Capitulo XIV
Al volver de la casa de Dominik, sin asegurarme del todo si él seguía algo enojado por la estúpida llamada de Damian, me sentí algo extrañada. Cabe decir, que eran ya las nueve y media, estaba algo oscuro; no pasaban autobuses, y me quedaba un poco lejos.
Bueno, bastante.
Tuve que irme a pie. Al llegar a mi habitación, cansadísima, las persianas seguían abiertas. Estaba por cerrarlas pero un golpe bastante ruidoso, me hizo retroceder o casi saltar hacia atrás.
''Qué tipico'' pensé, pero a la vez me asusté un poco. Era una roca, envuelta en papel.
Genial, supongo y ahora un asesino me persigue.
Pero no, resulta que era algo parecido.
''Puedo verte desde acá. Linda, mañana te daré algo''
Admito que me atemoricé al terminar de leer, y me abalancé hasta las cortinas, cerrándolas y asegurándome de que no quedara ni un centímetro que se mostrara al exterior. Revisé nuevamente la hoja, y tenía una ''D'' al pie del papel.
No tenía idea de cómo hacerle entender a este chico que no quiero más nada con él. Y peor, la sensación de tener a alguien así molestándote, no era muy bonita.
●●●
Al día siguiente, llegué como de costumbre al salón y me senté. Dominik estaba a mi lado. Después de haberse alejado de ese puesto por un tiempo, había vuelto a quedarse allí.
—Hola Moni —sonrió al verme —. Llegas tarde
—¿Tarde? Aún ni tocan el timbre —dije mientras dejaba mi mochila en el respaldo de la silla
—Para mí, que llego bastante temprano, esto es tarde —alzó los hombros—. Estoy aburrido
—Yo tengo sueño —me dejé caer en el asiento, tumbándome en la mesa
—Hmm...tengo que pedirte algo —soltó de repente Dominik—. Bueno, quiero pedirte algo.
—¿A si? ¿Y qué es? —lo miré curiosa
Quedó en silencio. Lo observé esperando respuesta. Luego sacó un lápiz, y comenzó a escribir algo en su mano.
No tenía idea de porque actuaba tan extraño. En fin, solo seguí poniendo atención en clases...si es que eso significa ''mirar al pizarrón, mientras piensas en otra cosa''
De pronto, mientras el profesor seguía hablando sobre física cuántica, Dominik me movió el brazo bruscamente.
—¿Qué quieres? —gesticulé algo molesta
Él solo me observó un poco nervioso. Se mordió el labio, y se pasaba la mano derecha por su cabello oscuro. Eran sus gestos de nerviosismo, lo había notado con el tiempo.
Me tendió la mano. Yo no entendía. Subí los hombros en señal de que no tenía idea de lo que él estaba haciendo. Volvió a ofrecerme su mano, pero esta vez, indicando que mirara la palma de ella. Bueno, más bien que leyera.
''¿Quieres ser mi novia? lo siento la forma en que lo pido pero como '' Y no le alcanzó a escribir más en la mano al parecer. Lo miré algo anonadada.
El profesor había salido de la sala y todos conversaban.
—...Pero como dijiste la otra vez, soy muy bruto para los detalles lindos —esbozó una gran sonrisa—. ¿Y bien?
Maldita sea. Su sonrisa era tan hermosa, tan digna de admirar. Podría quedarme un día entero mirándolo así.
Y una vez más, Dominik hace que mi corazón de hierro se derrita.
—Hmmm, Monika —insistió.
O claro, debía responder. Joder, juro que si tuviera que describir en qué estado estaba mi corazón ahora, sería dibujándolo, saltando y bailando como loco. ¿Ser su novia? Sería soñado. Somos muy parecidos. Pero...siento que no puedo. Acababa de terminar una relación el día de ayer, y creo que es muy pronto para iniciar otra tan rápido.
¡Monika, santo cielo, que no es cualquier persona, es Dominik!
