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Que decepción #35


Capítulo 35 

Qué decepción. 

Freddy 

¿Qué mierda era esta? Sí, era una broma de Brandon, no me hacía ni puta gracia. Sentía que iba a explotar ahora mismo, frente a mi padre y toda esta gente que no conocía. Mi corazón latía muy rápido, probablemente estaba más frío que un pingüino y si, tampoco podía respirar, me sentía con el agua al cuello..., peor aún, tendía que tenía la punta de una espada rozando mi garganta. 

Él me miró, no estaba mejor que yo, podía ver el nervio en su mirada y como soltó rápidamente la mano de su compañera, la cual no entendía nada, estaba muy tranquila al igual que el resto. Esto solo era entre él y yo.

—Te pasa algo Freddy, ¿te molesto que trajera a tu abogado? Tuve que pedirle a su padre que lo trajera, ya que no quería que te informará —hablo papá, dándome un ligero apretón en el hombro.

Trague y jadee —Necesito aire. 

Me aparte de él y camine hacia su oficina, una vez que cerré la puerta me desplome y pude respirar.

¿Qué estaba pasando? Se me había reunión todos los problemas en una misma habitación y esa mujer, ¿por qué carajos tomaba su mano? Brandon también me ocultaba cosas importantes, ese hijo de..., no, su madre no tenía la culpa. Más tarde lo mataría.

Enderece mi espalda, tome aire y abrí la puerta... Mierda.

Él estaba frente a la puerta, en compañía de mi padre y él suyo, volví a sentir que mi cuerpo se hundía en el suelo y quizás eso era justo lo que necesitaba, derretirme y volverme nada. 

—Aquí estabas, no importa pasen —papá los invito a entrar—. Siéntense.

Papá se sentó detrás de su escritorio y el padre de Brandon frente a él y a mi lado, mi querido movió permaneció de pie frente a nosotros, con porte recto y muy serio.

—Bueno, por desgracia, no me dio tiempo a darle la noticia a mi hijo —sonrió papá—. Me alegra que pudieras traer a tu hijo.

El padre de Brandon mostró una media sonrisa —No pasa nada, después de todo es trabajo. 

Aclare mi garganta —¿Qué está sucediendo?

¿Trabajo?  

¿Noticia?

¿Por qué teníamos que estar los dos aquí?

—Bueno, abriré un nuevo club y traspasaré la propiedad de Golden Dark a ti, te has hecho cargo de el de una manera excepcional y según escuché todo este escándalo está casi resuelto, ¿cierto? —papá miró a Brandon esperando una respuesta.

Él apretó sus puños —Estamos tomando medidas y...

—¿Por qué lo me dijiste antes? —interrumpí a mi novio.

Mi padre creía que Brandon trabajaba en el bufete que había contratado desde un principio, las noticias que escucho no fueron sobre el trabajo de Brandon, sino de los otros abogados. Estaba en la cuerda floja, con solo una palabra equivocada, todo se podría describir. Debía ser inteligente. 

—Quería hacerlo hoy, pero llegaste tarde —respondió papá—. Le pedí al señor Capelli que se encargará el de este trámite y dado que su hijo es tu abogado le pedí que lo trajera, es mi culpa que su padre no me dijera a qué venía, tuvo que ser así porque temía que informará a Freddy antes de tiempo.

Alce una ceja —Ser informado antes hubiera sido mejor.

En primer lugar, no me hubiera aparecido por aquí y mucho menos hubiese dejado que Brandon lo hiciera.

Los labios de mi padre se volvieron una línea fina —Creí que después de estos meses te convenciste de quedarte en el club y dejar de viajar, pensé que sería un buen regalo, ya que el baile y es espectáculo es algo que te apasiona, podrías hacer algo así...

Maldición. Ahora me sentía mal por ser tan negativo con respecto a esto.

—Puedo hacerlo sin necesidad de que sea mío...

Él me interrumpió —Quiero que sea tuyo.

