Capítulo 31. Esto se acabó.
Cada minuto que pasaba se sentía como su fuese una maldita hora. El Equipo 7 sabía que el final de su lucha no estaba muy lejos de poder ser alcanzado, a pesar de estar agotados a más no poder no darían su brazo a torcer estando tan cerca de su meta. El mundo shinobi dependía de Naruto y de Sasuke, así como también de toda ayuda que pudiesen aportar Kakashi, Sakura y _____. La poco recién muerte de Obito había logrado otorgarles otra oportunidad de detener a Kaguya, de no haber sido por él, estarían perdidos.
Habían sido transportados nuevamente a otra dimensión, esperaban que ya fuese la última. Luego de estar, literalmente, en el interior de un volcán, en un paisaje totalmente congelado, uno desértico o uno en donde la gravedad no ayudaba para nada, ya estaban más que hartos de tantos cambios. Casi ninguno les era en beneficio, aunque fuese un poco. Aquella nueva dimensión en la que se encontraban no se veía tan mal, en comparación a las otras. El suelo era irregular, nada que no pudiesen manejar, además de tener colores predominantes como distintas fuentes de rosa. El cielo era normal, un azul despejado. La poca belleza que pudiese tener el panorama frente a sus ojos era opacado por la mujer que levitaba frente a ellos, los miraba como si estuviese esperando el momento indicado para matarlos en cuestión de segundos.
Su lucha era persistente, tanto Kaguya como el Equipo 7 en general era lo suficientemente capaz de evitar cualquier cosa, por más velocidad que llevase. La mujer hizo algunos de sus trucos bajo la manga, claro, cada uno en un intento por querer deshacerse ya fuese de Naruto o de Sasuke; a ella no le importaba en lo absoluto quien de los dos fuese, con el simple hecho de eliminar a uno, su vida estaría asegurada por siempre. Aunque gracias a las nuevas habilidades adquiridas por parte de ambos muchachos, y a la ayuda constante de Kakashi y _____, su pellejo fue salvado en más de una ocasión. Sakura, por parte, permanecía resguardada por su sensei.
Su chakra no era infinito, y era bastante sabido por parte de todos, su tiempo empezaba a reducirse en cuanto al limite que tenían Naruto y Sasuke. Si iban a hacer algo, debía de ser rápido y sin dudarlo.
La oportunidad se había presentado justo delante de sus narices, ya que Kaguya se encontraba con un brazo temporalmente inservible gracias a un ataque consecutivo atinado por Naruto. Este se iba aproximando por su derecha, mientras que Sasuke logró acercarse por la izquierda con ayuda del Rinnegan. Todo parecía correr en cámara lenta a la vista de los otros tres miembros del equipo, solo faltaban unos cuantos centímetros para que la diosa conejo fuese sellada de una vez por todas. En un intento desesperado por escapar, esta intentó escabullirse por debajo, así ambos muchachos chocarían entre sí quedando ella totalmente libre, pero bien no contaba con la muchacha pelinegra que se aproximaba rápidamente en esa dirección.
—¡Ni creas que vas a escapar, maldita desgraciada! —fueron sus palabras antes de acertarle una patada en su mandíbula, que con fuerza la impulsó hacia arriba
—¡No te olvides de mí! —fue el segundo grito femenino en la escena
El siguiente golpe fue directo en su cabeza, dejándola por unos cortos segundos en medio de ambos muchachos. La distancia terminó por cortarse, colocando ambos su mano con aquel sello sobre cada hombre de Kaguya
—¡Rikudo Chibaku Tensei! —eso, había sido lo último que se escuchó antes de que el panorama empezara a colapsar
La tierra empezaba a temblar con fiereza, grandes trozos de dicha estructura se fragmentaron al punto de separarse unos de otros por completos. Como si estuviese todo imantado, aquellos trozos comenzaron a elevarse mientras se dirigían con gran velocidad y fuerza hacia Kaguya, aquello parecía la atracción de polos opuestos. Antes de ser totalmente cubierta en una enorme esfera hecha de los fragmentos, del cuerpo de Kaguya se desprendieron nueve grandes masas, las cuales al impactar contra el suelo dejaron ver a los nueve bijus que anteriormente habían sido capturados.
