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Capitulo XXVII

Me tomaba las manos, me sostenía la cabeza con desesperación, pero por más y más que trataba de tranquilizarme, no lo conseguía. Estaba al borde de un colapso nervioso. Necesitaba descargar toda mi ira, desesperación, angustia y huracán gigantesco de sentimientos en contra de algo. O más bien, de alguien. Y de un momento a otro, me puse a pensar en muchas cosas.

Resolví despejar mi mente, y salí de mi habitación, camino al parque. Me senté en el banco que siempre ocupaba para quedarme un rato a leer, pero esta vez solo me quede allí pensando, o tratando de calmar los nervios que me invadían.

Tal y como en el fondo de mi alma lo esperaba, llegó Damian a joderme lo que me restaba de tarde. No me mal interpreten, pero ya se sabrá porque lo deseaba. 

—Monika... — habló despacio, y se sentó a mi lado.

Esperé pacientemente que empezara a hablar. Lo observé detenidamente.

Que normal se veía. Un chico de apariencia atractiva, cabello oscuro, y alborotado que le daba ese toque sexy. A mi parecer, ninguna chica en la faz de la tierra podría negarse a este idiota. Pero a pesar de ello, yo teniéndolo a centímetros de mi, probablemente podría besarle si quería pues él no se opondría, pero lo aborrecía de una manera enorme, y juro que haría cualquier cosa antes que besarle. 

Estuve sin expresión hasta que comenzó a hablar.

—Quiero decirte algo — sonrió brevemente— Sobre lo que pasó hoy. Quiero disculparme, fue horrible, me comporte como un imbécil, pero... quiero que sepas que lo hice solo con la intención de ayudar.

Esperó mi respuesta.

—Ah, ya veo — sonreí tratando de parecer lo más real posible. Y al parecer funcionó.

—¿Por qué sonríes? Ni pareciera que te afecta lo que pasó — junto sus cejas en señal de confusión —Mínimo deberías querer matarme a Dominik y a mí. Bueno, más a él porque yo al menos trate de hacer todo pacífico, pero ya sabes como es.

—No lo sé, Damian — seguí sonriendo —Sólo que me gusta tu compañía. Haces que se me olvide todo.

Oh, por primera vez en mi vida podía mentir tan bien.

Él pareció sorprenderse gratamente y respondió;

—¿Hablas...enserio? — sonrió ampliamente — Creí que después de lo de hoy tu me odiarías

Solté una risa relajada.

—Damian, no puedo odiarte — me acerqué más a él — Eres... demasiado — lo miré unos segundos, intentando sonar seductora — Adictivo, tentador... — susurré 

Que asco me daba. Pero sería todo necesario. 

Pareció ponerse nervioso. Estábamos tan cerca que podía notar como su respiración se alteraba. 

Me alejé un poco. Pero aún seguíamos muy cerca.

—Damian...¿Tú confías en mi, no? —lo miraba fijamente

Se mordió el labio.

—Más que en nadie— sonrió y fijó su mirada en mis ojos

¡Hipócrita! Que ganas de darle mil patadas. 

—Dime... ¿Enserio querías ayudarme a volver con Dominik? 

Él iba a responder, pero lo corté en seguida.

—Pero... sé sincero — Arreglé mi cabello —¿Yo te gusto, verdad?

—¿Qué si me gustas? Monika, estoy enamorado de ti, me encantas —se abalanzó hacia mi como un gato a un ratón. 

Traté de detenerlo de una manera que no se notara que lo repudiaba. Sonreí falsamente, pero ni lo notó.

—Entonces...¿Querías juntarme aún así, con Dominik? —insistí

—Yo... —Pareció dudar — Te amo, y quería verte feliz.

Casi me sentía culpable, pero retomé el rumbo. Éste chico creía que me tragaría sus palabras.

—¡Oh, vamos! Dime la verdad. Mírame, estoy aquí contigo — me acerqué a él, y noté como aumentaba su nerviosismo— Soy tuya ahora. Pero dime la verdad, Sé que no querías al idiota de Dominik a mi lado. ¿Todo lo que hiciste, fue para separarnos? Dime... 

