Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Sin etiquetas

Capitulo 12

Sin etiquetas

Brandon

Habíamos llegado hace un par de horas a una de las costas de Darwin, faltaba mucho para llegar a Perth, pero yo no me dejaba de preguntarme de que se trataba la nueva sorpresa de Freddy, quizás algún lugar que quería que conociera, aunque el parecía más emocionado que yo, recordandolo a cada rato y mirándome con una sonrisa coqueta, viendo su falta de voluntad para mantenerse callado en cuando a la sopresa intenté sacarselo de muchas maneras...

Seduciendo, pero solo jadeo y me dijo, «solo ten paciencia Churri.»

Lastima, pero fui ignorado e incluso se burló de mí mirada tierna llámame «bizco.» Bueno, a mí no me salía esa mirada con la que Mel y Susan conseguían de mi lo que quisieran.

También use la fuerza, pero terminó mal para mí también.

Me encontraba con la cabeza recostada en su abdomen, frente al mar, tumbados en la arena sin ningun deseo de hacer nada más. Este sitio era demasiado pacífico y no animaba a hacer más nada que no fuera descansar.

El hundió sus dedos en mi cabello y masajeo hasta que cerré mis ojos.

—Oye, no te duermas —me regaño.

—Entonces no hagas eso —me queje apartando su mano.

El pellizco mi mejilla —Ven, vamos a nadar.

—Te dije que no se nadar —le recordé.

Era tan molestó, se había pasado el día recordándome que iríamos a nadar y yo recordando que no sabía nadar.

El soltó una carcajada —Yo te sujeto.

Alce una ceja —No tienes fuerza.

Se levantó dejando caer mi cabeza y mostró los músculos de sus brazos.

—Mira, esto si son músculos reales —encogio su abdomen para marcarlo aún más.

Me rei —Toma aire, tienes la cara roja.

El tomo una bocanada de aire —Pelea conmigo, ya verás.

Lo mire de reojo, tenía los puños frente a su menton y las rodillas semiflexionadas, no era una buena posición, lo podría barrer rápidamente.

Tenía dos opciones, negarme a pelear con el para no herir su orgullo o herir su orgullo, ganarme unas buenas risas y conseguir que dejara de molestarme. La segunda.

Me levanté sacudiendo la arena de mis pantalones.

—Bien, pero ve despacio —le pedí colocándome en posicion.

—Por supuesto churri, jamás te hará daño —solto con una sonrisa coqueta.

Lo mire directamente a los ojos, estos siempre te decían hacía donde lanzaría el primer golpe; sin embargo, el estaba pendiente a mis puños y a mis piernas, era un grave error, no le daría tiempo a defenderse o a esquivar el golpe.

Los principiantes siempre son los más atrevidos, fue el quien lanzo el primer golpe. Lo ezquibe y tomado ese mismo brazo lo lance a la arena. Sus ojos estaban muy abiertos, prácticamente había volado por encima de mi.

—¿Eres Roki Balboa? —pregunto desde el suelo.

Me rei a carcajadas —No, soy cinta negra en karate.

—¡¿Que?! —chillo—. Debiste decirlo, pude haber muerto.

—No seas tonto.

Me di la  vuelta para volver a acostarme sobre la manta, ya estaba seguro de que el no molestaría más, pero cometí un grave error, darle la espalda a un contrincante caído y orgulloso, el no aceptaría su derrota. Caímos al duelo, el estaba sobre mi, sujetándome con fuerza para que no me pudiera levantar con facilidad. No era tan grande como yo, pero no podia olvidar que también era fuerte y un gran manipulador.

—Hola churri, ¿que haces en el suelo? —susurro en mi oído.

Me rei —No lo sé.

Mordió el lóbulo de mi oreja —Parece que está vez gane, espero que el premio valga la pena.

—¿Que quieres como premio?

Ni siquiera me resistía, caía ante el tan fácilmente que daba miedo. El tono caliente de su voz, su olor, su pecho aplastando mi espalda, todo eso me enloquecía, hacía que por una vez mi corazón latiera más de prisa no por la inseguridad o los nervios, era por puro deseo.

Paso su dedo por mis labios —Podria tomar esto otra vez —sonrei contra sus dedos—, no, parece que eso te gusta.

—Mucho —confese.

Hundió sus dedos en mi cadera —Tal vez podría darle uso a todo lo que compramos.

Jadee —Tal vez, pero...acabas de perder.

Lo empuje a un lado y me coloque entre sus piernas, sujetándo su mano por encima de su cabeza.

—¿Ahora que debería pedir yo? —mordi su menton.

—Te aseguro que a mí no me molesta nada —aseguro con una sonrisa traviesa.

Me rei —Eres un pervertido.

—Elige, nadar o ir a la cama —propuso.

Rodé los ojos —Nadar.

Lo habíamos hecho muchas veces, el provocaba la situación en todo momento.

—Yo quería que dijeras ir a la cama, ¿en serio prefieres morir ahogado que morir follado?

Me levanté de encima de el —¿Si?

Colocó su mano de manera dramática sobre su pecho —Increible que la misma boca que me hace correrme me lastime tanto.

—¡Freddy! No seas vulgar.

No tenía ni un poco de vergüenza en cuando a su vocabulario.

—¡Freddy! —lo llamo una chica que acababa de entrar la playa.

Hasta ahora habíamos sido solo nosotros dos, pero ahora acababa de llegar un grupo bastante grande.

—Mary —solto el sorprendido y salió corriendo a su encuentro—. ¿Que haces aquí?

Se abrazaron, el la levantó en el aire y giró con ella en brazos ¿Quien carajos era Mary? Me acerque a ellos mientras hablaban, de lejos se veían demasiados entusiasmados y parecía que el se había olvidado completamente de mi, tenía curiosidad por saber quién era ella y porque conseguía que el se sonrojara y riera de esa manera.

Si, estaba celoso.

—Llegamos ayer, ¿te gustaría venír con nosotros a hacer surf mañana? De seguro te sigue encantando —hablo ella tomando sus manos.

Era rubia, de esas que tenían un estilo playero, tierno y divertido. Sus ojos eran oscuros y su piel estaba bronceada, era muy bonita no lo iba a negar. Era lógico que ellos dos se conocían ya de hace un tiempo.

—Hola —interrumpi.

Parecía una novia tóxica, que vergüenza.

—Oh, Mary el es Brandon, mi compañero de caravana —me presento.

Lo mire, el sonrió sin entender siquiera lo que acababa de decir.

Mary se acercó y me dió dos besos en la cara, mientras yo me había quedado con la mano extendida esperando solo un apretón.

—Si, eso soy —dije al separarme de ella.

—Me alegra mucho conocerte, un amigo de Freddy también es mi amigo —hablo ella rodeando el brazo de Freddy.

Forcé una sonrisa —No me había hablado de ti

Ella rodo los ojos y lo miro con una pequeña sonrisa —Bueno, no espero que le hable a todos sus amigos sobre su ex novia.

Bien, ya tenía suficientes datos.

—Si, no suele hablar mucho.

—¿Quieren ir a por algunas bebidas? —ofrecio el—. Vi un puesto cerca.

—No, yo debo ir a hacer un par de llamadas, pero ustedes pásenla bien.

Me retire sin siquiera mirarlo, sabía que se había dado cuenta de su error por la manera en la que me miró cuando ella dijo que era su ex, pero no solo era eso, habían muchas más cosas implicadas que solo me hacían desear atropellarlo con la caravana.

«Ese hijo de las mil putas.»

Entrar tirando la puerta, no sabía que hacer ahora en un espacio tan reducido como este. Debía salir y tomar aire para calmarme o iba a explotar.

Abrí el armario y tome algunas cosas para cambiarme de ropa, era un desastre con ese fino pantalón y nada más, ni siquiera me peine cuando desperté. Me había vuelto un descuidado desde que estaba aquí con él.

Freddy entro justo cuando abotonaba mi camisa, no lo esperaba, pensé que seguiría con Mary, su ex novia.

¿Por qué habían terminado? Parecían tener una buena relación aún, por lo que no creo que fuera una mala relación o tuvieran algún problema que los hicieran terminar de mala manera.

—Preparare algo de comer —dejo nuestras cosas en el suelo—. ¿Se te antoja algo?

—No quiero nada —le di la espalda y terminé de vestirme.

—¿Que te pasa? —lo mire de reojo, estaba cruzado de brazos y apoyado en la encimera—. Estábamos teniendo un día muy agradable y ahora estás...

—Si, solo fue eso —lo interrumpi.

Un día agradable y nada más, no tenía que darle demasiada importancia.

—¿Por qué te estás arreglando tanto? —tiro de mi brazo para que lo mirara.

—Saldre —lo mire a los ojos, no notaba nada.

¿En serio no entendía porque estaba enfadado? Quizás Susan tenía razón y los hombres no nos dábamos cuenta de nada o éramos muy lentos para entender estás situaciones, quizá se hacía el tonto para evitar una pelea.

—¿Donde? —pregunto.

En efecto, no se daba cuenta de nada.

—Por ahí, no lo sé —me solté de su agarré y continúe arreglándome.

—Bien iré contigo —propuso.

«Estupido.»

«Idiota.»

«Abre los ojos.»

«Arrastrate y pide perdón.»

No podía pedir nada de eso, mi orgullo no lo permitía y al parecer él no lo haría.

—No, mejor vete con tus amigos después de todo yo soy tu compañero de caravana.

Listo, si no entendía con esto entonces podíamos dar a sus neuronas por inactivas.

El se empezó a reír, así es, se estaba riendo.

—Lo siento churri, ellos saben que eres más que eso, eres mi amigo. Más bien lo dije para que supiera que hacíamos juntos.

Mil maneras de cagarla, así se llamaría un libro escrito por Freddy que al parecer era todo un experto en la materia.

«No te enfades Brandon.»

«Cuenta hasta mil.»

Imite su risa —Vete a la mierda Freddy.

Su sonrisa se esfumó, pero lo salvó quien sea que acababa de tocar a la puerta. Sin decir más nada fue y abrir para que entrara la causa de este conflicto. No podía culparla a ella, el era el que había actuado de manera estúpida, pero mis celos me hacían verlo a los dos como las culpables.

—Hola, siento interrumpir —dijo tímidamente—. Iremos a un bar ahora que está oscureciendo un poco, ¿quieren ir con nosotros?

—No, gracias Mary, estamos un poco...

Lo interrumpi —A mí me encantaría, igual iba a salir solo ahora mismo.

Ella sonrió, me miró a mi y luego a Freddy esperando su aprobación.

El endureció su mirada, pero ahora mismo no podría negarse o se quedaría solo aquí.

—Bien, en un momento salimos —acepto.

Ella sonrió —Genial, los esperamos en una hora.

En cuando ella se marchó el cruzó sus brazos y se giro hacía mi.

—¿Que crees que haces?

—Pasarla bien, te espero afuera.

Los amigos de Freddy eran muy como el. Algunos se dedicaban a la música, otros al arte como Mary, también habían un par de bailarines que a igual que Freddy se dedicaban al baile erótico en algunas ocasiones. No tenían mucha vergüenza para hablar de todo lo que hacían o dejaban de hacer y como entenderán su compañía se había vuelto molesta para mí.

Demasiados ruidosos. Mary tenía un aspecto tierno, al menos esa era la impresión que daba, pero no tenía nada que ver con eso por las historias que hacian sobre ellas. Al llegar al bar no tuve más remedio que mantenerme junto a ella y junto a Freddy quien no decia ni una sola palabra desde que habíamos salido. Sabía que estaba molesto, pero si alguien tenía que pedir perdón era el.

Mary seguía a su lado y el no hacía nada por evitarlo, ella rodeaba su brazo y le pasaba una que otra copa, susurraba algo en su oído y el solo sonreía.

—¿Así que eres abogado? —solto un moreno que no dejaba de hacer bromas sobre todo—. ¿No es una profesión aburrida?

Freddy le lanzo una mala mirada y el puso un cierre imaginario en sus labios. Me termine el whisky que había pedido de un solo trago.

—Si, justo por eso estoy en Australia, aunque tiene sus cosas interesantes —comente.

El moreno sonrió —Las mueres y el salario, ¿me equivoco?

Si, si tan solo fuera heterosexual y no un asistente esas dos cosas formarían parte de mí vida. Por desgracia la homosexualidad no era algo muy bien visto dentro de un bufete d abogados, esas personas eran víboras alertas para descubrir cualquier defecto o buscar una razón para deshacerse de ti. Era una profesión muy competitiva, había que ser el mejor o no eras nadie.

Sonreí —Justo eso.

Freddy me dió un apretón en el muslo por debajo de la mesa, yo lo ignore.

Ellos siguieron hablando y yo escuchaba atentamente y participaba mientas ignoraba la mano de Freddy en mi muslos. El llevo su copa a sus labios y los humedecio mirándome a los ojos, tenía esa mirada que te decía un millón de cosas y detalles sobre lo que deseaba y quería hacer en este precisó momento.

Si mano subió hasta mi entrepierna, acaricio y hundió sus dedos buscando mi miembro que ya empezaba a reaccionar a todo esto.

—Freddy, deberíamos ir a bailar —le pidió Mary.

El alejo su mano rápidamente de mi.

—No creo, estoy algo cansado.

Me levanté —Ire a por una copa.

Camine hacia la barra, quería alejarme de él y de la irritante voz de Mary que no dejaba de pedir y pedirle cosas a Freddy. Se había negado de milagro a bailar con ella, por lo general siempre le sonreía, imagino que tener su mano en mi polla lo había desconcentrado.

Un empujón en mi hombro hizo que tirará mi vaso al suelo.

—Lo lamento —se disculpo el rubio con anteojos—. Te pediré otra.

—Tranquilo estaba vacía —le quite importancia.

—Incisto, me sentiría fatal —nos sentamos junto a la barra y el pidió nuevas bebidas para los dos—. No soy bueno en este tipo de ambientes.

—Yo tampoco lo soy.

Acomodo sus lentes —Me llamo Fran.

Tome su mano y le di un apretón —Brandon, ¿también estás de vacaciones por Australia?

El forzó una sonrisa —Si soy sincero solo vine por las galerías, no soy un entusiasta de la naturaleza, mi hermano ese de ahí que coquetea con dos chicas a la vez me obligó a venir.

Me rei, se parecía mucho a el físicamente, solo que parecía sentirse mucho más cómodo en este lugar.

—Yo llegué con un amigo —le informe—, creo que no ha sido mi mejor decisión, tampoco soy muy bueno con la naturaleza.

El asintió —Pues me alegra haberte encontrado...

—Brandon —Freddy se acercó a nosotros—. Dejaste su teléfono celular en la mesa y te estan llamando.

Me paso el celular —Lo siento, gracias por la copa.

Salí del bar en busca de un sitio en el que pudiera tomar la llamada. Era raro que me llamarán, mis padres a esta hora estarían durmiendo, Susan y Mel siempre me escribían en las tardes.

Revise el registro y no había ninguna llamada.

—¿Por qué hablabas con el? —pregunto Freddy detrás de mi.

—¿Que?

Claro, de eso se trataba, solo intentaba alejarme para poder hablar conmigo. Al parecer no le bastaba con todo lo que ya habíamos dicho.

—¿No diras nada? —se cruzó de brazos.

Imite su posición —¿Tengo algo que decir?

¿Que derecho tenía él de preguntar? No llegaríamos a ningún lado discutiendo en un bar de Australia y no quería volver a entrar.

Me di la vuelta para marcharme y él me detuvo.

—Vale, lo siento, pero ponte en mi lugar, ¿tu me habrías presentado como algo más que amigos con personas cercanas a ti?

—¿Cernanos? —me reí—. Llevas años sin verlos o comunicarte con ellos, se encontraron hoy de casualidad.

Una casualidad que no dejaba de odiar. El destino muchas veces era cruel.

—¿Lo harías? —insistio el.

—¡Si lo haría! —le grite—. Minimo no te llamaría mi “compañero de caravana,” o no me comrpotaria así con una mujer a la que ya me tire y ni siquiera se que carajos es esto entre nosotros, pero no digas que somos amigos, porque no soy tu amigo.

—Brandon yo..., conoces mi punto de vista sobre las relaciones y yo...

—¿Te oblique? —lo empuje porque estaba muy cerca—. ¿Te pedí tener una relación? Tu también conocías mi punto de vista y fuistes tu quien pidió más y más de esto.

—Brandon..., lo siento.

¿Solo diría un triste lo siento? Estaba enloqueciendo, el me estaba volviendo loco.

—Soy un ser humano Freddy, siento cosas no soy como tú.

—¿Como yo?

—No te importa nadie más que no seas tu.

Se quedó en silencio, no dije ni una palabra más y yo supe que ya habíamos terminado. Camine solo hasta la caravana, me desvesti y me acosté en la cama sin siquiera esperalo, quería dormir y olvidar todo lo que había pasado entre nosotros. Si tan solo pudiera retroceder el tiempo, no me hubiese sentado en esa mesa a jugar ese estúpido juego de adolecentes. Todo fue culpa de ese primer beso, lo sabía, arruinaría todo.

No logré dormir y después de una hora e volvió, de sento en la cama a mi lado y después de desvestirse se metió debajo de la manta dándome la espalda. Así sería a partir de ahora.

Había cometido un grave erro al venir aquí con un completo desconocido.

Había cometido un error al permitir que se acercarán a mi.

Había cometido un error al enamorarme de el..., ¿me había enamorado de el?

Los latidos de mi corazón se aceleraron al pensar en ello. Me había enamorado de una persona que solo me veía como un amigo.

Me desperté temprano, pase a su lado y después de correr una hora, me di una ducha y salí directo a la playa justo cuando él había despertado.

Pase una hora leyendo bajo la sombra en la arena, en realidad no entendía nada del libro. Miraba a Mary y a sus amigos a los que me había encontrado desde temprano en la playa. Ella era una de esas mujeres que mostraban mucho interés: —Freddy me dijo que te encontrabas mal, ¿ya estás mejor?

Si ya estoy mejor, casualmente ella me daba alergia.

Freddy se acercó a mi, enterró su tabla en la arena y se arrodillo a mi lado.

—¿Podemos hablar? —pidio.

—No —pase la página así como haría con el.

—Brandon deberíamos...

—Desde que llegue a Australia no tengo paz y todo es por tu culpa, me molestas Freddy, piérdete.

El apretó sus labios —Bien.

Quizás me había pasado. El paso junto a sus amigos, no parecía interesado en ellos tampoco y se metió en el agua solo aunque después de un rato ellos se unieron a él, en especial Mary, parecía un chicle viejo pegado a su pantalón.

—Hola —saludo el rubio de antojos metiendose en medio.

—Hola...Fran.

—¿Lees al revés? —señalo el libro.

¡Mierda!

Me rei —Es una nueva técnica de concentración. Puedes sentarte.

El ocupo el sitio a mi lado —Ya veo, mi hermano y sus amigos estan aquí, yo hubiese preferido quedaré en el hotel.

Me estire en la manta y seguí mirando a Freddy —No está tan mal, la brisa es tranquilizadora.

—¿Ustedes dos son más que amigos verdad? —señalo hacia donde miraba.

—No, solo lo conocí por una web de viajes.

Ni mentira, ni verdad.

—¿En serio? Y si te digo que los escuché hablando afuera del bar —me informo.

Que vergüenza —Yo..., lo siento.

—Tranquilo, solo te noto bastante frustrado está mañana, si necesitas desahogarte aquí está una persona desconocida encantado de escucharte —se ofreció.

—No creo que tenga mucho que decir, a penas lo conozco y es una de esas relaciones en la que solo uno de los dos cree que está en una relación.

—Y ese eres tu.

—Por desgracia.

—Sabes, levántate iremos a por un café.

Freddy se había molestado cuando me vio hablando con el, no tenía ganas de seguir discutiendo. Lo busque con la mirada y lo encontré conversando con Mary, el reía, como si nada malo hubiese pasado o al menos nada importante.

—Si, tienes razón, necesito café.

¿Nos enfadamos con Freddy?
¿Opinas que Brandon está siendo infantil o justo?
Mary, ¿Amiga o enemiga?
Déjame saber en comentarios te leo
Recuerda votar y sígueme en Instagram @paloma_escritora

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro