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7. Una fiesta, donde no todo sale bien


Una fiesta, donde no todo sale bien.

Fiestas universitarias. Podría decir un par de cosas de ellas.

1. En mis dos años en la universidad, solo he asistido a una. (No terminó bien)

2. Los casi adultos (como me gusta llamarlos) no saben un carajo de controlar lo que consumen.

3. Que te obliguen ir a una “Porque así tú ánimo mejora” no es una buena idea.

Y entonces llegamos aquí...  aunque no he sabido nada sobre la existencia de Jace, todo es su culpa, comienza y termina por su bendito nombre; (no puedo decir que es malo, porque mi escritor favorito se lo ha puesto) y bueno, ¿Por qué? Porque es culpa de Jace que mi humor estos días estuviera de sonreír por los clientes nuevos que había atraído, a estar distraída y distante de todo por pensar en una sola cosa.

8 días, y ese pedazo de idiota no ha vuelto al café. No lo he visto cerca, ni a su auto, ni a su amigo Kyle.

¿No que cumples tus promesas? ¿No que eres un idiota de palabra? ¿No que podrías ser lo que quisieras? Menos un bastardo sin valor en lo que dice. Pues déjame decirte amigo, que de tu delicada boca solo salen mentiras y más de eso.

Pero ¡Ya! ¡Detente con eso Grece Lee! Tus amigos no han conducido 15 minutos para que pienses en ese idiota.

¡Hoy tienes que divertirte!...

Estoy sorprendida, incluso Cherry acepto venir. Supongo que la fiesta sea de alguien de su universidad tiene mucho que ver. También está que Charlie aceptara hacer lo que ella quisiera durante todo el día el sábado que viene.

Ante ustedes, la universidad prestigiada y más costosa de toda la cuidad, river stard.

Y si se preguntan cómo Charlie y Cherry terminaron aquí, es bastante simple. No tengo resentimientos porque me hice la misma pregunta. Charlie por un lado trabaja, y por el otro tiene a sus padres que aportan en casi todos los gastos, tengo curiosidad en saber de qué trabajan, creo que nunca se lo he preguntado.

Y bueno, en cuanto a Cherry, tiene una beca, además de eso el trabajo en un café donde le pagan muy bien, vive con su hermana mayor, el resto se cuenta solo.

—¡El lugar es inmenso! Juraba que era un edificio de clases—. Declara Cherry en cuanto termina de acomodarse su vestido de corte en la pierna color azul.

Al verlo entiendo su sorpresa porque eso lo amerita. Un edificio, más una casa de dos plantas está frente a nosotros. Ventanas, puertas, paredes, creo que todo es de vidrio. Y hay estudiantes universitarios en cada parte, cada centímetro está invadido.

—Yo me largo—. Avisa Cherry dando la vuelta pero Charlie la retiene.

—Tu te quedas.

—Ni loca…

—¡Vaya! ¿La universidad organizo esto?—. Pregunto al chico rubio que trae una camisa gris y vaqueros.

—No, no. El amigo que me invitó dijo que su prima organizo esto—. Sujeta a Cherry de la mano para que no escape y yo doy un largo suspiro.

—¿Por qué hay personas tan malditamente ricas?—. Yo lo pensé, Cherry lo dijo.

—Shhhh no nos vayan a echar sin antes dar una vuelta.

—No nos separemos—. Pido, no quiero volver a casa sola.

—Si alguien se mete en problemas, nos vamos. ¿Quedó claro?

Charlie y yo asentimos. Cherry nos da miedo.

—Pues hay que entrar.

—Nos vamos a las 12—. Aviso, se que a mamá le da igual si llego o no.

Pero no quiero que se preocupe, si es que alguna vez lo hace.

(…)

Looking at my

Es la segunda vez que pasan esa canción. La primera vez, Charlie, Cherry y yo estábamos cerca de la cocina bailando como idiotas. Creo que paso después de eso.

Entonces es que…

Hemos hecho exactamente lo que evitamos en un principio.

Asumo que he dado vueltas en el lugar un par de veces. Me han ofrecido más bebidas de las que he podido contar, he detenido al menos a 5 chicos de tocar alguna parte de mi vestido verde que no deberían.

Recoji mi cabello, y seguro estoy sobria aún. Pero a este paso, ya sea el olor a alcohol, o lo que sea que es ese humo en el aire, mi etapa de sobria responsable no durará mucho, y sería estúpido de mi parte caer inconsciente en una casa desconocida.

Llena de universitarios precoces.

Sin mis amigos cerca.

Por ende, subir las escaleras me ha parecido la mejor idea, espero no molestar a nadie, y que además, Charlie y Cherry aparezcan mágicamente en la parte de arriba. Eso pensé, y hubiera pasado si un idiota no se me hubiera pegado detrás.

—Hola muñeca.

Por lo menos extiende tu vocabulario.

—¿Estas sola?

Solo quiero subir las escaleras ¿Eso es mucho pedir?

—¿Quieres compañía?

¿Qué diablos pasa con los chicos con pinta de idiota? Que siempre lo terminan siendo.

Esta como un claro ejemplo el chico que me ha seguido, talvez será un niño mimado de primer año. He lidiado con tipos como él toda mi vida, mientras no me toque vamos a estar bien.

—Un paso más y te doy un golpe—. Advierto

Pero parece no escuchar nada de nada. Ni siquiera me he molestado en ver su rostro, o darle la cara. Conozco a tipos como él, y no estoy ni un poco interesada.

—¿Crees a caso que estás tan buena? Solo eres una cualquiera.

No quiero, pero mi cuerpo se ha movido solo. Todos tienen un límite de paciencia, y este chico con unas cuantas palabras ha mandado al carajo el mío.

Y si alguien llega a preguntar o asumir cosas, la verdad me valdría muy poco. Porque la satisfacción de haber callado a ese tipo de un golpe, nadie me lo podría quitar. Vaya, lo que aprendí en las clases particulares de defensa propia me han servido. Aún puedo escuchar a mi maestra decir “Tienes que girar muy bien la cadera Grece”, “Golpea con los nudillos, no con los dedos. Podrías lastimarte”.

—Put* estúpida, ¿Qué mierda pasa contigo?

Recién habíamos llegado al segundo piso cuando el estaba sobre el suelo, con el lugar donde mi puño se había estrellado empezando a tornarse rojo. Era una lastima que no fuera a quedar una cicatriz.

—Cuando alguien dice no, es no.

Pretendí dejar el asunto y simplemente seguir en mi búsqueda de mis amigos y acompañantes. Pero, las personas detestables pueden ser realmente insistentes.

—¿A dónde crees que vas?—. Tan pronto como sus palabras llegaron a mi oídos, pude sentir el fuerte tirón en mi cabello.

También algunas personas alrededor que se empezaban a reunir, más sé quedaban quietas, no hacían nada.

No las culpo, el miedo es…

—¿Quién te has creído para hablarme así? ¡Maldita zorra!

Palabras estúpidas. De una boca sucia. Esas no valen nada.

—Te daré el tiempo para que me sueltes—. Advertí aguantando el dolor que este provoco en mi cuero cabelludo.

—¿Todavía te crees alguien para seguir dándome órdenes? No eres más que una cualquiera.

Estoy contando en mi mente.

“No debes dejar que nadie te moleste”

3.

Este idiota no quiere que llegue al uno.

2.

Lamentará si digo ese número.

—1—. Murmuré, pero la presión en mi cabeza había desaparecido.

—No hay espacio en este lugar para mierda como tu.

Vaya, creí que todos estaban asustados.

Pero parece que no.

Trate de acomodar mi cabello que se quedo hecho un desastre, y cuando voltee vi a ese idiota.

Jace Broket Adams, sosteniendo al tipo. Molestó, está frunciendo el ceño, es algo digno de admirar. Ni siquiera estoy tomando en cuenta que me sorprende que esté aquí, o más bien, no sé si me enfada.

Miren quién a decidido aparecer.

Olvidando el asunto, olvidando todo a mi alrededor solo algo se pasa por mi cabeza. Es una estupidez teniendo en cuenta que está tomando a alguien de la camisa, y que parece molestó pero yo…

—¡Estoy perdida Broket!

Solo quiero llamar su atención.

Mala idea, sip. Toda la gente que estaba llegando, más la que ya están aquí me está mirando. Como si fuera un bicho raro, para lastima de todos ellos, solo necesito la atención de alguien que ya esta viniendo hacía mi.

—¿Qué clase de mala suerte tengo que siempre me encuentro contigo?—. Dijo justo antes de sujetar mi brazo.

Y alejarnos de ahí.

—Me hago la misma pregunta.

No sé cómo, pero terminamos de pasar por un pasillo a penas iluminado, a concluir en un cuarto con vista a solo el edificio de la universidad, lo admito, no había notado que estaba tan cerca, el lugar es hermoso.

No se puede comparar con la universidad pública a la que asisto solo las noches, no puedes comparar nada con un lugar como este.

