Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19 • Batallas (III)

Inmediatamente después, los pocos sicarios que quedaban trataron de arremeter contra Cormac creyendo que nos tenía presos, pero cuando Nathan le ayudó a detener sus ataques la confusión los detuvo.

Fue entonces cuando Nathan pudo comunicarles el giro de los acontecimientos y la necesidad de que se nos uniesen como refuerzos de Odette en unos cuantos metros más hacia el norte, propiamente ya en lo que tuvo que ser el feudo privado del señor que habitó el castillo siglos atrás.

Y así, estando ya todos reunidos y coaligados, llegamos a la zona de la granja tras esquivar varios disparos que venían de allí. Y sobre el techo del establo es donde pude ver la espalda de aquella chica de finos cabellos azules con retoques blancos tintados con la que tantos años atrás pude entablar amistad pese a su mal genio y carácter generalmente hostil.

Vestida con una sudadera blanca, unas mayas de color negro y unos cascos a juego, tumbada junto a un largo fusil de un color negro metálico con el que no dejaba de disparar, no parecía que estuviera en una situación de clara desventaja como estaba en realidad. Pues, aunque fuera una increíble francotiradora y hubiera podido retener a la guardia durante cinco horas por lo menos, los disparos que habíamos visto estaban ya muy cerca y no parecía que pudiera contenerlos por mucho más tiempo.

- ¡¡Odette!! -grité con fuerza.

No pareció darse cuenta. Estaba con los cascos puestos.

- ¡¡Odeeette!! -volví a gritar al no obtener respuesta.

- Rose, no te oye, creo que es por los cascos, voy a subir con ella -me advirtió Nathan.

- Vale, os cubrimos desde abajo -respondí con firmeza.

- Rose, parece que los disparos proceden del nord-este y nord-oeste. Están situados en los dos extremos del establo, detrás de la casa Well-House y el molino, acordes cada cual con sendas partes -teorizó Cormac.

- ¿Te ves preparada para disparar? -me preguntó con una sonrisa mientras me aproximaba una pistola que acababa de sacar de su bolsillo.

- No desaprovecharé la única oportunidad de apuntar contigo a un mismo objetivo -le argumenté con otra sonrisa, cogiendo la pistola de su mano.

- No podías darme una respuesta mejor -me comentó pensativo.

- Cada uno se encarga de un lado, ¿te parece? -me sugirió reflexivo, poniendo mucha atención al perímetro.

- Te iba a sugerir lo mismo -le contesté con determinación.

Así pues, estando Nathan, Odette, Cormac y yo disparando sin descanso, junto a lo que quedaba de nuestros aliados, pudimos aguantar durante varias horas, evitando que la guardia inglesa continuara avanzando posiciones desde donde se encontraban y llevándonos con nosotros más bajas de las que ellos habían logrado.

Pero de acuerdo con el plan de Nathan, todavía necesitábamos aguantar dos horas más para poder escapar al bosque que bordeaba la muralla, ya que era a las 20:00 la hora en la que había acordado encontrarse con Gérard y Sirhan, a quien éste último debía haber sacado del castillo para entonces.

- Ro, ¿¿cómo vas?? -me preguntó Nathan a gritos entre tanto ruido, desde arriba del tejado.

- ¡Creo que podré aguantar un poco más! - le respondí aguantando el dolor de una nueva contracción.

- ¿Y vosotros? -le pregunté de vuelta.

- Odette en su salsa, ¿no la ves? No quita su ojo del obturador ni un segundo. Es como si estuviera jugando en la caseta de tiros de la feria en lugar de matando a soldados sin descanso -afirmó con humor, tal como solía hacer.

- Sí, ya lo veo. Imagino que justo por estar matando a asesinos es que está tan emocionada -le respondí tras emitir una pequeña risa al mirar lo concentrada que estaba.

- ¡Ah! Y me ha dicho que te manda saludos, pero que ya te dará un buen abrazo cuando salgamos de ésta -me indicó Nathan alegremente.

- ¿Podéis dejar la charla para después tortolitos? -nos recriminó Cormac, que tenía que estar vigilando ambos flancos.

Y efectivamente, unos minutos después de que bajásemos la guardia, me dispararon en la pierna por la espalda.

Justo en la zona en la que Nathan tendría que haber estado vigilando, pese a no parecer probable que el resto de la guardia abandonara el castillo y atravesara todo el bosque para arrinconar a un pequeño grupo de asaltantes.

Sin embargo, Aaron prefirió enviar a todos sus aliados a acabar de raíz con nuestra pequeña avanzadilla.

- ¡Argh! -me quejé angustiada.

- ¡Rose! ¡métete dentro! -exclamó Nathan, altamente preocupado.

- ¡Soy médico! Voy a ir a ayudarla, ¿nos cubres? -le preguntó Cormac, depositando en él una gran confianza, antes de entrar a la caseta.

- Sí, gracias -respondió Nathan, angustiado.

- En ese caso, te encargo el resto -concluyó Cormac mientras venía a ayudarme a entrar en el establo.

- ¡Hey! ¡Nathan! Por este lado parece que se marchan -gritó Odette.

- Voy a necesitar tu ayuda por el otro. Parece que vamos a tener que enfrentarnos a dos pesos pesados -me pareció escuchar decir eso a Nathan mientras se recomponía, advirtiéndole así de que la batalla que se avecinaba no iba a ser nada fácil.

