El comienzo del fin III
Narra Noah
No, no, no y ¡no!... eso no podía ser cierto. Su hermano había muerto. Estaba mintiendo, solo quería alejarme de Elena.
—¡Estás mintiendo carajo! —grité dándole un golpe a la pared.
—No estoy mintiendo... tan solo tranquilízate y deja que te explique.
Miré a mis amigos, luego de que presenciaran toda la situación, y entendieron que era hora de irnos de la fiesta. Subimos al coche y decidimos ir a la casa de John. El trayecto fue una completa tortura, nadie decía nada.
—Ya puedes hablar —dije cuando todos nos encontrábamos en la sala.
Él me miró, y comenzó a narrar desde antes del accidente.
Cuando terminó, me levanté de la silla con las manos en la cabeza. Entre el alcohol, y toda esa información que acababa de recibir, que poco a poco iba acomodándose en mi cabeza, estaba a punto de colapsar. Solo pensaba en ella, ¿Cómo pudieron hacerle eso? Su hermano estaba vivo y ella cargaba con una culpa por algo que en realidad no había sucedido, sumándole todo el dolor que yo, como idiota que soy, le había causado estos últimos días.
—Ella debe saberlo, ¿por qué no se lo dijeron antes?.
—Claro que debe saberlo, por eso vinimos.
—¿Vinimos?
—Sí, Dereck está aquí.
—¿Y dónde está?
—Ahora en casa de la señora Robinson, pero no nos quedaremos allí —al oír eso, se hizo un silencio extremo —sí, ya sé lo que estás pensando, pero no. Debido a nuestra repentina llegada, ella llamó a Lena y le canceló la charla pendiente, por lo cual no fue a su casa. Todos estaban ahí, su padre también.
Las palabras no salían de mi boca, quería ir corriendo y gritarles, incluso pegarles por dañarla de tal manera...pero no ganaría nada. Debía ser paciente y esperar con ella.
—Debes saber Noah, que hay mucho más de lo que yo puedo contarte, ya que el resto, no es a mí, a quien le corresponde.
—Solo espero que esto termine rápido, que le digan la verdad y que ella después sea quien decida lo que va a hacer.
—Espera... no es tan fácil. Su familia hablará con ella pronto. Por favor no te adelantes.
¿De verdad? ¿Había más y me estaba pidiendo que le ocultara algo así?.
Ya había pasado más de una hora desde que regresamos de la fiesta y mis pensamientos seguían viajando hacía ella. Gracias al café que John había preparado, el alcohol iba desapareciendo de mi organismo, por lo que, cuando me sentí preparado para ir, tomé las llaves y encaré hacia la puerta.
—Voy a buscarla, pero no te preocupes, solo quiero arreglar lo mío con ella —Nate asintió con una leve sonrisa en sus labios.
—Gracias.
—Espera —agregó John —vamos contigo.
Todos subimos al coche, menos Nate, que decidió irse. Conduje lo más tranquilo que pude pero todos notaban mis nervios, mis miedos, todo... incluso se habían ofrecido a manejar por mí, cosa que no acepté. Necesitaba mantenerme ocupado en algo.
Al llegar, frené frente a su casa y apagué el motor. Bajé y el resto hizo lo mismo. Juntos caminamos a la puerta. Todo estaba a oscuras, apenas podíamos ver algo gracias a la luz del alumbrado público. Comenzamos a golpear despacio por si dormía y nada, la llamamos e incluso llamamos a Olivia y de ningún lado había respuestas.
—Es hora de volver hermano, es tarde y debemos descansar. Mañana volvemos —dijo John.
—Tienes razón, solo les pido que se queden conmigo. No sé hasta dónde aguantaré todo esto solo.
—Así será amigo, así será...
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