También es cierto. Pero siento que no sería correcto aceptar, más aun sabiendo que tengo a un psicópata atrás de mí que no acepta nuestra ruptura.
—Dominik, yo creo que —comencé a hablar, pero se veía tan entusiasmado, que me daba un poco de lástima rechazarlo—. No —dije cabizbaja
—P-pero ¿Por qué? —habló bajo, y con tono de desconcierto.
No me atrevía a mirarle.
—No creo que sea lo correcto, acabo de terminar una relación ayer —respondí sin ánimo
Hubo un silencio. Y bastó tan solo, con aproximadamente un minuto para que comenzara a arrepentirme mentalmente de lo que acababa de hacer. ¿Bipolar? ¡Para nada!
—Es por Damian —habló Dominik—. Lo quieres aún ¿No? No quieres dejarlo, y de seguro te arrepientes de haberlo dejado
Espera ¿Qué? Sé que acabo de decir que me arrepentí en un minuto de algo, pero de haber terminado con Damian, no me arrepiento para nada, y estoy segura de lo que hice.
—Dominik, eso no es cierto, acabo de decirte que es porque no es lo correcto...
—Si lo es, quédate con ese imbécil. Debe ser cierto, que estas con él y a mí me mientes diciéndome que terminaste —habló enojado—. No te preocupes, ahora si no vuelvo a molestarte
Y no me dirigió la palabra por el resto de la clase. Demonios no sabía qué hacer ahora.
Pasaron las horas y todo seguía tal cual. No me dirigía palabra, y me ignoraba.
—Dominik —hablé, pero siguió caminado—. ¡Santorski, detente!
íbamos por una calle bastante solitaria. Y aunque me escuchaba, no se detenía. Corrí como loca, hasta alcanzarlo y me abalancé encima de su espalda.
—¡¿Qué haces?! ¡¿Estás loca?! —exclamó.
Y luego me bajé. Solo quería que se detuviera. Vaya forma de hacerlo.
—¡Solo quería que te detuvieras! —le reclamé
—¡Pero podrías haberte lastimado! ¿Y si hubiésemos caído y te pegas contra el concreto? —me miró preocupado
—No seas exagerado —lo miré entrecerrando los ojos
No respondió nada.
—¿Sigues enojado por haberte dicho que no? —pregunté algo dudosa
Pero no debí recordar el por qué de su enojo. Eso lo hizo enfadar más. O al menos eso noté en su expresión. No respondió nada, pero desvió la mirada.
—¡Responde! —lo zamarreé del polerón que traía
—No quiero —respondió
Y el silencio otra vez. Lo observé, detenidamente. Me encanta como se veía enojado. No sé como explicar lo que siento, pero solo puedo decir que al verlo enfadado me daban deseos enormes de besarlo.
Me acerqué y alzando mi cuerpo un poco, me acerqué a sus labios. Acaricié lentamente su boca, como si mis labios fueran mis propias manos. Nuestras bocas se movían suaves, pero con pasión. Y para que explicar los detalles exteriores, si puedo decir que cuando lo besé sentí mil cosas dentro. Además de la agitación, sentía una sensación extraña en el estómago. Supongo que eran esas jodidas mariposas de las que tanto hablan.
Me separé, igual como empecé; lentamente. Retrocedí hasta donde estaba antes de hacer todo. Pero él se acercó nuevamente y volvió a besarme.
—Dominik... —tomé su mano, y la abrí.
Tal como lo pensaba, aún no se había borrado. Abrí entonces mi mano izquierda, y mostré la respuesta.
No crean que apareció por arte de magia, lo escribí antes de ir y seguirlo. Presentía que podría pasar algo de esto. Hubiera sido triste que no hubiese funcionado lo que había planeado, y quedar con el sí en la mano. Pero para mi suerte, todo resultó.
Dominik al ver el sí, me miró con el mismo entusiasmo que tuvo al hacerme la pregunta, y me tomó de la cintura.
—Al fin juntos ¿No? —sonrió muy cerca de mí
—Al fin —le respondí de igual forma
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro