— La abuela quiere decirte algo — me dice mi madre pasándome su móvil. 

— Hola abuela — la saludo. 

— Hola Anne, como estás? — me pregunta ella. 

— Bien — le digo — Y tu y el abuelo, como estais? 

— Nosotros también estamos bien — me dice ella — Te ha dicho tu madre, que mañana vamos a ir todos juntos a la playa para celebrar tu cumpleaños?

— Si, bueno, me lo ha dicho papá esta mañana — le digo. 

— Bueno, pues nosotros habíamos pensado que... — mi abuela es interrumpida antes de poder acabar la frase. 

— Porque no traes a tu novio? — escucho a mi abuelo de fondo. 

— Se lo pregutaré — les digo. 

— A ver si me lo presentas por fin — dice mi abuelo — Seguro que así tu prima se anima a traer el suyo. La familia crece... 

— Abuelo, creo Aina no tiene novio... — intento decirle, pero soy interrumpida. 

— Por supuesto que lo tiene! Lo que pasa es que le da vergüenza — me dice el abuelo. 

Yo niego con la cabeza divertida. 

— Bueno, nos vemos mañana, un beso! — les digo. 

— Un beso — se despide mi abuela. 

— Y trae a tu novio! — me dice el abuelo antes de cortar. 

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Hoy es 20 de Julio... 

— Feliz cumpleaños, Bella durmiente! — me dice Kilian, yo abro los ojos lentamente. 

— Gracias, pero estaba durmiendo — le digo medio dormida.

— Creo que puedo compensarlo... — me dice él con voz ronca. 

Se acerca a mi, empieza a besarme en los labios y luego da pequeños besos en mi cuello. Paramos cuando oímos un par de golpes en la puerta de mi habitación. 

— Anne y Kilian, nos vamos! — nos avisa mi madre. 

— Mis padres saben que estás aquí? — pregunto sorprendida. 

— Si, he entrado por la puerta de tu casa — me dice Kilian. 

— Porfin has aprendido donde está la puerta! — le digo de broma — Aunque bueno, a mi no me molesta que entres por el balcón... 

— Anne y Kilian, la última vez que os aviso, como no bajeis en 2 minutos, subo y os bajo a los dos! — vuelve a decir mi madre. 

— Será mejor que bajemos — me dice Kilian, y yo asiento — Cuando volvamos te doy tu regalo...

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Vamos de camino a la playa, Kilian y yo vamos en los asientos traseros, mientras mi padre conduce y a su lado mi madre cambia de emisora. 

— Bueno, Kilian, ya has conocido a mi tío, a mi primo Sergi y a mi prima Aina, ahora conocerás el resto... — le digo a Kilian — Si gritan mucho o hacen cosas raras, tu no te preocupes, eso es totalmente normal, y si están callados, teme por tu vida porque algo están planeando!

— Tranquila, podré manejarlo — me dice Kilian, poniendo su mano encima de mi mano en el asiento.

Yo le sonrío y seguimos el tayecto en silencio. 

10 minutos después apacamos en el parking de la playa. 

— Hemos llegado! — anuncia mi padre. 

Salimos del coche y ayudamos a mis padres a descargar las sillas, la mesa, las bolsas, etc... Vemos a nuestra familia sentados en sus sillas, debajo de los pinos que hay a unos metros de la playa. Kilian y yo entrelazamos nuestras manos. 

— Hola — saluda mi madre.

— Hola! — responden todos. 

Uno por uno pasan, me dan un abrazo, un beso y me desean feliz cumpleaños.

— Y este chico quien es, Anne? — pregunta una de mis tías. 

— Familia, os presento a mi novio, Kilian — les anuncio, cogiendo a Kilian de la mano.

— Hace mucho que salis? — nos pregunta mi abuela. 

— Pronto hará dos meses — les digo, mirando a Kilian con una sonrisa. 

Mis primos y primas pequeños se acercan a nosotros. 

— Podemos jugar con él? — me preguntan mis primas. 

— Preguntádselo a él, yo no le leo la mente — les digo a mis primos. 

Kilian se ríe y se agacha para ponerse a la altura de los pequeños. 

— A que quereis jugar? — les pregunta Kilian. 

— Ya está, ya ha firmado un contrato con los diablillos! — dice mi primo Sergi, ríendo. 

— Jugamos al escondite! — exclama mi primo Luis. 

— Si! — dicen mis primas emocionadas (solo tengo dos primos chicos). 

— Vale, quien cuenta? — pregunta Kilian.

Ya la ha líado! 

— Tu! Porque... — empieza a decir mi prima Iris — Anne, cuantos años tiene tu novio?!

— 17 — le contesto. 

— Pues entonces cuentas tu, porque eres el mayor — le dice mi prima Iris a Kilian. 

— Está bien... — acepta mi novio. 

— Empieza a contar, y no hagas trampas! — le dice mi prima Marta. 

Tuvieron a Kilian 1 hora y media, jugando al escondite, y como siempre ponian excusas para que pudieran esconderse ellos y dejar a Kilian allí contando. 

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Bajamos las escaleras de madera que conducen a la playa, hay mucha gente! Mis primos y primas, ya están en la orilla del mar, han bajado las escaleras y se han ido todos corriendo hacia allí. Los mayores vamos más despacio.

Veo a mi tío Toni poniendo la sombrilla, mi primo Luis está en la arena jugando con su pala y su cubo, veo como se le acerca mi prima Paula, que es de su edad, y le coge a mi primo uno de sus juguetes, Luis lo ve y empiezan a discutir, Marta y Iris persiguen a mi primo Sergi intentando mojarle, mis abuelos, mis tíos y mis tías están entrando en el agua tranquilamente, pero se les acaba la tranquilidad cuando Sergi y mis dos primas deciden unirse y empaparlos a todos...

— Vaya lío se ha montado — me dice Kilian ríendose. 

— No te preocupes, esto es normal en mi familia — le digo a mi novio — Vienes a nadar? 

— Vale.

Me quito mi vestido y mis chanclas, la arena seca quema, así que espero a Kilian en la orilla, cuando viene lo dos entramos juntos, mis primos nos ven entrar y vienen corriendo a darnos la bienvenida, empapandonos como a los mayores. 

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Hemos acabado de comer, más o menos, porque aún queda bastante comida en la mesa... Una de mis tías ha traído un pastel y me han hecho soplar las velas, mientras todos cantaban cumpleaños feliz. 

— Creo que con todo lo que hay en la mesa, podemos dar de comer a 30 personas más — dice uno de los hermanos de mi abuelo. 

Es que no se les ha ocurrido nada mejor que traer cada uno una sandía, vamos, que tenemos aquí sandía para semanas... Porque han traído 6 sandías los muy animales. 

— Esto, en la playa, vendemos a 5 euros el corte de sandía y nos forramos — dice mi abuelo. 

— No estaría mal... — opina mi padre. 

Estos son capaces de hacer de todo...

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Busco un sitio para estirarme un rato a la sombra, quito los palos y las piñas que hay alrededor y pongo mi toalla gigante en el suelo, y la acomodo un poco. 

Cuando acabo voy a por algo de postre, pero cuando vuelvo me encuentro a mi tío Toni y mi tío Rubén estirados en mi toalla.

— Os quitais? — les pregunto. 

— No, aquí estamos muy bien — me dice el tío Toni. 

— Sabeis que, no os lo pregunto, os ordeno que os quiteis de ahí! — les digo molesta.

Ellos hacen como que no me oyen. 

Se acabó!

Cojo dos botellas de agua de mi bolsa, les quito la tapa y las vacio sobre ellos. 

— Pero que haces, loca?! — dicen desconcertados, levantándose de un salto. 

— Ese es mi sitio y mi toalla — les digo señalando la toalla.

— Ya nos levantamos, que sed de venganza tienes siempre... — dice mi tío Toni, que se levanta. 

— Dímelo a mi — le dice Kilian, detrás de mi, ríendo. 

— Pobre, vete a saber todo lo que le ha hecho... — dice mi tío Rubén. 

— Vaya novia está hecha — dice mi tío Toni. 

— No me dejeis a mi de mala, porque empezó él — les digo, señalándo a Kilian. 

— No sé yo si tu eres una fuente muy fiable... — me dice mi tío Rubén. 

Yo les pongo mala cara y me siento en mi toalla gigante, está un poco mojada, pero bueno, ya se secará. Kilian se sienta a mi lado y se tumba en la toalla. 

— Ven — me dice, haciendo un gesto para que me ponga en su pecho. 

Me tumbo en su pecho desnudo y él empieza a acariciar mi cabello. Me relajo y voy cerrando los ojos, hasta que... 

— Ay, la parejita! — dicen mi tío Toni y mi primo Sergi. 

Genial, el dúo dinámico, vuelve a molestar. 

— Vaya par de pesados... — murmuro. 

— Más pesada serás tú! — me dice mi primo Sergi. 

Me despego de Kilian y me siento en mi toalla. 

— Marta, porque no mojais al primo Sergi un rato? — le digo a mi prima y a mis otros primos, que estaban mojando a mi padre — Es que tiene mucho calor, no lo veis? 

Marta y mis otros primos y primas fijan su mirada en Sergi y...

— Oh, oh — dice mi primo y empieza a correr. 

 Todos mis primos pequeños empiezan a correr detrás de él, le están empapando! 

Yo me río a carcajadas y me vuelvo a tumbar con Kilian, minutos después nos quedamos dormidos.