—Entonces ¿Qué diablos haces aquí zanahoria?—. Mordí la parte interna de mi mejilla.

—No voy a hablar con un idiota que no puede mantener sus promesas.

Lamió sus labios y se me acercó, antes de todo esto cada quien estaba en un lado del pequeño cuarto vacío.

—Hay cosas más importantes que tú Grece. Tengo muchas cosas que hacer, y eso no significa que no voy a cumplir con nuestro estúpido trato.

Abro los ojos, y las ganas de darle un golpe en su lindo rostro me invaden. ¿Cómo pueden haber personas como él?

—Ah ¿Si? ¿Y que son esas cosas tan importantes? ¡Claro! Si es que el señor puede decir—. La mitad de lo que digo va con mi tono sarcástico, ese que nunca uso.

—No te importa… Ni siquiera deberías estar aquí.

—¡Tu no me vas a decir dónde puedo o no estar! Que eso quede claro Jace.

No sé cuándo me he acercado, pero ya le estoy señalando el pecho. También sus ojos se están topando con los míos, sus ojos son café claro, no lo había notado a detalle hasta ahora.

—Me ha quedado claro. No quiero un puñetazo como el tipo de antes —. Una pequeña sonrisa brota de sus labios, pero no permito que eso me quiebre.

¿A quién se le ocurre sonreír en un momento como este? ¡Oh! Ya se, a un idiota llamado Jace Adams.

—El se lo merecía—. Retrocedo y voy hasta la ventana de antes.

Y antes de dar un último vistazo me arrastro en el vidrio hasta caer al suelo. Esta frío.

—¿Puedo hacer mis tres preguntas?

—Adelante—. Dice el pelinegro de mala gana, y empieza a recorrer la habitación.

Donde estamos solos.

—¿Cuándo exactamente se enamoró Jayce de Enot?—. Me recuesto entre mis piernas y giro mi rostro para encontrarme con el chico a mi lado.

Recién se había sentado ahí, se me hizo raro, no vaya a ser que su linda ropa se ensucie.

—¿No puedes asumir la respuesta?—. Resopla, y vaya, cada pequeña cosa que hace es molesta.

—No quiero que me respondas con más preguntas Jace.

—No me llames así… Además, seguro que ya sabes la respuesta.

—No lo sé. En el libro dice que se enamoró a primera vista de ella, pero creo que más bien se enamoró de…

—Su alma—. Trato de observar su expresión al decir eso.

Imaginando también ¿Qué tipo de expresión tuvo Jayce cuando se dio cuenta que se había enamorado? Cuando se dio cuenta exactamente qué ya había caído.

Pero su hijo por otro lado, en vez de estar sorprendido, parecía distante a todo. Como si sintiera exactamente lo que está diciendo, su esencia era de ese tipo, como cuando quedas expuesto.

Con cicatrices, y miles de imperfecciones.

Como si la historia que el sabía, fuera una más perfecta.

Me hizo querer sentir lo mismo.

—¿Su amor pudo llegar a ser recíproco?

No me mal entiendan. Su amor es hermoso, particular y único. Pero Jayce la quiso primero, guardo sus sentimientos, si. Pero eso no haría que desaparecieran.

—Jayce quiso a Enot mucho tiempo atrás… La anhelaba, y cada vez que ese pensamiento recorría su cabeza era como tratar de curar una herida sin anestesia ¿Entiendes?—. Hijo de Jayce debías ser.

—¿Dolía mucho?

—Si lo hacía. Pero no podía hacer nada, aún no era tiempo—. Se movió un poco, observando lo que supongo eran las estrellas a través de la ventana.

—No sé si resolviste mi duda, o solo me confundiste más—. Admití sonriendo.

—No tengo la respuesta Grezlii… Pero puedo asegurar que cada uno quiere al otro, con toda la intensidad que puede.

Me quedo en silencio.

Bueno, al menos no me puedo quejar de sus repuestas. Me gusta cómo da todo un giro antes de aclarar algo.

—Tengo una última pregunta.

—Solo terminemos con esto por hoy—. Dice de mala gana.

—Es que… Me he quedado sola… Perdí a mis amigos hace rato.

—¿A Charlie?

—Sip, y a Cherry… Y ahora necesito llegar a mi casa.

—Se a donde llevas con esto Grezlii y digo que no.

—Esta bien… Igual puedo repartir puñetazos por todo el cami…

—Te llevaré a casa.


Solo alcanzamos actualización por Mari ❤️❤️❤️❤️❤️😭

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