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Golpe de realidad

Capitulo 13

Golpe de realidad

Freddy

Me di cuenta que otra vez había conocido a alguien que no me necesitaba para nada, pero que aún así yo deseaba tenerlo. Era un ser humano después de todo y su rechazo también me causaba cierta molestia. De alguna manera quería arreglarlo, pero cada vez que me acercaba a él o abría mi boca parecía alejarlo aún más de mi.

No sabía que hacer, esto era frustrante. Quería besarlo hasta conseguir que me volviera a mirar como antes, en cambio si me acercaba el azul de sus ojos se convertirá en una aterradora tormenta. Temia abrir la boca y arruinarlo más, yo no sabía explicar muy bien las cosas y el las entendía de un modo diferente.

«Conoces mi punto de vista sobre relaciones.»

¿Por qué dije eso? El no me había malinterpretado,no, lo entendio muy bien, entendió que yo no quería tener una relación romántica con nadie y eso era justo lo que yo dije, era un estúpido, porque justo ahora estaba temblando de miedo por la idea de perderlo.

Aún en el agua no podía dejar de mirarlo con ese idiota, otra vez detrás de él.

—¡Mierda!

Me deje atrapar por una ola y golpeé mi costilla con la tabla de surf, había sido doloroso a punto de no poder respirar.

—¿Estás bien? —me pregunto Bianca acercándose a mi.

—No —confese.

—Parece que tu amigo tiene compañía —señalo ella.

Así es. Volví a mirar hacia ellos, Brandon ahora estaba recogiendo sus cosas para irse.

¿Se iría con ese estúpido?

¿No me diría ni media palabra antes?

Salí del agua tan rápido como me fue posible, debía atraparlo y lo encontré entrando en la caravana.

—¡Brandon! —lo llame.

El rodo los ojos, ni siquiera disimulaba —¿Que ocurre?

El rubio de anteojos estaba esperando a un lado apoyado en su coche. Sobre mi cadáver estos  dos iban a salir juntos.

Entré seguido de el, se estaba desvistiendo y no dijo nada en mi presencia tampoco se detuvo. Bueno a estás alturas ya le había visto hasta el lunar de la nalga.

—¿Que haces? —le quite la camisa de las manos.

Me estaba ignorando a propósito.

—Vestirme —respondio tranquilamente.

—Ya se que te estás vistiendo, ¿para que lo haces?

Hablé muy mal de la gente tóxica y mirenme ahora, parecía un novio acosador. Ya lo decía mi madre, nunca escupas para arriba o te cae en la cara.

Me arrebato la camisa —Saldre por ahí, estoy aburrido.

—Ni siquiera lo conoces —aprete mis dientes.

El sonrió—. A ti tampoco.

Era muy diferente.

—¿Sabes lo que quiere de ti?

Sexo, lo veía en su cara. Estaba mirando a mi churri como si fuera su nuevo postre y no era su nuevo postre, era mi postre favorito ¡Mío!

—Tomar un café.

Solté una carcajada —Ay no me digas y yo soy hetero, no me enfades más Brandon, te quedas aquí conmigo.

El imitó mi risa —Te jodes Freddy, no soy tu novia la sumisa, quizás Mery este dispuesta a serlo.

¡Malditos celos!

¿No se supone que con un hombre sea diferente? Pues no, quien dijo que las mujeres eran celosas nivel dios, nunca estuvo en una relación con Brandon..., y nunca estará porque es mío.

El término de abotonar su camisa y dándome un empujón salió de la caravana. Así que jugariamos de esa manera. Muy bien.

Cuando salí el muy estúpido lo miraba con una sonrisa, tome a mi churri del brazo y tire de el hacía mi ignorando el punzante dolor de mi costilla. Atrape sus labios temiendo su rechazo, pero era imposible, la conexión que existía entre los dos no lo permitiría y aunque no respondió de la manera que me hubiese gustado tampoco me rechazo.

Cuando nos separamos me miró a los ojos, una sombra cruzaba su rostro y yo temi por mi vida.

—Te espero a la salida de la playa —dijo el rubito de anteojos.

«Eso, vete a tomar por culo.»

—¿Creés que soy tu perro? —pregunto Brabdon una vez quedamos solo.

—¿Que...?

—¿Que soy ahora? ¿Tu compañero de caravana al que te follas de momento? —pregunto con el rostro rojo y la mandíbula apretada—. ¿Un calentón o un experimento?

—Brandon..., ¿que carajos estás diciendo?

Me interrumpió e ignoro mi pregunta —Si no lo tienes claro entonces cierra la boca y alejate de mi, pero no me humilles llamándome compañero y al otro día besándome delante de una persona que me agrada.

—¿Cómo que te agrada? Explica en que sentido.

—Te estan esperando, ya vete Kang —fue su respuesta.

—No me llames asi.

—Ese es tu nombre.

—¡No lo es! —atrape su mandíbula—. Ya deja de mirarme así.

El tomo mi cuellos y me empujó hacia la caravana, otra vez mi costilla dolió. Mordió mis labios hasta que sentí un ligero sabor a sangre y era un masoquista porque eso me excitaba. Presionó su rodilla contra mi entrepierna y paso su dedo por la herida de mi labio.

—Quedate —pedi.

Yo nunca rogaba, pero nunca antes me había sentido así.

—No.

Mordí su cuello con fuerza, chupe y pase mi lengua mientras el ahogaba un gruñido en la palma de mi mano, cuando me separé había una linda marca en su cuello. La podría notar cualquiera y eso para mí era más que suficiente.

—Ahora intenta irte con el...

No me esperé el bofetón que me dio.

—Eres un imbécil —dijo antes de irse.

—¡Brandon!

Ni siquiera se giro, golpee la caravana con mi puño cerrado, mala idea.

—¡Ah, maldición! —me queje, adolorido.

—Oye, puedes dejar de lastimarte —pidio Mary.

¿Esto podía empeorar?

No menti cuando dije que hubo sexo entre nosotros, fueron un par de ocasiones, pero jamás existió esa intimidad que tengo con Brandon. Yo nunca la abrace, no disfruté de su olor mientras dormíamos, ni siquiera recuerdo que me quedara a dormir con ella, jamás la bese frente a nadie o solo porque me apetecía hacerlo, siempre fui de esa manera con todas las mujeres con las que estuve. Era estúpido, pero a Brandon quería complacerlo, quería volverme indispensable para el y mira con la facilidad que el lograba irse de mi lado.

—No te rompiste la costilla, pero tus nudillos están hechos mierda —me informó ella terminando de vendar mi mano.

—Mañana estará bien, gracias.

—El es muy atractivo y caliente, si no fuera tu novio ya te lo hubiese quitado —comento burlona.

Me rei —No es mi novio.

Alzo una ceja —¿No? Parecía que si cuando lo besaste, nunca has hecho eso frente a nadie y la manera en la que lo miras, incluso olvidas dónde estás —hundio un dedo en mi costilla.

Hice una mueca —No lo sé, solo no se lo he preguntado, ni el a mi.

Ella empezó a reír —Hay cosas que no se preguntan porque ya son muy obvias.

—No pensé que me gustará un hombre —confese—, y no se lo que debería hacer con el.

Ella acaricio mi mejilla —Solo entrega todo eso que sientes hacía el y si para Brandon es suficiente o no ya el tiempo lo dirá.

—Gracias.

Después de eso ella volvió con sus amigos y yo me quedé como un loco esperando a Brandon. No deje de enviarle mensajes y dejarle llamadas, nunca respondió y ni siquiera había leído mis mensajes. Me comenzaba a preocupar, porque no conocia a ese hombre de nada, podría hacerle daño, aunque me costaba creer que con el tamaño y el cuerpo de Brandon alguien se atreviera a hacerle algo, solo su cara de pitbull con hambre ya era una advertencia de peligro.

—Contesta churri —pedi, pero el volvió a ignorar la llamada.

Tal vez le había pasado algo. Sería estupido llamar a la policía, solo habían pasado cuatro horas desde que salió y era un adulto.

¿Cuánto se tarda en tomarse un café?

Salí de la caravana y camine un poco por la zona de descanso, esperaba verlo llegar el cualquier momento.

—Freddy, ¿cenas con nosotros? —ofrecio Mary.

Estaba pasando un rato agradable junto a su caravana y sus amigos. Mire la bicicleta junto a ella y se me ocurrió que tal vez ya era momento de buscar a mi caramelito.

—¿Es tuya?

Cinco minutos después salí pedaleando en busca de Brandon. Llevaba años sin montarme en una bicicleta y quién dijo que era igual que una moto miente, no me concentraba en pedalear y girar el timón a la vez. Mire a mi alrededor en busca de un rubio de casi dos metros, no sería tan difícil de buscar, pero sopresa, ¡Australia estaba llena de rubios!

Estaba vestido de azul claro y sopresa, ¡la mayoría aquí usaba colores claros! ¿Que le pasaba a esta gente? Parecía que se habían clonado.

¿Cómo podía empeorar mi día? ¡Lluvia!

Llegué empapado y otra vez, sorpresa, ahí estaba el, tumbado y leyendo un libro.

—Al parecer también saliste a divertirte —murmuro.

Sopresa, me montaria un ataque de celos.

—¿Divertirme? —lo tome del cuello de la camisa e hice que se levantará—. Salí a buscarte, ¿te tragaste todo el café del pais?

Sonrió —No.

—¿Por qué apestas a alcohol?

Me dió un empujón en la mano.

—¿Que pasa? —empezo a reír—. ¿Folla mal tu amiguita?

¿En serio?

Presioné mis labios contra los suyos —Al único que voy a follar es a ti ¿Dime qué hiciste?

—Bebimos un poco y me invitó a su habitación de hotel —confeso.

—¡Brandon! —los matare a ambos.

—No fui, pero debí haber ido.

—Te voy a matar —lo arrastre hasta la cama.

El sonrió al caer, iba tan ebrio que no media sus palabras o la gravedad de lo que estaba diciendo.

—¿Duele? —pregunto apoyándose en sus codos—. A mí me dolió, creo que mas que a ti.

—¡Yo no me fui con ella!

Tomo mi mentón y susurro contra mis labios —No se porque te molesta, solo soy tu compañero...

Lo bese. Necesita que se callara y dejara de decir esa tontería, tenia que hacerle saber que lo deseaba más que a nadie en este mundo y que solo el podía convertirme en su esclavo y pagarme con besos, no había nadie más quien quisiera ahora. Debí demostrarlo antes.

El se quedó quieto con una pequeña sonrisa cuando abrí su camisa, bese el hueco de su cuello y mordí su pecho.

—No vuelvas a irte —le advertí.

Atrapó mi mentón —Estoy jodidamente celoso —su sonrisa se esfumó—. Me muero de celos Freddy ¿Por qué? ¡Dime!

—Te amo —susure.

¿Que me fume? Dije eso sin pensarlo, pero ahora me sentía mucho mejor al decirlo.

El rozo su nariz con la mía —Mentiroso.

¿Mentiroso?

Lo empuje a la cama con brusquedad.

—Explica mis celos —pedi contra su boca—, o mejor aún, explica tus malditos celos y dime porque son.

Sonrió —Estupidez humana.

—Entonces llamemos estupidez a lo que sentimos —mordi su labio—. Soy muy estúpido Brandon, es la primera vez que lo soy y no te imaginas lo excitante que es.

Descendi por su cuerpo, bese su abdomen mientras el me miraba con atención, tomo un puñado de mi cabello, lo peino con sus dedos mientras yo desabotonada su pantalón. Ya había hecho esto antes y otra vez me sentía intimidado, solo que esta vez lo haria sufrir.

—Ah —jadeo sin ningún tipo de vergüenza—. Más.

Música para mis oídos. El aumento el nivel de sus gemidos, bombeo con sus caderas mientras mi boca lo tomaba, agarro mi cabello con fuerza y tiro de mi cabeza para que profundizará más. El sexo con el era duro, uno que había deseado y de algún modo nunca practique.

Me quite antes de que llegara al climax, me acerque a su boca y lo bese.

—¿Que tal tu sabor?

El era rápido, me tomo con fuerza y me tumbo en la cama de espaldas a el. Un azote en el trasero me hizo jadear y luego otro hasta que ya se volvió molesto e intenté incorporarme. Su mano sostuvo mi cuello y se apretó contra mi.

Mis piernas temblaron y fue extraño. Me sento en sus piernas y llevando sus manos a mi polla comenzó a tocarme, el impidió mis gemidos acercando sus dedos a mi boca, lamí y disfrute de su respiración agitada en mi cuello, hasta que me fue imposible seguir soportandolo. Me deje ir en su mano.

—Haremos más que esto —me empujó a la cama—. Saciare esa curiosidad tuya.

—Espera... —mordi mis labios y me tense.

Uno de sus dedos se movia en mi interior, me abrió y lubrico con mis propios fluidos.

—Relajate cariño —pidio mordiendo mi hombro.

Tome aire cuando sentí uno más, giro, doblo, expandió y bombeo hasta que yo dejé de quejarme. Era de algún modo molesto, pero esto iba pasando gradualmente.

—Parece que te gusta —susurro en mi oído.

Apreté mis dientes cuando salió —Cierra la boca.

Me volví a tensar cuando alargó su mano y tomo un cuadradito plateado.

«Respira, esto iba a pasar tardé o temprano.»

Sentí la punta de su polla en mi agujero, jadee cuando se hundió, pero eso solo era el comienzó. Avanzo un poco más, demasiado lento, una parte de mí quería que lo hiciera de una vez la otra no era tan masoquista y quería ir poco a poco.

¡Maldicion! Estaba duro, otra vez. Intente tocarme yo mismo, necesitaba un poco de alivio mientras el avanzaba.

—¡Ah! —grite y dejé caer mi cabeza—. Maldicion, ¡Brandon!

Tomo mis brazos y los coloco detrás de mi espalda.

—Dime que pare —ordeno sin moverse.

—No estoy acostumbrado a que sea así.

Estaba completamente sometido, a penas y podía verlo, ahora no podía mover mis brazos y mis piernas..., ya no tenían vida.

—¿No te gusta? —salio un poco y volvió a entrar.

Jadee gustoso —Si me gusta.

—Te haré disfrutarlo caramelito.

El volvió a bombear, lentamente, aún así sentia todo mi interior expandirse, dolía, me presionaba y no me dejaba respirar. Mi polla no dejaba de frotarse contra las sábanas, esto era tortura en su máxima expresión.

Sentí mi garganta arder, mis ojos lagrimear y mis mejillas se sientan muy caliente. Mi cuerpo en general era como un horno a punto de explotar mientras el bombeaba, aumentaba la velocidad y de vez en cuando se detenía dejándome tomar aire.

Me di cuenta por mis gemidos que ya no dolía del todo o que al menos eso podía quedarse en segundo lugar. Porque ahora lo estaba disfrutando. Era una bestia lo que estaba encima de mi y sentirme sometido por el me hacía jadear de placer.

—Ah, Brandon —llegue al climax sin nada más que un roce—. Me...

El soltó un gruñido y se acostó sobre mi aplastandome. El también, había durado bastante para ser su primera vez y estaba ebrio ¿Cómo sería sobrio y con más práctica?

Relami mis labios, delicia.

Salió de mi interior y el vacío fue incómodo, sumando que no me podía mover. Solo lo miraba respirar, con el sudor rodar por su frente. Completamente desnudo y yo a medio vestir.

Había sido vulgar, sucio y caliente. Lo adoraba.

—Ya sabes lo que es follar con un hombre —hablo.

—¿Que?

Ese tono de voz fue...

Ni siquiera me miró cuando se levantó de la cama y tomo una toalla para envolverse en ella.

—La próxima vez sacia tu curiosidad con otra persona —tomo su celular y se sentó en el sofá.

—Brandon...

—Yo tomaré un vuelo y me iré.

—¡Te estás pasando! —le grite—. ¡Ya basta! ¿No valió nada de lo que dije? ¡Dime!

El dejo de mirar la pantalla —No, ya no se que creer porque tus acciones que antes parecían sinceras ahora me confunden.

—¿Me estás jodiendo?

No veía nada por las lágrimas ¿En serio iba a llorar por el?

—¿Me estás jodiendo tu a mi? —repitio—. ¿Te amo? Quizás pensaste que me lo iba a creer, ¡Yo si te amo! Yo te daria el lugar que te mereces en mi vida sin dudarlo dos veces.

Me rei —Tu, sería un fantasma en tu vida.

—Pues ya somos dos fantasmas.

—Eres un imbécil Brandon —le levanté de la cama acomodando mi ropa—. Un hijo de puta, vas de perfecto y le tienes miedo hasta a ti mismo y a lo que eres, eres el único que no comete errores, los demás somos una mierda a tus ojos, una mierda que castigas, que no merece perdón porque estan muy por debajo de ti. Me extraña que tengas amigos porque cualquier gesto de amabilidad lo pones en duda, por supuesto, nadie hará las  cosas a la manera perfecta que quieres y nadie hará las cosas que escribes en tu estúpido diario.

—¡Cierra la boca! —me grito.

Lo calle yo a el con un puñetazo, ya había acabado con mi paciencia. Me había hecho un drama insoportable y si me equivoqué, pero a él no le importaron mis intentos de arreglarlo, me puso celoso y me trato como la peor basura que existe.

—Yo te destruiré —le advertí—, porque al final tú me amarás y en tu puta vida nadie volverá a repetir lo que pasó ahora.

¿Por qué el que lloraba era yo? Necesitaba aire, no importaba si estaba cayendo un diluvio ahí afuera.

—¡Freddy!

Grito cuando salí de la caravana, no hice otra cosa que correr a la playa. Me sentía frustrado y humillado, el me hacía sentir cosas buenas y también me hacía odiarme.

—No avances más —me advirtió detrás de mi.

Me detuve frente al mar —Compra un boleto y vete.

—El clima está muy mal, entremos —me ordeno.

Me rei —¿Ahora te importo? Vete a la mierda.

Loco y bipolar. Después el falso era yo.

—¡Vale, me pase!

—Esfuerzate más.

—Te castigue demasiado por nada, me sentía mal también y entiende, no estoy acostumbrado a esto...

—¿Te estás justificando? —me gire—. Eres un imbécil de los grandes.

—No, es que..., tengo miedo y cuando dijiste eso yo solo deseaba que no fuera mentira.

—No lo fue.

—¿Cómo creerte? Tu eres el que huye justo cuando alguien te empieza a amar —me recordó.

—La gente cambia, Brandon. Tu no eres el mismo y yo creo que tampoco lo soy.

—¿No?

Sonreí —Ahora soy gay y me perforaste el...

—¡Freddy! —me silencio—. No hagas una broma de esto.

Peine mi cabello hacia atrás, la lluvia hacía que cayera en mi cara.

—Bien, puedes probar y ver si lo que te doy es suficiente —recorde a Mary—. Si no lo es no pasa nada, no seremos la primera pareja en terminar una relación.

—¿Relación?

—No lo sé.

El camino hacia a mi y acunó mi mejilla —Lo siento.

Acaricié su menton —¿Te golpee duro?

—Si —reimos.

—¿Somos tóxicos?

El asintió —No se repetirá, ni los celos, ni la forma en la que te trate, ni las dudas.

—Lo que dije...

Me silencio con un beso —Tenias razón, soy así y por eso estoy solo, yo busco perfección en todos.

—Brandon...

—Te amo Freddy.

—Si lo sé, se nota —me rei—, pero tengo frío, entremos.

Alzo sus cejas —¿No pudiste aguantar? Acabas de joder un momento romántico.

Tire de el para que avanzará —Oye estás cosas solo ocurren en películas, a mi dímelo bajo la manta y con chocolate caliente.

Suspiró —Bien.

Actualizacion doble del sábado. Lee este caso, vota y déjame saber que opinas de el en comentarios.
¿Crees que van muy de prisa?

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