Lo más lógico en aquellos momentos era huir lo antes posible de toda aquella destrucción; Naruto, Sasuke y _____ corrían a todo los que sus pies le permitían en esos momentos, por suerte Kakashi y Sakura se encontraban más adelante. Más temblores se provocaban en los suelos al impacto de las patas de los bijus, quienes iban detrás de los tres anteriores. Un poco más alejados de la esfera, que ahora pareciese ser una luna, lograron mirar a sus espaldas sin temor alguno. Observaron aquello en silencio durante unos cortos segundos, si de verdad ese era el fin de su largo camino en la guerra, pues bienvenido sea así tengan que observar como todo desaparecía delante de sus ojos.
—¡El sellado está completo! —exclamó Naruto con una sonrisa, la Uchiha esbozó una de las típicas sonrisas de su clan mirando de reojo primeramente al rubio para luego observar a Sasuke a su derecha
—Por fin terminó, ¿no? —la verdad es que le daba temor que al último segundo Kaguya consiguiera la forma de escapar, tenía probabilidades casi nulas de poder lograrlo, pero aún así...
—Ahora tendremos un final feliz. —la sacó de sus pensamientos la voz alegre a su izquierda
—¿De verdad? —dijo en voz baja Sakura al estirar sus brazos hacia el cielo, podía escuchar como unos cuantos de los huesos de su espalda crujían —Lo primero que haré será darme un buen baño, no puedo esperar a quitarme el sudor y la suciedad. —su mirada mostraba la tranquilidad que sentía en esos momentos, al menos hasta que en su mente algo hizo click, cayendo en cuenta de un pequeño detalle —¡Espera, ¿cómo salimos de esta dimensión?!
Aquellas palabra contagiaron su angustia al Uzumaki.
—¡Es cierto! —agarraba sus cabellos con frustración, Kaguya fue quien los llevó allí, pero con ella sellada... ¿qué podían hacer para volver a su propia dimensión? —¡Esto es malo, muy malo!
Bien, se habían quitado un gran problema de encima de sus hombros, más sin embargo, ahora tenían uno nuevo. Debían de encontrar en cuestión de segundos la forma de regresar con los suyos, antes de que la dimensión en las que se encontraban desapareciera por completo.
Un nuevo temblor, totalmente ajeno al anterior sentido por el sellado de Kaguya, se empezó a sentir. Dejaron su angustia de lado, provocando que algunos empezaran a observar a su alrededor en busca de lo que fuese que estaba provocando aquello, ¿en serio más cosas malas iban a pasar? Antes de tener la oportunidad de algún comentario con respecto a lo que estaba sucediendo, en tan solo un parpadeo, ya se encontraban en el campo de guerra, su primera dimensión.
—Todos han vuelto. —llamó su atención la voz de un hombre frente a ellos, se encontraba sentado sobre el aire con sus piernas cruzadas, sobre estas descansaba un báculo color negro, muy similar al que Naruto llegó a portar en sus manos en una ocasión —Los otros cinco kages y yo usamos la técnica de invocación para llamar a los kages legendarios de la Tierra de la Pureza para que nos ayudaran. —les explicó con una leve sonrisa
Observaron con detenimiento a su alrededor, se encontraban dentro de un enorme sello dibujado en el suelo. En su circunferencia, se hallaban los cinco actuales kages de las naciones ninja, además de las almas de algunos otros y los revividos por Orochimaru.
—Naruto, Sasuke y compañía, gracias por salvar al mundo. —les dijo con voz tranquila, los anteriores nombrados lo miraban con atención y en silencio —Soy Hagoromo Otsutsuki, muchos me conocen como Rikudo Sennin.
—Claro, ya pensaba que una invocación tan grande como esta no pudo haberla hecho cualquier shinobi. —dedujo la muchacha de ojos oscuros, miró hacia Naruto aún en su izquierda en tanto la voz de este se hizo escuchar
—¡Oye, Kurama! —gritó el Uzumaki corriendo en dirección a la bestia con cola, la cual se encontraba en medio de otras dos, lo saludaba energéticamente con la mano, quien lo viese dudaría que hace poco minutos había luchado contra una diosa —¿Me echaste de menos? ¡Yo a ti un montón!
—¡No grites! ¡No te echaba de menos ni una pizca! ¡Además, dentro de ti tenías la otra mitad de mí! —le recriminó la bestia naranja, ganándose una burla por parte del biju de cuatro colas
Algunos no pudieron evitar esbozar una sonrisa al observar la confianza que tenía Naruto con semejante besita, aquella que alguna vez era bastante temida por los de Konoha, ahora estaba pasando algo de pena por culpa de su Jinchuuriki.
—Libararé a los cinco kages y desharé el jutsu de la Resurección Impura. — anunció Rikudo, generando que la "bienvenida" de Naruto a su bestia se detuviera enseguida
Naruto miró en la dirección la cual se encontraba su padre, aquellas palabras del Sabio solo significaban que era hora de despedirse. Dando un corto vistazo a Kurama frente a él, se decidió a ir con Minato, cada minuto que aprovechara sería bien recordado en su memoria. Con tan solo un largo salto, llegó frente a él.
—Papá...
—Es verdad, hay algo que tengo que decirte. —le dice Minato con una pequeña sonrisa, él también era bastante consciente de la hora que había llegado
El sol empezaba a hacer acto de presencia, aquella noche en que se llevó a cabo la guerra parecía haber sido eterna. Por fin podían volver a gozar del calor de los débiles rayos del sol que acariciaban su piel. Cada sombra nocturna empezaba a desaparecer al paso de los segundos.
—Feliz cumpleaños. —no hubo respuesta por parte de su hijo, más que una mirada en donde sus ojos eran suficientes para captar cualquier mensaje; con toda la conmoción de la guerra había olvidado por completo la fecha en que estaban —Te has hecho todo un hombre, Naruto.
—Gracias. —apenas responde en un tono bajo
—No somos de este mundo, así que no podemos quedarnos. —dice refiriéndose claramente a él y a los otros tres kages —Tenemos que despedirnos.
Naruto era consciente de que no tenía más remedio que aceptar, así quisiese negarse. Bajando su cabeza para ocultar su triste semblante, asintió suavemente. Con el rabillo del ojo pudo observar la luz que empezaba a envolver el cuerpo de Minato, este, poco a poco empezaba a desaparecer, perdiendo pocos pedazos de su cuerpo producto del Edo Tensei.
—Le contaré todo a Kushina.
Aquello solo provocó que el menor sintiese una leve punzada en su corazón, sentía ganas de llorar, pero antes de hacerlo debía de hacer algo importante. Así que levantó su rostro mostrando una sonrisa.
—Dile a mamá que me va muy bien y que como mucho, no soy quisquilloso con la comida. Le echo miso y salsa de soja al Tonkotsu, no solo como ramen. Me baño casi todos los días y a veces voy a las aguas termales. Tengo muchos amigos, ¡todos son buenas personas! En los estudios no me va bien del todo, pero no me deprimo por eso, debe de ser porque me tengo confianza; siempre escucho todo lo que dicen Kakashi- sensei y el Tercer Hokage, los respeto mucho, si quieres se los puedes preguntar ya que están aquí mismo. Sobre las tres prohibiciones ninja: aprendí mucho cuando estaba con el Sabio Pervertido, aunque él no cumple con las tres prohibiciones es el mejor de los Sannin y por eso lo respeto mucho. Acabo de cumplir 17 años, así que no sé mucho sobre chicas ni del alcohol, pero mi madre me dijo que tenía que buscar a una chica como ella, pero es que... —hizo una corta pausa —¡Puede que no todo vaya tan bien como dijo mamá, pero me esfuerzo mucho! —sin darse cuenta, su voz se empezaba a quebrar, sentía un nudo en su garganta, a la vez de como su vista se tornaba borrosa, por lo que decidió cerrar los ojos con fuerza —¡Tengo un sueño, quiero ser Hokage como tú, papá! ¡Incluso mejor!
