Narra Elena

El imbécil que hizo que cayera apareció frente a mí, se quitó el casco y me tendió la mano.

—¿Tú? —dije al ver que era Noah —¿Estás loco o qué?, ¡podrías haberme matado! —Grité.

—Lo siento —dijo casi en un susurro. Sonó tan sincero que levanté la mirada y lo vi. Sus ojos estaban inyectados en sangre, su mandíbula estaba tan tensa que daba miedo y su cuerpo temblaba.

—¿Estás bien? —fue lo primero que salió de mi boca.

—Debo irme —Y antes que pudiera irse lo tomé del brazo.

—No estás en condiciones de manejar Noah —el asintió y yo le ofrecí ir conmigo al departamento.

Al llegar, busqué las llaves, y una vez que abrí, lo hice pasar antes que yo. En silencio se dirigió al sillón, se sentó y se llevó ambas manos a la cabeza. Temerosa, me acerqué a él y me senté a su lado. Sin decir nada apoyé una mano sobre su hombro. No sabía que le pasaba, pero por su estado supuse que no era nada bueno. 

Al sentir mi mano, levantó la mirada y, sin esperármelo, casi como un arrebato, me abrazó. Yo le correspondí el gesto y en mis brazos comenzó a llorar como un niño. Nos quedamos un rato en la misma posición hasta que su llanto fue cesando. 

Cuando nos separamos le dirigí una pequeña sonrisa.

—¿Quieres hablar de lo que sea que haya sucedido? —Él negó con la cabeza.

—Creo que debo irme, tengo que buscar donde quedarme porque no pienso volver a mi casa. —Y ahí entendí que el problema sucedía allí.

—Mira, yo estoy aquí por trabajo. Debo cuidar de ellas todo el fin de semana —dije señalando a las plantas —puedes quedarte aquí sino tienes donde ir. Hay dos habitaciones. 

Él lo pensó unos minutos y terminó aceptando. Quizás podía pensar que soy una tonta después de la mentira y las burlas que él mismo empezó y que gracias a ello había sido el chisme de todos, pero yo mejor que nadie sabía lo que era tener problemas en tu propia casa. 

Espero que le guste... Iré corrigiendo de a poquito! Gracias por leer! ❤❤