Nuevamente mío 28
Capítulo 28
Nuevamente mío
Brandon
Me termine mi copa de vino sentado en la barra mientras veía a Freddy moverse sobre una de las mesas, sin duda alguna este lugar valia la pena solo cuando el estaba aquí. Tenía la habilidad de empezar a animar el sitio con solo entrar por la puerta, los empleados lo amaban y la mayoría de las personas que visitaban con regularidad el club ya lo conocían.
No me causaba ningún tipo de incomodidad verlo bailar, era demasiado bueno en ello y su sonrisa se volvía contagiosa ¿Tan feliz le hacía bailar?
Cualquier tipo de música, el podría improvisar un baile de la nada no importa que canción pusieran y sus bailes, parecía que dominaba unos cuantos tipos de estilos de danza. Había algo en sus movimientos que lo volvían hipnótico, era sensual, carismático, posesivo y caliente, todo lo que hacia se veía así.
Deje la copa vacía a un lado y después de que nuestros ojos se encontrarán me levanté para volver al trabajo, me encantaría quedarme por más tiempo mirandolo divertirse, pero debía volver al trabajo. Le había pedido venir al club porque necesitaba revisar algunos contratos de los empleados. Quería saber si alguno de ellos pudo estar involucrado en toda esta situación y colaboración con la mafia.
Me senté frente a mi escritorio, sin siquiera poder borrar la sonrisa de mi cara.
Uno
Dos
Tres
—Churri —entro con una sonrisa en el rostro—. ¿Todo bien?
—Hola mi amor —di unos golpes en mi pierna—. Estás sudoroso.
Su camisa estaba abierta y su piel brillaba. Se sentó en mis piernas y tomo alguno de los documentos que revisaba, escondí mi rostro en su cuello y dejé un beso en su piel salada.
—¿Es idea mía o últimamente estas pegajoso? —pregunto tomando mi mandíbula para que lo mirara a la cara.
Estoy enamorado otra vez, esa era la respuesta.
Bese la palma de su mano —Me falta amor, dámelo.
Alzo una ceja y dejo un pequeño beso en mis labios —Pense que no querías que nos vieran.
—No importa —lo abrace más fuerte.
—¿Seguro que no estás así por celos? —indago.
Lo pensé un poco y negué con la cabeza —No estoy celoso.
No mentía, no me ponía celoso verlo bailar, si solo era bailar y nadie lo tocaba por mi estaba bien, seguramente sería otra cosa si lo veía en el club de strippers, ahi no había ni una sola mujer que no alargará la mano para intentar tocar un poco de el. Eso sí que me hacía sentir celoso y no solo por el hecho de que sean mujeres y Freddy bisexual, es por el hecho de que es mío y solo mío, estaría igual de celoso si se trataran de hombres. Ahora que lo pienso, lo conocí cuando estaba negociando con un cliente masculino ¡Maldicion! Ahora sí que estaba celoso, mi novio era todo un caramelito.
Tome aire —El celoso aquí eres tú.
Hizo una mueca —Es que aún no veo la definición de amistad con ese..., como se llame, cara de cabra.
Me rei —No le digas así.
El levantó mi mentón con un dedo —Es que mira esos ojos, a todos les gustaría perderse en ese cielo.
Acune sus mejillas entre mis manos y lo bese —Ya yo me perdí en el Averno de tus ojitos.
—¡¿Me estás diciendo demonio?! —se ofendió.
—¡No! Lo dije en el buen sentido, fue romántico, tus ojos son oscuros y pues tú me compraste con el cielo —intente explicarlo.
Se sentó en la mesa cruzado de brazos —Asi que tú eres un ángel y tú un demonio, que relación tan prohibida.
Acaricié sus piedras —Soy angel caído, por tu culpa.
El tenía toda la culpa de que yo cerrara los ojos y me lo imaginaba desnudo en la cama, si no fuera por esa primera vez que lo ví como vino al mundo no hubiese crecido tanto mi obsesión por el, falso, hubiese sido peor, querer algo que nunca he visto es mucho peor.
El relamio sus labios —Muestrame de que tengo culpa yo.
Suspiré —Es que eres mi vicio.
—Puedo grabarte diciendo eso, se escucha muy sexi —pidio colocando sus pies en mis muslos.
Me metí entre sus piernas —No puedes, no más vídeos.
Tal vez no debí decir eso. El acababa de descubrir que yo había tenido ese vídeo en la cámara durante todo un año, sinceramente no me di cuenta que era su cámara hasta un tiempo después, después me torture revisando el contenido y si, ví ese vídeo un par de veces, no voy a mentir.
Sabia por su cara que estaba pensando en lo mismo que yo.
Chasqueo sus dedos —Cierto, tú tenías un vídeo y yo nada, ¿que tanto hiciste con ese vídeo caliente?
Abrí un poco su camisa y negué con la cabeza —Fui bueno.
—Mentiroso —me empujó y se sentí a horcajadas sobre mi—. Di la verdad, ¿cuántas veces te tocaste viendo el vídeo?
Atrevido y vulgar, lo adoraba.
Mostré dos dedos —Solo dos.
Mire hacía la puerta, el estaba en una posición algo comprometedora y le sería difícil levantarse rápido.
El siguió mi mirada y mostró una sonrisa juguetona —Si no me muestras como lo hiciste, creo que no me levantaré de aquí.
—¿Que?
¿Que estaba pidiendo exactamente? No quería adivinar.
—Tocare Brandon, antes de que alguien nos vea así —abrio su camisa y comenzó a tocar su torso con sensualidad.
¡Que no haga eso! Tome aire y mire lo que hacia con su cuerpo, sinceramente ahora empeoraba todo, el hijo del duelo del club Golden Dark estaba con la camisa abierta y sobre su abogado, no era algo bonito de escuchar, pero si de ver y yo podía verlo.
Tocó el bulto de mi pantalón —Miralo, ¿te calienta saber que nos pueden atrapar?
—No es eso —mi voz salio temblorosa—. ¿Tu te has visto? Eres lo que me calienta.
Sonrió —Ya enséñame —insistio.
¿Realmente quiere que me toque frente a el, en si oficina, con mucha gente detrás de esta puerta? Desató el cinturón de mi cadera y soltó el boton para luego bajar la cremallera, tomo mi dureza, pero no hizo nada, solo tomo mi mano y la dejo sobre ella.
¿En serio? Lo mire a los ojos, estaba excitado con solo esto. Bueno, me gustaba complacer al muy pervertido de mi novio, al final si va a ser verdad que es un demonio.
Me relaje en el asiento con el encima, me toque despacio tal y como lo hacia cuando estuve solo mirando nuestro video, ahora era mejor porque lo tenía a él sobre mi. Mire hacía la puerta, estaba preocupado, era difícil concentrarse con el miedo de que alguien abriera la puerta y se llevará una sorpresa.
El tiro de mi cabello y me hizo mirarlo —Solo concéntrate en mi.
Mire hacía su entrepierna, el abrió su cremallera y tomo su erección para tocarse frentes mi. Los gemidos se volvieron cada vez más sonoro, intenté morder mis labios para callarlos, pero el tiro de mi labio y metió su dedo pulgar en mi boca.
—Me gusta escucharte —pidio.
Pero al que pasará cerca no le gustará, aunque la música lo haría difícil, había que ser muy chismoso para dela nada poner la oreja.
El soltó un jadeo se movió sobe mi atrapando mi garganta con su mano libre. Hundí mis dedos en su espalda y jadee gustoso cuando ambos nos dejamos ir. Se dejó caer sobre mis brazos con la respiración agitada y el cuerpo tembloroso.
—¿Así lo hiciste? —susurro en mi oído.
Tome aire y negué con la cabeza —Esta vez fue mejor.
Tuve que llevarme algunas cosas a casa, por supuesto, se suponía que tenía que trabajar a esta hora y desde aquí porque al gran señor Freddy León le aterraba que la información saliera del club, una estrategia para mantenerme a su lado, porque el mismo propuso que me llevará algunas cosas a casa.
Era cómodo regresar a estas horas con el sentado a mi lado en el coche, me traia recuerdos, estuvimos así por muchas horas mates uno junto al otro, mirando la carretera y hablando de cualquier tontería.
—Freddy...
El se metió un caramelo en la boca —Dime Churri.
Tome su mano pegajosa por sus caramelos —Te amo.
—Y yo a ti.
Así que de esto se trataba el amor verdadero, elegir siempre a esa persona. Por extraño que parezca había tenido dos experiencias diferentes en el amor con la misma persona, supongo que todo tiene su momento.
Después de un rato ya en casa mis ojos ardían, la única lámpara que iluminaba mi escritorio ya está molesta y las líneas que leía parecían está en chino. Mire la hora, eran las tres de la madrugada, con razón tenía rato sueño.
Freddy quien aseguro que se quedaría despierto hasta que yo me fuera a la cama soltó un ronquido, estaba en la cama hace horas abrazando una almohada y cubierto con la manta hasta la cabeza. Me estaba tentando a irme a dormir, pero ni siquiera había acabado.
Tome algunos documentos y me acosté en mi lado de la cama para estar algo más cómodo. Nuevamente nada de lo que tenía me servía para algo, todo esto era un desastre o tal vez yo era tan mal abogado que no veía la solución de los problemas.
Me sentía frustrado.
Ya no solo era mi cliente, ahora era mi novio. Antes pensé que si ganaba o perdía esto estaba bien, no sería mi culpa, pero de solo imagínar lo que le pasaría a Freddy y su familia si estos escandalos y chantajes llegaban a la policía me sentia ansioso. El estaría destrozado su algo le pasa al club o a su padre, conociéndolo se sentiría culpable por todo.
Debía seguir esforzándome, tal vez le pida ayuda a mi padre, algún consejo o informa que pueda conseguirme, nunca hacía esto, pero por el lo haría. En el bufete de mi padre estaban los mejores abogados de toda la ciudad, con un chasquido de dedos encontraban toda la información necesaria así estuviera bajo tierra.
El se removio incómodo —¿Sigues despierto?
Suspiré —Esto es un desastre,
Se estiró como un gato perezoso en la cama —¿Necesitas que te ayude?
Negué con la cabeza —Aun no encuentro a nadie que me pueda servir, todos los empleados firmaron contrato hace menos de un año, seguramente ninguno sabe nada.
Freddy bostezó —Por supuesto, despedí a los viejos.
—¡¿Que!? ¿Por qué los despediste?
Mejor preguntaba: ¿Por qué no me lo había dicho antes? Parecía un idiota revisando estás cosas para nada, aunque al menos no revise el resto, hubiese sido para nada.
Aclaro su garganta —Tom el asistente de mi padre los había contratafo, era difícil saber quién está a o no detrás de esto, ese viejo tarado los favorecía demasiado y ninguno dijo nada así que los eche a todos.
—Pues dudo que nos ayuden después de que los dejaras sin empleo.
¡Maldición! ¿Por qué todo era tan difícil? Nada de lo que teníamos probaba que la familia León se negó a vincularse con la mafia, el lavado de dinero y la venta de sustancias en el club, nada probaba que ese asistente había manipulado todo aprovechando que el señor León estaba enfermo y que nadie más se hacía cargo del club, decirlo solo así no sería relevante para un juez. Si tuviésemos algunos testigos fuera genial.
—¿Cómo podrían ayudarnos? —se volvió a acurrucar en la cama.
Lo empuje con mi pie —Pues podrían decirnos si vieron o escucharon algo con referente a ese Tom ¿Te das cuenta que no tenemos nada y que tu familia está siendo amenazada?
Suspiró —Lo se, pero son las tres de la mañana churri, ya duérmete.
Volví a empujar —¿Por qué no estás preocupado?
—Tengo fé.
¿Cómo?
Tenía que contar hasta diez para no matarlo, ¿que hacíamos con la fé? Su familia, el club y mi trabajo estaba en riesgo si no lograbamos defendernos de una manera legal de esos chantajes.
—Freddy..., vete a dormir al sofá, ahora mismo tengo ganas de arrancarte la cabeza —le pedí.
—Ay una señora... —hablo rápidamente después de mi amenaza—, que decidió irse por su cuenta, su hija acababa de tener un bebé asi que no la eché ella renunció para ir con su familia. De hecho era muy cercana a mi padre, ella siempre dijo que Tom no le agradaba, pero era discreta y como la mayoría le temia a Tom así que no dijo mucho más.
Bien, está información era buena, tenía que amenazarlo más seguido.
—¿Una señora? ¿Que hacía en un club como ese?
Era eso ver a una mujer mayor trabajar a altar horas de la noche, hasta la madrugada. Quizás su cargo no era tan complicado.
—Bueno, ella era la encargada de la limpieza y tenía acceso a todo, era la primera en llegar para organizar todo, se iba antes de que abriera y llegaba un poco antes de que cerrara —exolico—. Prácticamente ella y Tom tenían los mismos horarios de entrada y salida y conociendo a ese viejo no haría nada raro cuando hubiesen demasiadas personas presentes.
—Necesitamos hacerle una entrevista —esa era la solución.
—Puedo conseguir su número solo si...
—¿Solo si?
—Si no me echas al sofá —se cubrió con la manta—. La cama es muy cómodas y tú hueles rico.
Alce una ceja —No importa, necesito ir personalmente. Para este tipo de cosas a veces hay que presionar un poco ya que a la mayoría de la miedo hablar.
—¡Genial! Viajaremos juntos, otra vez —solto entusiasmado.
—Ire yo solo —le advertí.
—Pero...
—Tu tienes que hacerte cargo del club, fin de la charla —le di la espalda y cerré mis ojos.
Después de unos segundos me abrazo y comenzó a dejar algunos besos en mi mejilla.
—¿Y mi sexo? —pregunto.
¿En serio? Eran las tres de la madrugada.
Empuje su mano que se estaba aproximando demasiado a mi pecho.
—Vete al sofá, aún estoy molesto contigo.
—Esta bien, me quedo aquí en silencio.
Seguramente no era sano hacerlo a diario y varias veces al día, que difícil era tener una relación estable y convivir con este ser humano que se despertaba pensando en sexo y se iba a la cama pensando en más sexo. En esta casa me sentía acosado, ya no podía salir del baño envuelto en una toalla tranquilamente porque me asaltaban en la misma puerta. No me puedo quejar tanto, lo disfrutaba y mucho.
El romance podía esperar, me enfocaría en solucionar esto y tal vez después sea mejor para que nuestra relación avance.
Me desperté tres horas después a pesar de no haber dormido nada, tenía que encontrar a esa mujer, después de trabajar toda la mañana, encontré entre algunos documentos una vieja dirección y un número telefónico que ya no existía, al menos tenía su nombre, pero adivinen, no existía en ninguna red social ¿Que le pasa a la gente que no tiene Instagram, minimo facebook?
—Buenos días —aparecio Freddy en el comedor, con los ojos hinchados y el cabello hecho un desastre.
Lavante mi teléfono, hice una foto con disimulo y lo volví a dejar sobre la mesa. La usaría para futuros chantajes.
—Buenos días mi amor —murmure concentrado en mi trabajo.
Se inclino para dejar un beso en mi labios con su aliento de dragón que acaban de cenarse una cabra muerta. Así eran la relaciones, me repetí en mi mente para no darle una patada y mandarlo a cepillarse los dientes.
Se sirvió mucho café en la taza más grande que encontró —¿Que haces?
—Trabajo —respondi.
Miró su reloj de pulsera —Son las nueve de la mañana, ¿desde cuándo estás trabajando?
—Desde las seis —le informe.
Bufo —Te chupo el diablo o eres vampiro, ¿no duermes?
Me quite los lentes —Cariño he pensado seriamente en nuestro futuro, quiero un perro y conocer a mis suegros como Brandon no como su abogado.
El mordió su labio —¿Un perro? Yo quería ir más lejos, no se, embarazame, hazme un hijo, yo que se.
—Cariño, somos hombres —le recordé por si se le había olvidado.
—Ya se, pero ponte creativo, pide cosas más serias —mostro su mano y mlvio sus dedos—. No tengo anillo.
Me rei —Bien, ya capte la indirecta, me pondré creativo ¿Tienes que hacer algo hoy?
Pensó un poco —Si, pero si me lo vas a pedir hoy no.
Freddy era muy intenso, como un niño pequeño al que le dabas una noticia y no paraba de preguntar y preguntar. Pensaría en eso del anillo, después de todo el me había regalado uno y sería bonito que tuviera algo mío en él. Su anillo no me permitió olvidarlo ni a él ni a nuestro viaje por Australia, era un recordatorio constante del hombre que amaba.
—No sabrás cuando, ni como —le informe.
Lo haría, ya era un hecho. Me podría romántico y creativo para sorprender a mi caramelito con una linda promesa tal y como el hizo.
—Genial, eso me pone mas nervioso —removio su cabello—. En una hora tengo que ir a ver a Eros, tenemos que probarnos el vestuario para el espectáculo de esta noche.
Hice una mueca —Quiero conocer a Eros.
El palideció —Bueno, es un poco desastre.
—¿Más que tu?
Lo dudaba.
Lo pensó un poco —A veces.
No importa, quería conocer al hombre con el que mi novio convivía y pasaba mucho tiempo y no eran celos ¡Si eran!
Mordí el interior de mi mejilla, tenía que disimular o se reiria de mi.
—Asi que está noche tienes espectáculo —eso no sonaba muy bien.
—Si quieres puedes venir a verme —ofrecio.
—No soy tan masoquista como para ver cómo me pones el cuerno —solte sin pensarlo mucho.
Escupió su café devuelta en la taza y tosio un poco —¡Brandon! Yo no te pongo el cuerno, solo bailo.
Alce una ceja —Como sea, ten un lindo día.
Odio ser así, ni siquiera podía disimular mi molestia. No me agradaba mucho que trabaje en ese club, pero tampoco me sentía con muchos derechos de decir algo ya que yo lo conocí siendo un bailarín de ese tipo. Si no me gustaba debía hacerlo sabido antes no ahora que ya estábamos en una relación.
Pellizco mi mejilla —No trabajes mucho, si quieres ve a verme y tal vez regrese tarde.
Me cruce de brazos —¿Que tan tarde?
Forzó una sonrisa —Como a las tres.
Genial, soy un súper cornudo. Tantas mujeres tocaran a mi churri hoy.
Suspiré y tome un juego de llaves que mantenía en el florero solo por su alguna de las chicas perdía la suya.
—Toma —las deje frente a él.
Las toco con un dedo —¿Para que son?
No lo mire, seguía molesto —Son las llaves de casa, no llegues tarde y despiértame cuando llegues porque te revisaré desde los pies hasta la cabeza y te lo advierto Freddy se cuáles son mis marcas y cuales...
Me interrumpió con un beso —Darme las llaves de tu piso es lo más sexi que has hecho por nuestra relación.
¿Que tenía de sexi eso?
—¿Si?
Asintió —Vendre temprano, así que espérame desnudo y dormido porque quiero que me revises y dejes nuevas marcas.
Abrí mi boca sorprendido —No hablaba de sexo yo...
Volvió a besarme —Te amo tanto mi rubio caliente.
¿Que carajos le pasó? Se levantó y se fue a la habitación caminando como el hombre más feliz del mundo. Solo fueron unas llaves.
Disculpen la demora para actualizar, estoy de viaje.
Espero les guste y si tiene errores perdón, lo revise rápido pero lo arreglaré mas tarde
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