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4. Reunión


Disfruten el capítulo.

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—¡Qué Intentas decir con eso! ¿Me estás terminando? —su voz, aunque molesta intentaba no sonar como tal.

—Nena, no te enfades —volteó a ver a la gente de su alrededor con una falsa sonrisa haciéndoles ver qué todo estaba en orden—. Lo último que quiero es protagonizar un escándalo —suspiró agotado, esa mañana había decidido por fin citarla con el objetivo de terminar a lo que consideró la peor relación que pudo tener.

Si, la joven era muy hermosa y carismática, de las más guapas del instituto. Gracias a su ayuda en el estudio, pudo pasar con nota aprobatoria los semestrales y con ello graduarse desentemente.

Pero todas aquellas cualidades no se comparaban a lo que en verdad deseaba obtener de ella.

Y ya estaba arto de que Kara siempre le negara ese momento a solas. Así que lo mejor que podía hacer era dejarlo por la paz.

—Te aprecio pero no eres lo que busco —completó a la chica, quién la miraba inexpresiva.

—Eres un idiota.

—Llámame como quieras, pero no puedo seguir contigo. Tú, es decir yo no soy lo que mereces y sólo te estoy frenando a algo mejor.

—Te irás con Sandra ¿Verdad? —expresó en reproche.

—No la metas, a sido una buena amiga.

—A las amigas no le abres las piernas -rió con sarcasmo.

—Podrías olvidar mi pequeño desliz, te dije que estaba ebrio y no sabía lo que hacía.

Cuantas veces me has dicho lo mismo, pensó. Por más que quizó mostrarse molesta, prefirió no hacerlo, estaba cansada de ese absurdo juego.

Él, había sido la relación más larga que tuvo hasta el momento, creyó que luego de un tiempo las cosas entre ellos se volverían más prósperas, pero a pesar de apoyarlo en sus estudios, de haberlo presentado a sus padres como alguien importante en su vida, incluso de perdonarle sus "dezlices" como lo hacía llamar él, entre otras cosas más. Entendió que no era la persona que buscaba.

—Quédate con ella. Ya no me interesas —se levantó de la mesa en la pequeña cafetería donde solía ir con amigos y su ahora exnovio.

Caminó un par de cuadras hasta llegar a un parque alejado, ahí se acomodó bajo la sombra de un árbol para tomarse un respiro luego de semejante episodio.

Le pareció increíble que después de que la terminara casi de inmediato eliminara su estado de: en una relación a soltero.

—Un verdadero idiota —completó irritada.

Las reacciones no se hicieron esperar, un bombardeo de mensajes le llegaron al instante, prefirió contestar más tarde y esperaba que la comprendieran.

Siguió mirando el contenido en su cuenta, hasta toparse con algo de su vieja amiga Valentina. Minutos atrás, subió una foto con algunas personas en una fiesta familiar. Sonrió ante los gestos cómicos con los que posaron, recordó que le había comentado por llamada sobre la "pequeña" celebración que le harían en casa.

Fue una pena que su viaje tuviera que posponerse un poco más porque le habría encantado disfrutar de aquel día con ella.

***

—¿Mami? ¡Tierra llamando a mamá!

—Eh... Mande.

—¿Te sientes bien? Desde que saliste del despacho has estado algo distraída. ¿Sucedió algo?

—A... No, nada cariño. Creo que sólo necesito descansar un poco.

Le acercó una silla a su madre mientras la miraba preocupada, era obvio que algo le ocurría pero tratándose de un día importante para ella, haría hasta lo imposible para no preocuparla.

—Mamá —se arrodilló ante Victoria para verla mejor—. Sé que la visita del abuelo te trajo recuerdos de mamá Elena y lo siento por hacer que viniera hasta aquí y...

—No, no, no mi cielo. No debes sentir culpa por nada. Tienes todo el derecho de estar con tu abuelo, tú familia. Yo simplemente tengo que aprender a sobrellevarlo.

—Esta bien, mami —besó su mejilla.

El teléfono de Valentina sonó dando por terminada esa plática. Victoria le hizo señas para que contestará sin preocuparse. Cuando vio la pantalla, su rostro le cambio por completo, tenía dibujada una sonrisa y sin demorar más presiono el botón para responder.

¡Victoria, qué demonios haces! Se recriminaba mientras observaba parte de los invitados. Hacía un momento estaba infrascada por la llegada de su suegro, y ahora no tenía cabeza para pensar en nada más que lo ocurrido en su despacho.

"...

¿A qué te refieres? ¿De que hablas?

Estoy hablando de mi, Victoria. Tú... me gustas.

...

¿Victoria?

No, Daysi. Esto no puede ser. ¿Desde... desde cuando sientes eso por mí?

Desde que nos conocimos, desde que entraste a mi consultorio por ayuda, yo... me sentí atraída por tí. Pero no hice absolutamente nada ya que estabas... casada. Sólo permanecí a tu lado, como una doctora y ustedes mis pacientes.

...

Se que no tengo oportunidad ahora pero quiero que sepas que te esperaré, el tiempo que sea necesario para que me des la oportunidad de demostrarte que quiero hacerte feliz por lo que resta de nuestra vida.

Daysi yo...

suhh... —cubrió sus labios para evitar hablar —No digas nada, sólo piénsalo. Sé que a partir de hoy algo cambiará entre nosotras, pero te diré que no me rendiré —la vió a los ojos—. Lograré que te enamores de mí —besó su frente y salió de la habitación para irse de la fiesta. Necesitaba darle el espacio a su amiga.

Había lanzado sus cartas y ya todo podía suceder.

Sin dar marcha atrás, amaba a Victoria y esperaba que le correspondiera.

..."

¿Merecía la felicidad que Daysi le ofrecía? ¡Por que justo ahora! Cuando todo marchaba bien, se decía.

Su amiga era una mujer hermosa de eso no había duda, pero desde lo ocurrido con su ex esposa no tenía tiempo para pensar en nadie más.

No podía aceptar sus sentimientos.

Entonces, ¿Cómo la trataría de ahora en adelante? ya no eran jovencitas para andar escondiéndose la una de la otra. Tenía que hablar de frente con Daysi y hacerle ver que estaba cometiendo una locura al estar enamorada de alguien como ella.

—¡¡¡Si!!! Entonces nos vemos pronto. Bye —un grito de emoción por parte de Valentina hizo sacar de sus pensamientos a Victoria. La chica guardó el celular en su bolsillo y corrió hasta su madre quien la veía intrigada por su comportamiento.

—Cariño, ¿sucede algo? —la observó con una sonrisa de oreja a oreja, estaba a punto de gritar de la emoción por la llamada misteriosa.

—¡Si, mamá! Era Kara. Dice que en unos días viajará al país para arreglar sus papeles de la universidad.

—Tu amiga del extranjero.

—Si ella, la chica que...

—La chica que te gusta.

—Si —sus mejillas enrojecieron—. Estoy muy emocionada, muy pronto la conocerás y te va a caer de maravilla.

—Ya lo creo —se levantó del asiento y abrazó a su pequeña quién recibió el afecto felizmente—. Valentina, te tengo una sorpresa.

—¿Qué es, mami? —habló emocionada aún sin reponerse de la llamada de su amiga.

—Bueno, como próximamente entraras a la universidad. Estuve pensando qué tal vez te interese empezar a relacionarte con el negocio familiar.

—Estas diciendo...

—Quiero que desde yá empieces a trabajar en la administración de uno de los hoteles.

Valentina salto de la emoción, no se esperaba esa noticia. Sabía que era muy joven aún pero no obstante les demostraría que tenía la capacidad para manejar cualquier cosa que se le pusiera en frente.

Su vida no podía ser más perfecta. Y ahora con la llegada de Kara trataría a toda costa de conseguir enamorarla. Dejaría a un lado sus miedos e inseguridades y lucharía hasta que ese día llegara.

A la chica de sus sueños.

A su rubia de ojos verdes.

Kara Brandon

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Nos leemos luego.

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