Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo XVIII

Llegué con Damian al instituto algo tarde. ¿Quién entiende al tiempo? Salí de mi casa bastante temprano y llegué más tarde de lo habitual.

Al entrar al salón de clases, el profesor me regañó un poco. Que digo un poco, bastante.

—Señorita Alonso —me miró amenazante—. ¿Alguien puede decirme que hora es?

No le respondió nadie y él miró su reloj de mano.

—Son exactamente... treinta minutos más tarde que la entrada —todos me miraban, que vergonzoso

—Ok, se lo puedo explicar si quiere... —empecé a decir

—No explique nada —apuntó afuera del salón—. Se va a la biblioteca por toda mi clase, no admitiré a nadie impuntual aquí, y si ve a algún compañero suyo entrando, le dice que ni se acerca al salón

Salí como me había dicho, a la biblioteca. Que estupidez. No le costaba nada dejarme pasar y hacer su jodida clase.

Me senté entonces sin hacer nada. No entendía como pasaría los próximos noventa minutos admirando las estanterías...o quizás el paisaje de fuera.

Alguien abrió la puerta del lugar

—Sorpresa —sonrió desganado—. ''Señor Berezutski, lo siento pero las reglas del colegio cambiaron. Debe ir a la biblioteca'' —imitó la voz de su profesora—. Que les den —Se sentó a mi lado

Esto era incómodo. Estaba inmóvil, sin saber que hacer o decir, miraba a cualquier parte, y había un silencio aterrador, mientras escuchaba la respiración de Damian a mi lado.

—Hum... ¿Qué tal tu vida? —pregunté torpemente

—Pues... considerando que no me resulta nada bien...mal —respondió

De nuevo el silencio.

—Deberíamos dormir un rato...total no tendremos nada que hacer durante toda la hora —me miró a los ojos—. ¿Tus ojos son de color café claro?

—Si —sonreí—. Los tuyos son... —Arrugé los ojos—. ¿Verdes? No lo sé...

—Acércate y velos mejor —dio una sonrisa seductora

—No gracias, de aquí veo bien —sonreí incómoda, y miré a un lado

—No, no son verdes, son azules —respondió más serio

—Siempre confundo los colores —di una breve palmadita a mi frente—. O las cosas

—¿Y los sentimientos? —se acomodó en el sofá, ladeándose hacia mi lado

Quedamos nuevamente callados. Eso había sido extraño.

Me daba risa la situación. Típico silencio incómodo, donde el reloj como que retumba en el lugar, y hasta respirar piensas que se escucha fuerte.

—¿Cómo va tu tatuaje? —preguntó de repente—. Debes ir a la segunda sesión, porque le falta color

No tenía la mínima intención de recordar eso. Me daba pánico. O sea, piensen. Un chico estaba obsesionado conmigo, me raptó por decirlo así en el baño de un concierto, y tendría que estar con la espalda descubierta a él, me daba miedo sinceramente.

Aunque haya pedido disculpas, y aunque se estuviese comportando de lo mejor, me daba miedo aún.

—Hum, va bien —sonreí nerviosa—. Si, ¿Cuándo podría ir? Tengo entendido que debo reservar una hora ¿No?

—Nah, tu no, ve cuando quieras y dile a Mily que yo te dije que fueras —sonrió de lado—. ¿Me dejas ver?

—¿Qué? —respondí confundida

—Tu tatuaje

—Ah... es raro, pero está bien —volteé dándole la espalda, y levanté mi remera por la parte de atrás.

—Va bien, no te ha dado alergia ni nada —pasó su mano por mi espalda, a lo que me dio escalofríos y algo de pánico.

—¿Está bien entonces? —pregunté nerviosa

—Si... —susurró

Bajé rápidamente mi remera, y acto seguido volteé. En eso sonó el timbre

—Al fin, bien nos vemos Damian —salí de allí lo más rápido posible, quería ver a Janine y a Dominik

—Adiós Monika —respondió Damian con esa profunda voz que tenía

Salí rápido y torpe de la biblioteca, y al caminar un poco más allá, choqué con alguien. Era Dominik.

—¡Dominik, santo cielo! Casi me matas del susto... —suspiré aliviada.

Andaba con los nervios de punta.

Él solo me miró serio sin decir palabra.

—¿Qué sucede? —pregunté

Se lamió los labios, me miró de una manera que no pude descifrar, y luego dijo;

—¿Qué hacías ahí?

—Pues...me mandaron en la mañana ¿recuerdas? ¿o no estabas en el salón?

—...con Damian —soltó aún serio

Ah, ese era el problema entonces.

Suspiré

—¡Vamos! ¿Qué iba a saber yo que a él también lo mandarían a la biblioteca?

Miró a un lado, y luego me volvió a mirar.

—No lo quiero cerca de ti... —me observó demandante

—Pero...

—... Claro que si tú lo quieres cerca, ve con él —su cara se volvió de enojo, y tenía los brazos cruzados

Era una escenita de celos. Creo que debía recordar que Dominik era demasiado celoso.

—¡Dominik! —exclamé fastidiada—. No me digas que estás celoso ¿O sí?

No dijo nada, seguía sin mirarme.

—¡Ah! ¡Si, es que verdad que soy tan tonta como para querer a un tipo que intento violarme! —le dije sarcástica

Me miró por unos segundos.

Me acerqué a él y le di un corto beso. Me alejé y lo quedé mirando algo asustada. No sabía que pasaría, si ese enojo absurdo iba a durar o no.

Pero lo supe, cuando por su cuenta se acercó, y me empujó a la pared besándome desesperadamente.

—No lo quiero cerca tuyo, Moni —me dijo al oído y luego dio una corta risa

—Vamos al patio, ¿sí?

Entonces sentí que alguien nos miraba. Creí que sólo era mi idea, pero volteé y Damian estaba inexpresivo atrás de nosotros. Traté de olvidar eso, y me di vuelta rápidamente antes de que Dominik volteara también y lo viera, y comenzara quizás con otra escena de celos, que sé yo.

●●●

Esa tarde, volví a mi casa y entré en mi habitación. No tenía nada que hacer, no habían exámenes, ni nada que tuviera pendiente.

Miré hacia mi closet. Estaba hecho un desorden asqueroso. Estaba toda la ropa revuelta. Necesitaba un orden. Y a eso me dediqué el resto del día.

Mientras ordenaba la ropa, me encontré con algo que me dio una sensación extraña. Era una sudadera negra con cierre. Era la sudadera de Damian. Nunca la recibió de vuelta, ni idea por qué. Tenía aún un leve olor a su perfume.

Entonces decidí ir a entregárselo, no quería quedarme con él. No porque no me gustara, de hecho la sudadera era hermosa, pero no debía y punto. Lo eché a una mochila, y salí rumbo a la galería de tattoos, porque suponía que estaría allí.

Iba por un parque que quedaba cerca de mi casa, y entonces lo vi. Estaba junto a una chica. Creo que se veían muy felices. Me sentí rara, no sé qué era esa sensación, y no sé cómo describirla. Pensé en acercarme y entregarle de igual modo la sudadera, pero no quise interrumpirles el momento.

Además sería incómodo.

<<Al menos, ya no estará obsesionado conmigo >> pensé.

Y me fui igual a la galería de tattoos y perfos. Quería un piercing, ni idea por qué razón, solo sé que quería hacerme uno. Llegué en breve, porque camino rápido, aunque bastante acalorada. Estúpido clima. No me gustaba que hiciera tanto calor, era molesto. Sólo quería al otoño, y rápido.

—Hum...Hola... —sonreí—. Quiero hacerme un piercing, el Monroe...

—Claro —sonrió el chico—. Ven, pasa por aquí

Lo seguí y me senté.

—¿Haces tatuajes también? —pregunté intentando entablar conversación

—Sip —respondió

Mientras tomaba mi labio, con un instrumento que ni idea como se llame, entró alguien de sopetón por la puerta.

—Bro, ¿Me pasarías tinta azul? Se me acabó la necesito urge.... —se calló de pronto.

Extrañada miré por el espejo. No podía moverme. ¿Qué hacía Damian ahí? ¿No estaba con esa chica hace poco rato?

—¿Monika? —sonrió al verme

—¿La conoces? —sonrió el tipo que me hacía el piercing

—Si, si —se sentó—. Bien hazle el piercing, quiero ver —se acercó en el asiento que tenía ruedas.

—¿No tenías prisa? —preguntó de nuevo el tipo de los piercing

—Nah, ni tan urgente es...prefiero ver a Monika —me miró—. Bueno, como le haces el piercing

Luego de que me hiciera el piercing, salimos a la sala de espera

—¿Cuánto salía? —pregunté al chico

—Sale...