En ese momento, el alma de Minato se había desprendido por completo del cuerpo inerte, quedando puras cenizas en el suelo. Sus ojos azules no se apartaban de su hijo.
—¡Juro que lo seré! Así que dile a mamá, ¡dile que no se preocupe por mí, que todo me va muy bien! —varias lágrimas ya empezaban a recorrer sus mejilla, llegando una a caer al suelo
—Entiendo, le contaré todo. —le respondió a todo eso con una sonrisa antes de que su alma desapareciera al igual que las de los otros kages
Todo quedó durante unos cortos en un silencio de ultratumba, nadie sabía exactamente qué debía decir, es más, ni se sabía si era momento para alguna clase de comentario. ____ miraba a su alrededor con detenimiento, los shinobis aún yacían encerrados dentro de aquellos "capullos" que los mantenían en su mundo ideal. Si mirada se desvió a las bestias, era la primera vez que las veía, a excepción de Kurama.
—Por fin somos libres. —se escuchó la fuerte y grave voz de la bestia de cuatro colas, Son Goku —Volveré a la cuevas de Suiren.
—Yo permaneceré en mi bosque. -se escuchaba ahora una voz un poco más suave que la anterior, del de cinco colas, Kokuo
—Al fin llegó la hora de volver a nuestros hogares. —secundó la bestia de siete colas, Choumei —Casi parece un sueño.
—¿Qué harás tú, Hachibi? —pregunta Kurama a la bestia de ocho colas que se encontraba a su derecha, Gyūki
—¿Yo? Pues... —silenció por unos segundos —...creo que volveré con Bee, me acostumbré tanto a su horrible rap que se me hace raro no oírlo, ¿y tú? ¿Qué harás?
—Yo... —la mirada del biju se desvió al muchacho de ojos azules casi frente a él, la verdad es que no tenía la forma de expresar su respuesta con palabras claras
—Naruto tiene parte del chakra de todos ustedes en su interior. —les interrumpe Rikudo, captando la atención de las nueve bestias además de humanos presentes —Así que, resumiendo, es una especie de lugar de encuentro para todos ustedes. Si necesitan consultar algo entre sí, pueden utilizar el chakra de su interior. —voltea levemente su mirada a la bestia ubicada a su derecha —Kurama, puedes quedarte en Naruto y dirigir las reuniones, no tienes objeciones, ¿cierto? —aquella simple pregunta provocó que la bestia mirara en otra dirección manteniendo su semblante frío
—Si tú lo dices, supongo que no me queda de otra. —las demás bestias empezaron a reírse, avergonzando de más al zorro, el cual rápidamente los miró con una notoria furia en su mirada —¡¿Qué?! ¡¿De qué se ríen?!
—Nunca eres sincero contigo mismo, Kurama. —le responde Kokuo, ganándose una mirada de reproche
En el espacio que tomaba el Equipo 7, cierta pelinegra miraba aquella escena con una pequeña sonrisa en su rostro. Había observado a Sasuke con el rabillo del ojo durante unos cortos segundos, sin importarle el hecho de que él se enterara. Ella, en su interior, sabía que no todo había finalizado.
—Por fin se terminó la guerra mundial ninja, ¿no? —pregunta con voz baja la otra integrante femenina del equipo
—¿Aún tienes dudas de eso? —le responde _____ con una sonrisa —La guerra terminó, pero...
—Naruto... Sasuke. —habló Rikudo con seriedad —¿Cambiaron sus respuestas tras pelear contra Kaguya?
Ambos muchachos miraron al Sabio.
—No ha cambiado mi respuesta. —le responde el rubio —Pero lo siento, abuelo, tras pelear contra Kaguya me di cuenta de algo... me alegra que mi madre sea Kushina Uzumaki. —dice con una sonrisa —Kaguya era muy distinta de mis anteriores rivales, es como si no tuviera corazón.
—Al principio, el pueblo adoraba a mi madre como una diosa, no sé qué pasaría para que pasaran a llamarla demonio, algo tuvo que pasar cuando comió el fruto del chakra. En cualquier caso... tú no eres así, aunque tengas el poder de todos los biju en tu interior, no creo que llegues a convertirte en ella. —hizo una corta pausa —Ahora solo resta deshacer el jutsu del Tsukuyomi Infinito.
—¿Cómo piensan lograrlo? ¿También necesitan de nuestro poder? —interrumpe la voz de Kurama
—No se molesten. —le contesta Rikudo —Solo necesitamos a Naruto, que tiene el chakra de los biju y el Rinnegan de Sasuke, al unir ambos extremos del sello podrán deshacerlo totalmente.
—Vaya, parece bastante fácil.
—Luego de que mi madre lo usara, investigué mucho al respecto sobre cómo deshacerlo, no hay duda alguna... —gira lentamente hacia el Uchiha —¿Y bien? ¿Qué hay de tu respuesta?
_____ miró, esta vez, disimuladamente a Sasuke. Mantenía una pequeña gota de esperanza de que la larga lucha lo hiciera cambiar de parecer, así las cosas se complicarían menos. Pero ella tenía muy presente que la rivalidad de sus dos amigos existía desde niños, lo que ellos venían posponiendo hace mucho, es inevitable que se dé.
—Sasuke...
—Lo primero... es acabar con los cinco kages bajo el Tsukuyomi Infinito. —esas simples palabras que habían salido de la boca de Sasuke fueron suficientes para que todas las miradas se posaran sobre él, algunos mostraban su asombro mientras que otros lograban disimularlo
—¿Qué dijiste? —pregunta _____ al lado suyo, su ceño permanecía levemente fruncido —¿Acaso estás loco?
—Además... —vuelve a hablar pasando por completo de la pelinegra a su derecha —... a ustedes los biju los pondré bajo mi control y, en su momento, los destruiré.
—¡¿Qué dijiste?! —resuena la voz con odio de Kurama, el cual levantó su brazo dejando ver claramente sus enormes garras. Mostraba claras intenciones de querer acabar con el Uchiha al igual que en el incidente de Minato y Kushina hacía 17 años
Su intento por querer defenderse tanto él como a las demás bestias fue en vano, ya que en un mísero segundo de contacto visual que tuvo con Sasuke fue suficiente para que cayera bajo los efectos del Rinnegan, dejando su cuerpo totalmente paralizado. Aquello se repitió con las ocho restantes, quedando todas en un estado inmóvil y vulnerable. Los ojos de los biju era de tonalidad morada, con las aspas típicas del Sharingan.
—Puso a los biju bajo un Genjutsu con una sola mirada. —resalta Rikudo ante lo ocurrido, su mirada se posó sobre Naruto quien a su vez miraba a su propia bestia con algo de preocupación, como queriendo encontrar la forma de sacarlo de la ilusión —Así están las cosas, Naruto, ahora eres el único a quien puedo confiarle todo. Llegué a mi límite aquí, pronto desapareceré.
El rubio apartó su mirada de Kurama, pasando a Rikudo. Sus ojos mostraban determinación.
—De acuerdo. —su ceño de frunce apenas poco notable —Pero lo siento, abuelo Rikudo, no seré como tus hijos... no soy Ashura, y Sasuke no es Indra.
—Sasuke, ¿dices que esto es lo que quieres? ¿Sigues obsesionado con la venganza? —habla por primera vez desde que están allí el maestro del equipo 7
—¡Sasuke-kun! —incluso Sakura lo miraba con preocupación, una de sus manos estaba hecha puño sobre su pecho conservando aún la esperanza de que todo cambiara aunque fuese al último segundo
—Dime que estás bromeando, Sasuke... —_____ fue la tercera en hablarle
—Es verdad que durante un tiempo anhelé la destrucción, solo quería venganza, pero ya no es así. —su mirada se desvió levemente hacia la Uchiha, quien lo miraba aún con el ceño fruncido —Destruiré y reconstruiré, crearé un mundo ninja que no esté manchado por la oscuridad, lo que llevaré a cabo será... una revolución.
—¿Una revolución? -repite Kakashi
—Sas...
La muchacha se vio interrumpida de sus propias palabras al ver como Sasuke había juntado sus palmas a la altura de su pecho, era lo mismo que Madara quiso hacer contra ellos. El Chibaku Tensei. Miró a su alrededor empezando a sentir leves temblores en la tierra, los cuales en cuestión de segundos ya eran lo suficientemente fuertes como un terremoto. Inevitablemente cayó de rodillas al serle imposible mantenerse en pie por su propia cuenta. Grandes fragmentos de tierra empezaban a elevarse con velocidad, al igual que las bestias con cola. Los biju empezaban a ser encerrados por los trozos de tierra, estos se pegaban a sus pieles sin piedad hasta el punto de envolverlos en una enorme esfera.
En su pecho, _____ sentía la enorme necesidad de querer detenerlo, más sin embargo sabía que a ella no le correspondía hacerlo. Miró a Naruto transmitiendole con una simple mirada su confianza completa, dejaba todo ese lío en sus manos.
—En esta guerra aprendí mucho sobre cómo usar el poder del Rinnegan, ahora los obstáculos desaparecieron... excepto tú, Naruto.
—Nada me sale bien. —dijo casi en un murmuro el más anciano de todos —Confiarle el poder solo a uno provocó el choque entre Indra y Ashura. Y dividir el poder lleva al mismo resultado.
—No, yo terminaré aquí y ahora con esta pelea entre hermanos. —asegura Naruto mirando a Sasuke con seriedad, sus puños apretados al igual que sus dientes mostraban su enojo hacia el muchacho —Libera a los biju, ahora que por fin eran libres. Puede que sea porque me llevo bien con ellos, pero sé que no harán nada malo...
—Parece que sigues sin entender. —le interrumpe Sasuke mostrando su típica sonrisa —Ahora eres el Jinchuriki de todos los bijuu, y tienes una parte de su chakra dentro de ti. Pienso destruirlo todo.
—No... —apenas logra pronunciar Sakura sin apartar sus ojos del Uchiha, de ninguna manera ella quería que esos se volvieran a enfrentar, ¡menos en estos momentos! Lo único que ansía es que todo regrese a la normalidad
—Es decir, que morirás. —termina de decir Sasuke —Si hiciéramos como dijo el Sennin, necesitaríamos el chakra de tu interior para deshacer el Tsukuyomi Infinito, pero bastará con usar los biju que capturé, los mantendré vivos hasta entonces.
—No te lo voy a permitir, y lo sabes. —desafía sin quitarle la mirada de encima
—Entonces, serás el primero. —el pelinegro da media vuelta decidido a darle final a todo eso, y así, poder llevar a cabo su plan —Cambiemos de sitio, ya sabes de lo que hablo.
—¡Espera, Sas...! —lo intentó llamar su sensei, pero la secuelas del Sharingan ya le estaban pasando la factura, siéndole imposible poderse mover más de la cuenta llegando a caer de rodillas contar el suelo
—¡Kakashi-sensei! —la pelirosa se apoyó sobre una de sus rodillas quedando más cerca de su maestro, una de sus manos apoyada sobre la espalda del mayor
Los ojos verdes se posan sobre la espalda de Sasuke, quien seguía caminado ignorando todo lo que ocurría tras de sí. Sakura sentía como sus ojos se humedecían, su vista se tornó borrosa, pero al cerrar con fuerza los párpados, recobró la nitidez. Apretó sus puños con fuerza, al igual que su labio inferior.
