《 Si no me llama es porque no me necesita 》

Pensaba Ivo mientras armaba su valija, esperando recibir su mensaje e inmediatamente correr a buscarla.

— La puta madre, ¿por qué es tan orgullosa?

— Mira quien habla — entró Joaquin a su habitación.

— ¿Qué haces acá gato?, bue qué importa, ¿no viste mi cuaderno, en el que anoto las canciones y eso?

— Habrá quedado en lo de Mari — su amigo simplemente miró hacia su cama, intentando visualizar el maldito cuaderno — ¿en serio vas a ir solo?, así sin decir nada.

Ivo entendió perfectamente a lo que se refería, él era el único que sabía lo de Becerra, puesto a que cada vez que sus demás amigos ajenos a la chica le preguntaban, respondía de la misma manera: evadiendo.

— No es raro viajar solo, necesito despejarme... y si ella no me dijo más nada es por algo.

— Ah, qué hombre que sos.

— Sí, sí, qué hombre. Raja de acá que tengo que buscar ese coso — dijo Ivo, refiriéndose al cuaderno.

— Si queres le pregunto.

Khea lo miró, y luego de un silencio respondió — No, no, deja, igual seguro que si Mari lo encuentra ni lo lee.

[...]

Mientras tanto María, terminando de leer un tipo de borrador que encontró en un cuaderno que estaba debajo de su cama, dejó caer una lágrima al darse cuenta de a quien le pertenecía.

— Yo no puedo creer que seas tan pelotudo de no mostrarme esto antes — cerró las páginas y se levantó del suelo.

Ella logró entender que no debía buscar a un culpable de que su relación con Ivo no funcionara, después de todo, eso nunca fue estable.

Y aunque quería seguir con su vida, lo que acababa de leer simplemente le destrozó los planes.