Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo XIII

Mi respiración se cortó. Danielle nos había visto...¿Todo este tiempo? Y luego recordé algo, que era importante y que había olvidado por completo al momento de abrazar a Dominik. Que aún seguía con Damian.

—¿Y bien? ¿Te vas a quedar callada? —me miró desafiante Danielle—. ¡Habla!

Yo estaba inmóvil, sin atinar que decir.

—¿Quién te crees para hablarle así a Monika? Vete al demonio y déjala en paz —habló fuerte Dominik

—¡Ah! ¡Te tiene de segunda opción y encima la defiendes! —su tono era arrogante

¿De segunda opción? Se nota que esta tipa no tenía idea de nada.

Pero al fin reaccioné, salí de mi impacto y hablé.

—Cállate, tú no sabes nada, tu no... —no me dejó terminar, y me interrumpió

—Ah claro que sé, y sé que estás jugando a los dos bandos con Damian y Dominik —sonrió sarcástica—. ¡Vamos, mosca muerta! ¡Explícate a ver si tienes buenas excusas, quiero oírte!

La sangre me hirvió a más no poder. Me acerqué violentamente, y la empujé fuerte, a lo que ella se iba a abalanzar contra mí, pero Dominik me sacó de su alcance.

—¡Suéltame! ¡Le sacaré los ojos a esta perra! ¡Atrévete a decir que soy una mosca muerta de nuevo! —grité furiosa—. No me vengas con que dos bandos, no te metas en mi vida, tú no sabes nada

—¿A si? ¡Yo sé lo que veo! ¡Perra! —exclamó acercándose a mí.

—¡Ya basta! —gritó Dominik—. Vete de aquí Danielle, no jodas más.

—Si, me iré —se arregló el cabello—. Pero me voy directo a donde Damian para decirle lo perra que es su novia

—¡No te acerques a él! ¡Maldita! —grité, y trate de zafarme de los brazos de Dominik, pero no pude.

Y entonces se alejó a paso rápido. No estaría hablando enserio con eso... ¿Verdad?

—¡Maldición! —exclamé—. ¡Le va a decir a Damian! ¿Qué mierda hago ahora?

Me senté en el césped del parque, y tomé mi cabeza con desesperación. Dominik solo me observaba. Y luego se acercó, y se sentó a mi lado.

—¿Por qué te importa tanto que le vaya a decir a Damian?

—¿Por qué es mi novio? —dije irónica— ¡Quedaré mal!...debo ir a hablar con él antes de que todo se vaya al demonio —murmuré más para mí.

—Soy tu segunda opción... —susurró Dominik—. ¡Ve con tu puto noviecito! Danielle tiene razón, soy una segunda opción

Me paré de lo más rápido.

—¿De qué hablas? —reclamé—. ¡No eres mi segunda opción! Solo que...

—¿Solo qué? He quedado como idiota al venir hasta acá...pensé que después de todo te quedarías conmigo —habló enojado—. Vete al demonio, Monika

Y se fue. Pero yo estaba tan consumida de nerviosismo, que solo podía hacer una cosa en estos momentos. Al menos eso era lo que parecía ser lo correcto. Me dirigí a la casa de Damian.

Cuando toqué el timbre, comencé a pensar todo. ¿Y si Danielle ya estaba ahí? ¿Y si ya le había dicho? ¿Qué le diría yo?

No malinterpreten lo que pienso, no es que quiera tener a Dominik y a Damian, es solo que no quiero que dañen los sentimientos de éste último.

Salió de pronto Damian, sorprendido al parecer con mi llegada.

—Da-Damian —sonreí nerviosa—. ¿Estás con alguien..?

Me miró confundido.

—¿Con alguien? claro que no... —miró a todos lados confundido

—¿Con Danielle? —pregunté aún alarmada

—¿Danielle? ¿Quién es ella? —frunció el cejo

Suspiré. Al menos aún podía reparar las cosas.

Damian abrió la reja de su casa, y pase junto a él a la sala principal. Nos sentamos en el gran sofá.

—Pequeña...¿Por qué viniste? —pasó su brazo por mi hombro, acercándome a él—. No lo digo de mala forma...solo que me sorprende verte aquí. Casi siempre soy yo el que te busca

No sabía que decir.

—Yo...Hmm, solo vine a verte —mentí

Si, eso, escupe mentiras Monika. ¡Di la verdad de una vez!

Bien. Aquí vamos.

—Damian, en realidad... —suspiré—. He venido a hablar contigo un tema importante

Su semblante cambió a ser de seriedad.

—¿Qué quieres hablar?

¿Cómo le dices a alguien que quieres terminar, sin dañarlo?

—Hmm, creo que tenemos que terminar esto —musité apenas, casi inaudible

—¿Qué? —preguntó, aun sabiendo que lo había escuchado bien, estoy segura—. ¿No estarás hablando en serio?

—Es...enserio. Debemos terminar, ahora —hablé sin alzar la mirada

—¡No! No podemos terminar, ¿Qué hice mal? Puedo arreglarlo, en serio —dijo atropelladamente

Vamos Damian, no digas esas cosas, ¡Me siento más culpable!

—No podemos, mereces alguien que de verdad te quiera, te necesite, te... ¡Te ame! Yo no soy lo que necesitas —lo miré con tristeza

—No, no, pero tú eres lo que necesito, eres perfecta, angelical, dulce, tierna, romántica, y tan femenina yo...no te quiero lejos —su voz se comenzó a quebrar

¿Romántica ¿Femenina? Algo no estaba cuadrando bien aquí. Nunca he sido así. De hecho cuando lo conocí, poco menos le lancé a Janine del empujón que le di.

—Damian, espera ¿De dónde demonios sacaste que soy todo eso? ¡Jamás lo he sido ni lo sería! —lo miré confundida

—Pero yo siempre te vi así —seguía hablando con dificultad

—Pero no lo soy... —negué angustiada

Ok. Damian me idealizó.

—Damian...siento decirte que soy todo lo contrario a lo que pensabas —toqué su hombro—. ¿Ves? De todos modos no hubiese funcionado.

—Claro que no...yo igual te quiero conmigo —me miró cambiando el semblante

—Yo n... —me interrumpió

Se abalanzó encima de mí, dejándome contra el sofá, y se acercó a mi boca en un par de segundos. Quisiera describir las sensaciones, pero lástima que no hubo nada de eso. No sentí nada. No pensé en nada. Y claramente, no hice nada, porque no sentía que quisiera hacerlo.

Lo empujé, alejándolo de mí.

—¿Qué haces? —protesté—. Esto no arreglará nada

—¡Vamos a estar juntos! —exclamó—. No me contradigas ¿Quieres?

Presionó su cuerpo contra el mío, y siguió besándome contra mi voluntad. Yo solo trataba de quitarlo, estaba sofocada y asustada. De pronto subió su mano por mi abdomen, hasta mis pechos. Eso ya había sido suficiente, idiota. Intenté gritar, pero como era de adivinar, no me dejaba libre. Hasta que no tuve otra opción.

Choqué mi cabeza contra la de él, aturdiéndolo en segundos. Si, un gran cabezazo. Me levanté del sofá y fui corriendo hasta la puerta, pero esta estaba trancada.

Ay si, que suerte ¿No?

Damian me tiró de la cintura, alejándome de la entrada.

—¿A dónde vas? Ya te dije, vas a ser mi novia, quieras o no ¿Entiendes? —me tomó fuerte de la muñeca

—Damian, suéltame, me duele —chillé

—Shh, no grites —se acercó—. ¿Vamos un rato a mi habitación?

—No, ya déjame ir —mi tono era de súplica

—Tranquila, no te violaré ni algo así. Solo quiero pasar un tiempo con mi novia —sonrió de forma extraña

Ok. Estaba chiflado. Le dije que quiero terminar, pero no lo acepta y hace como que nada ha pasado.

—¡¿Estás demente?! ¡Te dije que terminábamos! Déjame en paz —me solté de su mano, y logré abrir la puerta y alejarme.

No me siguió. Pero cuando iba saliendo de la reja, él hizo lo mismo.

—¡Puedes irte, amor! ¡Pero si yo no quiero, no terminamos! —gritó

Atemorizada, solo caminé a paso rápido a no sé donde.

Me detuve más calmada en un parque.

Saqué mi celular, e intenté llamar a Dominik. Ocupado.

Debía adivinarlo, se había enojado nuevamente y no hice nada para detenerlo.

Luego de pensar largo rato en que hacer, fui a la parada de autobuses. Y en diez minutos ya estaba al frente de la casa de él. De Dominik.

Hice esto porque no quería estar enojada con él. Porque lo quería. Porque ya no sería incorrecto, ya que técnicamente terminé con Damian. Y porque...¡Simplemente porque quería verlo!

Nerviosa, entré cuando me atendió la criada.

—¿Cuál es tu nombre, mi niña? —preguntó amable

—Me llamo Monika —traté de sonreír—. Necesito hablar con Dominik

—Hmm, ¿Tú no eres la chica que vino a la casa la otra vez?

—Si, de hecho sí

—¡Ah! Entonces sube tu misma a su habitación, está hecho un demonio a mí no me responde cuando llamo a la puerta, quizás a ti te haga caso —sonrió con expresión de confusión

—Está bien

Siendo sincera, cuando dijo que estaba ''hecho un demonio'', me puse nerviosa. ¿Y si me trataba mal? ¿Y si no quería verme en absoluto?

Yo, siempre tan insegura y llena de preguntas antes de actuar.

Subí lentamente, como alargando la espera por miedo. Y al llegar a la puerta de su habitación, lo dudé un poco. ¿Debí haber venido?

Me armé de valor...y simplemente le di unos golpecitos a la puerta.

—¡¿Qué?! —gritó Dominik, con una voz desganada y fastidiada.

—Dominik, ¿Me dejas pasar? —pregunté bastante tímida

—¿Para qué quieres pasar? Puedes dejar lo que quiera que traigas ahí afuera. Vuelve a la cocina

Piensa que soy la criada. Genial, no reconoce mi voz.

—Dominik, soy Monika —hablé con más confianza—. Voy a abrir, si es que está abierto

—N... —no alcanzó a decir nada, y abrí la puerta. Para mi suerte no estaba con seguro.

Dominik estaba tumbado en su cama, con la laptop. Y estaba...sin nada. Bueno, casi nada. Estaba en bóxers.

Eran negros, le sentaban bien.

¡La vista en la cara, Monika!

Me sonrojé un poco.

—Fue tu culpa, no me dejaste terminar —habló Dominik—. Pero bueno, ya estas adentro, ¿Qué pasó?

Vaya cuerpo que se gastaba. Tenía unos bastante bien marcados abdominales. Se veía muy sexy así...

—Tierra a Monika —Dominik me sacó de mis pensamientos

—Lo...lo siento, vine aquí porque... —lo pensé un momento

No sabía en realidad a que había venido. Bueno si, a arreglar todo. Pero, no sabía cómo.

Así que decidí empezar por contarle lo que acababa de pasar.

—Acabo de hablar con Damian —solté

Dominik rodó los ojos.

—Bien por ti —su tono era frío—. ¿Y vienes a decirme que se arregló todo, y dejarme peor de lo que ya estoy?

—No seas tonto, Dominik. Si vine hasta aquí es por algo —lo miré seria—. Terminé con él, o bueno algo así

Su mirada cambió. Antes parecía estar de mal humor, ahora parecía algo más entusiasmado. Pero claro, cuando oyó el algo así, esa expresión se tornó de decepción.

—¿Cómo que algo así? —se levantó de la cama, dejando el laptop a un lado

—Verás... intenté decirle que quería terminar sin dañarlo, le dije que merecía alguien que lo quisiera, que...

—¿No lo quieres? —se levantó—. ¿Eso quiere decir que no lo quieres?

—¡Espera, déjame terminar! Y bueno, en realidad... a quien quiero es a otra persona —bajé la mirada

—¿A quién quieres? Dímelo —se acercó hasta donde estaba

Lo miré por uno segundos.

—Luego te digo —lo miré fijamente—. la cosa es que Damian no aceptó eso y se me abalanzó, y me besó a la fuerza, y...

—¡¿Qué?! ¡¿Ese estúpido te obligo a besarlo?! ¡¿Te hizo algo más?! —enojado, cerró la puerta tras de mí, y luego volvió a mirarme

Estaba furioso. Yo creo que si Damian estuviera presente, Dominik lo mata ahí mismo.

Y recordé. Me había manoseado, pero... me daba vergüenza decirlo.

—Bueno, él... me —no pude seguir

—¿Te tocó? ¡Ese puto se las va a ver conmigo! —gritó furioso

—¡Tranquilo! Lo detuve, y lo golpeé y ya pasó —me acerqué a él—. No hagas tonterías

—Lo quiero matar ¿Sabes? —habló aún furioso, estaba agitado.

Me tomó con fuerza de la cintura, y me atrajo a él. Estampó sus labios contra los míos. Sus besos eran una locura. Estaba como loco.

Ay si, que cursi. Pero es la mejor manera de describirlo.

Luego se detuvo, y comenzó a dejar apasionados besos en mi cuello.

—¿A quién quieres? Dime —decía entre jadeos, y acercándome más a él—. Dime

Yo no respondía. No sé si por qué sus besos me tenían en otro mundo, o porque no podría responderle hasta que me dijera él primero lo que sentía por mí. Seguía besando mi cuello, hasta que se acercó a mi oído.

—Te amo, ¿lo sabías? Estoy enamorado de ti —bajó sus besos nuevamente, y luego subió a mis labios.

Me soltó un momento, para luego elevarme, y yo rodear mis piernas en su cadera. Se sentía bien estar tan cerca de él. Acariciaba su cuello, y su cabello, desordenándolo. Sus besos eran embriagadores, eran adictivos, de esos que dan ganas de seguir y seguir, y no parar. Y a cada segundo, todo avanzaba más y más rápido.

Acariciaba mi espalda con desespero, y subía mi remera queriéndola sacar. Yo mordía sus labios, intentando decirle que lo quería desesperadamente. Eso había entre nosotros. Desesperación por tenernos el uno al otro de una vez. Tanto tiempo de mal entendidos, celos, estupideces, y habíamos esperado esto por tanto tiempo, que la desesperación era porque jamás acabara esto.

Fuimos hasta su cama, y me quedé sentada a horcajadas encima de él. Nos separamos un momento. Tiró de mi remera hacía arriba, y volvió a dejar besos en mi cuello, bajando un poco.

—¿Quieres a Damian? Dime de una vez —siguió preguntando, con la respiración agitada

Me acerqué a su cuello depositando besos también. Y dejando marcas. Me acerqué a su oído.

—Te quiero a ti, Santorski —mordí suavemente el lóbulo de su oreja

Soltó un pequeño quejido.

Acercó sus manos a mi espalda, y tomó el broche de mi brasier. Pero entonces reaccioné a todo. Lo que pasaría. No estaba preparada.

Di un respingo

—Dominik, no —musité

—¿Porqué? —dijo con voz agitada

—No sé... no quiero aún —creé un poco de distancia.

Seguía con mis manos en su nuca. Tenía el cabello mojado. Había transpirado un poco.

—Estúpido y sensual Dominik, eres demasiado salvaje —sonreí

—Lo siento, me descontrolo un poco —soltó una corta risa

—No lo sientas, porque me gusta —reí

Sonó mi celular.

—¿Quién es? —preguntó Dominik

Lo tomé y contesté

—¿Diga? —dije alegre

Aún seguía encima de Dominik. Él me miraba curioso.

—¿Qué mierda haces en la casa de Dominik? —me reprochó una voz masculina.

Se llegó a escuchar fuera del celular. Dominik me miró extrañado.

—¿Quién es? —gesticuló con los labios

—¿Quién eres? —pregunté confusa

—Soy tu novio, Monika —volvió a decir fuerte

Dominik me quitó el celular.

—¿Damian? ¡Entiende de una puta vez, Monika no te quiere!

—¡Callate imbécil! Es mi novia —exclamó del otro lado de la línea

—¡Terminó contigo! —le contestó Dominik

—Es lo que tú crees —respondió

¿Qué mierda está haciendo? Me quiere dejar mal en frente de él.

Dominik me miró mal unos segundos.

—Claro, hombre entiende, ella me quiere a mí y punto déjala en paz o ahora el que te reviente la cara seré yo —habló enojado

Se oyó una risotada.

—Claro. Hagan lo que quieran, total ella si no es mía, no es de nadie —colgó

Me devolvió el celular, un poco serio para mi gusto.

—¿No creerás lo que dijo, verdad? —pregunté

—No lo sé —respondió cortante 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro