Capitulo VI
Este día era uno de aquellos. De esos que todo va horrible, y piensas que las cosas no pueden ser peor, pero créeme, sí que pueden serlo.
Estábamos en clases de matemáticas, y la profesora comenzó a hablar acerca de un ''informe de investigación'' que no debíamos olvidar entregar al término de la semana. No recordaba ningún trabajo aparte del de castellano, que ya había acabado con Dominik y Janine.
Pero entonces, levanté la mano.
—¿De qué trabajo está hablando? —pregunté desentendida, pero la profesora me lanzó una mirada asesina, y respondió.
—Cuide su tono, señorita, Y me refiero al trabajo que dije la semana pasada —sin más, se dio la vuelta y se dirigió a su mesón
Ok, eso no me aclara nada. La semana pasada prácticamente no estuve, así que debió darlo cuando estaba suspendida.
—¡Nika! —habló adelante de todos alguien, volteé y era Danielle—. Estamos juntas en este trabajo, la profesora me dijo que hiciera grupo con los chicos que habían faltado...y esos son Dominik y tú.
No. No. Y mil veces no. No quiero hacer un trabajo junto a ella. Ya me demostró lo odiosa que era esta mañana, y se quería hacer la buena delante de todos. Y basta con poco para que le tome odio a alguien, y ella se lo ganó por completo.
—Ah, ya veo —respondí con el peor ánimo del mundo, y me volteé de vuelta a mi lugar.
Miré a Dominik. Se estaba riendo. ¿De qué se ríe?
—¿Y a ti, que te dio? —pregunté molesta
—Uf, ¡Que simpatía, por favor! —exclamó riendo—. Es gracioso, porque se nota que la odias, y a la jodida profesora se le ocurre que arme grupo contigo —siguió riendo
—Y contigo también —lo corregí
—Pero a mí no me cae mal, de hecho me cae excelente, y es bonita —ni me molesté en contestar, lo miré con odio, y luego desvié la mirada al frente.
Estúpido. Idiota. Imbécil. ¡Ah!
De pronto sentí una carcajada a mi lado. Y seguía riéndose. Mil veces imbécil.
—Ya cállate ¿Quieres?
—No, no quiero —siguió con su show—. Además, es imposible no reírse de tus celos por mí
¿Celos? Para nada. Si le caía bien esa falsa, pues que se fuera con ella a hacer el puto trabajo. No me importaba en absoluto.
—Ah cállate de una vez —respondí aún más molesta. La profesora había dado una tarea, y todos conversaban y avanzaban en ella. Y yo, no tenía ganas de hacer nada.
—Ya te lo he dicho antes, si quieres que me calle, tienes que callarme tú —un escalofrío me recorrió el cuerpo al sentir su voz muy cerca de mi
Pero estaba enfadada, no iba a demostrar debilidad. Lo empujé lejos de mí.
—Déjame en paz
—No, deja de ser celosa
—¡Que no estoy celosa! —exclamé.
Danielle se acercó a nosotros. Oh no. Creo que lleva mi misma camisa. No me había percatado. Demonios ¿Enserio?
—Hola Dominik —le sonrió—. Creo que hay que ponerse de acuerdo para ver cómo hacemos el trabajo
¿Hola? También estoy aquí, copiona de camisas.
—Claro, pero veámoslo después —respondió él. En ese momento sonó el timbre—. Nos vemos —se levantó de su asiento y se fue.
—Llevas la misma camisa que yo —se dirigió a mi—. Claro que a mí me quedó mejor —sonrió.
—Seguro —me limité a responder.
Me levanté y también me fui. Enserio que no quería más mierda por el día, y no quería verla a ella.
Iba saliendo de la sala, cuando choqué con alguien.
—Cuidado por donde vas, estúpida —exclamó la persona.
Alcé la vista, y vi a la rubia loca que estaba a la siga de Dominik. Veronika.
—Ah vete a la mierda un rato —le respondí y me alejé
—No creas que olvidé que me quitaste a mi chico —exclamó
Me detuve. Esta chica rebalsó el vaso del día.
—¿Estás loca? Nunca fue tu chico, madura, cuando no obtienes algo, solo sigues con tu vida. Esta vez tus padres no lo podrán comprar, mimada —respondí furiosa—. Ahora no me hinches las pelotas que no tengo, aléjate de mí.
—¿A sí? —se acercó caminando deprisa, casi cayéndose a cada paso pues iba con tacones altísimos—. Tu no me das órdenes.
—Si no quieres que te ordene, entonces no me vuelvas a hablar ¡Fácil! Ahora sal de mi camino —la empujé a un lado, y me alejé. No escuché su voz. Un alivio.
Iba llegando a mi casillero. Llevaba muchos libros, cuadernos, y carpetas. Por poco se me caen cuando choqué con Veronika.
Pero no debía cantar victoria de ello. Al llegar a mi casillero, e intentar abrirlo, se desparramaron todas mis pertenencias por el piso.
—¡Maldita sea! —exclamé. Como si fuera poco, las hojas del informe de castellano, volaron por todos lados.
Enserio, este día me tenía al límite. No sabía cuándo explotaría en un ataque de histeria.
Comencé a recoger las hojas, que eran más importantes para mí. Si alguien las pisaba, nuestro informe se estropeaba y se iba al carajo. Pero al levantarme de haberlas reunido, alguien más tenía los libros, y cuadernos en sus manos. Era el chico, que semanas atrás había empujado sin querer. Berezutski. Y aún seguía sin saber su nombre.
—Creo que necesitabas ayuda —dijo con esa voz profunda que tenía. Y me dedicó una pequeña sonrisa.
—Yo podía... —¡no seas grosera! Es la única persona que te ha tratado bien hoy —Pero gracias.
Me entregó los libros, y luego me ayudó a meterlos dentro del casillero. Creo que notó que por intentar guardarlos se me cayó todo.
Después de eso, quedamos inmóviles sin decir nada. Pero recordé una duda que me asaltaba siempre que lo veía.
—Por cierto...¿Cuál es tu nombre?
—Damian... Damian Berezutski —me sonrió—. Y tú eres Monika Alonso ¿No?
Sabía mi nombre, eso aún me daba curiosidad, pero no quise preguntar.
—Si, ese es mi nombre —sonreí
—Hmm...Me encanta tu sonrisa —me miró a los ojos. Su mirada me puso nerviosa.
Se acercó un poco. No podía contribuir menos para mí nerviosismo. Y no pude dejar de notar su cabello. Di una risita nerviosa.
—Gracias por eso...creo. Me tengo que ir Damian —le hice una seña de despedida, y me fui rápido a la sala de clases.
Al ir a paso rápido, y con la vista baja, choqué por segunda vez en el día con alguien.
Tendría que fijarme bien por donde iba, después de todo.
—¿Quién es él? ¿Por qué estaban tan cerca? —me llenó de preguntas, Dominik.
—Primero, cuida por donde vas
Lo dije por fastidiar. Sabía perfectamente que la que andaba por ahí nerviosa y con la vista en cualquier parte menos en frente era yo.
—Y segundo —seguí—. ¡Que te importa!
Lanzó una carcajada fingida, y luego me miró.
—¿Disculpa? ¡Tu andas sin cuidado! Y yo ni siquiera estaba caminando, estaba aquí parado viéndote —habló serio—. ¿Por qué estabas tan pegada a él?
No sé que significaba esto. Lo hacía por bromearme, ¿Porque? o estaba celoso. ¿Pero celoso de qué? Si no le gusto, a mí no me gusta, en fin no somos nada. Pero recordé lo que me dijo en clases de Danielle.
—Me parece lindo, me invito a salir esta tarde —mentí—. Además que te importa.
—¿Y qué le dijiste? —su expresión era de lo más seria y asustada
Estaba dudando seriamente que fuera una broma. Su preocupación parecía real
—Ya basta, ¿Enserio que te importa? ¿Me estás celando? Con suerte eres mi compañero y ya —me alejé pero me tomó del brazo.
—¿Te gusta él? —estaba muy cerca de mí
—Suéltame... —murmuré. Mi corazón estaba latiendo mucho, en realidad cada vez que se acercaba así pasaba eso.
Me tomó más fuerte. Y se acercó más a mí. Joder, mi respiración estaba muy agitada y mi corazón latía sin frenos.
Estaba a menos de cuatro centímetros de mí. Y nuestras miradas estaban fijamente pegadas.
—Ya... basta —susurré
—Tú me... —susurró, pero no terminó la frase
Se acercó lentamente a mí. No demoró mucho en llegar a mi boca, pues estaba muy cerca. Nuestros labios se rozaban, y estaban a punto de fusionarse, pero como si la misma idea pasara por nuestras cabezas, nos alejamos al mismo tiempo. Me soltó del brazo, pero me quedé allí.
—Olvídalo —dijo con decepción, y bajó la vista. Volteó y se fue en dirección al baño de chicos.
Había quedado realmente confundida.
Recordé que con todo lo de Damian en el casillero, olvidé traer un libro. Volví a mi casillero, y había una pequeña hoja entre medio de las rendijas. Cualquiera podría haberlo tomado, pero en fin estaba allí. En mi casillero.
Lo tomé, abrí y leí.
''Tu mirada, tus labios, tu sonrisa,
Tu pelo, todo de ti me encanta.
Te prometo que desde hoy haré,
de todo por estar contigo, ya no serán
simples dibujos. Serán hechos ''
Más confundida, no podía estar ahora.
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