Capítulo XXXI|Parte 1
— ¿Qué pasa, perra? —preguntó Janine, en señal de cariño
Observó a Monika con esa mirada de lado, que le decía que sabía que le ocurría algo.
—Nada, Jani, nada —sonrió escondiendo la tristeza que sentía
Pero no pudo contenerla más, y para que su amiga no lo notara, la abrazó ocultando el rostro en su cuello.
— ¡Ay, Moni, te pusiste cursi! —habló mofándose de ella, pero en el buen sentido —Esto no sucede todos los días, ¿puede grabarte?
Ya más calmada, Monika se esforzó mentalmente por dejar de ser tan sensible en estos momentos, y se separó de Janine.
— ¿Y? ¿me dirás porque tanto sentimentalismo? —insistió su amiga
— No es nada...sólo que estoy en mis días, ya sabes —esbozo una débil sonrisa, mintiendo
En realidad no era nada de eso. Simplemente era el temor de no volverla a ver, y por lo demás, de no poderle decir nada acerca de ello.
No quería explicarle su situación.
—Bien, te entiendo... a mi no se me notan mis cambios de humor, porque siempre estoy tan cambiante que pasan inadvertidos —habló risueña, Janine
Quedaron en silencio. Ella aún se sentía triste por todo aquello.
—Bien...ya me voy —suspiró con aires de cansancio
—Entonces, hasta pronto Moni-Moni —habló con voz melódica
Sonrió negando con la cabeza.
—No te diré que no me digas así, solo por como estoy —desordenó su cabello, amistosa
—Nos vemos —se despidió de Monika
Entonces, la chica emprendió camino hasta su casa.
***
Subió a su habitación. Todo estaba en perfecto orden, pues a su madre le encantaba dejar todo intacto cuando dejaban la casa por un tiempo. Aunque al menos, hizo caso a la petición reiterada de que no tocara sus cosas, pues ella misma quería empacarlas.
Y si, le mentió esta mañana acerca de que tenía todo listo.
Comenzó a sacar la ropa, para doblarla e ir metiendo cada prenda a la gran maleta, que estaba encima de su cama.
Era rosada.
''Ew...'' pensó. Se notaba que la habían elegido sus padres, en su afán de que fuese completamente femenina. No entiendía porque tanto empeño en ello. No dejaba de ser chica por no preferir las cosas delicadas y de colores fresitas.
Llegó hasta una remera muy arrugada que estaba al fondo de toda la ropa en el closet. La estiró, y se encontró con la perfecta camiseta de Alesana que le había dado Dominik hace un tiempo atrás. Su pecho dolió al evocar el recuerdo de ese día. Hasta ahí, todo estaba bien. Peleaban como estúpidos que eran, (''y que somos'', pensó), pero aquél día algo en ella le decía que en el trasfondo de todo ese odio que se demostraban, había algo más. Algo le decía, que ese beso en el corredor no había sido del todo actuado. Su corazón le decía, que algo sentía por ese idiota, y que él algo sentía por ella. Pero no había querido escuchar aquello, y decidió hacerse la sorda intentando engañarse, diciéndose una y otra vez que él sólo quería burlarse de ella, y que hasta que no saliera de la boca de Dominik, nada la convencería de que él sentía algo por ella.
Sacudió su cabeza, intentando dejar de pensar todo eso. Si no, terminaría corriendo en dirección a la casa de Dominik para verlo...
>>¿Y por que no ir hasta donde él?
Siguió ordenando todo, haciendo caso omiso a sus pensamientos. Parecía una chica con doble personalidad. Por un lado, la estúpida enamorada que le exigía que hiciera algo.
>>¿Te vas a quedar así? ¿sin hacer nada? ¡Te vas fuera de la ciudad! ¡Muy lejos! probablemente no vuelvas, y aún así te quedarás con los brazos cruzados...
Pero por otro lado...su ''yo'' realista. No iría hasta donde él. ¿Por qué no podía venir él hasta ella?
Si él no rompía el orgullo, no esperase que ella lo hiciera. Era la única forma de saber, si él verdaderamente la amaba.
— ¡Monika, nos vamos en diez minutos! ¡Apúrate! — le gritó su padre desde el piso de abajo
No respondió nada, y siguió en lo suyo, pero apresurándose un poco más, pues no quería que se le quedara nada.
***
Miraba por la ventana, distraído, el nebuloso y gris cielo de aquél día, mientras escuchaba música con auriculares. Aquello no contribuía para nada, a quitarle la ira, tristeza y aunque secretamente, amor, que sentía en su corazón últimamente.
No quería admitirse que estaba sufriendo por amor. Prefería llamarlo, ira o rabia, por el hecho de que había entregado todo de si, y la chica que...le gustaba, no le entregaba nada por su parte.
No quiso ir a la escuela el último día. Sintió que era una de las mil maneras que podría tener para torturarse, ver a Monika, y sentir ganas de estrecharla en sus brazos. Pero se avergonzaba mentalmente de todo aquello, pues era una babosada según él, sentir algo por ella, sentir deseos de abrazarla, de besarle, de tenerla lo más cerca posible, de sentir su cuerpo cerca de él, si ella ni siquiera lo miraba. Y lo peor, es que todo esto le demostraba que en realidad ella estaba jugando con él, pues según su lógica, si ella dejaba atrás el orgullo, e iba por él, significaría que importaba aunque sea un poco.
Y en la absurda lógica de ambos chicos, pasaba la idea infantil, de que si él, o si ella, dejaba el orgullo, significaba que sentía amor. Por un lado, esto es cierto, pero por otro, ellos lo usaban como excusa para el estúpido juego que tenían, de no dar su brazo a torcer e ir en busca del otro. Y es así, como se perdían mutuamente.
Justo por la ventana de Dominik, pasaba una pareja. Al parecer, ambos estaban enojados.
En el reproductor de música de Dominik, sonaba una canción de amor, y al ver a ambos enojados, sintió una sensación extraña en el pecho. Se quitó un segundo los audífonos.
— ¡Perdóname, joder, perdóname! ¿Quieres que me arrodille, acaso? ¡No se que demonios quieres que haga! ¡Me equivoque, pero no por eso tienes derecho a hacerme sentir así! —gritó el tipo de la calle, a su novia, que iba más adelante
Ella lo miró entre dolida y furiosa.
— ¡Bueno! ¡Entonces no hagas nada, y déjame en paz! ¡No me sigas! —gritó de vuelta, ella.
Él, se tomó la cabeza y luego bajó los brazos con frustración, al ver que su novia se alejaba a paso rápido.
>>Bien hecho. No tenía porque estar como idiota a la siga de ella
pensó Dominik.
Pero, cuando ya se había distraído, el chico de la calle se arrodilló y le gritó a su novia.
—¡Britt, perdón! —gritó a todo pulmón, y entonces, Dominik volvió a observar la escena.
La chica, se paró en seco.
— ¡Soy un imbécil, bueno para nada que arma escándalo porque saludas a un chico! ¡Soy un tonto por no confiar en ti!
Ella llegó corriendo hasta él, y le tapó la boca. Luego le señaló que se parara
— Shh, no hagas escándalo, este no es barrio de griteríos como el que estas haciendo —le habló bajo ella, pero Dominik alcanzaba a escuchar
— Si me perdonas, me callo —le amenazó sonriendo
Ella no dijo nada
—¡And i will always love yooooooou! —cantó gritando el tipo
— Shh, cállate —habló riéndose la novia — ¿No te importa hacer el ridículo, no?
— No, haría el ridículo cien veces por ti. No me importa nada, con tal de tenerte así a mi lado
Ella sonrió, y rodó los ojos, para luego acercarse y besar al chico.
Dominik, que presenció todo, volteó la mirada nuevamente al cielo. Sintió un dolor en el pecho.
''Soy un estúpido cursi, que se pone sensible con parejas de la calle'' pensó. Pero aún así, sintió unas ganas tremendas de arreglar todo.
Ya no le importaba nada. Tal como el tipo de la calle, no le importaba si se humillaba, si lo rechazaba, si perdía el orgullo...quería gritarle a Monika tal como acababa de ver, cuanto la amaba. La amaba, y se sentía como un idiota.
Entonces, como impulsado por algo indescriptible, tomó una sudadera, y salió disparado en busca de su chica.
**
La emoción no le cabía en sí mismo. Se sentía hiperactivo, se sentía emocionado, alegre...extraño. Mientras iba en taxi, camino a la casa de Monika, pensaba en que le diría.
>>Monika, me importa una mierda el orgullo, Damian, Danielle, todos, quedar como un patético ahora mismo. Te amo, te amo...Esta palabra suena estúpida al lado de lo que siento por ti. Te quiero amar, pero de una forma distinta, de la forma en que nadie antes haya demostrado su amor, quiero que estemos juntos, que nada nos separe, y que nos amemos distinto a los demás. Siento que eres la única chica que puede hacerme feliz, que puede hacerme sentir algo. Pensé que era un bruto, que jamás sentiría nada pero...tu me hiciste cambiar. Tú eres a quien quiero. Te amo, y ¡Maldita sea te amo! Te adoro, eres tan... ¡Tan como yo! Mira, para describirte todo lo que te quiero, te voy a decir esto; lo único que quiero hacer es besarte, tomarte entre mis brazos, sentirte apegada a mi, hacer cosas que jamás eh hecho...y...
— Señor, ya llegamos —habló el chófer de su taxi personal.
Interrumpió su discurso mental, pero aún así lo tenía todo guardado y apunto de estallar en cuanto viese a Monika.
Salió como flecha del taxi, y tocó la puerta de la casa. No salió nadie.
Tocó nuevamente, y otra vez, y otra... pero nadie abría.
>>¿Sabrá que soy yo, y no me quiere abrir?
Frunció el cejo, y por primera vez, venciendo esa fobia de interactuar o ser amable con gente desconocida, se acercó hasta la puerta vecina de la casa de Monika. Le abrieron a los pocos segundos de tocar el timbre.
— Buenas tardes—sonrió una señora de unos cuarenta años
— Hum...hola —titubeó Dominik —A su lado...¿vive Monika Alonso, no?
Preguntó, un poco por nerviosismo, y otro por cerciorarse de que así era. No fuera que estaba tan emocionado que había llegado a la dirección equivocada.
—Si, si. ¿Por qué? ¿Usted es su novio? —preguntó curiosa la mujer
>>Vaya...se nota que no se mete en la vida de sus vecinos...
—¿Está aquí? Digo...es que no me abre la puerta —preguntó afligido Dominik
La mujer se rió
>>¿Qué mierdas le pasa?
—No te preocupes, no es que no quiera abrirte. Ella y su familia, salieron hace unos cinco minutos de aquí.
La cara de Dominik se descompuso
— A...¿A dónde?
La mujer alzó los hombros
— Eso no lo sé, no alcancé a preguntarle a Marta. Pero lo que si se, es que fue de viaje fuera de aquí o algo, porque llevaban mucho equipaje en el auto. No creo que sea cerca, sino como llevaron tantas maletas —concluyó la mujer
Dominik quedó en blanco ¿Y ahora que hacía?
— Bien, gracias señora —sonrió sin ganas, y se devolvió al taxi
— ¿Y ahora, a dónde vamos, señor? —preguntó el chófer
Dominik pensó un momento.
— Vamos al café que queda al lado de la plaza —anunció
— En seguida —respondió el señor, y echó a andar el auto.
**
Una vez llegaron allí, Dominik, quien solo había perdido una pequeña porción del entusiasmo que tenía por confesarle todo a Monika, pues seguía aún animado, salió al café como un corredor profesional. Al llegar, se fue directo al mesón.
—Buenas tardes, ¿Qué desea ordenar? —preguntó amable la señorita que atendía
Dominik miró a todos lados desorientado
—Hum... ¿Aquí no trabaja Janine? —preguntó aún distraído, y sin mirar a la chica, pues no tenía muy buena comunicación con nadie
—Pues... si me dijese el apellido, quizás la ubique —replicó la chica
— Nowak...es Janine Nowak
—Mmmm...creo que si. Pero —miró a todos lados —Si es quien creo que es, aún no llega porque le toca el turno de tarde, que sería dentro de unos minutos
Dominik resopló. No podía perder tiempo, quizás a estas alturas Monika estaría en medio de la carretera o algo.
Pero para su suerte, la campanilla de la puerta del local sonó, dejando entrar a Janine con el uniforme del café.
Ella lo miró sorprendida.
—¿Dominik? Hola, ¿Vienes con Monika? —sonrió entusiasmada
Dominik, quién ya tenía un poco de aflicción en el rostro, le respondió;
— No, es de ella de quién vengo a hablarte —sonrió sin ganas — ¿La has visto?
Ella frunció el cejo, y estiró la boca, señal habitual que demostraba al estar confundida
—La ví esta mañana, a las once y treinta, cuando salimos de clases —se rascó la cabeza, confundida — A todo esto ¿porqué no fuiste?
—Eso no importa...¿Es decir...no la has visto más?
Ella negó con la cabeza
— Pero...¿te dijo a dónde se iba de vacaciones?
Ella lo miró aún más confundida, y con el cejo excesivamente fruncido.
—¿Vacaciones? No dijo nada de ello...de echo, me dijo que los más probable es que no saldría estas vacaciones...
Él entreabrió la boca. ¿Porqué le mentiría a ella?
—¿Segura? ¿O me estás mintiendo porque ella te lo pidió?
Ella negó frenéticamente la cabeza
— No, no. Es enserio, no me dijo nada.
Él suspiró, y decidió contarle lo que sabía, pues sentía que así podría ayudarlo.
— Fui hasta su casa. No me abrió nadie, por lo que fui hasta la casa de una vecina de ella, y me dijo que se habían ido hace poco con equipaje —miró al suelo, el chico
Janine, confundida aún, alzó las cejas sorprendida esta vez.
—¡Maldita perra! Me mintió...
Esta vez quien miró confundido fue Dominik, pero no le reprochó nada, no era el momento.
Además no entendería el código que había entre ambas.
Entonces de pronto, Janine dio un respingo, y exclamó;
— ¡Era eso!
Dominik se apresuró en hablar
— ¿Qué? ¿Eso que? ¿Qué pasó? —preguntó atropellado
— Ahora que recuerdo, si dijo algo...—murmuró
— Pues dilo ya... —se impacientó Dominik
— Ya —lo miró mal —Me dijo algo sobre Gdansk... y una playa que hay allí —se mordía el dedo, mientras miraba al suelo, recordando —Pero la muy desgraciada, no me contó que iría, de echo me lo negó —se recordó más para ella, que para Dominik
— ¿Segura? —preguntó apresurado el chico —¿Cómo se llama?
— Gdanks... —repitió Janine
— ¿Tienes algún lápiz? —pidió él
— Si, si... —Janine se acercó al mesón en donde atendían, saludó fugazmente a la chica, y le pidió un lápiz y papel. Anotó el nombre de la ciudad a dónde iba probablemente su amiga
—¿Y? —preguntó Dominik
— Ten —le pasó el papel —No me acuerdo el nombre de la playa, pero la cosa, es que me habló de ese lugar, y una playa que hay allí. Probablemente se fue allá... —balbuceó esto último
— Bien —sin despedirse, Dominik salió soplado del lugar
— ¿Y ahora? —preguntó el chófer, refiriéndose al siguiente destino
>>¿Qué hago, joder? ¿Al aeropuerto, a la estación de buses, a mi casa?...
Si iba en auto, probablemente se iría por la carretera.
>>Pero...¿Y si el trayecto es largo?...Aunque quizás vayan parando en ciertos lugares...¡Mierda!
No sabía que hacer.
Mientras tanto, Monika estaba en el lobby, sentada esperando a que sus padres resolvieran los trámites del equipaje, y del auto, que debían llevar hasta Gdansk, para bajarlo en aquella ciudad, y poder ocuparlo. Su padre, no quiso que fuesen pasando de lugar en lugar, si no que prefirió irse directamente en un vuelo de avión hasta la ciudad pues no quería manejar tanto.
Y ella... en realidad le daba igual si ir o no ir, si llegar en avión, en bus, o en auto, lo que le tenía la mente ocupada, era su celular que no se había despegado de su mano y de su vista, desde que salieron de la casa, hasta llegar allí.
Tenía la pequeña esperanza de que Dominik la llamara, aunque no tuviese idea de que saldría de la ciudad.
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Holis. Esto se extendió, no esperé que se extendiera tanto jaja
Como ven en el título, es la primera parte. Mañana o pasado, subiré la segunda.
Y estoy tomando seriamente la opción de crear segunda temporada. Peeeero:
¿Me ayudan? Soy partidaria de ponerle otro título a la segunda parte de este fanfic. Entonces, comenten como podría ponerle a la segunda temporada de este fanfic... a la idea que me guste más, le dedico la parte 2 y final de este último capitulo... (Si, si se que no es el gran premio iduhaj si quiere, la chica que me de el nombre más original, me pide otra cosa que como, ayuda en la portada de su novela, o nose dishsd u_u *LLORA AZUFRE PORQUE NO SE LE OCURRE QUE OFRECER*)
En fin...besoooos. Y este capítulo se lo dedicaré a Lu, porque la veo rondando en mis comentarios bien seguido, porque una vez hace tiempo me escribió en mi...muro (nose como se llama aquí en wattpad) algo super lindo<3 y, porque en el comentario dijo expresamente, ''esta novela es mi favorita'' Y yo así como: ( ͡° ͜ʖ ͡°) (✿ ͡° ᴥ ͡°) (No se si se ven las caritas, pero así quedé jaja )
Quisiera habérselo dedicado a todas la vdd, pero u_u wattpad no deja.
Adiooos, nos vemos en la Parte dos.
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