Mordí mi labio. Me sentía avergonzado ahora, estábamos dándole un incómodo espectáculo a Brandon y a su padre. Seguramente mi padre quisiera un hijo como Brandon, que me sacrificaba incluso a mí por complacer a su papá, no sé si eso sea de todo bueno, mi padre nunca me ha pedido nada, tal vez esto sea lo mínimo que pueda hacer por él. Hacerlo sentir orgulloso. 

No me está diciendo que deje el baile, me está motivando a seguir a mi manera.

Tome aire —¿Me das cinco minutos?

Papá sonrió —Por supuesto.

Esa sonrisa, ya él sabía que yo aceptaría, me conocía muy bien. 

Me levanté y caminé hacia la puerta si siquiera mirar a Brandon, me detuve solo cuando él habló.

—Creo que debería estar con él, es mi cliente —dijo siguiéndome. 

Yo quería estar un rato a solas para no romperle los dientes. Llegué a la cocina, aún seguía sus pasos detrás de mí, pero lo ignoré porque no tenía nada que decirle. Lleve un vaso con whisky y él di un gran trago, el líquido quemaba mi garganta, ignore la molestia, era lo que menos me irritaba ahora.

Esa pelirroja, no recuerdo ni siquiera su nombre, pero estaba seguro de que era la misma de Australia, un poco cambiada, pero es normal. Significa eso que ellos siguieron en contacto y sus manos, se estaban tomando de las manos, claramente tenían una relación.

¿Qué era yo? El otro, el amante, el estúpido que creí ser el único y al final tenía los cuernos, pero que muy bien puestos. 

—No dirás nada —sentí su aliento en mi nuca.

—Toma distancia o te clavaré lo primero que agarre —lo amenace.

Él lo hizo, sentí como se alejó de mí.

—Solo quiero solucionar esto, antes de que lleguemos a cada —se explicó—. Sé que debes estar imaginando muchas cosas.

Me giré, él estaba apoyando en la encimera, la mirada algo cansada y los brazos cruzados. Encima iba a tener esa posición tan poco convincente y algo orgullosa, no lo iba a perdonar esta vez. 

—Esa es la ridícula que conociste en Australia —me acerque a él—. Recuerdo que cuando estuviste con ella dijiste que estabas seguro de que no te gustaban las mujeres... Mentiroso.

—No mentí, no me gustan...

—¡¿Que hace aquí?! —tire de su camisa.

Sus ojos recorrieron mi rostro y se detuvieron en mis labios. Sus manos sujetaron las mías y las llevo hasta su cuello, acarició mis nudillos suavemente y soltó un suspiro sin siquiera poder mirarme a los ojos. 

—Merezco que me castigues —susurro.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Lo empujé y me aparté de él, debía tomar distancia o lo haría y no de manera bonita. Ahora mismo quería destruirlo. 

—Deja de decir estupideces y responde mi puta pregunta —esta vez hablé en voz baja y calmado, aunque no lo pareciera—. ¿Por qué carajos está ella aquí? 

Trago, estaba nervioso —Nos volvimos a comunicar cuando regrese...

—¿Te acostaste con ella? —lo interrumpí.

Se la había tirado, estaba convencido de que lo había hecho. Todo este tiempo no hizo más que tener sexo con otras personas, ella era atractiva, quizás solo quería probar nuevamente si realmente era gay. 

—¡No! Jamás —respondió sin siquiera pensarlo dos veces—. Solo domos amigos desde entonces, no existe ningún tipo de relación romántica entre nosotros. 

—¿Amigos? —solté burlón—. Entraron tomados de mano.

Él mordió su labio y frotó sus ojos con frustración.

—Mi padre cree que es mi novia, yo le mentí con respecto a mis relaciones, ya que se estaba volviendo muy curioso, temía que descubriera algo de mí y lo iba a dejar, pero después de que nos vieran en el club le pedí que viniera aquí conmigo —explico—. Te juro que no tenía ni idea de que aquí viven tus padres, ni siquiera sabía a qué venía realmente.

Podría convencerme, pero no.

—Así que ella sabe que eres gay —me cruce de brazos—. ¿Lo sabe?

Si me decía que no lo sabía se podía ir olvidando de mí, incluso de él porque lo mataría.

—Sí, ella lo sabe desde hace mucho. Yo le dije y se ofreció a ayudarme —explico él.

Le reí —Oh, qué buena amiga, ¿hace cuánto estás con ella?

—Maldición, Freddy, necesitó que me entiendas y...

En ruido sordo que se escuchó cuando le di un bofetón fue horrible, ya habíamos pelado antes, pero prometimos nunca llegar a esto, sin embargo, se había pasado y ya yo no lo soportaba más.

Ahora entendía el daño que había una mentira y no quería minorizar lo que yo había hecho, pero él no tenía intenciones de darme mi lugar como si pareja, se lo había dado a otra persona. Se avergonzaba de salir con un hombre.

¿Qué vida me esperaba con él? Vivir en la sombra no era para mí, no me gustaba vivir con esa preocupación estúpida, no me importaba lo que pudieran pensar de mí.

¿No era suficiente que yo lo amara? Le importaban más las otras personas.

—Nunca tuviste la intensión de presentarme a tu familia, esa estupidez de boda, un perro e hijos solo fue una idea que yo tuve, seguramente en tu mente solo creíste que era un juego —me volvía a sentir ahogado—. Yo iba a decirle hoy a mi padre, por ti lo iba a hacer, porque quería que fueras mi novio y no mi jodido abogado.

—Freddy...

—¡No me pidas que te entienda! Yo era hetero y ahora solo te amo a ti, también me importa mi familia, pero quiero tener una contigo —lo empujé—, quería.

—Freddy, mi padre...

Él intentó volver a dar una explicación estúpida.

—Vete a la mierda Brandon.

Intenté volver a la oficina, firmaría ese documento y me haría cargo del club. Despediría a Brandon y no me importa si se entera de lo que hice, al final ambos estábamos mintiendo.

—Este será tu último día como mi abogado... —el tiro de mi brazo.

Me acorraló contra la pared.

—No quiero que firmes ese documento —pidió agitado—. Si algo él pasa al club, tú serás el responsable y la situación...

La situación está perfecta, me lo habían dicho mis abogados, todo iba bien.

—No te metas...

—Freddy... Oh —mamá se quedó rígida en la puerta.

Brandon estaba muy cerca de mí. Lo empujé y estiré mi camisa.

—Buenas noches, señora León —saludo Brandon.

Aclare mi garganta —Discutíamos sobre unos documentos.

Mamá no dijo nada, solo se hizo a un lado cuando pasamos a su lado. Nada más perderla de vista tomé a Brandon y lo empujé contra la pared.

—Le diré a mis padres, pero no por ti, le diré por qué es lo que soy y ellos merecen saberlo.

—Caramelito —toco mis labios—, te amo.

No de la forma que yo quería ser amado.

Ámame sin miedos, confía en que yo seré un escudo para ti, pero por favor, solo ámame sin miedo, yo me encargaré del resto. Eso él no lo haría.

Regresamos, mi padre y mi casi suegro estaban teniendo una charla muy animada.

—¿Y bien? —pregunto papá.

Sonreí —¿Dónde tengo que firmar?

Él mal raro no había pasado. Mi padre había quedado muy contento, pero eso no le impidió pedir que me quedara un poco más, dio un anuncio en el que habló de mí «un gran hijo,» me sentía algo avergonzado por las miradas e incómodas sonrisas de los asistentes. Lo peor era la cara de mi madre, se notaba muy distraída y pensativa, tendría que hablar con ella en cuanto antes y después lo haría con papá.

Todo esto me estaba superando. Me alejé de las personas con mi novena copa y me quedé en el jardín, aún podía escuchar sus voces, pero era mejor a verlos directamente a la cara. Odiaba ver a Brandon con esa mujer.

—Hola —esa molesta voz—. ¿Me recuerda?

Por supuesto que sí. La miré de arriba abajo.

—¿Debería hacerlo? —respondí quitándole importancia.

Ella no se derrumbó, seguía con esa sonrisa en su cara. Yo estaba amargado terminando mi copa y era mejor, por su bien, que se largara a mover el culo frente a su noviecito falso.

—Él me ha hablado de ti, sé que son pareja y créeme yo solo soy su amiga —se explicó, fue innecesario.

Me reí —¿Te dijo el que me dijeras esto?

Negó con la cabeza —Soy buena observando y noté que el estado de ánimo de ambos cambio, no quiero que te enfades con él, nuestra relación es...

—¿Amiga? —la interrumpí—. ¿Por qué aceptaste hacerte pasar por su pareja? No, mejor dime, ¿Desde cuándo?

¿Qué clase de buena amiga haría eso? Debería motivarlos a ser el mismo, no ayudarlo a ocultarse de sus propios padres.

—Solo quería ayudar porque su padre lo estaba presionando mucho, no tengo otras intenciones.

Eso no responde a mi pregunta —¿Desde cuándo? —insistí.

—Desde que volví de Australia —apareció Brandon.

Esa era la respuesta que quería. Entonces me mintió todo este tiempo y aun así lo mantuvo. Él no quería una relación formal conmigo, me quería mantener oculto. Él se quedó conmigo y su novia se retiró con una sonrisa tímida. Yo era el amante.

—La fiesta está finalizando, ya te puedes ir —le pedí.

—Volvamos a casa, por favor —pidió Brandon.

Me levanté dejando la copa en su mano —Me quedaré aquí.

Subí a mi antigua habitación, a mis padres nunca les importo que yo la usará y siempre la dejaron con mis cosas. Me acosté en la cama quitándome solo los zapatos y me hice un ovillo con la manta.

La puerta se volvió a abrir, sabía que Brandon no subiría aquí y por los ruidos de tacones y el olor suave sabía que se trataba de mi madre. Ella se sentó a mi lado y acaricio mi cabello.

—Ya se fue tú..., amigo —hablo ella algo insegura.

Asentí —Me quedaré a dormir aquí hoy.

—Bien, te haré tu desayuno favorito en la mañana —beso mi mandíbula—. Hoy fue un día largo para ti.

Esto era incómodo.

—¿No harás preguntas?

Se encogió de hombros —¿Debería hacer alguna? Es decir, tengo muchas preguntas, pero creo que solo debería escucharte y ya está.

Suspiré —Pensaba decirles hoy que tenía una relación con un hombre..., con él.

La mano de mi madre estaba congelada, se acostó a mi lado y me abrazo.

—Está bien, mejor duerme.

Me hizo bien dormir, lo necesitaba después de tanta tensión. Yo esperaba decirle a mis padres que era gay y sucedieron cosas que no me esperaba. Brandon me estaba engañando, mi madre nos descubrió en la cocina y ya sabe que soy gay, soy el nuevo dueño de Golden Dark y tengo una mañana de mierda.

Bueno, el desayuno junto a mis padres estaba más que bien, mi madre había hecho todo lo que me gustaba, estaba extrañamente animada esta mañana, pensé que sería lo contrario y mi papá se veía relajado y feliz, yo era el único amargado.

Lo peor es que no sabía qué hacer con Brandon, ahora mismo nada. Creo que tenía derecho de tomarme un tiempo lejos de él y eso haría. Recogería mis cosas y volvería con Eros hasta que mi mente logrará aclararse.

—¿Por qué te da cara? —pregunto papá—. No estés preocupado, solo tienes que hacer lo que has estado haciendo todo este tiempo con el club, lo harás bien.

Claro, él no sabía lo que pasaba realmente. Tal vez no debía decirle ahora mismo.

—Deja de presionarlo, tiene mucho en la cabeza —mamá limpio mi mejilla.

Los endureció la mirada y nos observó —¿Qué no me has dicho?

Me atraganté con el jugo las palmadas de mi madre en mi espalda casi me sacan un pulmón.

—Nada —dije con la voz ahogada—. Bueno sí.

Sí que tenía que decirle algo.

Él se cruzó de brazos y mi madre palideció. Esto yo me ayudaba mucho.

—Muy bien, dilo —me animó.

«Creo que soy bisexual,» no, esa es una respuesta insegura.

«Soy bisexual,» demasiado directo.

«Estuve con un hombre y me hice bisexual, pero no teman, ya me puso el cuerno,» información innecesaria. Además, el cuerno era yo.

—Mira la hora, tengo algo que hacer —me levanté rápido y salí del comedor.

—¡Freddy! —me grito él.

Odiaba que me levantará así y me fuera.

—Vengo mañana, los amo.

Por culpa de Brandon, ahora no sé cómo decirle, yo pensaba empezar por un discurso que explicará lo mucho que me había enamorado antes de decirle de quién se trataba, pero justo ayer él lo vio con otra mujer.

¿Qué diría ahora?

«Papa soy gay, y el que creía el amor de mi vida no me quiere para nada serio.»

Soy un idiota. 

Llegué a casa, mentalice en el ascensor antes de llegar a su piso como lo trataría. Sería frío, entro y salgo, así de fácil.

¿Uso las llaves? Sí, metí las llaves en la cerradura, pero antes de que pudiera abrir la puerta, ya él lo había hecho, aún llevaba el traje de ayer algo desordenado.

Soltó un suspiro de alivio cuando me vio —Al fin estás aquí.

Alce una ceja —Te dije que me quedaría en casa de mis padres.

Pase por su lado y me fui directo a la habitación, tenía todo aquí, pero de momento solo me llevaría un poco de ropa. Él me siguió a la habitación.

—Mi amor, ¿Qué haces? —pregunto con la voz temblorosa.

Frialdad.

—Me llevo mi ropa —respondí.

Él tomó mi mano y me detuvo —Deja de hacer esto, igual tenemos que vernos, estamos trabajando juntos.

¿Trabajando? Maldición, aunque quisiera, no podría despedirlo así nada más, le traería muchos problemas y no era justo. No quería hacerlo sufrir tanto.

Bien, lo dejaría mantener el trabajo hasta que encontrará una solución para esto.

—No voy a compartir la cama contigo —le advertí. 

—Freddy... —Intento hablar.

—No me apetece ver tu cara al desayunar, ni ver tu culo cuando te duchas —lo hice a un lado.

—Freddy, quédate —suplico—. No quiero que nuestra relación termine, si me das tiempo...

—¿Relación? Si claro, lo fue a tu manera y ahora el tiempo me lo tomo yo —aclare.

—Me estás destruyendo con esto —tomo mis manos—. Yo no puedo vivir sin ti.

Me aparté —Quita, me voy con Eros, nos vemos en el club y no intentes convencerme.

Cerré la puerta y corrí al ascensor, quería gritar y llorar. Eso fue muy difícil.

Cuándo llegué al apartamento de Eros me sentía hecha mierda, mi cuerpo estaba cansado y mis ojos ya dolían. Había parecido un alma en Lena llorando en la moto, qué vergüenza.

Me encontré a Eros en el sofá, con una cerveza y cara de haberse despertado ahora mismo.

—¿Decepción amorosa o ya se cansó de ti? —pregunto.

—Un poco de todo.

Freddy está muy molesto ಥ⁠‿⁠ಥ pero el también mintió.
¿Cuál de estos chicos merece ser perdonado y a cual no perdonarían?
Dejame saber en comentarios y recuerda dejar tu voto.

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