Género: [♂][-][♀]

Relación: Chara/Frisk [insinuado, unilateral]

UnderSwap!AU

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Tu cabeza da vueltas.

Intentas concentrarte en los problemas expuestos frente a ti, Asgore podría disgustarse si no llegases a terminar tu tarea y obviamente no deseas causarle problemas. No son las preguntas difíciles honestamente, estas seguro de que puedes encargarte de ellos por tu cuenta; después de todo los las logrado resolver sin mucho esfuerzo en clase una vez todo tuvo sentido dentro de tu cabeza. Mas sin embargo no es la dificultad lo que te perjudica, sino la cantidad de cosas que llenan tu cabeza que por ende te distraen del tema. 

No puedes evitarlo, tu honestamente solo quieres terminar y quizá una vez ya con todo finalizado ir a tomar una siesta, sin embargo siempre que intentas enfocarte en tu trabajo los sonidos a tu alrededor te hacen mantenerte en un estado alerta. Desde pequeñeces como la brisa que se entra por la ventana circulando el la solitaria sala a el cantar de los pájaros junto con el bullicio de los vecinos, rayos, incluso las sombras que puedes ver por el rabillo de tus ojos gracias a la luz del sol siempre logran distraerte, siempre captando tu atención. 

Intentas convencerte del que solo se trata de tu cabeza dándote una mala jugada, no estas siendo paranoico, ¡Para nada! Tu sabes que no hay nada que temer. Después de todo el causante de tu comportamiento nunca fue un que sino un alguien.

Una suave risa alcanza tus oídos haciéndote saltar en tu lugar, muerdes tu labio e intentando ser discreto revisas a tu alrededor en busca de pistas por si alguien se llegase a encontrar contigo. Sillones vacíos, televisión apagada, cocina sola y finalmente solo tu te encuentras en el comedor.

Oh por amor al ángel, Chara deja de preocuparte y termina de una vez con la tarea.

Apretando con fuerza tus ojos sacudes tu cabeza en un intento de despejar tus burbujeates pensamientos, moviendo tu mano terminas de escribir la respuesta. ¡Perfecto! Solo dos mas para finalizar, ¡ya casi terminas...!

"Chara." Llaman a tu oído haciéndote saltar en tu lugar, vaya suerte la tuya el que no te hayas caído de la silla también.

Por instinto cubres tu oído al momento que volteas tu cabeza en dirección al llamado encontrarte en su lugar con juguetones ojos dorados observarte de vuelta.

Ah, retiro lo dicho. Te has caído.

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"Chara." Hablan a tu oido e inmediatamente sabes a quien pertenece aquella voz tan familiar que siempre tiene el mismo efecto en ti.

Es la voz del causante que siempre te hace mirar alrededor, busca de pistas sobre su presencia. El alguien que hace la sangre subir a tus mejillas con algo tan simple como ver su sonrisa. El alguien que sostiene tu mano cuando sabe estas teniendo uno de tus silenciosos (e habituales) ataques de panico. El alguien que susurra dulces palabras a tus oidos, ya sean verdades crudas o mentiras blancas.

Es el alguien que te da esa sensación de mariposas revolotear en tu estomago siempre sus miradas chocan.

Y ahora, ese alguien que (siempre) invade tus pensamientos te obseva desde arriba. Flotado sobre ti con manos dentras de su espalda te dedica su sonrisa cansada. Sus ojos dorados te observan con inusual diversión.

A ti, quien se encuentra en el suelo, tu cara pintada en diferentes tonos de rojo cubierto en un sudor frio. Expresión sorprendida que ha de verse patéticamente miserable.

Sientes verguenza.

"¿Necesitas ayuda?" finalmente pregunta y no sabes si habla sobre la tarea o levantarte. Su tono es suave, similar a un ronroneo pero sabes que en sus adentros se esta riendo de ti.

Quieres morir.

¡Dulce amor infantil!