Cuando escuché a mi padre decir que me iría a París, entre en pánico busqué mi diario de vida y salí de la casa, caminé por el pueblo hasta encontrar una hoguera con libros en llamas, tomé el diario entre mis manos y contemplé las llamas consumiendo mil libros a la vez; lentamente me acerqué cada vez más al fuego, acaricié suavemente la portada y con todas mis fuerzas lo arrojé al fuego. Los días de mi vida escritos en esas páginas existen hoy solo en mis recuerdos. Cuando estuve consiente de lo que había hecho ya era demasiado tarde, atraje mis rodillas hacia mi cara y comencé a llorar. Una mano se posó sobre mi hombro , levanté la mirada y lo ví era Peter -ya lo sé- las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas- sé que te vas a París, pero no te preocupes pensare en ti todos los días, lo prometo- me lancé hacia sus brazos y nos envolvimos en un fuerte abrazo.

                                                                         Capitulo 4 Parte 1: despedida 

Recuerdo bien aquella tarde de 1941 en la que Peter y yo nos despedimos. Lamentablemente la recuerdo muy bien y es una lastima porque es un mal recuerdo y me gustaría pensar que Peter y yo solo vivimos buenos momentos , lo cual sin duda es una gran mentira pero ¿por que mentirme? porque la verdad de ese recuerdo es muy dura y me gustaría poder olvidar aunque sea por un segundo...

 olvidar a Peter, olvidar lo nuestro, olvidar la guerra, olvidar aquella tarde de 1941 en la que Peter y yo nos despedimos

                                                                    simplemente olvidar...