—Después arreglamos, bro —interrumpió Damian, mirándolo y luego sonriéndome—. ¿Vamos Monika? Aprovecha que estás aquí y le pongo color a tu tattoo

Quedé sorprendida. Me estaba haciendo bastantes regalías, estaba siendo amable. Le intenté insistir muchas veces en que quería pagarle el piercing, pero me dijo todas las veces que no, que él quería por decirlo así reparar su error conmigo.

Vaya manera. Igual no estaba mal, pero me sentía aprovechadora.

Después de todo el cuento del tattoo, Damian fue a dejarme a la salida de la galería.

—Monika, hay algo que quiero averiguar —se detuvo—. Sé que esto va a parecer patético pero...

—Espera, antes tengo algo que entregarte —lo interrumpí, y le pasé la sudadera que tenía hace tiempo—. Toma, antes de que termine por quedármelo para siempre —sonreí

—Bueno... —sonrió nervioso—. Lo que quería decirte es que...

—¡Ah! Por cierto...¿Estabas con una chica en el parquecito de la villa Loreline? Te vi —me miró sorprendido mientras le decía esto

—Hum... sí, pero...

—¿Pero qué? —pregunté seria

Basta.

Me detuve a meditar unos segundos. Si, que momento para meditar ¿no?

¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué le pedía explicaciones? Esto me estaba dando rabia. Yo me daba rabia.

Es una mierda, lo sé, pero me estaba gustando Damian. Creo.

Esperen, no. Pero lo miraba, y algo en él me atraía sin quererlo, no entendía porque si había sido una mierda de persona conmigo.

Y él estaba hablando pero ni idea que decía.

—¿Ah? —pregunté desentendida

—Que es Danielle, una amiga —repitió

Mis ojos casi saltaron. ¿Qué era su qué?

—¿Esa perra es tu amiga? ¿Desde cuándo? —pregunté sorprendida

Pero luego me di cuenta de lo que había dicho. Nota; pensar antes de decir, no decir antes de pensar.

—Perdón, perdón, no quise decir eso yo... —me disculpé

—Ya está —sonrió—. No te preocupes, sé que ustedes se odian, pero Danielle no me quiso decir por qué...

Claro, no quiso decirle que a ella le gustaba Dominik, se quiso poner en medio, y no lo logró. Después de todo, a nadie le gusta andar diciendo por ahí sus derrotas.

Pensé un momento que decir.

—Si, nos odiamos por algo que....

No pude seguir hablando. Algo me calló. Y fue un beso.

Pero ni sentí maripositas en el estómago, ni llamas en el cuerpo, ni ganas de seguir besándolo. Me alejé luego de haberlo seguido un poco. Tal cual las otras veces. Nota número dos en el día; Lo que pasa una vez, se puede repetir mil veces y va a seguir siendo lo que es.

—Esto no... —arrugué la nariz

—Te amo... —susurró Damian—. Enserio, necesitaba besarte para saber que aún te amaba, lo sigo haciendo y lo seguiré haciendo pero necesito tenerte conmigo...

—Yo no... —comencé a decir

—Shh, no, no digas nada —me tomó de las caderas—. Bésame otra vez ¡Por favor! —dijo alto

Esto último me asustó un poco

Pero tenía que hacer las cosas bien.

—¡No! Damian, escúchame; Yo quiero a Dominik, por favor entiende no puedo estar contigo porque ya te lo dije antes, yo no te correspondo —su cara se volvió de decepción.

Tal cual cuando eras niño, querías un juguete y no te lo compraban. Así de cruel.

—Monika...pero, eres la mujer de mi vida... —murmuró—. Al fin podía tenerte para mí...

—Yo no soy la indicada —me alcé de hombros

—...pero ya no te tendré... —estaba como hipnotizado mirándome a los ojos—. No eres la indicada...tu eres la mujer de mi vida...

—Damian, me estás asustado —seguía con las manos en mis caderas mientras murmuraba cosas—. ¡Damian!

Calló, y me soltó. Me miró con una expresión entre asustado, y desentendido.

—Está bien... pero cada vez que veas el tatuaje, acuérdate de mí —se acercó y dejó un corto beso en mi cara.

Quedé ahí plantada como estatua y más confundida que después de clase de matemáticas.

Supongo que ya no se acercaría más.

Sonó mi celular. Era un mensaje.

''Ven a mi casa ¿Puedes? ven por favor''

Era de Dominik.

Una sensación se apoderó de mi cuerpo. La culpa, creo que se llama, supongo que después de haber besado a alguien teniendo novio es normal sentirla. Y no tenía idea de cómo se lo contaría.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro