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Todos mienten #34

Capítulo 34

Todos mienten

Freddy

¡Maldición!

¿Por qué tenía que enamorarme de alguien tan complicado? Bueno, de ser diferente ya estaría aburrido, pero es este preciso momento tengo tanta tensión en el cuerpo que se me hace difícil respirar.

Incluso la mano con la que sujetaba la tasa humeante de café temblaba amenazando con caer en mis piernas, ya sería lo que me faltaba. Mis nervios eran a causa de él, Brandon no dejaba de escribir cosas, buscar en su laptop, sonreír de manera maliciosa cuando conseguía algo o incluso y lo que más odio, levantarse y caminar de un lado a otro mientras atendía una llamada.

¿Cuántos contactos tenía este hombre? Solo era cuestión de tiempo para que supiera que había otro bufete detrás del caso.

¿Qué debería hacer?

Opción A: decir la verdad, es probable que piense que no confíe en sus capacidades y no es así.

Opción B: Encontrar una nueva mentira que cubra está, no era lo más sano, pero le evitaría el dolor.

Opción C: Dejar que las cosas fluyan.

No, esto no era un simple viento moviendo una hoja de un lado a otro, era sin duda alguna una puta y aterradora tormenta que me haría pesados si no conseguía controlarla. La opción C quedaba descartada y para la opción A había que ser más valiente o mínimo aceptar que perdería la cabeza. Me quedaba solo una.

¿Qué podría arreglar esto?

-Muchas gracias, si me reuniré con ustedes muy pronto -termino la llamada.

Al fin se dejó caer en el sofá, a mi lado. Sus ánimos parecían haber mejorado a pesar del cansancio que se notaba en sus ojos. Se había esforzado mucho el día de hoy.

Suspiré -¿Quieres salir a comer?

Quería aclarar su mente y la mía, lo necesitábamos, por razones diferentes, claro está.

Negó con la cabeza y me rodeo con su brazo, su colonia era una delicia, un olor fuerte, pero relajante y adictivo. Beso, mi mejilla y me quito la taza de café de las manos para beber él.

-Solo quiero quedarme aquí y descansar -respondió-. Siento que esta semana ha sido algo...

Estaba buscando las palabras.

-¿Algo que? -lo anime-. Pensé que te gustaron nuestras pequeñas vacaciones o quizás es que no te gusta que yo esté aquí.

Tal vez se arrepintió de tenerme aquí, lo más probable es que necesite su espacio.

-No es eso caramelito, no tiene nada que ver contigo y no estoy seguro de que sea..., solo un sentimiento extraño -toco su pecho-, incómodo, pero fuera de eso adoro tenerte aquí.

Forcé una sonrisa y lo abracé -Me alegra que así sea, no me volveré a ir nunca más.

A menos que él lo decidiera. Definitivamente, tenía que hacer algo ya, necesitaba una señal, una idea, lo que sea.

Recibí un mensaje, me alargué para alcanzar a ver de qué se trataba. Mi padre, quizás esa era la señal que necesitaba, aunque yo me esté encargando de club en estos momentos mi padre es el dueño del lugar, él decide sobre todos. Quizás sea cruel, pero podría decirle que mi padre contratara a un nuevo equipo de abogados ¿Qué podría pasar? Sé que Brandon no lo odiaría por eso, quizás se sienta extraño por unos días, pero la molestia no sería la misma si soy yo quien le dice que ya había contratado a un equipo antes que a él y que solo utilice este problema como un gancho que lo obligaba a estar conmigo. Mi padre no sabe exactamente quién es Brandon, a él no le importaría que mintiera con esto, mejor dicho, ni siquiera se enteraría.

Era un excelente plan, no iba a mentir. Podría presentarlo como mi pareja, solo mi pareja. Un escalofrío recorrió mi estómago, ¿qué diría mi parte sobre eso? Moriré, algo me dice que haga lo que haga, alguien terminara mi molesto conmigo.

Por desgracia, tarde o temprano él lo sabrá, lo mejor era decirle y que la situación pasará rápido.

-¿Quién es? -pregunto Brandon, leyendo por encima de mi hombro.

Me había quedado en blanco con mis pensamientos, ni siquiera había leído el mensaje.

-Es mi padre -le mostré y leí-. Al parecer quiere vernos, mamá hará una cena mañana y dice que invite a mi amigo.

Podría estar refiriéndose a Eros fácilmente, ya ellos se conocían un poco, pero yo pensé en Brandon casi al instante. Me imaginé con él, sentado junto a mis padres, charlando pacíficamente.

-Creo que deberíamos ir -agregue y lo incluí también a él

Alzo una ceja -¿Tiene que ver con trabajo?

¿Era necesario?

Arrugue mi cara -Es solo una cena y mi madre odia esas conversaciones en la mesa.

Él parecía estar pensándolo mucho -Si es por trabajo solo dime dónde él estará e iré ahora mismo a verle, seguramente no se necesite de tanto para arreglar el asunto.

Hice una mueca -Puedes dejar de decir trabajo, no es trabajo y no puedes rechazar una invitación..., ya sabes cómo es.

Se cruzó de brazos y levanto una ceja -Deja de meterme miedo con tu padre -me advirtió-. Ya lo conocí y es una persona muy amable.

Decía eso porque no lo conocía del todo, llegar a agradarle a mi padre era algo un tanto difícil, su círculo de amigos eran unos de los pocos privilegiados y Brandon, él era de su agrado, pero no sé cómo se sentiría a escuchar que este mismo abogado que le agradaba tanto era el novio de su hijo. El primer y único hombre que me ha gustado. Seguramente se le quitará lo agradable.

-Si le digo como me sujetas en la cama dejara de ser amable -sonreí al pensar en ello.

-¡Freddy! -me regañó.

Aún se sonrojaba cuando yo hacía cometarios así, era algo muy tierno de ver, pero toda la ternura desaparecía cada vez que íbamos a la acción, así era mi novio, un poco más caramelito que yo, dulce y duro. Suspiré y sonreí mirando sus mejillas aún rojas a pesar de que ya había llevado la atención a la pantalla de su teléfono celular. Qué tonto estaba yo y que enamorado me tenía.

-Entonces irás -insistí.

Se levantó -Si al club a trabajar, necesito unos documentos que dejé ahí, así que vámonos.

Lo estaba evadiendo, pero yo insistiría más tarde. Le envié un mensaje a mi padre aceptando la invitación y le hice caso a mi churri, no quería que me siguiera mirando con esa cara de «levanta tu culo del sofá.»

Brandon era como mi padre, no tenía idea de lo que era tomar un descanso o divertirse, tan pronto entramos al club, él se encerró en la oficina y comenzó a trabajar, me daba pena verlo trabajar tanto porque sabía que todo sería en vano. Ni siquiera sabía que tanto así, él no explicaba nada, solo decía «lo tengo, tú no te preocupes,» eso solo me preocupaba un poco más.

Toque a la puerta antes de asomar mi cabeza.

-¿Cómo va el trabajo? -pregunte curioso.

Estaba mordiendo un bolígrafo -Bien, revisando algo que se me había pasado en las cuentas -explico-. ¿Qué tal tú y tus bailes?

Suspiré y entre para dejar el vaso de whisky frente a él, tal vez algo de alcohol lo animará un poco.

-Hoy no tenía muchos ánimos... -expuse sentándome en una esquina de la mesa.

Él me miró por encima de sus lentes -¿No? -se levantó-. ¿Qué te sucede?

Ignore su mirada -Me has ignorado todo el día.

Él se cruzó de brazos -Freddy, mi amor, estuve trabajando todo el día y estuvimos de vacaciones hace...

Lo interrumpí -Entonces solo me darás atención de vez en cuando o solo cuando estemos de vacaciones..., incluso en estas estuviste trabajando.

Él soltó un jadeo -Serás...

Mordí mi labio -¿Encantador?

-Dramático, no fueron vacaciones, fue por trabajo y aun así la pasamos muy bien, recuerda que esto lo hago por ti y tu familia, tengo miedo de que te afecte lo que pueda pasar con el club, ¿entiendes?

Tenía razón, estaba dramatizando porque lo quería provocar. Tal vez debería dedicarme a esto de la actuación.

-Lo entiendo, pero tan ocupado como para no darme ni siquiera un besito -lo provoque.

Empezó a reír -Por dios, que hice para merecer un novio tan...

Lo interrumpí -¿Caliente?

Acunó mis mejillas -Insoportable y lindo.

-No hiciste nada, por eso me tienes que mimar mucho.

Lo empujé de vuelta a la silla y me senté a horcajadas sobre él.

-Creí que era solo un besito -me recordó.

Alce una ceja -¿Por qué hacerlo tan simple? -Acaricie su mandíbula-. Podemos hacerlo divertido.

Acaricié sus labios y sentí la punta de su lengua húmeda y caliente, tocar mis dedos, él los besó y suspiró contra la palma de mi mano.

-Estamos en el club, no lo olvides -me advirtió.

Sabía dónde estábamos y eso solo lo hacía más interesante.

-Lo sé -besé la comisura de sus labios-. Juguemos a algo.

Él mordió mi labio -Dime.

Ya había caído -Si logro descontrolarte irás a la cena familiar conmigo.

Alzo una ceja -Freddy...

Lo silencié con un beso -Es un trato.

No deje de besarlo, de tirar de su cabello y morder su cuello. Él jadeaba y mordía sus labios para no gemir, mientras yo mecía mis caderas para sentir como se endurecía ahí abajo cada vez más. Cómo lo imaginé, su bien juicio y modales no duraron mucho, tomo mi garganta y me empujó hacia la mesa para meterse entre mis piernas y besarme con un hambre peligrosa

-Gane -jadee contra sus labios.

Sus dedos iban jugueteando con los botones de mi camisa, su mano fría acaricio mi pecho. Se alejó, le dio un trago al whisky y luego acercó sus labios a mi pecho. Cerré mis ojos y sentí el olor del whisky y la frialdad de su lengua contra mi piel.

Empujó a un lado las cosas que tenía sobre la mesa haciendo que algunas de estas cayeran a un lado. Me empujó hasta tenerme acostado y gateo sobre mí de manera sensual, como un animal a punto de devorar a su presa. Su rodilla se apretó en mi entrepierna.

-Seremos breves -jadeo contra mi cuello.

No espere esto, definitivamente el sexo en la oficina no estaba en los planes de hoy, pero me alegró que fluyera así. No me iba a quejar, era una fantasía.

La puerta se abrió -Sentí un ruido..., señor.

¡Maldición!

-Y no sabes tocar -dije tumbado sobre la mesa con un rubio encima de mí.

Brandon se levantó rápidamente, fue muy decepcionante.

-Disculpen -se marchó rápidamente el intruso.

Suspiré -¿En qué estábamos?

-Te dije que no podían vernos aquí -soltó él en un tono muy molesto, mientras acomodaba su ropa.

-Está bien, no dirá nada -le quité importancia.

No venía nada de malo en la situación, era algo que podía sucederle a cualquiera. Tenía incluso su punto gracioso.

-¡Claro que lo hará! -dijo algo fuerte.

¿Me estaba gritando? Claramente, la diversión se había acabado. Me levanté y abotoné mi camisa.

Rodé los ojos -Hablaré con él, ya deja de ser...

-Maldición... -me interrumpió.

Estaba demasiado alterado, caminaba de un lado a otro y ya se me hacía que estaba exagerando demasiado. Se tenía que calmar.

-Oye, no hiciste nada malo, ¿qué carajos te pasa? Me has besado un montón de veces y a ese no lo conoces, me debería asustar yo al saber que mi padre podría saberlo -expuse.

Sabía que no lo dirían antes que yo. Ya tenía pensado hacerlo en estos días, por lo que no me preocupaba la situación. Quizás mañana sea un buen momento, con Brandon junto a mí sería fácil.

-¿Sabes por qué no sientes miedo? Es porque nunca has experimentado el rechazo, no sabes lo que es que te aparten por ser como eres -ataco.

-¿Tú si? Tus amigas te aman, los estúpidos del club al que vas... -ya me entraron los celos.

Tenía que olvidarme de que mi novio era como un símbolo sexual en ese lugar.

-¡Sí! Yo sé lo que es decirle al mundo que amas a una persona y te tachen de raro, incluso que lo haga esa persona -me recordó.

-Ya olvídalo, la situación es diferente ahora y las personas que te importamos no lo haríamos -intente calmarlo.

-Tenemos que ser cuidadosos -finalizo.

-¿Hasta cuándo? -me cruce de brazos.

Espere la respuesta, es intentaba buscar las palabras, pero termino boqueando como un pez hasta que solo dijo: -No lo sé.

No lo sé, ¿esa era su respuesta? Definitivamente, no era la respuesta que me debería dar.

-Brandon necesito que me digas si tendré alguna oportunidad de ser algo en tu vida -dije tajante.

Las cosas claras te ahorraban dramas, aunque pensaba que ya era un poco tarde para ahorrarse un drama.

-Eres mi novio -respondió.

Como si eso lo fuera todo en la vida, pues no, yo quería un compromiso y no me bastaban con que solo lo dijera de la boca para afuera, debía demostrarlo. En el pasado él se molestó con mi inseguridad, cuando lo bese y me costó procesar que acaban de besar a un hombre, ahora el inseguro era yo, porque él se tomaba mucho tiempo para tomar partido en nuestras vidas.

Una cosa era decir «haré esto y haré aquello,» la otra era hacerlo ¿Cuándo lo haría?

-Estoy consciente que en tu vida hay más personas importantes, personas que deberían saber esto y yo tenía pensado que mañana en la cena... -no me dejó terminar.

-¿Me ibas a presentar a tu padre? -pregunto sorprendido.

¿Por qué tanta su sorpresa? Ya habíamos hablado de que lo haríamos, dijimos que nos daríamos un tiempo para prepararnos, pero ya yo sabía lo que quería y lo quería a él, no necesitan meses, ni años para prepararme.

-Sí, quiero hacerlo ya - tomé aire-, estoy listo.

Por alguna razón él no parecía feliz con esa idea. Negó con la cabeza y tomo su bolso.

-No -camino hacia la puerta-. No estoy listo.

¿Qué carajos fue eso? Me senté en la mesa y me terminé el vaso de whisky. Imbécil.

Llegué a casa en la madrugada, esperaba que él no estuviera y si estaba que al menos me estuviera esperando en el salón con un discurso que incluyera millones de disculpas, en cambio, no fue así. Me di una ducha rápida y cuando entre a la habitación él estaba acostado. Si no lo conociera diría que estaba dormido, pero su respiración y la posición demasiado perfecta lo delataba.

Me puse ropa y me metí a la cama, tire mucho de la manta que también usaba él y me hice un ovillo. Idiota.

-¿Todo bien en el club? -pregunto él después de unos segundos.

-Todo perfecto -respondí sin ánimos.

Unos segundos más y volvió a hablar -Llegaste tarde.

-Bueno, tú te fuiste temprano, es lo que hay.

Silencio incómodo que duro toda la noche porque después de eso nadie dijo más nada. Me quedé dormido con unas enormes ganas de lanzarle unas cuantas patadas y luego justificarlo con pesadillas. Tal vez una o dos sí que le di.

En la mañana él se levantó antes, lo sentí y como siempre dejo un beso en mi mejilla antes de salir de la habitación, pero estaba tan enfadado que lo sentía como si me besara una cobra.

Creía que en algún momento él me pediría perdón, aceptaría ir conmigo y todo estaría bien, fui muy inocente cuando salí de la cama pensando en ello, en cambio, nada más verme dejo el desayuno frente a mí.

Alce una ceja -Gracias.

Hoy sería un témpano de hielo a menos que él hiciera algo al respecto.

-¿A qué hora es la cena? -pregunto.

Oculte mi sonrisa con una servilleta -A las siete.