—¡Ya lo sé! ¡Sé que no puedo hacer nada! —le grita —Te quiero, no pensé que acabarías así. No pude ayudarte cuando me necesitabas y tampoco pude detenerte, solo pude quedarme parada y llorar. ¡Soy patética! ¡Pero, Sasuke-kun!... Si aún tengo un lugar en tu corazón, por pequeño que sea, ¡no te vayas, por favor! Si estuviéramos juntos, todo sería como entonces... —vuelve a cerrar sus ojos con fuerza, sintiendo la mirada de ____ atrás suyo
Sasuke se detuvo a varios metros de distancia, pero aún lo suficiente como para que pudiesen escucharlo. Miró a Sakura por sobre su hombro, esbozando una sonrisa
—De verdad que eres molesta.
Sakura volvió a abrir los ojos sorprendida por volver a escuchar aquellas palabras, levantó la mirada topando con aquel ojo color lila. De pronto sintió como su cuerpo perdía fuerza, luego... solo como su pecho era atravesado por la mano de Sasuke. Empezaba a tambalear, a la vez que sus ojos se iban cerrando poco a poco. Antes de que cayera al suelo, _____ la tomó de sus brazos evitandole una fuerte caída contra el suelo. La miró por unos momentos, para luego enfrentar aquella mirada.
—No tenías por qué lanzarle un Genjutsu... —dice en voz baja, sabiendo que pudo ser escuchada
—De no haberlo hecho, nos hubiera seguido. -contesta.. refiriéndose claramente a él y a Naruto —Es mejor que no estorbe.
—Acepto que ella no me agrada. —su mano toma con fuerza el brazo de la muchacha —Desde que se formó el equipo 7 nunca me agradó, ¡pero eso no quita que sea testigo de que ella siempre quiso salvarte... siempre! Ni siquiera yo, que somos del mismo clan, me he preocupado tanto por ti como Sakura.
—¿No se estaría divirtiendo jugando a los romances? No entiendo qué es lo que me ve, no me gusta absolutamente nada de ella. —le responde con desprecio
—Los motivos solo hacen falta cuando se trata de odiar a alguien, solo quería estar contigo, ¡no hacerte suyo! —cierra sus ojos con fuerza conteniendo la ira que sentía en su pecho, incluso su corazón latía con velocidad —La has intentado matar más de una vez, pero eso a ella no le importó... cada vez que piensa en ti, llora, ¡te quiere tanto que sufre! Lo sé porque yo misma la he visto en varias ocasiones. Ella no pudo ser capaz de lo que yo hice, yo también te quise de la misma forma... ¡pero al ver en lo que te convertiste... yo...! —se detuvo por un momento, luego mordió su labio —Olvídalo... contigo no tiene caso que hable este tipo de cosas, solo piensa un poco más en ella.
—Eso es un lazo suelto que ya fracasó en el pasado. —fue lo único que le dijo antes de irse de allí
Hubo silencio por un corto lapso de tiempo, antes que fuese Naruto el que hablara.
—Se lo prometí... hace tiempo, le dije a Sakura-chan que lo traería de vuelta. Kakashi-sensei, ya conoce mi modo de ser, ¿no? —dirige una rápida mirada al peliplata —Volveré.
Al igual que Sasuke, Naruto también desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
—Que complicado es el amor. -dice Rikudo —Yo tuve dos hijos y los amaba a ambos, y ellos me querían y respetaban, pero se lo dejé todo a mi hijo menor y aún lo lamento, por culpa de eso, el mayor empezó a odiarme tanto a mi como a su hermano. Y el amor se convirtió en odio. El Sasuke de hoy no es más que el resultado del amor que perdió, igual que con Madara.
—¿Quiere decir... que Madara y Sasuke tendrán un futuro similar? —pregunta Kakashi
—En absoluto, ambos queremos un futuro mucho mejor del que hemos visto hasta ahora, aprendiendo de los errores del pasado, por eso le entregué mi poder a ellos dos.
—¿Y por qué se fijó en Naruto? —indaga ____, poniendo suavemente a Sakura en el suelo
—Logró hacerse amigo de Kurama, la encarnación del odio, así que decidí confiárselo a Naruto. Porque confío en que esta vez logrará convertir el odio en amor, el amor que llegó a conocer Naruto es diferente del de Sasuke o Kaguya...
—No queda más que esperar...
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