigos de Gyomei que tenemos en común... es muy agresivo...
Comentó, a la vez que iba tranquilo en la autopista, sin sacar la vista de la calle para mirar si ocurría algún accidente inoportuno.
Genya: Ooh... entiendo... entiendo... pues él... me c-coqueteo y-
Pronto el auto frenó en seco en un semáforo en rojo, sintiendo la penetrante mirada del más bajo.
Masachika: ¡¿TE COQUETEO?! ¡NO ME MIENTAS, GEN-CHAN!
Genya negó erraticamente, a la vez que sus manos se movían a la par que su cabeza.
Genya: ¡N-no te miento! ¡S-sabes que no se mentir, Masa-chan!
Dijo, a la vez que escuchaba un suspiro por parte de su superior, a la vez que el auto se movía de nuevo para avanzar y no interponer el camino de los ciudadanos.
Masachika: Imposible... ese mi amigo es indomable... impresionante...
Susurró, manteniendo con firmeza su vista a la calle, girando a la derecha al darse la oportunidad.
Genya: Pues... él me coqueteo... hasta tocó lentamente mi brazo...
Comentó, sorprendiendo más al alfa a su lado. Hasta que estacionó, sintió ambas manos de su superior en sus hombros, sintiendo como le daba un leve apretón. Estaba sudando frío, ¿Qué le iba a decir su hermano?
Masachika: Bueno, hermanito. No sé cómo carajos te lo diré, pero... te lo tendré que presentar formalmente porque necesito que ese mi carnal mantenga en raya su comportamiento.
La cara del pobre alfa se sonrojó a mil.
Genya: ¡¿NA-NANI?!
[...]
¿Jajsjsj, hasta aquí el capítulo de hoy.
La verdad es que me inspire en un fanfic que me comentó una de mis amigas kuera, jsjsjs. Y me gustó la idea que me dijo
Creo que la historia se llama... ¿El profesor Sanemi tiene pareja...?
No me acuerdo, jajsjs. Pero espero les haya gustado el primer cap ^^
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