Gane. Lo sabía, si ponía mala cara al final él accedería.

-Bien, te plancharé una camisa, la última la quemaste -me informo-. Yo tengo que ir a la oficina y a esa hora me veré con mi papá.

¡¿Qué?! Me atraganté con el desayuno.

-¡Tú! -golpeé la mesa y apreté mis dientes-. No me hables en un mes.

Rodó los ojos -Hablaremos de esto después, tengo un día agitado y tu igual...

-No hablaré de nada contigo en un mes, eres un... -no me salía un insulto-. Olvidarás mi voz.

Se metió en la habitación -¿Te planchó la camisa negra?

-La azul -pedí.

Mierda. No dure nada sin hablarle, era muy débil.

Me pasé todo el día ignorando a Brandon y él no intentó hacer nada para remediarlo, aunque al menos no fue ni frío ni distante como yo lo estaba siendo. Yo no daría mi brazo a torcer, él lo haría, no importa si realmente tenía que pasarme todo el mes sin hablar con él.

Por desgracia, al final tuve que venir solo, tendría que darle una buena excusa a mi padre por no traer a mi amigo. Aprovecharía este momento para hablar seriamente con él, aunque me hubiese gustado tener a Brandon a mi lado y de una vez presentarlo como mi pareja, aunque no sea así igual, le diré a mi padre que estaba en una relación con un hombre y que la cosa era sería.

Con Brandon o no, esto era un aspecto de mi vida que me gustaría compartir. Quería saber que recibiría el apoyo y la aprobación de las personas que amaba, aunque al principio quizás les cueste o les cause algo de molestia.

Abrí la puerta y... Mierda. Hoy todo estaba arruinado para mí. En el salón habían muchas personas, esto no era una cena familiar, era algún tipo de fiesta o evento organizado por mi padre. Lo localicé en la habitación, mi madre estaba charlando con uno de los invitados.

Nuestros ojos se cruzaron y los de él estaban orgullosos de tenerme aquí. Traidor y mentiroso, era mi propio padre.

Me acerqué a ellos.

-Cariño que bueno que ya estás aquí -mamá pellizco mi mejilla.

Tome su mano -Mami, no hagas eso.

-No podía dejar de venir -hablo papá.

Lo miré mal -Tú, si estoy aquí es porque me dijiste que esto sería una cena familiar, ¿qué es esto?

-Jhon -mamá le dio una palmada en el pecho-. No le mientas así al niño.

Él rodó los ojos -De que otra forma lo haría venir, además esto es para él.

Hice memoria en las fechas -No es mi cumpleaños -le recordé.

Él me rodeó con su brazo -Es una sorpresa, tu hijo mío, has salvado al club y por eso...

-Jhon -mamá lo interrumpió-. Kang odia que le digas las cosas así, no sería mejor que charlaran en la oficina y le preguntarás antes.

Papá suspiró -Sí, hagamos eso.

Tomo mi mano y camino conmigo hacia la oficina, al parecer tenía mucha prisa.

-No estoy entendiendo nada -expuse.

-No te preocupes, es algo que sé que te gustará -hablo mientras caminaba.

Me detuve -Papá, pero yo primero quería decirte algo, quizás eso cambie lo que sea que quieras hacer conmigo.

Me miro algo curioso -¿De qué hablas?

-Yo...

Las puertas se abrieron y entraron nuevos invitados al salón. Un hombre alto, de aspecto imponente y serio, llevaba un bastón y de su brazo iba una mujer, de cabello muy rubio y ojos azules.

-Brandon -susurré cuando lo vi detrás de esta pareja.

Eso no era lo más impactante, había una mujer tomando su mano.

Papá bufo -Aquí está la familia Capelli, los invité porque serán necesarios para lo que tengo que hacer, aunque son un tanto arrogantes. Ta conoces a su hijo.

Churri...

Si algo hay que aprender de mis libros es que los personajes siempre tienen muchos secretos.
Mañana veremos lo que oculta Brandon
Espero les guste, me dejan saber en comentarios y recuerden apoyarme con tu voto
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