—Oye Mikasa... ¿por qué... te preocupas tanto por mí? —preguntó tomándola por sorpresa— ¿Es porque te salvé cuando éramos niños? ¿O es porque soy familia?

—¿Eh? 

Al escucharle decir aquello y tan cerca suyo, las mejillas de la chica tomaron color en un tiempo récord de menos de tres segundos.

—¿Qué soy yo... para ti? —lanzó finalmente.

—Eres... mi familia —musitó bajito, trabándose un poco a la vez que esquivaba su fija y decaída mirada.

No podía dejar de pensar en qué habría pasado aquel día si en lugar de mentirle a Eren hubiese sido capaz de decirle lo que realmente significaba para ella.
Tal vez... si hubiese confesado sus sentimientos ahora no estarían así.
Si le hubiera dicho lo que verdaderamente sentía, tal vez ahora Eren estaría en casa junto a ellos.

Pero de todas formas pensar en eso no le servía de nada.

Por mucho que lo analizase, ya nunca iba a poder saber qué habría respondido el castaño ante su confesión.

—El capitán y Hange no vuelven —anunció Jean algo preocupado, ocasionando que la pelinegra dejase atrás sus pensamientos para dirigir su atención hacia él.
La comandante partió en la búsquedad de Levi junto a Floch, pero hacía ya dos días de eso y ninguno había regresado.

—¿Crees que les pueda haber pasado algo?

—Todo es culpa de ese pedazo de mierda —gruñó Connie en respuesta—. Floch está de parte de Eren, es muy posible que les hayan tendido alguna trampa ¿No veis que lo que ese busca es matarnos a todos?

—No —negó la azabache—. Eren no haría nunca algo así. Seguro que están tardando porque se les ha presentado algún problema.

—Un problema llamado Eren —prosiguió él—. El chico que conocíamos ya no existe, Mikasa. Tenemos que acabar con esto antes de que él acabe con nosotros.

Armin y Jean se mantenían cabizbajos sentados en el sofá sin añadir nada, Mikasa les pidió ayuda con la mirada, pero ninguno parecía querer hacerle la contra al de ojos avellana.
No se atrevían a decirlo, pero Connie tenía cierta parte de razón en lo que decía.

—Puede que Eren tenga algún buen motivo —se intentó explicar ella—, deberíamos de hablar con él por si...

-—Quiere hacer un maldito genocidio. Le da igual nuestra opinión o si alguno de nosotros muere en su estúpido plan, no tiene un buen motivo, lo mires por donde lo mires.

—Pero... —. Ni ella sabía que añadir—. Nos dijo que somos muy importantes para él, a lo mejor hace esto para protegernos.

—¿Protegernos? ¡Desde que te dijo esa mierda cuando fuiste a hablar con él estás hecha polvo! Si tuviese buenos motivos no te maltrataría psicológicamente, ¿o no estoy en lo cierto? —espetó cabreado, buscando que Jean o Armin le diesen la razón, pero ninguno decía nada—. ¡Se rió cuando murió Sasha, joder! ¿Qué risa tiene que una compañera muera por tu culpa? ¿No os es eso suficiente como para aceptar que ese desgraciado ya no es nuestro amigo? ¡Estoy harto de que todos nos traicionen!

Connie lo ocultaba bien, pero Mikasa no era la única allí que se sentía destrozada, el chico lo estaba también desde que murió Sasha.
Posiblemente fue una de las personas a las que más le dolió su pérdida, y es que a él y a la castaña siempre se les veía juntos desde hacía ya bastantes años.
Él mismo confesó aquel día en el cementerio frente su tumba que eran como hermanos gemelos.
Aunque todos sabían bien que para Connie, Sasha era algo más que eso. Se notaba a lo lejos que sentía algo diferente por esa muchacha. Realmente la quería.

Nikolo consiguió el amor de Blouse en su puesto, y aún así a Connie no le importó el que ella prefiriese al marleyano. Con verla feliz se conformaba, pero es que ahora, ya ni tan siquiera podría escucharla de nuevo.

Por eso, cuando Sasha murió en aquella batalla, Connie empezó a culpar a Eren por todo lo que estaba ocurriendo.

Y tal vez estaba en lo cierto.
Quizás Eren ya no los viese como sus amigos, pero a Mikasa le costaba mucho tragarse aquello aun sabiendo que podía ser la verdad.
A todos les costaba resignarse aceptarlo.

—-Tiene razón... -—musitó Armin-—. Yo también quería creer que lo hacía por una buena razón, pero es obvio que nosotros ya no somos necesarios para él.

Mikasa cerró los ojos.

Todos a excepción de ella estaban de acuerdo en que, aunque doliese, Eren ahora les era una amenaza. Y eso solo significaba una cosa: que si no aceptaba solucionar las cosas hablando, habría que eliminarlo antes de que cometiese algo grave.

***

N/A: Siento haberme tardado tanto en actualizar :(
A partir de ahora las actualizaciones serán semanales, I promise ♡