Traté de continuar mi expresión de sensualidad con él. Vaya que me costaba trabajo. Damian pareció pensarlo un rato, pero al fin respondió.

Suspiró —Es que...

Quedó en silencio.

—Damian, solo dilo. No me enfadaré, lo juro —Tomé sus manos —De hecho, te daré un regalo si escucho de tu boca lo que estoy esperando — susurré casi ronroneando y esbocé una fugaz sonrisa

Pareció entusiasmarse, y envolvió sus brazos en mi cintura.

—¿Un regalo? — se acercó a mi cuello

Que asco, santo cielo. Qué alguien me lo quite de encima...

—Cálmate, Damiancito —solté una risa coqueta.

En realidad me reía de lo estúpido que sonaba ''Damiancito'', pero en fin.

No me soltaba, y seguía besando mi cuello. Y estaba subiendo. No lo besaría en la boca, definitivamente no era parte de mis planes. Hasta que por fín comenzó a detenerse y a relatarme en voz baja mientras me besaba con ansias el cuello y cerca del pecho.

—En realidad si — soltó una risa ahogada —No me aguantaba más tener que hacerme el bueno 

Mis ojos, opuestos y fuera del alcance de su mirada, se abrieron totalmente. Estaba comenzando a confesar. 

—Yo...¡Odio a ese idiota! ¡No sabes cuanto me costaba tratar de controlarme! Ese día... — suspiró hondo mientras escondía su rostro en mi cuello — En el concierto, no pude contenerme— Siguió dejando besos

Sentí mi rostro paralizarse. Esto era increíble. No eran sólo sospechas. No. Damian era prácticamente un demonio disfrazado con una cara de chico bonito. 

—No puedo creer que me entiendas, Monika, pensé que me odiabas o que me odiarías...

¿Yo? ¿Odiarlo? ¡Para nada!

Porque, la palabra en realidad le quedaba chica.

—¿Todo lo que me dices es cierto? —levantó de pronto su rostro en dirección a mi, mirándome con los ojos brillantes de ilusión.

—Claro, cariño —Guiñé un ojo — Tú ¿Qué sentías? Dímelo todo. 

—¿Por qué te interesa saber? — me miró fijamente, Damian.

Sentí en su mirada algo de sospecha. Tenía que pensar rápido si no quería que me descubriese.

—Es que me vuelve loca que seas tan malo— Acerqué mi mano a mi boca, y mordí parte de ella mirándolo — Vamos, cuéntame, me pones loca si me dices las cosas que haces por mi

Damian pareció recuperar el entusiasmo, mostró todos sus dientes en una sonrísa segura, y continuó hablando, sin despegar su mirada de mis ojos, mirando con deseo.

—No sabes lo loco que me volvía idear cosas para poder separarte de ese chico... 

Cada vez se volvía más sorprendente.

—Y, bueno, las fotos. Lo ideé desde un principio. Claro que la tonta de Danielle ni siquiera lo sospechó. Te grabé y... — comenzó a reírse a carcajadas— Lo dejé a propósito a la vista en mi celular. Bueno, y también deje supuestamente olvidado mi celular al lado de Danielle, y me fui de allí pretextando tener que hacer cosas. Era obvio que lo tomaría y lo revisaría. Y así lo hizo, y bueno, pasó justo lo que quería, Dominik ... — Se reía aún —Se lo creyó todo. Y yo, yendo donde mi pobre chica enojada  — saboreó sus labios — Querías matarme. Pero aún así, sabia que tarde o temprano vendrías a mi

Tomó mi mentón y me acercó bruscamente a él. 

—Y aquí estas ¿O no? —dio una sonrisa con sus ojos pendientes en mis labios.

—Claro, estoy aquí — contesté conteniendo la furia que sentía.

Algo asaltó mi mente. Tenía a Damian a mis pies en estos momentos. Podría lograr saber lo que quisiera. Y me asaltó la duda, de que era lo que verdaderamente quería hacerme el día del concierto. Esta situación me tenía con un trauma, aún.

Ocultando mi temor, tragué saliva y hablé.

—Y, ¿Damian? — lo miré inquisitivamente —El día del concierto, en el baño ¿Ibas a violarme? 

Su expresión se volvió seria al escuchar esta frase. Un segundo después, una sonrisa obscena se apoderó de su rostro.

—¿Y lo dudas? 

Quedé helada al escuchar esto.

—Es decir... Suena feo si lo dices así. Pero si te quería hacer algunas cosas. Monika, si yo me encontrase contigo en una habitación a oscuras, sería conveniente que uno de los dos llevara condones — soltó una pequeña risa

No tuve más remedio, que del nerviosismo, seguirle la corriente. Sonreí.

Sus brazos me estaban poniendo en un estado de pánico inminente. Era un completo pervertido. Debía librarme de él ya. Y por un momento flaqueé y pensé en desistir de todo. Me sentí vulnerable. 

Pero recordé porque estaba allí, porque tuve que fingir, y recordé lo más importante; quién era yo. No soy una niñita que usa vestidos, y que si se quiebra una uña comienza a armar un escándalo de escala mundial. Ah, y lo más importante, no soy débil.

Damian me quedó mirando largos segundos. 

—Damian, ¿Danielle sigue siendo tu novia, no? — volví a preguntarle

Suspiró —Si, pero supongo que sabes porque ¿No? 

No en realidad ni idea. Notó mi expresión de pregunta.

—Ella me insistió. Me dio un poco de pena, la acepte y.... — pausó como pensando —Aunque le aclaré desde el principio que me costaría poder olvidarme de ti. Y bueno, eso aún no pasa. 

Y hablando de la reina de roma, Danielle venía llegando al parque. 

Ah olvidaba decir, que antes de venir, le envié un mensaje diciendo que su novio estaría con otra chica en el parque, que no se cabreara con ella pues él la perseguía, y que quién enviaba el mensaje no era nadie que ella conociera. 

Danielle estaba a unos cuantos metros, y a mi punto de vista podía escuchar todo.

—¿La quieres? —insistí rápido, calculando el momento exacto en que llegaría Danielle más cerca de nosotros —¿La amas?

—No —contestó cortante —Eso es ridículo. Tu sabes a quien quiero, amo... a quien deseo. Monika no sabes cuantas son las ganas ahora de lanzarme a besarte.

—¿Y que esperas, mi amor? — dije en tono lento, y suave —Pero no me gustan los besos aburridos. Bésame como una bestia, Damian.

Si, en efecto hizo lo que esperaba. Se abalanzó, dejándome recostada contra el banco, con él  encima de mí. Estaba tan cerca de mi, rozando sus labios con los míos, cuando por fin noté la presencia de Danielle frente a nosotros. A diferencia de lo que yo pensé, ella estaba atónita y aún no reaccionaba a comenzar a soltar un mar de groserías, como siempre hace. 

Entonces, antes de que él pudiese besarme, lo empujé con expresión de angustia y temor. Inclusive, solté lágrimas. ¿Cómo las fingí? Ni idea.

—¡Suéltame, Damian! —grité afligida— ¡¿Por qué nunca entiendes cuando te digo que no quiero?! ¡Tienes novia, yo no quiero tener problemas! 

—Monika, ¿Qué mierda? —exclamó desentendido, acomodando su chaqueta. Luego alzó la vista y entonces vio a Danielle que lo miraba con una expresión de furia apunto de estallar.

Seguí sollozando.

—¡Eres un desconsiderado! ¡No puedo creer que querías abusar de mi! —exclamé.

—¡Maldito imbécil! ¡¿Qué crees que hacías?! —gritó Danielle enfurecida, golpeándolo con su cartera— ¿Qué me querías? ¡Mierda, eres un jodido mentiroso! ¡Me estabas engañando!

Damian no alcanzó a decir nada. Se levantó para intentar dirigirle la palabra, pero ella le lanzó una cachetada que llegó a sonar hasta las afueras de la ciudad. ¡Demonios, quería reírme, pero no podía! 

Danielle se fue indignada. Creí ver algunas lágrimas en sus ojos. Eso me dolió un poco, a pesar de que había sido una perra conmigo, me sentí algo culpable por todo. Pero entonces, una vez quedamos solos, Damian me miró serio. El show aún no terminaba.

—Damian... lo siento mucho —bajé la mirada —No quería que todo terminara así, pero tenía miedo a que ella se enfadara conmigo —lo miré fingiendo tristeza

—¿Y dejarme como un maldito idiota a mi? —preguntó con una expresión que parecía de enfado.

Si, dije que parecía, porque segundos después su cara cambió. Este idiota, era un maldito loco.

—Me encantas —se mordió el labio—Eres tan sexy fingiendo las cosas — se acercó y acarició mi cintura con ambas manos —Somos iguales — se lamió el labio —Vamos, quiero ese beso.

Afirmé mis manos en su cuello.

—Damian, eres tan sexy, tan atrayente... tan lindo — susurré mirándolo fijamente. Me acerqué lentamente a sus labios, y mientras lo hacía, vi como él cerraba sus ojos. 

Pero entonces, desvié de dirección hasta su oído. 

—Y también eres tan imbécil. Caíste redondito. — me deshice de su agarre, y me alejé hasta estar lo suficientemente alejada de su alcance.

Él me miró desconcertado. 

—¿De..De que me estás hablando? — me miró aún perplejo

—¡Oh, nada cariño! Sólo que hablo de algo que aún no pareces darte cuenta —Lo miré con odio —¡Eres un desquiciado! 

—Monika.. — me miró con un intento fallido de decepción en su expresión.

—¡Vamos! Damian, ya no creo en tu mirada de cachorro — Me acerqué y lo apunte con rabia — Tú, eres un jodido loco. Hiciste de todo para separarme de Dominik. Lo lograste. ¿Pero te digo lo que también lograste? Lograste ganarte mi odio. 

Intentó hablar algo, pero lo detuve interrumpiendo.

—Y no te atrevas a decir que eso no te interesa. Acabas de decir que me amas y todas esas mierdas. Si es que eso es verdad, entonces te va a importar mucho. 

—Monika, yo... — Intentó nuevamente, pero esta vez, él mismo se calló sin seguir.

—¿Lo ves? Ya no sabes ni como excusarte. No puedes negar todo lo que hiciste. 

—Ni lo quiero negar. Si, lo hice — me miró desafiante —Pero lo hice por ti. Por que te amo. 

¡Oh, por favor! Ah joder a otra parte con sus discursitos ridículos. No le creo.

—Pero yo no te amaré jamás — apreté mis dientes, con rabia —Eres un cerdo ¿No te gustó joder mi relación? ¡Ahora cae en tu propio juego! 

Me alejé para poder irme a mi casa. Pero a lo lejos, Damian me gritó. 

—¡Danielle puede volver, si yo quiero! ¡Pero Dominik no lo hará si le cuento lo que casi hacemos! 

Me detuve. Volteé, y cayendo en su juego, le respondí. 

—¡Dominik no querrá escucharte! ¡Y no hicimos nada, fue todo una mentira! ¿O acaso tienes cerebro de mosca que no lo comprendiste?

Se acercó a paso rápido. Se plantó en frente mío y me miró con aires de ganador.

—¿Enserio no querrá? Aunque no quiera, me escuchará de todos modos —suspiró —Lástima que todo fuera fingido, porque Dominik se cree igual todo lo que le digan. 

Sin más, se marchó de allí. Al menos ahora estaba mostrando su verdadera cara. 

Lo que es yo, me devolví a mi casa, pues hacía mucho frío. Pero quedé con una sensación de impotencia. Hice de todo para desenmascarar a Damian, arruinar su relación y dejarle en claro por vez número cincuenta mil, que no lo quiero. Pero aún así, sigue empeñado en arruinarme la vida.

————-

Ok... Eso fue largo.

¡Holaa! Quiero informarles algo: La fanfic está por llegar a su termino 'o'

y otra cosa: El booktrailer está en multimedia, y también en la sinopsis. Gracias a la persona que me ayudó con eso .xx :) (No quiso que la nombrara pf, xd) Y esooo, voten si les gusto, y por sobre todo ¡Comenten! Me siento feliz cuando veo comentarios

Besos,

La chica panqueque.

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