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8. Lo que pasa luego

Capítulo 8

Lo que pasa luego.

La estoy mirando con toda la intensidad que puedo, desde hace rato se queja por la resaca, así que se ha salvado de que empiece con mis preguntas; Sabe que una vez que empiezo no puedo parar.

Es un don, o una maldición.

—Adelante—. Dice con una compresa de hielo que recién sacó del refrigerador al lado de la registradora, que no hace mucho la señorita Claris mando a instalar en el café.

—¿Segura?—. Preguntó y me apoyo sobre la barra.

—Por Dios Grece, se ve que por poco y puedes aguantar las ganas de interrogarme.

—¡Oye!—. Protestó y ella se queja.

—¡Habla bajo! Si cambio de opinión porque eres una gritona, no puedes reclamar nada…

—¿Dónde se metieron anoche?—. Por culpa de estos tontos tuve que pedirle a Jace que me llevará a casa.

Por supuesto le dije que bajaría una calle antes, y él no se quejó, de primeras se veía que llevarme a casa no le pareció la mejor idea de todas.

Pero… Se quedó hasta asegurarse que llegara al fondo de la calle. Ese chico es un idiota, pero al parecer un idiota extraño.

—Ayer el chico extraño que vino con aquel pelinegro odioso insistió en hablar con Charlie.

—¿Kyle?—. Le puse más atención.

—No sé cómo se llama Grece, solo sé que tenía cabello rubio, y ojos bastante verdes, además que Charlie mencionó algo de que es capitán de un equipo.

—Entiendo—. Asentí pensativa.

Cabello rubio, tiene que ser hijo de Iris, o también podría ser de Nora. Ojos verdes, Iris los tenía azul, ¡Nora Harris! Kyle Harris. Junto con quizá ¡Lukas Broise! ¡Ahhhhh, era una de mis parejas secundarias favoritas!

Mierda.

Debí ponerle más atención.

—¡Grece Lee a tierra! ¡Grece Lee a tierra!

—¡Lo siento, lo siento!—. Moví exagerada mis manos y Cherry sonrió.

—¿En qué piensas tanto?—. Y cuando abrí la boca, me obligué a no expulsar ni una palabra.

No decir nada. Eso incluía que no podía decirle a mi mejor amiga que conocí al hijo de mi escritor favorito, que también estoy conociendo a los personajes de ese libro, además que ese idiota engreído me está ayudando a responder muchas preguntas que me dejaron los libros de su papá.

Lo siento Cherry, seré muchas cosas, talvez una tonta, bastante torpe, o una zanahoria incompetente, pero también soy una persona de palabra.

Que sabe cumplir lo que promete.

—No me hagas mucho caso.

No se lo ha creído, y no la culpó.

—Si, si. Pero cuando quieras yo te escucho—. Asentí y le dedique una sonrisa. Estoy agradecida de ser su amiga. —En lo que iba, insistió, lo evite pero Charlie dijo que estaba bien, al final terminamos por irnos de la fiesta, y no preguntes cómo, pero llegamos a la universidad.

No era muy extraño, después de todo yo vi la universidad desde la ventana de aquel cuarto, donde ayer me pasé un rato junto a Jac… Digo Broket Miller.

—¿Sabes de qué hablaron?—. Me siento mal, talvez no debí decirle a Jace que Charlie me dijo su nombre.

—Creo que Charlie descubrió algo peligroso… El nombre de alguien importante en la universidad, y no querían que se empezará algún rumor.

—¿Enserio?

—Eso creo. Lo bueno es que el idiota de Charlie solo se lo dijo a alguien, y confía plenamente en que no creará rumores. Y mientras las cosas sean así no habrá problemas.

Solté una bocanada de aire aliviada.

Por suerte el asunto no paso a mayores.

También me sentí muy bien sabiendo que aunque no conozco mucho al chico carismático, confía en mi.

No como otro tipejo, pelinegro, de ojos café, mirada asesina, de boca grosera, muy bien vestido, y con un coche negro. Si llegado el caso no ha quedado claro estoy hablando de Jace Broket Adams.

—Pareces preocupada Grace ¿Sabes algo de esto?

—Además de que mis amigos me dejaron en una fiesta, llena de idiotas no se nada—. Me dedico una mirada apenada.

—Yo lo siento, volvimos por ti pero ya no estabas.

Golpeé su hombro, la observé por unos segundos antes de hablar.

—Uff... Es que golpeé a un tipo.

—¡¿Qué?!—. Me va a regañar.

—Hizo problemas, le dije que se detuviera, no lo hizo. En conclusión. No ha sido mi culpa.

Si empieza a protestar ahora voy a valer. Porque, ojala fuera la primera vez que pasa, pero está lejos de serlo.

Las personas que no entienden la palabra “No”, o los cuales la entienden, entienden los pequeños gestos, las indirectas que llevan a lo mismo, la desesperación y los ruegos. Pero deciden ignorarnos , me provocaba asco. Odio a quienes se quedan sin hacer nada, cuando son capaces de hacer todo.

O, al menos, la Diferencia.

(…)

—¡Grece!—. Salí de mi trance cuando lo vi. Hasta hace poco había terminado con todos los clientes del café, por lo que vigilaba en la barra mientras Cherry tomaba un descanso.

—¡Kyle!—. Saludé a una sonrisa al chico rubio.

También miré detrás de él, sin embargo Jace no estaba a su lado. Solo espero que no esté tratando de huir.

—¡Busquen una mesa chicos!—. Gritó Kyle, y vi como un chico de piel morena, y cabello negro, con  quién parecía su novia le hacían caso.

—¿Quiénes son?—. Me atreví a preguntar, gane una sonrisa de parte de Kyle.

Nora Harris. Estoy casi segura, y quiero preguntarle. La imagina algo así, ojos verdes, pero un verde intenso, que brillarán tanto como los de él.

—Ella es Anya, la novia de Thiago. Y él es, pues el actor principal de la obra… Mierda. No debí decir eso.

Solté una risita torpe. —Yo no escuché nada.

—Gracias Grece—. Al menos ya dice mi nombre bien, le agradezco a Cherry por eso.

Ya tengo suficiente con ser llamada Grezlii, por el idiota de Jace.

—Pero ¿Me dices el nombre de tus padres?—. Entre cerró los ojos, no quería que pareciera un chantaje, pero necesito saber.

—Nora Harris y…

—¡Lukas Broise!—. Terminé, y abrió un poco los ojos por la sorpresa.

—Si… ¿Tomas nuestra orden? ¡Porfis!

Contuve un gritó de emoción, entonces así se ve el hijo de ellos. Es bastante  parecido, joder, tiene la misma edad con Jace, seguro fue toda una aventura. El pecho se me está llenando de mucho aire, estoy realmente feliz en este momento.

—Anda, dime lo que quieren.

Luego de tomar su orden, y que Cherry regresará de su descanso, no pasó mucho antes de que los problemas empezaran. Habían algunos gritos, más ruido de lo normal, y Kyle haciendo un sin número de bromas exageradas. Pero la gota que por algunos motivos  no termino de entender, colmó el vaso de la escasa paciencia de la castaña, fue cuando Kyle por accidente le derramó el café a la chica que estaba al lado de su mesa, he incluso hizo que cayera de golpe al piso.

—¡¿Cómo es que puedes ser tan ignorante?!—. Pasó nada, cuando había cruzado el mostrador, y yo segundos después tras ella.

—¡Yo lo siento!—. Todo esto ya había causado un alboroto.

La mayoría se había acercado, todos presenciando el acto sin tener mucho intensión de ayudar en lo más mínimo. Eso me molestó.

—No es nada—. Comenté tratando de apaciguar el ambiente.

Entre tanto Kyle y yo nos encargamos de levantar a la universitaria pelinegra que no parecía molesta, sino un poco avergonzada.

—¡Si lo es! ¡Eres demasiado descuidado!—. Okey, no es así normalmente.

—Fue un accidente—. Comentó apenado, sonriendo hacia la única Persona afecta, y sin embargo no parecía importarle lo más mínimo.

Se que fue por un descuido, pero nada como para exagerar de esta manera.

—No fue para tanto—. Creo que eso jodió todo.

Cherry hizo que Kyle soltara a la chica  en su arrebato de ira, y mientras yo me encargaba de ella, vi como sujetaba su cuello, furiosa, sin intenciones de soltarle pronto.

Pero no por esta situación… Había algo más.

Se que su tono de voz, y sus acciones escondían algo.

—¡Detente Cherry!

—¿Entonces no es para tanto? ¿Así son las cosas para los niños ricos como tú? ¡Haces lo que se te dé la p*ta gana, y nosotros tenemos que aceptar solo Porque si!

Esto ya es personal.

Abrí la boca, pero la cerré cuando su expresión cambió. No estaba molestando, era algo más, algo peor.

Y no estoy entendiendo nada.

—¡Suficiente!—. En la entrada el pelinegro, que recién aparecía en el lugar se acercó.

Y entonces no sabía a quien mirar. Tenía a una chica que parecía solo querer desaparecer en mis brazos, Cherry al borde de explotar en los brazos de Kyle que en algún punto la sujetaron y luego estaba en una nueva situación.

Jace sin entender nada en absoluto, pero a la defensiva.

—Estaré bien—. La chica que aún sostenía me dio una sonrisa.

Fue como un “Ve, no sé que pasa, pero alguien más te necesita”, no hice más que susurrar un gracias. Avance para poder interferir, porque parecía que al igual que yo, nadie sabía qué hacer.

O que pasaba exactamente.

Sujeté a Cherry del brazo. Jace ya estaba ahí, mirando a su amigo y luego a mi. Pidiendo una explicación, algo que le dijera que mierda pasaba, pero ni siquiera yo lo sabía.

—Te dejo el café un rato—. Pedí

—No estoy para hacer de trabajador sin pago hoy—. Bromeó, y fue extraño.

Él no suele bromear.

También me gire para mirar a Kyle, quién estaba asustado, y no dejaba de ver a Cherry.

(…)

Una vez afuera, y olvidando un poco de la situación me concentre en Cherry. Quién se había sentado en la calle mientras perdía su rostro entre sus rodillas.

A penas era media tarde, pero la cuidad está fría. Las calles ruidosas precian guardar silencio para que, en ese instante solo existiéramos ella y yo.

—Anda… —me senté a su lado. —Dime que pasa.

Ella no es así.

Se guarda todo, nunca explota. Y eso no es sano, pero es su forma de sobrellevar todo.

Cada uno tiene la suya.

—Últimamente lo estoy recordando todo—. Murmuró.

Mierda Cherry.

—¿Hablas de…

—Si—. Me cortó. —Y no estoy bien.

—¿Desde cuándo?—. Me quise morder la lengua pero… No lo hice.

—Anoche… Las pesadillas volvieron… Más bien, nunca se van.

—¿Después de...

—Talvez me asuste cuando vi que lo buscan... Talvez creí que pasaría lo mismo.

—Kyle no es así... Te aseguro que no le haría daño a Charlie.

Quería llorar. Porque me sentí miserable al no poder decir más que aquello.

—Estoy aquí cariño—. Rodee su hombro, y ella no trato de apartarme. —Siempre estoy aquí Cherry.

Volviendo a ser puntual.

❤️❤️❤️👍

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