Cansada
Sería bueno decir que las cosas comenzaron a mejorar cuando los pequeños escaparon, después de todo habían pasado la mayor parte de su vida escapando, y habían estado mucho mejor de lo que habían pocas semanas con quienes se hacían llamar "su familia", pero la verdad era que la ausencia de Sapphire a su lado era muy notoria, quizás demasiado.
La casa en la que antes vivían con Sapphire, junto a la de Amethyst, había sido ocupada inmediatamente luego de que Sapphire fuera calificada como secuestradora, aunque siendo menor de edad simplemente se la mandara a vivir con su madre.
Peor que una cárcel.
Sus días tampoco mejoraron desde que los pequeños habían escapado, si bien no había recibido quejas de parte de su tía (estaba segura de que nunca le había demostrado siquiera interes a Mary), su madre bien se había dedicado a hacer que sus días se pasaran mayormente en alguna sala de emergencias.
La había golpeado, pateado, tirado y en una ocasión hasta quemado buscando respuestas sobre el paradero de sus hijos, pero aunque a Sapphire le hubiera gustado saber la respuesta, únicamente para asegurarse mentalmente de que estaban bien, desconocía cualquier respuesta.
Esperaba que sus amigos supieran de ellos y, al menos momentaneamente, les den un lugar dónde dormir, pero sabía que eso sería complicado, no sólo para ellos.
Estaba segura de que Naomi ya había mandado a su personal a buscar a los pequeños a la casa de todos, Amethyst, Peridot, Lapis, Perla... y estaba segura de que habían sido lo suficientemente capaces de hacer creer a sus padres que eran policias. A excepción los padres de Peridot y Amethyst, podía asegurar que el resto habían dicho la pura verdad, y por ende era una casa descartada en las posibilidades de vivienda que tenían los niños.
En ese momento Sapphire se encontraba en una guardia, siendo atendida por una costilla rota luego de otro intento de Naomi por sacarle respuestas.
Respuestas que no tenía.
-Deberías tener más cuidado si decides andar en moto -le dijo una enfermera mientras le pasaba una gasa por su labio roto-. Al menos usar casco.
¿Una moto? ¿Eso era lo que habían dicho?
Sapphire simplemente asintió mientras se esforzaba por quedarse quieta ante el ardor que en su labio sentía.
Le hacía sentir impotencia que todo enfermero y enfermera que se había encontrado siempre creyera las historias de la mujer que se hacía llamar su madre.
Y más impotencia aún le daba no poder decir nada.
Aquella vez la habían golpeado por no querer decir dónde vivía Ruby, y aunque aquella pudo haber parecido una paliza de la que podía zafar debido a que conocía la respuesta, no se quizo arriesgar.
Si se lo preguntaban significaba que no lo sabían, y si así era quería decir que los niños todavía tenían un lugar seguro dónde quedarse.
-Hemos buscado en toda la ciudad la residencia de cualquier familia Red, y no hemos encontrado en ninguna a tu descarado noviecito -le había dicho Naomi.
-Él no es mi novio -respondió de la forma más seca posible.
-¿Estás segura de ello, Sapphire? -dijo la mujer mientras abría un sobre grande que hasta el momento se mantenía en sus manos-. Porque desde que llegaste aquí has estado muy... unida, a ese mocoso -dicho esto comenzó a sacar fotos del sobre y las colocó en la mesa que las dividía-. Se veían tan felices.
Y allí estaban sus recuerdos. Habían fotos en las que Ruby intentaba llamar su atención mientras ella simplemente reía por sus tonterías, habían algunas en las que estaban tomados de la mano, una en el parque, sentados, charlando, estaba una de ellos besándose, y había un par en la que estaban con los niños.
Demonios, lo que daría por volver a ese entonces.
-Estoy enterada de que estuvieron algo distanciados días antes de que el juicio empezara, y la verdad es que desconozco la causa. -Su necesidad de ser de quien todos hablan-, pero estoy segura de que no te dejó de importar de la noche a la mañana, eres una persona... tan fiel con tus seres queridos.
El tono que había utilizado era de burla, aunque tenía razón en parte.
No había dejado de quererlo, pero no era estúpida y no pensaba perdonarlo sólo porque sí. No quería simplemente olvidar lo que había pasado y volver a lo de antes como si nada hubiera pasado.
Pero sabía que no era una mala persona, y que si los pequeños estaban con él, no estarían mal. Además su tía, Karla Bright, era una mujer muy amable que seguramente había abierto sus puertas a los pequeños con un simple pedido de parte del moreno.
Oh, claro. Naomi no encontraba a Ruby en ninguna casa Red porque él vivía en la casa Bright.
-¡Habla de una maldita vez! -dijo dándole una cachetada a la ojiazul.
-¿Quieres que te diga lo que sé? -mencionó con la cabeza gacha-. Esto es lo que sé: no tienes nada que quitarme, nada con que obligarme a hablar. Soy una especie de rehen que nadie puede salvar, y sin importar cuantos golpes me des, seguirá sin ser suficiente.
Y entonces le hicieron las suficientes lesiones como para necesitar volver a la guardia.
Y estaba cansada, demonios, estaba tan cansada.
Quería cerrar los ojos y dormir de una maldita vez, dormir hasta que toda esa situación acabe, dormir hasta que todos estén a salvo y hasta que pueda volver con los pequeños.
Estar a salvo con sus pequeños.
Aunque en realidad ya no eran tan pequeños, ella misma había escapado de su casa a su edad, y a diferencia de ellos, no sólo se cuidó a ella misma, sino que tambien cuidó a cuatro niños.
Gracias a las estrellas habían varias personas que trabajaban para sus padres que sabían como vivían y ni siquiera habían necesitado pedirles ayuda.
Pero quizás ellos ya estuvieran a salvo, quizás todo estuviera bien con ellos. Ella era la única que seguía retenida en la casa de Naomi Corrigan, y todo debido a que tenía un guardia acompañándola a todos lados.
Inclusive en la puerta de aquella sala de emergiencias se encontraba uno, por si acaso se le ocurría huir.
Pero ya estaba cansada.
Verifico su ropa: una larga bata de hospital blanca que le llegaba a las rodillas. Había tubos conectados a sus brazos, uno aplicándole suero y el otro al parecer sangre; aunque ella era la lesionada no conocía completamente todo lo que le colocaban.
La enfermera terminó de desinfectar la herida de su labio y se levantó del lugar.
Había una ventana.
-Vendré en un momento, debo ver el resultado de tus exámenes de sangre y tu tomografía para verificar que todo esté bien.
Y la enfermera se fue.
El guardia que cuidaba la puerta volteo a verla, como recordándole que seguía allí.
Pero había una ventana.
Estaba cerrada, pero las cortinas se mantenían levantadas y revelaban que no podía estar muy alto, en el primer piso como mucho.
Ya estaba cansada de ese maldito juego en el que no era más que un peón.
Miró otra vez el suero que mantenía en su brazo y observó lo que lo sostenía.
Sí, sería suficiente como para romper una ventana.
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Weno, no es mucho y mucho menos lo mejor, pero hice algo y me siento bien por haberlo hecho uwu intentaré actualizar mis historias antes de que termine el año csm >:v
Aprovecho a mandar saludos a AlAhlyDeCristal y a PeridotManolas
Creo que son los únicos de los que estoy segura siguen ahí x'd los quiero uwu <3
Espero les haya gustado el capítulo :3
Bye<3
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