- ¿¿Y Rose?? -preguntó Odette sorprendida y alzando la voz tras recolocar sus armas y municiones hacia la dirección contraria desde donde se encontraba, tras darse cuenta de que yo ya no estaba.

- ¡¡Le han disparado!! ¡¡Ha tenido que entrar dentro!! -exclamó Nathan entre gritos ante el estruendo que los nuevos balazos estaban generando.

- ¿¿Se recuperará?? -preguntó inquieta, chillando también.

- No podemos saberlo -le respondió Nathan apesadumbrado, bajando mucho más la voz.

Davis y Harrison se aparecieron entonces en la colina que se abría frente a la caseta junto a un grupo de guardias armados. Cormac, por su parte, quien tendría que haber estado con ellos, se encontraba en una posición muy incómoda ayudando al bando contrario únicamente con tal de salvarme.

- ¡Cormac! No me encuentro bien, me estoy mareando -le transmití aterrada.

- Es normal Rose, has perdido bastante sangre, pero te vas a poner bien, tienes que aguantar un poco más, ¿vale? -me intentó tranquilizar, al tiempo en que trataba de recomponerse.

- Vale -afirmé mientras asentía con la cabeza, llena de nerviosismo.

- Voy a tener que hacerte un torniquete y dejar la bala dentro por el momento. Por suerte, no ha afectado a ninguna zona sensible -me explicó mientras desinfectaba mi herida con una botella de alcohol que habíamos encontrado dentro.

- Cuando termine de colocarte mi camisa necesitaré ver también cómo de dilatada estás -afirmó mientras me ayudaba a recostarme en el suelo, entre la paja con la que alimentaban al burro y los sacos de cereales.

- Haz lo que tengas que hacer, las contracciones me están matando -clamé dolorida.

- Madre mía Rose... estás súper dilatada... yo no tengo nada con lo que asistir el parto y si pares por ti misma es probable que mueras... -me murmuraba Cormac, desalentado.

- Habrá que intentarlo...-le manifesté un poco desesperada.

- ¡Ayúdame! -le pedí mientras me sentaba, con mi espalda recostada en los sacos y empezaba a hacer fuerza.

Durante media hora estuve tratando de tener a mi hijo de forma natural, pero parecía atascado, pues sólo unas ramas se asomaban desde mi vagina. Por su parte, los choques metálicos que se oían de fondo me alentaban también a seguir luchando.

- Cormac, cuando saques al bebé... dáselo a Nathan... -le dije ya muy débil, asumiendo que el bebé no podría salir si no era por una cesárea.

- Al final he pensado dos nombres de chica y dos nombres de chico, para poder elegirlos con él... -le comenté con los ojos entrecerrados, cansados del peso de los párpados y con una voz cada vez más empequeñecida.

- No, Rose, no te vas a morir, eres fuerte y vas a poder, sólo empuja un poco más -manifestó Cormac angustiado mientras dejaba caer una lágrima sobre mi rostro.

- Cormac, no es posible, si hago más fuerza me desgarrará y probablemente se quede atascado, necesito que me hagas una cesárea aquí -le confesé agotada, con la cara llena de sudor y todavía enrojecida.

- No, Rose, me niego, no voy a matarte... -aseveró él.

- Si no lo haces, moriremos ambos... -le recordé yo.

- ¿Cuáles eran los nombres? -me preguntó intrigado, intentando mantenerme entretenida, con mi cabeza en otra parte.

- Jawara o Badru si es un chico, ya que son nombres africanos y quería que estuviera conectado con las raíces de su padre y Asha o Vivian si es una chica, dado que ambos significan "vida" y además, el primero refiere a las raíces de Sirhan y el otro a las mías, pues mi madre se llama Vivian Dumont -le conté con una sonrisa mientras trataba de hacerme la fuerte y aguantaba el dolor.

- Entendido, lo recordaré, te lo prometo -declaró él muy seguro de sí mismo acariciando mi mejilla.

- Voy a ver si encuentro algo afilado... -me indicó desesperado, asumiendo que iba a tener que sacarlos en unas condiciones tan poco favorables.

Pero antes de que procediera a cortarme con el cristal de la botella de alcohol que habíamos encontrado y que minutos antes Cormac había destrozado al ver que no había ningún otro objeto punzante con el que intervenirme, Nathan y Odette entraron en la caseta para informarnos de que finalmente habían logrado despejar la zona y con ello, el camino hasta el laboratorio.

- ¡¡Nathan!! -exclamé entre lágrimas.

- Pensaba que ya nunca más te vería -le confesé.

- ¿Y eso por qué mi vida? -me preguntó mientras se acercaba a mí tremendamente preocupado.

- Tú, el blanquito, creo que me suenas de algo -añadió Odette bruscamente y con cara de asco.

- ¿En qué podemos ayudar a Rose? -preguntó intrigada.

- Es King, creo que no pudiste conocerle en el Parlamento, cuando lo asaltamos hace tres años -le explicó Nathan.

- Aunque ciertamente, pese a las arrugas, parece casi la misma versión que la de aquella vez... ¿cuál será su secreto para mantener ese cutis? ¿usas cremas? -aseveró de nuevo, metiéndose con él.

- Gracias chaval, por recordarme que al menos yo no he desmejorado tanto -añadió Cormac ciertamente irónico, con renovadas ganas de matarle.

- No es el momento de esto... -murmuré cansada, apunto de desmayarme.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro